Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Se puede dormir de muchas maneras
He dormido en un sueño y en el sueño que dormía he despertado
Se puede dormir en una idea y derivar en ella hacia la esencia
Yo he estado dormido
Quizá siga dormido (la celebración de una victoria, la última vez que sentí algo parecido a morir)
Tengo en mi memoria a Vishnu dormido
Siempre tengo en mi memoria a Vishnu dormido (recuerdo a lo lejos la sonrisa en su boca, recuerdo también unas uñas muy largas pintadas en rojo)
La ausencia es dormir
Dejar es dormir
El rostro que veo pasar un segundo es un rostro que duerme para siempre en mí
Ese dormir
Ese no despertar nunca
No llegar a nuncar a los cinco sentidos
Esa gran dificultad en no llegar a creer al hombre que dice que la muerte de un hijo es una gran oportunidad para crecer y no poder evitar soñar que ese hombre no es más que un estafador, que quizá alivie la vigilia pero ¿y el sueño? ¿y el estar dormido?
Porque duermo no puedo creer en los hombres que siempre ven lo bueno donde lo terrible aturde
Porque duermo no llego a entender si mi mezquindad es verdaderamente obra mía
Porque duermo se achican las islas y se agrandan las fallas
Probablemente sea diciembre
y el verbo se haga carne
Probablemente la historia de occidente es la historia del olvido del ser
Estoy dormido y porque no sueño podría afirmar que estoy muerto
Estoy dormido en una cama que no reconozco
No quiero abrir los párpados
Han dejado de importarme mis ojos
La luz del exterior será llama que llama a mis sentidos para que despierten y se tumben en el nacimiento del día para disfrutar de la última conquista
Porque estoy dormido he dejado de esforzarme
Porque estoy dormido mis manos van quedándose secas (no acude a ellas la sangre; no acude a ellas la movilidad -o el aire-)
Húyeme
Gota a gota
En la última curva
Tras el último encuentro (los dos amigos, el fuego entre ellos y el paso del tiempo)

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 19/12/2015 a las 00:27 | Comentarios {0}


Crónica escrita por la aparición (fantasma) de Isaac Alexander de la presentación del libro Gen escrito por Fernando Loygorri y que tuvo lugar en Función Lenguaje en la calle Doctor Fourquet 18 de la ciudad de Madrid el día 9 de diciembre del año 2015


Tres tiempos para una presentación
Tiene la creación un ámbito al que el realismo no alcanza. El realismo carece de fantasía (en su sentido etimológico, es decir: ámbito de las apariciones). Así no resultaría realista decir que ayer estuve en la presentación del libro de poesía Gen de mi querido amigo Fernando Loygorri y sin embargo estuve. ¡Ah, qué bien le sienta a los humanos sentirse queridos! Porque fuera como fuere la presentación -y estuvo muy bien- se le veía a Fernando contento entre su gente y sobre todo contento porque a la presentación de su primer libro publicado de poesía acudieron personas de tres tiempos de su vida y eso le hizo reconciliarse consigo mismo, él que tan escaso anda en ocasiones de amarse.
Yo me coloqué justo detrás de Liana que es una mujer que me guarda un gran cariño y que sé que se ha reído en ocasiones con los textos que he publicado en este blog y también sé que cuando morí sintió ella una pena honda, la pena del amigo que ve irse al amigo para siempre. Ella además pertenece -dentro de los tres tiempos de Loygorri- al último de ellos y esa condición le confiere -claro- una mayor cercanía conmigo. A su lado estaban sentados Raúl y Amalia que también pertenecen a este último tiempo de su vida y que son para él -y así los acojo yo- esa continuidad de la amistad, ese regato por donde la vida fluye y se comunica y nace de nuevo y se hace, por su propia fluidez, inagotable.
Conocí entonces al grueso del segundo tiempo de Loygorri, aquel que corre desde la juventud hasta la madurez y allí estaban Mónica, Lola, Pilar, María, César, Luis, Álvaro, Fernando y Carlos. Me fijé entonces en Loygorri y vi en sus ojos un auténtico agradecimiento y el descubrimiento de que la amistad, a veces, no es una cuestión de tiempo sino un destino común que mantiene unido hasta la muerte y más allá de ella (véase mi caso). La amistad es un vínculo que cuando se ha forjado, cuando verdaderamente se ha forjado, cuando existió un tiempo en que ese sentimiento renacía cada día, algo descomunal, mucho más que una hecatombe ha de ocurrir para que se deshaga y no surja cuando tiene que surgir.
Y vi también el primer tiempo de Loygorri en la figura de una mujer menuda con una sonrisa de una sinceridad deslumbrante, Sina, una mujer /muchacha de cuando Loygorri acababa de dejar de ser niño y ella también. Tiempos de Instituto. Años 70 del pasado siglo. Manos cogidas en el parque. Primeros besos. Primeros anhelos. Para siempre.
Y junto a su pasado también se sintió feliz Loygorri porque le acompañaban compañeros de trabajos literarios y allí estaban Ignacio, Ángel, Juanjo, Pilar, Esperanza, Francisco, Verónica y Javier. Poetas y compañeros de la radio.
Tan sólo faltó en su presentación el tiempo de la infancia y debe estar bien que así sea.
Escuché antes de irme comentarios de los que habían acudido y en general todos alabaron lo ajustado de la presentación, lo poco recargado y yo me fui a mi última morada cuando, tras haber celebrado el encuentro en un bar de la vieja calle Argumosa, Liana y Fernando -tras despedirse de los amigos del segundo tiempo- se encaminaron por la calle Doctor Fourquet hacia el coche de él que como viejo caballero dejó a la dama a la puerta de la casa que habita.
Quisiera terminar esta leve crónica de lo ocurrido en la presentación de Gen (y no podía ser más que leve pues fantasma es quien la escribe) con unos versos contenidos en él: ¡Inflamada Nube, tu boca sobre la plaza atrae a la serpiente; tu eje, amarillo, navega sobre el agua; el amor, lo que pertenece a todos los hombres, se continúa en tu infinita debilidad!

Ensayo

Tags : ¿De Isaac Alexander? Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 10/12/2015 a las 19:50 | Comentarios {2}


Primeros escritos de Isaac Alexander extraídos del archivo que me entregó su amante -la cual me ha pedido discreción en cuanto a su nombre- tras el fallecimiento de mi maestro.


Documento 1 escrito en diciembre de 1939 en la ciudad de Caen
1.- El miedo es el primer panóptico
Tiene que haber un continuum de miedo. Si un miedo acaba hay que inventar de inmediato otro (o crearlo). Pongamos la última Gran Depresión. ¿Qué ocurre inmediatamente despues? La guerra de España y a continuación la Segunda Guerra Mundial.
¡Lean historias, señores!
El miedo nos vigila sin que nosotros sepamos que nos está vigilando.
El miedo es la torre de vigilancia de las sociedades modernas.
El miedo normaliza el deseo de ser presos de nuestra libertad.

2.- Dios* muere con Nietzsche porque es Nietzsche quien certifica su muerte y como ocurre en la vida civil uno sólo muere cuando acude el médico a certificarlo. Hasta que ese hecho ocurre el muerto -según la ley de los hombres- aún está vivo. El certificado de defunción abre la posibilidad de la herencia.
Muerto Dios, el Hombre** hereda la primacía, le sucede en el trono de la Excelencia.
Dios tuvo una larga vida. Aproximadamente vivió 5.000 años.
El Hombre ha muerto. Su vida ha sido mucho más corta. Podríamos datar la existencia del Hombre como sucesor de Dios durante aproximadamente 200 años.
Muerto el Hombre, ¿qué hereda al Hombre?
* Definir Dios
** Definir Hombre


3.- Panóptico ha heredado al Hombre.
¿Qué es Panóptico? (Qué y no Quién porque lo que hereda al Hombre es un ente* no es un ser**)
Definamos Panóptico: es un tipo de arquitectura carcelaria mediante la cual un guardián colocado en lo alto de una torre central puede vigilar a todos los presos en sus celdas -o en cualquier otro espacio carcelario- sin que el preso pueda saber nunca si es o no vigilado en un momento dado (el guardián ve al preso; el preso no puede ver al guardián si éste no quiere).
El panóptico ejerce su poder siempre sobre el preso porque éste nunca sabe si está siendo vigilado o no y por lo tanto el preso regula su conducta ante el miedo al castigo.
La sociedad es ahora mismo un espacio con una torre central que nos vigila.
Panóptico nos vende que somos libres cuando -por el mero hecho de ser constantemente susceptibles de ser vigilados- somos presos.
* Definir Ente
** Definir Ser

Ensayo

Tags : Escritos de Isaac Alexander Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 28/11/2015 a las 19:52 | Comentarios {0}


A veces una herida duele y yo en el post del día 14 de noviembre de 2015 llamado Contra la crueldad sábanas limpias me dejé llevar por la ira y cometí el mismo acto que se había cometido contra mí: fui cruel. Ojo por ojo, diente por diente. Mezclé un hecho personal y real con la vida de un personaje y utilicé literariamente los atentados terroristas de París para construir un relato de crueldades a diversa escala en el que no estaba incluida la mía propia (aunque sí de forma implícita. El relato en sí es mi crueldad).
He reescrito el post intentando limar las partes que son insulto o veneno y pido disculpas a la persona que me hirió y a la que yo quise devolver la herida.
Me dice C. que en ocasiones utilizo Inventario como correa de transmisión. Y es cierto. En realidad lo utilizo siempre como correa de transmisión, es quizá el vehículo más usual que tengo para comunicarme con un mundo al que apenas acudo en persona.

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 19/11/2015 a las 10:31 | Comentarios {0}


"¿Cuál no será el poder que sientan las mujeres ante la obsesión que mostramos los hombres por sus atributos sexuales?" (Reflexión de Isaac Alexander en su ensayo -publicado en este Inventario- Consejas de vieja)


El 14 de noviembre de 2015 a las diez y veinte de la mañana, ha muerto en la ciudad de París Isaac Alexander tras las heridas que le produjo un terrorista de ISIS mientras cenaba en la terraza de Le Carrillon. Ya estaba más muerto que vivo -según me comentaba su amiga y vieja amante- pero, fíjate, no pudo morir en su cama, se empeñó en que bajáramos a la terraza para disfrutar del extraño buen tiempo que hacía esa tarde noche en París y de repente -a poco de sentarnos- se produjo el ataque. Una bala le atravesó el estómago. Ha llegado hasta hoy. Te envío un archivo que tenía guardado para ti y también unas palabras que dijo la madrugada del sábado, muy débil, pero las dijo sonriendo, Dile a Loygorri que aún con todo merece la pena.
He abierto el archivo. Contiene una serie de ensayos que abarcan desde sus inicios como escritor en 1927 cuando contaba trece años de edad hasta un último apunte del 12 de noviembre de 2015, es decir 88 años en la vida de este escritor al que conocí en el 2000 en la casa de unos antiguos terroristas de la OAS en la República Dominicana.
He de reconocer que no he leído aún ninguno de sus ensayos, ni sé cuántos hay, ni tengo ganas ahora de leerlos. Los dejaré reposar como el buen vino y cuando el día no sea propicio entraré en ellos y los iré publicando en este cajón de sastre que es Inventario y al que -por no sé qué extraño capricho- Isaac tenía tanto cariño y le gustaba tanto publicar.
Descansa en paz, viejo lobo de todos los mares y ojalá sea cierto que hay un lugar tras la vida donde el goce de estar muerto es mucho más intenso que el de estar vivo. Nunca te olvidaré. Para mí fuiste de los mejores. Gracias por el honor que me has hecho al entregarme estos ensayos pero sobre todo gracias por haberme regalado tu amistad.
Crepúsculo. Tratamiento fotográfico de Olmo Z.
Crepúsculo. Tratamiento fotográfico de Olmo Z.

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 16/11/2015 a las 23:15 | Comentarios {0}


1 ... « 33 34 35 36 37 38 39 » ... 91






Búsqueda

RSS ATOM RSS comment PODCAST Mobile