1.- Cuando descubrí -hace veinte segundos- que la literatura está kaput, me entró un escalofrío de tres pares de cojones.
2.- ¡Me cago en Dios! me dije.
3.- Pensé ¿qué mierda vengo haciendo yo los últimos cuarenta y dos años de mi vida?
4.- De inmediato me tomé una infusión y me senté en el sofá para cerrar los ojos y calmar la ansiedad que me había generado descubrir que el libro -en sí- ya no entretiene a casi nadie.
5.- Es más: había descubierto que el libro en cuanto tal sólo había sido útil -fundamentalmente- como entretenimiento y como manipulador de masas.
6.- Entonces supe que la única manera de relajarme era haciéndome una paja.
7.- Me he hecho una paja.
8.- Estoy en crisis porque no sé qué hostias hacer con mi vida.
9.- Creo que también necesito ducharme porque al mirar los libros me siento sucio y retrasado.
10.- Tendré que llegar a alguna conclusión lógica (ésas son las únicas soluciones aceptables).
11.- Ahí os quiero ver creadores de video-juegos y apps cuando os toque el momento de saber que vuestro oficio ya no vale una mierda.
12.- ¡Qué pedazo de flash!
13.- ¡Uff, me tengo que duchar!
14.- Luego pensaré qué hacer con toda la cantidad de basura libresca que tengo en casa.
15.- Se acerca San Juan.
2.- ¡Me cago en Dios! me dije.
3.- Pensé ¿qué mierda vengo haciendo yo los últimos cuarenta y dos años de mi vida?
4.- De inmediato me tomé una infusión y me senté en el sofá para cerrar los ojos y calmar la ansiedad que me había generado descubrir que el libro -en sí- ya no entretiene a casi nadie.
5.- Es más: había descubierto que el libro en cuanto tal sólo había sido útil -fundamentalmente- como entretenimiento y como manipulador de masas.
6.- Entonces supe que la única manera de relajarme era haciéndome una paja.
7.- Me he hecho una paja.
8.- Estoy en crisis porque no sé qué hostias hacer con mi vida.
9.- Creo que también necesito ducharme porque al mirar los libros me siento sucio y retrasado.
10.- Tendré que llegar a alguna conclusión lógica (ésas son las únicas soluciones aceptables).
11.- Ahí os quiero ver creadores de video-juegos y apps cuando os toque el momento de saber que vuestro oficio ya no vale una mierda.
12.- ¡Qué pedazo de flash!
13.- ¡Uff, me tengo que duchar!
14.- Luego pensaré qué hacer con toda la cantidad de basura libresca que tengo en casa.
15.- Se acerca San Juan.
Documento 6º de los Archivos de Isaac Alexander. Febrero 1946. Portbou.
No abogueis queridos corderos por el rugido. Nada hay que rugir en este mundo. Si llega la noche y surge la discusión has de saber que la llama se apagará sola. Yo te ruego encarecidamente que beses los labios y apures la copa de vino que Gaya te propuso con la uva. Y porque fuiste capaz de descifrar el secreto del fermento pudiste hacer volar tu serenidad hacia un lugar que se llamó ebriedad. Embriágate con la dicha de los sentidos. Descorcha tu propia imaginación hasta que salten chispas y los sonidos parezcan surgir de tus oídos. ¡Cuánto te amo, querida! No sabes cuánto bien me has hecho en los días tenebrosos de la represión. Saber que vivías era para mí la vuelta al encuentro. Porque deberíamos estar callados siempre. Porque debería dejar de escribir de una vez y para siempre y dedicarme en cuerpo y cuerpo al tuyo. Descubrirte sereno. Descubrirte embriagado. Descubrirte con sueño. Descubrirte enfermo. Esa dicha del descubrimiento debería serlo todo. Comenzar cada día a descubrirlo todo de nuevo. No dar nada por sabido. Porque nada se sabe. Porque el mundo es un cementerio si no somos capaces de atravesar la lápida y borrar los epitafios; si no somos capaces de arañar la tierra para llegar hasta el subsuelo donde los ciegos reinan y las pieles se asemejan en todo al cielo; si no somos capaces de apaciguar las iras que anidan en nuestros estómagos; si no somos capaces de escribir una letanía a marzo como si fuera diciembre. ¡Levanta, amiga, muéstrame tus senos y deja que mi lengua recorra tu costado y llanee en tu vientre hasta quedar agotada! El canto del petirrojo se ha hecho grande para mí. La mirada del jabalí me ha llenado de ternura y un palo corto de madera de fresno me ha susurrado una canción de bosque profundo con aromas de fresa salvaje. Yo no sé por qué estoy aquí. Sólo sé que no estoy para hablar. Sólo sé que no estoy para las palabras, ni para limpiar mi alma con los goces del mundo. ¿Sabes, amor mío? Esta mañana me miraba las manos. Esta mañana respiraba el aire de los pájaros. Esta mañana tocaba un piano. Esta mañana estaba callado. La Rueda de la Fortuna te aleja de mí. No envidio los labios que muerden tus labios. Ni envidio la mano que goza tu pubis. Ni envidio la lluvia que mojó tu pómulo. Ni envidio la ola que lamió tus pies. No envidio los ojos que te han visto ayer. Ni envidio la luz que te ilumina. No envidio el camino de vuelta. Ni envidio el próximo silencio que aventuro ha de ser para siempre. Porque en mí habita el día que reías y también la llave que no supiste encajar. Porque en mí habita lo que nunca será y lo que soy capaz de imaginar en silencio, sin palabras, acunado en la tarde, sometido al capricho de unos dioses que en este instante juegan a los bolos. Así suena el trueno. Así el haz del rayo. Así el árbol caído y también el del ahorcado. Sé que jamás seré mandrágora ni tampoco seré nunca tu esposo pero sé que una noche te acordarás de mí y conciliarás la oscuridad con la sábana blanca.
No la palabra. Nunca la palabra.
No la palabra. Nunca la palabra.
Ensayo
Tags : Escritos de Isaac Alexander Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 22/05/2016 a las 19:14 |
Hay un hombre en mí que llueve
Porque nací en las grandes ciudades de occidente
mi corazón vuela hacia la tribu
Porque nací en el gran mundo que es el mundo
y donde mires y donde vayas el grupo
Esa mujer que se abraza a ese hombre
ese compañero que ayuda a su compañero
ese hermano, ¡ay, ese hermano! que consuela
en la noche tibia de un septiembre que ya empieza a agostar
Porque nací entre los hombres
mes semblables, mes fréres
agradezco el saludo del muchacho joven que camina todas las tardes con su perra
agradezco el saludo del hombre que monta a un caballo cuyo nombre es Turan
agradezco la conversación tras el trabajo
la risa con alguien que empieza a sufrir los rigores de la edad
Esta tribu que es el mundo
Esta tribu llena de colores y perfumes
Esta tribu que gira vertiginosamente alrededor de una estrella que muy pronto morirá
Esta tribu soñolienta que abona la tierra
cuyas ceniza se ventean al aire
Esta tribu que hace la vendimia y hornea el pan
y se besa bajo la tenue luz del lucero del alba
Esta tribu inmensa y laboriosa
Esta tribu que gira y gira y gira
en el espacio universal donde el ciclo habrá de renovarse una vez más
Esta tribu de artesanos, esta tribu de paisanos, esta tribu de bailarines, esta tribu de hechiceros, esta tribu de sacerdotes, esta tribu de placeres, esta tribu de vagabundos
Yo miro y me ahogo entre la multitud
y los ropajes y los tocados y las sandalias y las espuelas y los almedros y las encinas y las torres y lo campanarios y la mangosta y el astrolabio y el ladrido y el barrito y la laguna y la hechicera y la estación y la campana y el hogar y la azada y la mañana y el último día
Esta tribu
Estos perros que acompañan y sueñan una pelota que vuela y que rueda y que rueda y que vuela
Y los gatos con su afán de cura
Y los pájaros que alientan el aire con sus trinos
Y los peces que nos hacen soñar
Esta tribu de seres vivos en un planeta vivo que apenas importa lo que un segundo
Tribu de vida en este planeta de vida
Solitarios desde hace miles de años
Enclaustrados en este tierra mínima en un espacio ilimitado
es una tierra infinita llena de seres laboriosos que luchan tan sólo por vivir un rato más
Montañas y valles
ríos y regatos
ciénagas y lagos
mares y océanos
flores y hierbas
retratos y hartazgos
como una inmensa rueda cósmica
sometidos a nuestra particular forma de representarnos el mundo
Tribu en el planeta de vida
Tribu en el planeta de muerte
adornado con el sombrero blanco de luna
arropado por el manto oscuro jalonado de lucecitas de estrellas
Tribu solemne
Tribu ancestral
Tribu
mi amada gente
mi corazón vuela hacia la tribu
Porque nací en el gran mundo que es el mundo
y donde mires y donde vayas el grupo
Esa mujer que se abraza a ese hombre
ese compañero que ayuda a su compañero
ese hermano, ¡ay, ese hermano! que consuela
en la noche tibia de un septiembre que ya empieza a agostar
Porque nací entre los hombres
mes semblables, mes fréres
agradezco el saludo del muchacho joven que camina todas las tardes con su perra
agradezco el saludo del hombre que monta a un caballo cuyo nombre es Turan
agradezco la conversación tras el trabajo
la risa con alguien que empieza a sufrir los rigores de la edad
Esta tribu que es el mundo
Esta tribu llena de colores y perfumes
Esta tribu que gira vertiginosamente alrededor de una estrella que muy pronto morirá
Esta tribu soñolienta que abona la tierra
cuyas ceniza se ventean al aire
Esta tribu que hace la vendimia y hornea el pan
y se besa bajo la tenue luz del lucero del alba
Esta tribu inmensa y laboriosa
Esta tribu que gira y gira y gira
en el espacio universal donde el ciclo habrá de renovarse una vez más
Esta tribu de artesanos, esta tribu de paisanos, esta tribu de bailarines, esta tribu de hechiceros, esta tribu de sacerdotes, esta tribu de placeres, esta tribu de vagabundos
Yo miro y me ahogo entre la multitud
y los ropajes y los tocados y las sandalias y las espuelas y los almedros y las encinas y las torres y lo campanarios y la mangosta y el astrolabio y el ladrido y el barrito y la laguna y la hechicera y la estación y la campana y el hogar y la azada y la mañana y el último día
Esta tribu
Estos perros que acompañan y sueñan una pelota que vuela y que rueda y que rueda y que vuela
Y los gatos con su afán de cura
Y los pájaros que alientan el aire con sus trinos
Y los peces que nos hacen soñar
Esta tribu de seres vivos en un planeta vivo que apenas importa lo que un segundo
Tribu de vida en este planeta de vida
Solitarios desde hace miles de años
Enclaustrados en este tierra mínima en un espacio ilimitado
es una tierra infinita llena de seres laboriosos que luchan tan sólo por vivir un rato más
Montañas y valles
ríos y regatos
ciénagas y lagos
mares y océanos
flores y hierbas
retratos y hartazgos
como una inmensa rueda cósmica
sometidos a nuestra particular forma de representarnos el mundo
Tribu en el planeta de vida
Tribu en el planeta de muerte
adornado con el sombrero blanco de luna
arropado por el manto oscuro jalonado de lucecitas de estrellas
Tribu solemne
Tribu ancestral
Tribu
mi amada gente
Tras la lectura de Ébano de Ryszard Kapuszinscki me queda la sensación de haber asistido durante trescientas y tantas páginas a un espectáculo bellísimo de la crueldad y más bello aún porque no hay juicio de valor del autor sobre esa crueldad que describe con una maestría que me confirma de nuevo -y una vez más- en que una imagen NO, NO y NO vale más que mil palabras (o no necesariamente). De su mano y de su pluma he recorrido el continente africano tanto en su historia (breve, África en sí, es un continente sin historia) como en su geografía y he sentido constantemente un calor asfixiante, unos olores intensísimos, el color amarillo roto de repente por un verde colosal, la indolencia del hambre, el dolor de la sed, la locura de la malaria, la importancia del clan, la dependencia de la sombra (todo en el hombre es sombra. Siempre seremos sombra. No vemos más que sombras. Nuestros sentimientos son sombras de nuestro sentir. Sombra en los corazones. Sombras en las palabras. Sombra hueca muchas veces, tantas veces. Sombra densa que casi se convierte en materialidad. Sombra que quizá se desvanece si somos capaces de escuchar el corazón de las tinieblas, nuestro propio corazón), la sombra de un mango sin la cual una tribu desaparecería, sólo una tribu sobrevive si tiene cerca la sombra de un árbol. Esa crueldad digo, esa crueldad sin adjetivos, esa crueldad a la que asistimos cada día y cuya culpa limpiamos ahora en los confesionarios de las redes sociales, como si tuviéramos culpa, (jamás sirvieron para nada los confesionarios). Ideas preconcebidas del occidente. He descubierto con este autor polaco, maravilloso en su economía de medios a la hora de contar, que hay algunos pueblos del mundo que no saben lo que es el pecado, para los cuales el pecado es algo inconcebible y por eso las iglesias cristianas o musulmanas se las ven y se las desean para poder introducirse en sus mentes que ya están hechas que no son tan maleables como las de los niños, ¡ay, los niños! Y yo vivo aquí en este mundo occidental cuya crueldad, cuya castración, cuya ablación mental genera en nosotros la culpa, la culpa que no existe como no existe lo Perfecto, lo Ideal, lo Sublime, lo Bello, lo Pecaminoso, lo Infernal. Sólo existen dos conceptos para intuir el mundo en el que vivimos: crueldad e inocencia. Y esto dicho desde mi propia sombra, mi densa sombra a la que a veces miro de frente, de la que a veces huyo sin recordar que la sombra siempre te persigue y ¡ay del día en el que la sombra ya no te persiga! Mi propia sombra. Sombra amparo. Sombra refugio. Sombra canto. Sombra ignorancia. Sombra fe.
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Ensayo
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 31/05/2016 a las 10:07 |