Era el fantasma invisible. La lluvia caía constante [...] A través del velo el vuelo de su sabor; su sabor, ahí, donde el caldero en las largas noches del invierno [...] Traslúcida la piel del dorso de sus manos [...] fue allí, frente a las aguas, muy cerca del manantial, se hacía tarde, un bebé parecía llorar tras una nube inmensa en todo semejante a un elefante que corriera despavorido por un desierto sin fin y azul oscuro, lejos del negro aún [...] hay otras nubes, unas sobre todas que se pegan a las cimas de las montañas y empiezan a deslizarse ladera abajo, cubriéndola por entero cual inmensa patchwork que con la llegada del otoño se coloca en las camas de los niños [...] la inmensidad de esos gestos nimios que prenden en la memoria desde unos ojos sanos en mitad de este mundo tan dado a lanzarnos estímulos de luz [...] el mundo gira con todo su peso, nada de fragmentario queda [...] visiones de visores imperfectos [...] flotación y deriva vividas desde la aparente inmovilidad [...] ¿frascos de cristal en cuyo interior parece desarrollarse un mundo? [...] Era el fantasma invisible. La lluvia caía constante [...]
,roto el resorte él mismo se altisonaba [...] apasionado y dengue, casi fascista, esgrimía el cuchillo a la luz del neón de una cocina de finales del siglo XX [...] ¡Ay, esos huesos y esas modas! Miraba el filo y sonreía a la luna decreciente, aquélla de la que menos se escribe, aquella que deviene en nada y se vuelve toda nueva [...] dijo estrangularse, se alcanzó la soga y la colgó de la rama frágil de un árbol flexible. Antes de morirse ahorcado decidió cantar por si en su canto volaban, cuales luminarias del sudeste asiático, aromas de vida hasta Las Musas, las cuales, en sus cuarteles de invierno, dormían el sueño de las justas, sin ambición alguna, al pairo de sí [...] y el cuchillo seguía en lo alto y el susto reinaba en la cocina y el monumento se hacía trizas y el huracán se mofaba de los campos y las aguas freáticas caminaban a ciegas, aguas sin fauna, agua sin luz, sin marinas [...] ¡Oh, pianoforte! mi último recurso, humo al fin [...]
Ensayo poético
Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 23/10/2024 a las 20:17 | {0}[...] no corresponde a mi edad, yo lo sé. Habría de desertar. [...] pero la canción, la melodía, ese sentimiento romántico, lo apasionado [...] ya debería declinar [...] ya voy siendo viejo pero aún quisiera querer y ser querido. No, miento: Aún quisiera querer hasta morir y ser querido hasta la muerte. Eso del amar [...] hasta el tránsito, la siguiente parte del proceso, de nuevo el túnel sin memoria [...] llevo demasiado tiempo en el páramo [...] hubo un callarse que me dejó frío [...] me siento, en ocasiones, mañana de enero en lo alto de una cordillera por donde pasa el quebrantahuesos [...] me siento, en ocasiones, un amasijo mal engrasado de articulaciones que nunca estuvieron, ¿para qué negarlo? demasiado bien engrasadas [...] ¿por eso busqué el amor carnal? ¿por el dolor de los huesos? [...] el apetito de ser muy amado y amar mucho, ese deseo que apenas se congracia con la quietud que dicen trae la paz; lo turbulento, lo enredado, lo misterioso, lo húmedo... los hurgalios y los orfelunios [...] la vejez a veces no casa con la emoción intensa [...] coexisten en el mismo cuerpo las dos vertientes del existir: la vivacidad del cuerpo joven con la experiencia del cuerpo por el que el tiempo fue grabando sus memorias [...] no sé si aún [...] sí sé que merece la pena [...] la noche se hace grave y cuando el amanecer la mate llegará la levedad del canto de los pájaros y esa nube lejana, casi malva, que sugiere en sus claroscuros el cuerpo de una mujer [...]
Ensayo poético
Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 09/10/2024 a las 12:18 | {0}[...] no es la luna ni que justo cuando me pongo a escribir y necesito silencio vengan los camiones a descargar tierra [...] no es la casualidad como orden natural de las cosas [...] nada que defender ni argüir que fue en la noche cuando se gestó la terrible necesidad de afeitarme, acariciar el lomo del perro, respirar el aire de las montañas en busca de un sentido [...] ¿cuándo se empezó a fraguar? ¿cuándo germinó? ¿cuándo floreció? ¿cuándo morirá? [...] esas son las preguntas que podrían remontarse hasta el principio del pensamiento humano, en esos días en los que nos refugiamos en las cuevas y llegó el momento en el que alguien necesitó imprimir su mano en la pared más honda, allí donde la luz del sol no alcanzaba [...] la grieta temporal [...] la relatividad del miedo, la desdicha que alimenta como un gusano el hígado de quien la sufre [...] la noche nublada, la llegada por las montañas del oeste de unas nubes preñaítas de agua que quizá pasen de largo y dejen el arce japonés en esa ruindad a la que le condenó un verano cruel como es la ausencia [...] pálpitos que se exponen, acaudalados, misóginos que trasmutan en progresistas, morales nuevas que pueden condenar actitudes pretéritas, la difamación, las explosiones en los bolsillos, la llamada del muecín a uno de esos dioses que murieron hace ya demasiado tiempo, las garras y el tiempo, el vuelo y el desplome, la sangre que se extiende año tras año, siglo tras siglo, milenio tras milenio, desde el inicio del hombre [...] ¿y los huesos? ¿y el hambre? ¿y el cereal tan fácil de contar para que el Estado pueda cobrar con seguridad sus tasas? ¿y la mujer preñada en la garganta? ¿y la mula a punto de claudicar? ¿la escolopendra sintió temor cuando la barrió del suelo de la cocina, la subió al recogedor y la dejó en la tierra? ¿y el vellocino de oro? ¿y ese pueblo de Israel cuyos mandatarios han vuelto sus ojos y su adoración a su viejo testamento? ¿y la saliva que nos falta? ¿y las miradas que nunca se darán? ¿y la falta de noticias en un mundo sobredimensionado? [...] la zurra, la muerte, el escarnio, el miedo, la nostalgia, la saudade, la tristeza, el oprobio, la honra que es vivencia del honor, el honor en sí [...] ¡Oh, cállame la mente, natación! Vuelvo a ti como el niño vuelve sus ojos a quien tiene la potestad de alimentar su cuerpo; vuelvo la vista a ti, maldita, que me dejaste a la intemperie, que me obligaste a mirar una vez más dentro de mí y encontré ese diablo que viaja en mi interior, ese hijo de Satán que se retuerce en azufre y vacío y que apenas asoma la cabeza cada tanto [...] ¿cuándo se acabará este momento? Mientras dormimos la noche viaja sola, el árbol se troncha solo y es posible, que al no ser observado, ese árbol se destronche, vuelva la rama a su lugar, continúe callada la vida en el bosque; sí, puede que esté naciendo una especie nueva en los abisales, allí donde nuestros ojos no pueden llegar y el mundo se desenvuelve en la oscuridad de los fondos con leves destellos vivos de luz que muestran mandíbulas terribles, animales fieros que tienen la necesidad de engullir y seguir nadando en la noche eterna, hacia donde voy [...] ¿Cómo te invoco? ¿A qué Dios me dirijo? ¿Debo retroceder hasta las culturas matriarcales las cuales sucumbieron tras el descubrimiento del milagro de la concepción? [...] ¿he de desbrozar la selva a machetazos? ¿He de ofrecer alguno de mis miembros a alguna deidad lunar? ¿He de arrodillarme, pedir clemencia, esperar perdón? [...] ¡Basta! me digo en esta tarde de viernes poco antes del otoño o si no lloverá fuego sobre mí, beberé la tierra seca que mana del manantial, respiraré hierro [...] ¡Basta! os digo. ¡Basta! os ruego.
Ensayo poético
Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 20/09/2024 a las 17:01 | {2}[...] porque se proyectaba hacia atrás donde era el mundo y el circo tenía tantas pistas tantas tantas pistas rugía el aire no el león y la acróbata se estremecía en el columpio ¿trapecio? a treinta metros de altura mientras lo que llamaron alborada era un glaciar azul y frío como el ardor de un corazón malquerido [...] porque se proyectaba y quería que los brazos se abrieran en un abrazo largo como la lluvia ancho como el mar un abrazo donde pudiera descansar del dolor del crecimiento un abrazo que fuera un acogerle el mundo un abrazo para siempre que cerrara la duda de si alguna vez fue tan querido [...] porque se proyectaba hacia la cultura y sus ambiciones volaron lejos hacia donde nunca deberían haber ido ¡Ah si hubiera sabido que el deseo es el veneno de los occidentales! entonces claro de luna soliloquio del farero mansión en lo profundo del bosque manantial y aguas cárdenas topacio en sus ojos vela que se lanza hacia al horizonte muérdago en las fiestas de la familia familia en sí nostalgia de lo que nunca disfrutó extrañeza [...] porque se proyectaba se volvió a preguntar a mediados de septiembre cómo era su dormir cómo pudo atravesar los años sin dejarse llevar por la destrucción cómo pudo mantener una disciplina siendo él como creía una especie de anarquista a quien el Estado sólo le interesa en cuanto defensor de los más débiles [...] porque se proyectaba se hundía porque se hundía faltaba el aire porque el aire faltaba se sumergía porque se sumergía afloraba la rosa porque la rosa el color porque el color la mirada y si la mirada la observación y si la observación la alteración de lo observado porque se alteraba se hundía en la rosa y le faltaba el aire y el color de la mirada [...] porque se proyectaba languidecía y ya apenas hablaba y en su mudez sentía la gana del otro el semejante el hermano el que sabe el que abraza [...] porque se proyectaba
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Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 17/09/2024 a las 14:07 | {0}
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Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 28/10/2024 a las 14:36 | {0}