Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Podrá marchar por una larga alameda. Seguirá el invierno. Las catástrofes se reproducirán un año más y voces de otro tiempo provocarán alardes teológicos (no critica que se haga. Más bien critica a quien descontextualiza una opinión). La alameda estará desnuda. Las ramas de sus árboles producirán arcadas góticas.

Obligado por una cuestión de testamentarías una pareja viajó hasta el otro lado del mar justo cuando la tierra sacudió su herencia. Ambos yacen sepultados.

La imantación de una lectura en una librería/café, un libro de George Steiner Tolstoi o Dostoiewsky editado por Siruela en el que el crítico muestra que ambos son la cumbre del arte de la novela. Imantación por si pudiera beber algo de esos dos titanes y aplicarlo a su propia tarea.

Espera paciente de la llegada de una carta.

Un piano resuena y una mano surca el espacio para marcar compás y aire.

El temor a las ostras y su constatación, en mitad de la madrugada, cuando se despierta y ha de ir al baño con diarrea y dolor de cabeza. Se dice, Nunca más. Luego piensa, Hubo en la ingesta de las ostras algo de educación.

¡Qué gris el día!

En marcha.

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 16/01/2010 a las 11:54 | Comentarios {0}


Lo que se lee no es -necesariamente- lo que está escrito

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 15/01/2010 a las 08:46 | Comentarios {0}


Sobre las Creencias (8)
¿Cómo se puede mantener la idea de Dios en 2010? Desde luego si miramos a la luz de la razón el programa de REDES Nuestro Lugar en el Universo la sensación de Dios se desvanece. Hablo del Dios occidental, el trascendente, el que está fuera de nosotros, fuera de todo y rige el mundo y los mundos; la otra idea de Dios -más oriental- el dios inmanente, el que está dentro de nosotros y es nosotros adquiere una forma más sensata dentro de la tremenda insensatez que -a la luz de los conocimientos de hoy- la idea de Dios parece aportar.

Luis Felipe Rodríguez, astrofísico mejicano, nos cuenta en una larga entrevista con Eduard Punset los orígenes, evolución, estado actual y probable futuro del universo. Lo poco que se conoce. O lo mucho que se conoce. Según el método científico Dios sería (esta aproximación a Dios es mía) unas zonas del universo en expansión en las que, por causas desconocidas, los gases en vez de seguir expandiéndose se empezaron a contraer y a unir. La expansión permitió que la luz se hiciera y el espacio en vez de opaco se hiciera transparente y la densificación en ciertos lugares del universo permitió que algunos átomos se unieran y de esta unión nació toda la materia conocida la cual -según los últimos datos de los que se dispone- ocupa un 4% del total de nuestro Universo. Es decir la materia que conocemos y de la que estamos hechos es un resto de un universo cuyo restante 96% está compuesto de dos elementos que los astrofísicos creen que deben de existir: la materia oscura (que impide a las galaxias expandirse y por lo tanto a dispersarse, de ahí su movimiento circular) y la energía oscura (que empuja al universo a seguir expandiéndose). Si no existiera esta energía oscura el universo habría tenido que ir decelerando su expansión desde hace cinco mil millones de años y sin embargo aumenta su velocidad de expansión desde entonces.

Somos polvo de estrellas estalladas. Somos solidificación de hidrógeno, helio, nitrógeno, carbono y en mucha menor medida potasio o fósforo o magnesio. En nuestra galaxia, nuestro sistema solar, apenas ocupa un poquito en su parte inferior.

Dios no es más que gas.

El universo que habitamos nos ignora.

Ya hemos descubierto más de cien sistemas solares parecidos al nuestro.

Ensayo

Tags : Sobre las creencias Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 08/01/2010 a las 19:12 | Comentarios {0}



De las cosas, de los asuntos, quizás a ti te hiera o te alegre igual. Aire que viene y trae ese agua blanca que algunos llamaron nieve. Afán de matizar. Aire de la vida. Aire de siete soles por más que nunca veamos más de uno. Aire de la belleza en una muchacha ayer en el metro. Aire de los aires de otros confines del mundo. Aire que se respira. Aire que alivia.

No se debe temer el aire. El que se forma tras la unión o el que la unión aviva. Aire desde el cielo. Aire en el agua. Desolación sin aire aunque sea aire a quemarropa. Abrazo del aire. Pulmón abierto. Nada hay más infinito que el aire de un instante.

Ven y no me envuelvas.

Envuélveme y no vengas.

El cuerpo ahíto. La exhalación. El vaciamiento. Y vuelta a donde el aire gira.

A las tres de la tarde.

Los días son aire.

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 07/01/2010 a las 14:49 | Comentarios {0}


Rembrandt
Rembrandt
¡Ah, ese viejo zorro de Yahvé! o de Eloi (si la redacción es más moderna). Esa creencia que viene del desierto donde no hay nada y por lo tanto todo lo que ocurra será un milagro. 3.000 años antes de Cristo. En el Próximo Oriente, en Mesopotamia, rodeados de dioses débiles como Baal de los cananeos que muere y de vez en cuando resucita o su padre El, más débil aún que ha de pedir ayuda a una de sus esposas para que le saque del atolladero de haber sido destronado por su propio hijo ¡Ese viejo zorro de Yahvé! decía al principio, que inaugura en el mundo de las creencias humanas la fe abramánica, es decir una fe ciega, cuando Yahvé le ordena que sacrifique a su hijo Isaac y Abraham no duda de que las razones de su dios exceden con mucho su capacidad de entendimiento; su fe le lleva a saber con absoluta certeza que lo que va a cometer no es un infanticidio, que su dios está muy por encima de sus conceptos morales. Esa alianza es la verdaderamente importante, la verdaderamente novedosa. La que hará poderosas y perseguidas a las doce tribus de Israel. Y quizá también, sí, también la posibilidad de que alguno de sus descendientes tenga, por fin, derecho a acercarse al Árbol de la Vida y al comerlo conseguir la eterna juventud. Porque conocimiento y juventud eternas son las características propias de todo Dios. Cuando Israel era un niño su Dios ya era un sabio celoso y usurpador. Hubo de ser así, imagino, para poder llevar con mano férrea a su rebaño hasta el lugar que le correspondía. Incluso tuvo que destruirnos a todos -excepto a su querido Noé, su mujer y sus tres hijos, el último de la estirpe de los hombres que tuvo una larguísima vida- y confundir nuestras lenguas para que no pudiéramos -tan sólo con el conocimiento- alcanzarlo, sobrepasarlo, olvidarlo.
¡Yahvé de los Patriarcas! ¡Yahvé de los Ejércitos de la Luz y forjador del Ejército de la Sombra! ¡Yahvé de las venganzas! ¡Yahvé de los desiertos! ¡Cuánto dolor forjaste entre los tuyos! ¡Cuántas pruebas ideaste en tu divinal cerebro! ¡Y cómo, cómo, de tantos ríos de sangre pudo surgir celeste y terrenal El Cantar de los Cantares!

Ensayo

Tags : Sobre las creencias Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 03/01/2010 a las 10:04 | Comentarios {0}


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