Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
El 11 de septiembre de 2001. Por fin ya teníamos los de la generación del 60-75 una fecha para la historia. Por fin los gobernantes y financieros de la primera potencia del mundo habían encontrado un motivo suficiente para atacar y llenarse de razones. Aquel día no llegaron a 3000 los muertos (curiosamente ese día, a esas horas, las torres del World Trade Center tenían la ocupación más baja de toda su historia. Bueno, casualidades). 3000 muertos que cambiaron la historia, dicen, los exégetas de las conmemoraciones. ¿Qué ha cambiado desde entonces? En el Cuerno de África están muriendo MILES de personas al día de hambre.
Ayer vi en la 1 de Radio Televisión Española la Apología de Oliver Stone sobre el pueblo yankee y lo buenas personas que son todos en su película de propaganda World Trade Center (últimamente todas las películas de este director son pura propaganda, con lo bueno que era montando), y lo que me ocurrió es que mientras veía el sufrimiento del pueblo americano, lo que veía sobre todo es que tenían grifos con agua, neveras llenas, hot dogs en mitad del derrumbe, carreteras, aviones, fortalezas, satélites, marines, medios humanos para aplacar el destrozo. ¿Qué cambió el mundo? ¿Qué diferencia esa matanza de tantas otras matanzas? ¿A parte del hecho humano en sí: la mujer que pierde a su hijo; la niña a la que le cortan de cuajo las piernas; el héroe que da su vida por los demás? En fin esas coasas que ocurren en todas las partes del mundo cuando la tragedia se abate sobre una comunidad, ¿qué es diferente? ¿qué huella ha dejado sino el disparate de la venganza y poco más? ¿Somos mejores desde entonces? ¿El pueblo americano es mejor? ¿Lo son sus dirigentes? ¿Alguna lección moral de nuevo cuño que nos ponga la piel de gallina al resto de la población? ¿Algún discurso enriquecedor? ¿Alguna historia fascinante?
Engaños. Propaganda. Alardes.
Entiendo que una nación honre a sus muertos pero no entiendo que el resto del planeta haga lo mismo.
¿Por qué me ametrallan -informativamente hablando- en España de algo que no tiene más sentido que el sinsentido del ser humano en su máxima expresión una y mil veces repetido?
¿Qué nos quieren recordar? ¿Que los neoyorquinos lo pasaron muy mal? o ¿que cuidado con los americanos? o ¿que hay terroristas que no son lo mismo que los ejércitos pero que hacen exactamente lo mismo: cargarse población civil de su propio país o de otros países?
¿Qué mierda de conmemoración es ésta? ¿Por qué no dejamos ya de conmemorar la injusticia y la sangre?
Hambre sin conmemoraciones
Hambre sin conmemoraciones

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 10/09/2011 a las 12:49 | Comentarios {0}


Déjame abrazarte. Lo he pensado por la carretera. Los kilómetros que se hacen largos. El tiempo que parece que se acaba. Las proporciones. ¿Qué está pasando? ¿Qué nos espera? ¿Por qué tanto miedo?

Casi todos hemos comido hoy en España. Las gentes, las que han decidido participar de este sistema, casi todas (si no todas) en esta parte del mundo, han comido hoy. ¿Qué no sabes tú para poder hablar de lo que está ocurriendo? ¿Qué oscuros arcanos no controlas? ¿Por qué no puedes decir con tan sólo tu sentido común que hay algunos a los que les está haciendo mucho bien esta generación constante de miedo?

Pensémoslo a largo plazo (o medio) porque ese debe de ser uno de los arcanos: la medida de los plazos. Desde el 11 de septiembre de 2011 el miedo es el gran generador de noticias del mundo occidental. El miedo genera insatisfacción. La insatisfacción es buena para controlar a las masas (esto que escribo se sabe, al menos, desde el año 1925). El miedo paraliza. Durante los ocho primeros años del siglo XXI el terror a unos locos sanguinarios árabes, distintos, que vivían en unas montañas en un país escabroso y que tenían entre sus manos las destrucción de nuestro descansado mundo, llenó las páginas y las portadas de todos los medios de comunicación; recuerdo que el miedo era constante; recuerdo una tarde en que iba con mi hija en el metro en el año 2004 tras los atentados de Madrid, en que me entraron sudores fríos ante un paquete que un moro había dejado a su lado; fue tanto mi terror que me bajé antes de la parada. El miedo. El miedo. Siempre el miedo. Siempre la inseguridad. Siempre un enemigo externo, sin rostro y con rostro. Curiosamente ese terror no ha doblegado al mundo occidental. De esto nos empezamos a dar cuenta cuando los atentados ocurrían siempre con armas convencionales (¿dónde está el ántrax? ¿dónde la bomba atómica casera?) y cuando ya el tema recurrente del terror islámico se convirtió en tedio y por lo tanto este Satanás ya no causaba el efecto deseado, llegaron los valientes muchachos de las Fuerzas Especiales americanas y se cargaron sin contemplaciones a ese Demonio horrible que tanto había costado encontrar -viviendo como vivía en un chalet en las afueras de una ciudad de Pakistán (vamos, imposible encontrarlo)- llamado Bin Laden en este año de 2011 (justo en el décimo aniversario de la matanza en New York).

Había por lo tanto que inventar un nuevo miedo. Un terror profundo. Una forma de mantener a las gentes en sus puestos de trabajo. De callar ante el jefe. De ahorrar lo suficiente y comprar también que así ayudamos a nuestro mundo. De detener de forma tajante los grandes movimientos migratorios. De volver a la quietud de los países quietos y ricos. Había que crear un miedo igual al terrorismo islámico pero distinto en sus contenidos (los Masa necesitamos estímulos nuevos). Si antes era que tu hijo saliera volando en pedazos en un centro comercial; ahora va a ser que tu hijo no pueda ir a ese centro comercial porque tú eres un puto miserable que se ha quedado sin trabajo. Había que meter en las mentes del hombre corriente el terror a la pérdida de su statu quo (que si lo analizamos bien era exactamente la misma amenaza latente en el terrorismo islámico). Había que crear una enorme burbuja de terror planetario. Una crisis que llegara a oleadas y que esas olas fueran cada vez más grandes, cada vez más altas, cada más seguidas. Inseguridad. Inseguridad. Inseguridad. Siempre latiendo. Siempre fortaleciéndose. Y lógico será que la catarsis de esta terrible y espantosa crisis no sea lo que han solido ser: una GUERRA. ¡Ah, sí, una buena guerra! Que como toda persona con dos dedos de frente y un poco de cultura sabe, es el gran negocio de los negociantes. Y de paso nos deja extenuados. Y de paso nos recuerda lo que nos va a pasar como nos portemos mal. Y así tras la limpieza catártica a base de bombas y soflamas, volverá un presidio transitorio de calma (perdón, quería escribir periodo transitorio de calma), donde se irán haciendo los negocios y se irán preparando los nuevos terrores con los que mantener controladas a las Masas, que somos fáciles de convencer pero algo tercas, hay que darnos palo para que entremos en el corral y engaño para que entremos por el corredor que nos lleva al matadero.

Acordémonos: la información actual sólo cuenta sucesos cuando lo verdaderamente importante son los procesos (Ryszard Kapuscinski).

He visto el mar (la mer, la mer, toujours recommencée). Me he sentado ante él. Lo he escuchado. En tierras mediterráneas. Con el sol de septiembre que tan bien supo plasmar Sorolla. El sábado por la tarde estaba inmenso y me fui a él y nadé largo, mucho, hacia el horizonte y cuando estaba en ese lugar donde la playa ya se ha hecho pequeña y los hombres son siluetas y el sol enrojecido se iba a descansar y yo flotaba, he pensado que el mar jamás tiene miedo.
Escuchaba el mar y sentía dentro de él que iba a morir; sentía que un día este cuerpo que aún teclea, no iba a ser nada; ni ese cielo iba a poder ser visto por mis ojos; pensaba el mar y pensaba el miedo que generan los hombres sobre los hombres y sabía que las sociedades no tienen como premisa (¡Ay, utópico artículo primero de la declaración de los derechos humanos, zanahoria para el burro) primera la libertad y fraternidad de sus miembros.

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 05/09/2011 a las 22:51 | Comentarios {0}


Al amparo del ensayo de Pepe Rodríguez, Mentiras fundamentales de la iglesia católica. Editado por Ediciones B.


Sobre las creencias 11. Jesús en Séforis
En tiempos de Yeshúa, Nazareth no existía. O para ser más precisos pudo ser una aldea de no más de treinta casas hechas de adobe y con tejados de paja. Aunque lo más probable -según excavaciones hechas por arqueólogos que no tuvieran como única premisa demostrar la veracidad neotestamentaria- es que la llamada Nazareth no fuera si no un cementerio. Supongamos, a pesar de todo, que Nazareth fuera una aldea. ¿Qué hacían allí José y Jesús, especialistas en la madera y la construcción? ¿Por qué vivían en un lugar donde no podían ejercer su trabajo?

Una desapasionada lectura del Nuevo Testamento, nos hace ver dos cosas: una que los cuatro evangelistas (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) no conocieron personalmente al tal Jesús y que, la inspiración del Espíritu Santo a la hora de escribir la vida y obra de este personaje, está llena de contradicciones (como si hubieran sido inspirados por un espíritu ebrio). Es necesario recordar que la iglesia católica tiene como dogma de fe la inspiración divina tanto de los textos veterotestamentarios como los del nuevo.

Saulo de Tarso es el verdadero crador del Jesús-Cristo (que no es el mismo Jesús que nos cuentan los evangelios. Como tampoco es el mismo Dios el que nos cuentan en el Antiguo Testamento. Uno es Yahvé y otro Eloí).

La jerarquía católica es la única de las jerarquías religiosas que prohibió a sus fieles leer sus textos sagrados (nada más y nada menos que durante 1.800 años). ¿Por qué?

Es de lógica afirmar que María no era virgen a la hora de concebir a Jesús. Pero si creyéramos en los milagros ¿no sería lógico que los cuatro evangelistas se explayaran versículos y versículos en este hecho extraodinario para otorgarle todo el valor y trascendencia que tiene? Y sin embargo tan sólo Mateo y Lucas le dedican cuatro pobres versículos. Comparémoslo por ejemplo con los más de ocho capítulos que se dedica en el Antiguo Testamento a la decoración del Tabernáculo. ¿Dios sabe más de trapos que de úteros? (Insisto en la inspiración divina de los libros sagrados)

La religión Católica se crea a partir de Constantino, como una forma de poder terrenal y sus bases se fijan en el Concilio de Nicea (325 d.C.).

De Nazareth no hablan los grandes escritores judíos de la época (entre todos Flavio Josefo) y sí en cambio de una ciudad que se encontraría a unos cinco kilómetros de la ubicación de este cementerio: Séforis que fue -en palabras de Pepe Rodríguez, autor del muy intererante ensayo (aunque de título infumable) Mentiras fundamentales de la iglesia católica- "la capital de la tretarquía galilea de Herodes Antipas hasta el año 19 d.C. Era la ciudad más importante de la región -la `Corona de Galilea´ según Flavio Josefo- con numerosas escuelas rabínicas que, como en toda Galilea, postulaban un judaísmo muy estricto, y residencia de las clases pudientes que no se instalaron en Tiberíades, la nueva capital Herodiana". ¿Por qué no se nombra esta ciudad en los evangelios (es como si en la época actual hablando de Estados Unidos no se nombrara Washington)?

Lo lógico es que José tékton (es decir carpintero constructor) y su hijo Jesús que ejerció tan noble oficio hasta, por los menos, los cuarenta años de edad vivieran en una ciudad donde sí se necesitaban sus conocimientos.

Y ahora viene un hombre llamado Joseph Ratzinger -amparado en las mentiras de su secta- transmutado en Benedicto XVI (de nuevo Saulo de Tarso: la creación de Jesús transmutado en Cristos) a pontificar sobre una perversión que llevó al poder a unos hombres que como escribió uno de sus antecesores -el también Papa Clemente XII (1740-1758)- a su amigo Montfauçon: Se me reprocha que de vez en cuando me entretenga con Tasso, Dante y Ariosto. Pero ¿es que no saben que su lectura es el delicioso brebaje que me ayuda a digerir la grosera sustancia de los estúpidos doctores de la iglesia? ¿es que no saben que esos poetas me proporcionan brillantes colores, con ayuda de los cuales soporto los absurdos de la religión?

Ensayo

Tags : Sobre las creencias Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 15/08/2011 a las 12:16 | Comentarios {0}


Sobre las necedades y las mentiras, mueren las personas.
Los sabemos desde los primeros escritos cuando las sociedades de los hombres se estaban haciendo y surgía como forma de dominio la fuerza y la crueldad.
Batallas y más batallas. Castigos y más castigos. Venganzas. Oprobios y quemas. Razzias. Abominaciones de todo tipo.
Como contrapeso se inventó el amor. Las largas hileras de promesas y bienaventuranzas. Las profecías corrieron como ríos de esperanza. La espera se convirtió en la patria de los miserables. Y así sigue siendo.
No se puede afirmar el progreso emocional del ser humano hacia un estadío mayor de fraternidad y compasión.
Somos bestias. Y como tal somos ganado.
Conservadores y cobardes nos agarramos a la fe -que no es otra cosa que el cajón de sastre de la ignorancia- para esperar indefinidamente a que los bienes de la tierra sean justamente probados por todo ser venido a este mundo.
Morimos espantosamente rodeados de insectos.
Sufrimos unas condiciones indecentes. Miramos con indiferencia, entregados a un fatum en el que tontamente creemos, la vida del niño escuálido que se escapa entre estertores hacia el último pudridero.
El anciano tuerto se apoya en un cayado que en nada le sostiene.
El soldado armado hasta los dientes entra en el poblado y abre de piernas a la mujer y la viola y le arrasa el pecho y le escupe la lefa en la vagina.
El comandante vestido de camuflaje, pérfido como el sonido del capapuercos, entra en Sbrenica y con la insolencia de la Historia en su mirada comete la atrocidad que tantas veces se ha cometido.
Emilio Botín ejecuta una hipoteca y quedan en la calle el hombre avergonzado por no poder dar techo a sus hijos, la mujer seca de la angustia, los niños asustados por no poder volver a su cuarto.
Y vuelan los gritos de compraventa.
Y arrasan los vándalos las aceras.
Y carga la policía contra la razón de los hastiados.
Y viene la Bicha -el falso Sacerdote. El Sumo Impostor- a decirle a los jóvenes ignorantes lo que han de hacer.
Cuando los ritos olvidan sus orígenes dejan de tener sentido.
Es agosto en el mundo. Puedo beber un café y tomarme un helado. Tecleo y estoy bien alimentado. Seguro que conoceré a una mujer bonita con la que mantendré juegos de seducción y caricias en la medianoche. Sudaré nadando. Dejaré que el agua alivie las tensiones de mi cuello. Caminaré por las calles y escucharé cantos.
Bestias somos. Cuanto antes lo aceptemos antes sabremos soportar -como oveja- las órdenes del pastor y los mordiscos del perro.

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 12/08/2011 a las 13:22 | Comentarios {1}


Hambre
Voy a hacer DEMAGOGIA de la buena.
¡Viva la demaGOGIA!
Yo tuve hambre. He pasado hambre. El hambre es horrible. El hambre duele. DUELE MUCHO. El estómago se retuerce, suelta ácidos para comerse a sí mismo.
¿DÓNDE EStán estos grandes y demócratas líderes mundiales cuando los seres humanos de SOMALIA se mueren de hambre? ¿Dónde están los SOCIALISTAS? ¿dÓNDE cojones están los soCIALISTAS?
Nunca le pediría a un grupo político de derechas que aliviara el HAMBRE en el mundo, de hecho del hambre de los demás ha solido alimentar sus ESTÓMAGOS. ¿DÓNDE ESTá ese ridículo PAPA, con sus trajes ridículos y sus ritos de opereta? ¿Y los PUTOS CURAS de las ciudades libres del mundo dónde están? ¿DÓNDE está la libertad de esos niños a los que se están comiendo las moscas? ¿dÓNDE ESTÁN LOS PUTOS iMANES CON su CORÁN? ¿Dónde está la MISERICORDIA DE ALÁ? ¿Dónde están las NAcioNES UNIdas? ¿Dónde los DERECHOS DEL HOMBRE?
¿Qué leemos? ¿Qué nos cuentan? ¡Oh, sí el alivio de la deuda española colocada en los mercados secundarios! ¡Qué sangrante es el MUNDO! El mundo deja de ser bello. El mundo es un lugar horrible donde no llueve, donde no llueve, ¡hostias!, y allí los niños se agarran a una teta seca y mueren y mueren y mueren y mueren, un segundo tras otro.
DEberían leer en silencio.
Deberían morir sin que ningún habitante con nevera lo supiera. No deberían ser mercancía para uso de estómagos llenos.
Los miserables.
Los MISERABLES.
Mi conciencia me lleva hasta la poesía.
Y me siento extraño en un mundo al que entiendo.
Con tan buenas ideas.
Con la religión tan compasiva.
Con el arte tan bello.
Y el coche recién lavado.
Y los seres humanos muriendo cuando con los medios de transporte actuales y los excedentes agrícolas se podría resolver esta hambruna en menos que yo escribo estas reflexiones demagógicas de humano bien alimentado.
DEMAGÓGICAS EN STRICTU SENSU (no se equivoque)
El hambre atonta, anula, envilece, apaga, asombra,
Dijo un gran poeta: Cuando el hambre haya desaparecido del mundo, la revolución espiritual habrá comenzado. POR ESO LOS GRANDES LÍDERES DEMÓCRATAS los dejan morir, para que no haya revolución espiritual, CONTESTACIÓN, INDIGNACIÓN (que es una IRA sagrada porque se eleva contra los ataques a la DIGNIDAD de las personas).
En estos momentos supremos es donde SE MUESTRA EL engaño de las CIVILIZACIONES AVANZADAS. El único avance digno de tal nombre sería la FRATERNIDAD. Acudir con agua, medicinas y alimentos; parar los juegos de salón entre MERCADOS Y POLÍTICOS; PONERSE serios; aliviar el terrible sufrimiento de que TU PROPIO ÁCIDO GÁSTRICO SE ESTÉ COMIENDO TU ESTÓMAGO.
Señores propietarios de los GRANEROS: sólo tienen HAMBRE. Ni más ni MENOS.
Amén.

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 04/08/2011 a las 17:19 | Comentarios {0}


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