1.- No leerás El oficio de vivir de Cesare Pavese si te encuentras al borde del abismo.
2.- Si estás a punto de escribir un poema, ni se te ocurra leer un ensayo de teoría literaria.
3.- Soflama es rescoldo de fuego.
4.- Sí, esfuérzate en encontrar la diferencia entre evocativo y alusivo.
5.- También en el núcleo de la barbarie hay un espacio vacío.
6.- Deja que juegue. Deja que se arriesgue. Deja que sienta en su pecho la miel de la victoria. Sólo así sabrá por oposición la hiel de la derrota.
7.- Contraste a 6: Si la derrota, sonríe. Si la victoria, llora.
8.- Las manos frías auguran la cálida sangre de las noches puras.
9.- No puedes mirar atrás para maldecir hoy lo que no quiere decir que atrás existió y que hoy está aquí.
10.- Apura la vida y no te apures por ella.
A Raúl
Leo el último poemario de Raúl Morales García Pájaro Visitador editado por El Gaviero Ediciones y quisiera leer algunos de sus poemas en alto, leer por ejemplo El dolor/ sabe que no se tiene. Así lo hago, en mi casa, donde la poesía es más callada. Porque la poesía tiene que ser callada. La literatura escrita tiene que ser callada. Por eso hay que leerla, a solas, en alto.
Muchas veces ocurrirá en la batalla del cerebro contra los versos. Muchas veces la intuición vencerá y surgirán por ejemplo estos otros versos del pájaro que visita, bajan los perros,/ de sus pitas sangran,/ suben sedientos hasta el claro del bosque.
Yo no sabría decir qué es poesía; no sabría decir qué es nada de nada; lo bueno de seguir leyendo después de haber leído algo es que tan sólo se sabe lo malo en el sentido de que puede ser definido, analizado, desmenuzado; lo bueno siempre tiene algo de indefinido, imposible de analizar, imposible de separar en sus partes; lo bueno es como el agua: si se divide en sus partes deja de ser líquida.
Algo me entristece no alabar -porque sería alabanza. Porque la merece- su libro en una reunión pública, en una librería, donde habría un público imagino que escaso para un acto casi incomprensible. Tenerle al lado, con su perfil de pájaro cantor, de pájaro que suele cantar en la enramada, cuando cae la tarde y se escuchan más los trenes que pasan. Tenerle al lado y con su libro en la mesa, una vez leído, sabiendo que cualquier palabra que diga será en exceso prosaica para los versos que avisa. Versos como éste al deseo que
Quizás hubiera intentado hacer diáfanos esos versos cortados como los farallones de los acantilados y habríame dejado llevar por un ensayo que leí hace demasiado cuando mi mente era otra y era más esclavo. Está mejor así, me digo ahora. Aunque hubiera estado también mejor de la otra manera si así se hubiera dado. Es como si el mundo en sus dos caras me pareciera cada vez más el mismo mundo. No alcanzo a comprender. No alcanzo nada. Tan sólo me sostiene sentir en la columna una brasa cuando siento en qué vientre cae y se extienden sus hebras (que es otro verso de Raúl Morales García que así le gusta que le llamen: con los apellidos de su madre y de su padre). Tan sólo eso me sostiene: sentir brasas cuando leo versos. Lo demás va y viene, puede o no ser y que sea o no sea en nada nos atañe, no participamos de esa posibilidad porque somos la posibilidad en sí, lo que en sí mismo es ya una posición privilegiada porque si de posibilidad pasamos a realidad nos corporeizamos pero si en posibilidad nos quedamos seremos siempre anhelo, fantasma, algo que pudo ser, deseo entonces.
Sí hubiera querido. Pero también me es grato quedarme en nada; sentado no a su lado sino entre el público, orgulloso del encargo que nunca llegó a ser pero sabiendo que si hubiera sido, él se habría sentido tranquilo, los dos mirando al frente, con su libro ante nosotros, ese Pájaro Visitador que en su ala 15 nos dice, para volar, contrapeso en el pico, tesoro y timón, no miedo, no esperar nada.
Muchas veces ocurrirá en la batalla del cerebro contra los versos. Muchas veces la intuición vencerá y surgirán por ejemplo estos otros versos del pájaro que visita, bajan los perros,/ de sus pitas sangran,/ suben sedientos hasta el claro del bosque.
Yo no sabría decir qué es poesía; no sabría decir qué es nada de nada; lo bueno de seguir leyendo después de haber leído algo es que tan sólo se sabe lo malo en el sentido de que puede ser definido, analizado, desmenuzado; lo bueno siempre tiene algo de indefinido, imposible de analizar, imposible de separar en sus partes; lo bueno es como el agua: si se divide en sus partes deja de ser líquida.
Algo me entristece no alabar -porque sería alabanza. Porque la merece- su libro en una reunión pública, en una librería, donde habría un público imagino que escaso para un acto casi incomprensible. Tenerle al lado, con su perfil de pájaro cantor, de pájaro que suele cantar en la enramada, cuando cae la tarde y se escuchan más los trenes que pasan. Tenerle al lado y con su libro en la mesa, una vez leído, sabiendo que cualquier palabra que diga será en exceso prosaica para los versos que avisa. Versos como éste al deseo que
Quizás hubiera intentado hacer diáfanos esos versos cortados como los farallones de los acantilados y habríame dejado llevar por un ensayo que leí hace demasiado cuando mi mente era otra y era más esclavo. Está mejor así, me digo ahora. Aunque hubiera estado también mejor de la otra manera si así se hubiera dado. Es como si el mundo en sus dos caras me pareciera cada vez más el mismo mundo. No alcanzo a comprender. No alcanzo nada. Tan sólo me sostiene sentir en la columna una brasa cuando siento en qué vientre cae y se extienden sus hebras (que es otro verso de Raúl Morales García que así le gusta que le llamen: con los apellidos de su madre y de su padre). Tan sólo eso me sostiene: sentir brasas cuando leo versos. Lo demás va y viene, puede o no ser y que sea o no sea en nada nos atañe, no participamos de esa posibilidad porque somos la posibilidad en sí, lo que en sí mismo es ya una posición privilegiada porque si de posibilidad pasamos a realidad nos corporeizamos pero si en posibilidad nos quedamos seremos siempre anhelo, fantasma, algo que pudo ser, deseo entonces.
Sí hubiera querido. Pero también me es grato quedarme en nada; sentado no a su lado sino entre el público, orgulloso del encargo que nunca llegó a ser pero sabiendo que si hubiera sido, él se habría sentido tranquilo, los dos mirando al frente, con su libro ante nosotros, ese Pájaro Visitador que en su ala 15 nos dice, para volar, contrapeso en el pico, tesoro y timón, no miedo, no esperar nada.
Sí. Olmo Z.
Miento si digo que el beso
O este amanecer tardío, un invierno, despojado
Suena el pecho
y calla la semilla
Miento si digo que esta variación se entiende en todos los idiomas
o si vuelo, mañana, en tus alasbrazos
Y aún así persigo
corro más que aliento
me siento y soy postigo
y me dejo
y me atosigo
Vanidad de vos
Gula de tu sexo
Codicia horaria
Lujuria encadenada
Avaricia y mar abierta al horizonte
Vanagloria en mis manos
Pereza llaga
Envidia y sábanas
Miento si tecleo y si hablo miento y si respiro miento y si animo miento y miento de veras y miento con los mitos y entre los mitos miento
Púlsame
Agárrame y no me sueltes nunca nunca nunca
He de dejar que la noche se suspenda
He de confesar mis pecados a la virgen de los olores profundos
y luego desquitarme en la herida
Sodomía
Ósculo oscuro
Desolación
del culo
Tiempo ajeno
cuando ya soy viejo y nada me aturde más que un amor con aires veinteañeros
verga, sauce, caramillo, oropéndola, estruendo, bajada, lento, mínimo, ausente, fresno, calle, almácigo o jiñicuago, risueño, borde, altozano, surco, saetera, campanario, hornillo, cadencia, pausa, esbelta, vela, luz, cruz, esmeralda, verja, satisfacción, alambrada, espalda, moño, sochantre, baliza, ensenada, déjame abrazarte una vez más, lanza, lienzo, cola de conejo, zinc, pincelada, claraboya, atrio, Grecia, giraldillo, pescaíto, hoja dentada, glifo, urna, almohada, desnuda, acordeón, cristal, empeine, uña pintada, derrota, nadir, energía oscura, confirmación, número, cámara
O este amanecer tardío, un invierno, despojado
Suena el pecho
y calla la semilla
Miento si digo que esta variación se entiende en todos los idiomas
o si vuelo, mañana, en tus alasbrazos
Y aún así persigo
corro más que aliento
me siento y soy postigo
y me dejo
y me atosigo
Vanidad de vos
Gula de tu sexo
Codicia horaria
Lujuria encadenada
Avaricia y mar abierta al horizonte
Vanagloria en mis manos
Pereza llaga
Envidia y sábanas
Miento si tecleo y si hablo miento y si respiro miento y si animo miento y miento de veras y miento con los mitos y entre los mitos miento
Púlsame
Agárrame y no me sueltes nunca nunca nunca
He de dejar que la noche se suspenda
He de confesar mis pecados a la virgen de los olores profundos
y luego desquitarme en la herida
Sodomía
Ósculo oscuro
Desolación
del culo
Tiempo ajeno
cuando ya soy viejo y nada me aturde más que un amor con aires veinteañeros
verga, sauce, caramillo, oropéndola, estruendo, bajada, lento, mínimo, ausente, fresno, calle, almácigo o jiñicuago, risueño, borde, altozano, surco, saetera, campanario, hornillo, cadencia, pausa, esbelta, vela, luz, cruz, esmeralda, verja, satisfacción, alambrada, espalda, moño, sochantre, baliza, ensenada, déjame abrazarte una vez más, lanza, lienzo, cola de conejo, zinc, pincelada, claraboya, atrio, Grecia, giraldillo, pescaíto, hoja dentada, glifo, urna, almohada, desnuda, acordeón, cristal, empeine, uña pintada, derrota, nadir, energía oscura, confirmación, número, cámara
Este es un ruego a mis lectores de los Estados Unidos de América.
El 29 de diciembre de 2014 las páginas de Inventario fueron visitadas 3.418 veces fundamentalmente desde los Estados Unidos de América.
El 1 de enero de 2015 las visitas fueron 3.393 también desde los Estados Unidos.
Y este es mi llamamiento o ruego: ¿Podría alguno de los lectores (o varios) que tanto han visitado mis páginas escribirme un comentario a este post sólo para saber a quién/quiénes debo tal honor?.
Gracias de antemano.
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Tags : Meditación sobre las formas de interpretar Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 19/01/2015 a las 11:44 | {4}