Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

Enviado por Isaac Alexander en pleno subidón


La Virgen de la leche con Niño y ángeles de Jean Fouquet
La Virgen de la leche con Niño y ángeles de Jean Fouquet
Mientras estaba aceptando unas setas alucinógenas, se iniciaba la coronación del nuevo rey de la Cloaca España; ¿cuál es el rey de la cloaca? Imagino que si mantenemos la fe en las leyendas, será el caimán. Quise al principio mientras la fiesta de la noche se alargaba en el día y lo goces terrenales no terminaban de agotarnos, tomármelo todo a chirigota y así cuando el viejo y rijoso rey entregaba el fajín de capitán general de los Ejércitos (con mayúscula, sí con mayúscula) al también rey y además hijo y además envarado y además descendiente de pésima dinastía, sentí digo que la risa se me helaba en los labios y surgía una mezcla de grima con rabia y no tanto por lo que estaba viendo sino por cómo me lo estaban contando y así, imbuido por una necesidad de afirmación, me dispuse a escuchar y ver el largo y pomposo día que se estaba produciendo en la ciudad de Madrid al tiempo que los efectos de las setas se iban afianzando en mi cerebro.
La manipulación de los cerebros -hasta el momento- se basa en la repetición de una idea básica. Repetir. Repetir. Repetir. Pepetir. Mimitir. Osicrón. Gracuosoma. Berbiquí. En todas partes se repetía incensantemente las virtudes de este señor y de entre todas ellas relucía como mantra espectral eso de la preparación, Preparado, Preparado, Preparado, Preparado, Preparado, Preparado para ser rey, preparado porque ha sido preparado, menudos preparadores para el nuevo preparado, preparado en universidades, preparado en goletas, preparado en refinerías, preparado en discursos, preparado en obstetricia, preparado en marismas, preparado en alturas, preparado en veleros, preparado en bilbilitanos, preparado en curas de urgencia, preparado, preparado, qué bien, cómo está de preparado, de preparado, de preparado, de preparado. Pre-Parado (eso nunca lo estará). Las setas, esto son las setas.
Los gestos, también los gestos, ¡ay los gestos! de la abuela que es reina aunque la reina ahora ya no sea ella sino una señora de Oviedo a quienes los pijos detestan porque no tiene lo que hay que tener que es esa cosa ancestral y miserable de la alcurnia que se ha logrado única y exclusivamente en base a la explotación (y apropiación) de seres humanos, animales, minerales -incluso simples rocas- y vegetales; pero hablaba de la abuela que le hacía ver a la nieta que será princesa y luego ella también reina si las cosas siguen como siguen, le hacía ver que las piernas las tenía que tener juntas todo el rato aunque la niña tenga ocho años, las piernas juntas, bien juntas las piernas, las piernas, las piernas, preparado, ar (esto también son las setas). Y la que ahora es reina pero que antes había sido una señora de Oviedo aunque Oviedo es mucho Oviedo, Oviedo es la cuna de España, de lo que hoy es España, de los reinos astures, por Dios, por la Patria y por el puto Rey, salve Claudio Sánchez Albornoz, se ocupaba mucho de cuidar, de dar cariño a todos, ¡oh, madre nutricia! ¡oh, esposa amantísima que acaricias el rostro del macho que va camino de aceptar la más alta dignidad del Estado (con mayúscula, también con mayúscula) porque él, él, él necesita el apoyo de la mano femenina, la guardiana de las esencias más femeniles porque como máxima mujer de España ha de ser la máxima mujer de las mujeres que sabe cuidar de su familia y animar y reconciliar y hacer ver junto con la abuela que ya no es reina pero es majestad que las piernas juntas, juntas, juntas, las piernas juntas, muy juntas, ar, ar, ardo en deseos de cagarme en la puta madre que parió al Trono. Y luego, durante el discurso de coronación, ¡madre de todas las debacles! qué juntas tienen las piernas todas las mujeres de la realeza, ellas que las abren para que entren los miembros reales de sus machos y creen progenies que entren y se abran y pueblen y desgarren y se preparen, se preparen, se preparen, qué bien se preparan, para seguir haciendo discursos solemnes ante gentes tan solemnes, tan, tan solemnes.
Y en el balcón de los reyes, en el macizo Palacio Real de la ciudad de Madrid, el pueblo imbécil, el pueblo manipulado, el pueblo de las grandes ocasiones, el pueblo, el pueblo, no, no, ya no son pueblo, ahora son ciudadanos ¿y los campesinos? ¿no han acudido campesinos a ver la coronación del próximo paniaguado Borbón?, enarbola banderitas que han regalado las voluntarias del ayuntamiento de Madrid y sale la familia real, la real familia sale al balcón y se abrazan todos y también, pero sólo un momentito, para no molestar, sale el viejo rey rijoso, y su esposa -con más cuernos que cabellos- se acerca a él y le besa porque ella también fue madre ejemplar y esposa amantísima y todos se besan y a las pequeñas niñas les ponen escabel para que pueden sobresalir de la balaustrada de noble granito y los nuevos reyes junto a los viejos reyes saludan y sonríen y la máxima mujer de todas las mujeres de España, la mujer fértil esposa del nuevo rey, le besa cástamente en la mejilla mientras él erguido y reinal recibe el beso... y yo siento en ese momento que he de volver a la vida, a la vida real y le pido a la real hembra que tengo a mi lado si me otorga el placer y la dignidad de comerle el coño y le hago una comida de coño de las que hacen época y ella gime como una perra mientras me agarra la polla y los nuevos reyes se adentran en la oscuridad del salón palaciego.

Ensayo

Tags : ¿De Isaac Alexander? Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 20/06/2014 a las 17:22 | Comentarios {0}


El Cuarto Estado de Giuseppe Pelliza da Volpedo 1901
El Cuarto Estado de Giuseppe Pelliza da Volpedo 1901
En esta relativa y absoluta anormalidad normal que estamos viviendo desde hace ya algunos años y no sólo en España sino en el mundo entero, todos los medios de comunicación que he ido leyendo -exceptúo los radicales minoritarios-, escuchando y viendo explican que la abdicación del rey Juan Carlos I es un acto de valentía, de profunda -utilizan todos mucho el término profunda- reflexión y de estrategia. Resulta ahora que el rey se está poniendo al frente de las reformas que necesita este país y el timonel de esas reformas va a ser su hijo que todos coinciden en afirmar que está maravillosamente preparado para hacerlo. Lo curioso es que la monarquía española, en principio, está vacía de poder.

¿Y si Juan Carlos I fuera escombro y si su hijo Felipe fuera que todo cambie para que todo siga igual y si los medios de control de masas estuvieran lanzando todas sus baterías para instalar en nuestros cerebros la verdad absoluta de una verdad y si el mundo se está preparando de nuevo para una conflagración devastadora y si la victoria en tantos países europeos de tendencias totalitarias fuera un aviso para los navegantes que conocen el mar y si la democracia ya no es el sistema al que se aspira y si estamos asistiendo a una vuelta a las condiciones que en la década de los 30 del siglo XX llevaron a donde llevaron y si el miedo es el gran arma que ha acabado devorando a Juan Carlos I y si Juan Carlos I es un cobarde y si su hijo fuera audaz y propusiera un referendum para avalar su ascenso a la categoría de rey y si se instaurara la III República española y si...?

¿Por qué nadie -en los medios de comunicación mayoritarios- duda de los motivos? ¿Por qué nadie alerta de la gama de efectos que pueden darse? ¿Por qué me apena todo lo que está pasando?

Nunca he aceptado que los protagonistas del fin de la dictadura de Franco fueran los que hoy dicen que fueron los protagonistas. El protagonista principal, el que empujó para que todo cambiara, fue ese ente tan difuso y poderoso que se llama PUEBLO. Protagonista viene del griego (pro-agon = a favor de la lucha) y aún con todo esa lucha no ha acabado porque los antagonistas (que también viene del griego: ant-agon = contra la lucha) consiguieron echar frenos por todas partes, pusieron diques que llegan hasta hoy como el dique mediante el cual ninguno de los responsables de la dictadura fuera juzgado... no es momento, ni tengo ganas de recordar tanta basura y tanta engañifa. Sólo afirmo, en contra de tantos y tantos estudiosos que afirman lo contrario, que la relativa destrucción de la dictadura tuvo como actor principal al PUEBLO, que el cambio se produjo desde abajo hacia arriba, que las élites se vieron empujadas por eso que antiguamente se llamó el viento de la historia a aceptar que la democracia era muchísimo mejor para sus negocios (los negocios de todos: los negocios de la Corona, los negocios de los políticos, los negocios de los jueces, los negocios de los negociantes) porque la democracia -lo que se vende como democracia- consiste en hacer ver la relativa y absoluta normalidad de la anormalidad y eso se consigue vendiendo sin parar, a todas horas, en todos los medios, por todos los medios tres conceptos vacíos -como la Corona está vacía de poder- en esencia: Libertad, Ego y Felicidad.

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 03/06/2014 a las 09:19 | Comentarios {2}


A Misery por su insistencia


Pity de William Blake basado en Macbeth (1795)
Pity de William Blake basado en Macbeth (1795)


Coriolano: Glosopeda, una pompa de jabón, que no un pajero aunque sus modernos adaptadores digan que se hacía muchas pajas mentales y eso hay que corregirlo, sí, sí, sí, hay que corregir a William, ¿quién es William?

Cimbelino: Sin ningún género de dudas William Shakespeare es Cristopher Marlow y siento al decirlo un lucha fratricida, un anhelo de patria italiana, un no sé qué que queda en el aire de esta tarde de mayo cuando la caléndula esparce su aroma y el ruiseñor se aboveda en el encaje de un caramillo.

Titus Andronicus: Mi creador es la criadilla que me estoy comiendo; literalmente me estoy zampando un cojón de Shakespeare; ¿quién que lo conociera hubiera apostado una guinea por un verso blanco suyo? ¿quién se hubiera atrevido a lamentarse en décimas ante él que sólo sabía contar balas de paja? ¿quién que defienda su existencia como dramaturgo ha leído su testamento? Ahora, eso sí, el cojón está saladito y en su punto.

Cleopatra: ¡Oh, tus palabras son granos de arena en el desierto de Egipto! ¡Lluvia en las pirámides! ¡Veneno de áspid!

Bruja Una: Así, al retortero, despacito, a la luz de esta luna, con sangre de menstruación de virgen y ala de urania ripheus y uña de pie de viejo y pelo de reno y llanto de viuda y consolador de hierro; así, así, al retortero, lo crearemos.

Escaro: Yo diría, ya que me lo preguntan, y aún a riesgo de salirme de mis parlamentos; con permiso, pues, a vuecencia, diría que el mayor trozo del mundo se ha perdido de pura ignorancia. Ya está, ya está dicho, y aún diría más -remedando a Hernández y Fernández-: hemos disipado en besos reinos y provincias y ahora vuelvo a la nao que huye junto con sus sesenta hacia lo profundo del horizonte.

Lear: (Con ademanes de Bufón) ¡Yo conocí las barbas del poeta y me deje llevar por sus monsergas! ¡Yo puse mi herencia en su cabeza y me sedujeron sus razones ante una pinta de cerveza! Y luego, como fantasma de una obra en la que no tuve cabida, se desvaneció como el alba nace cuando mata a la noche. ¡Oh, Shakespeare, dulce traidor, amanuense seglar, barca a la deriva, pecado mortal!

Ofelia:  Si cupiera en mi compleja personalidad volverme cuerda, saltaría a la comba. Visto que esto no es posible y rodeada de nenúfares y ahogada, exijo en la próxima adaptación que de mí se haga que el castillo de Elsinor se ubique en las costas de Túnez. Muchas gracias.

Shylock: Claramente, Shakespeare no vale lo que vale una libra de carne humana.

Bassanio: ¿Sabéis de algo que indique lo contrario?

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 01/05/2014 a las 19:36 | Comentarios {0}


Pensamiento de Isaac Alexander en su esfuerzo por transmitir un SOS sentimental


De la nota me conforta su silencio. Y el silencio me augura la nota.
No estamos aquí para ser inmortales (la inmortalidad es un concepto miserable que no merece la pena vivir) sino para ser la nota que surge nítida entre dos silencios (que haya silencio no quiere decir más que no hay escucha). Y más aún: somos una nota que forma parte de la armonía de un determinado instante universal.
Pudimos ser esa nota. Pudimos ser ese instante. Dichosos seamos.
Porque entonces cada emoción, cada vibración, cada creación de un glóbulo rojo en nuestra médula ósea, es la esencia misma del discurrir universal. Siempre seremos mientras sea el universo. Esa es nuestra eternidad (que tenderá magníficamente a cero) y siempre, en su momento preciso, se podrá reproducir la nota que fuimos, la que sonó el momento exacto, cuando la armonía lo exigía.

En contra del mundo en el que vivimos deberíamos desindividualizarnos. Dejar de ser ese Yo que siempre escribimos con mayúscula y al que incluso le damos la notoriedad de llamar nombre propio.

Al releer tiempos pasados, sintió el peso de ese Yo. ¡Qué quejoso! ¡qué vasta eternidad de ombligos!

Ser especie. Y cuando me levanto y siento yo -Isaac Alexander- el esperpento de mi incapacidad y mi debilidad ante ser nadie, lo mucho que lucho por no desprenderme de mis particularidades, lo que se llamó señas de identidad, la cantidad de miles de millones de recursos materiales que la sociedad invierte para que cada uno de sus individuos se crea durante un instante individuo y dueño de su destino (crea que se crea), quisiera ser silencio ya, plácido silencio en el cap de Creus, una tarde verano mientras mis ojos se perdían en el mar y no eran en absoluto yo, ni nadie, eran física mirando.

Y así temblaré cuando al vibrar sueno aunque lentamente me voy acercando a la quietud pura, máximo silencio que sería en la metafísica del Todo: ignorancia.

En ese mar callado...

Nebulosa...

¿Cómo lo llamo, amor, si ayer al besar tu boca sentía que la nota brillaba sin llegar a ser aguda en ese instante para siempre ése, sin más solicitud?

¿Cómo me acuno en la barcarola con mis dedos deshollados? ¿Cómo sonrío si al mismo tiempo siento desdicha y fuego?

Porque sé que de la nota me conforta la promesa de su silencio y del silencio el augurio de la nada calma.

En estos días de abril.

Vals Las.

Ensayo

Tags : ¿De Isaac Alexander? Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 14/04/2014 a las 12:28 | Comentarios {0}


Recobro de la salud perdida


Femme contemplant un homme endormi de Pablo Picasso
Femme contemplant un homme endormi de Pablo Picasso
Tengo en el alma y en este entendimiento confuso por la enfermedad que conlleva el debilitamiento de las facultades y la tristeza de ánimo, la voluntad absurda de reivindicar la confianza en oposición a la transparencia. Y así mantengo que la confianza es justo lo opuesto de la transparencia.
Expresan los sabios lexicólogos bien urdidas definiciones sobre lo que la confianza supone y que suele ser en la mayoría de los casos una mezcla de términos tales como: espera, esperanza, seguridad grande, ánimo, espíritu, aliento, vigor para obrar; también entregar y dar alguna cosa sin tomar seguridad, sino sólo en fe de la palabra del que la recibe; también es confidencia y así se suele decir, En confianza te digo… ; y poner en manos de otro sin más seguridad que el otro en sí la hacienda o cualquiera otra cosa. La confianza pues tiene un aire de ciega entrega, de seguridad cierta basada en la inseguridad evidente, de acto de amor, diría yo, de abrazo al ser humano. Tiene la confianza las más altas de las virtudes humanas como cuando se confía en que la muerte será mejor que la vida o cuando entregamos nuestros hijos al amigo para que se los lleve a unos agrestes montes donde descubrirán el riesgo, la aventura y al aire puro.
La confianza es incluso -diría yo, en este mi pobre estado, en el que siento fatiga de mantener el hilo del discurso y he de parar cada poco y mirar por el amplio ventanal de mi casa donde ya ha renovado el arce japonés y tiene en su primer hojear un aire de entrega a la vida muy poco en consonancia con mi estado de postración. Estado por cierto que es el resultado natural de la enfermedad y no un estado mórbido, un querer estar así, sólo que hay que confiar en los procesos del cuerpo, dejarlo estar, saber que ese ser así busca, por medio de la voluntad de vivir, el restablecimiento de la facultades, la persecución de los objetivos, el reconocimiento una mañana de la belleza de este intervalo entre una muerte y otra que es la vida, lo fenoménico del ser- amor a la libertad.
Confiar libera al receptor de la confianza de la tediosa obligación del relato, la confesión o la narración de las decisiones que se toman en ausencia del que confía. Porque la confianza es justamente eso: esperar a ciegas la bondad del otro. Uno de los grados más altos de confianza se da en la creencia de los creyentes de que su Dios es Dios. Millones serían los pensamientos unos más brillantes, otros más absurdos que aconsejan la confianza (la fé ciega; la fé abrahamánica) en los actos del Dios de turno y así podemos leer en Fray Luis de Granada: Fíate, hermano, de Dios y de su palabra, y arrójate confiadamente en sus brazos… y verás como queda vencida la fama con sus merecimientos. O este otro pensamiento de Teresa de Ávila que a más de mística también tenía sus preocupaciones terrenales: De todas maneras nos ha apretado nuestro Señor año y medio; mas yo estoy confiadísima que ha de tornar nuestro Señor por sus siervos y siervas. Es decir Teresa de Ávila confía en la libertad del Señor para que tuerza su rumbo y les regalé, tras año y medio de desdichas, un poco de bienestar. También se ha de reseñar como muy importante en la condición del confiado que, como en el caso de Teresa de Ávila, no enjuicia ni se queja de las calamidades a las que les ha sometido su Señor, sencillamente, en participio sin mácula de reproche sólo afirma que durante año y medio les ha apretado.
En un grado más mundano, la mayor prueba de amor, creo yo, reside en la confianza del uno en el otro; reside en la absoluta falta de tener que rendir cuentas y a más en el saber ciegamente que todo lo que haga el amado, como el Amado, no tiene como fin el mal del que confía sino que es fruto de su ser libre y por lo tanto en nada le atañe y en nada le daña. En el momento en que la confianza duda entra en juego la transparencia. Muchos hombres santos exigen transparencia a Dios y por ese exigir han de sufrir el tormento de la pérdida de la confianza.
La transparencia denota, justamente, la pérdida de la confianza. En el momento en que exigimos transparencia en los actos y los hechos, estamos dando por terminada la relación de confianza. Cuando de unos políticos se exige transparencia, lo que denota es que se ha perdido la confianza en ellos; cuando entre dos amantes, también es que la confianza se ha perdido. Si la confianza, como dije más arriba, es amor a la libertad del otro; la transparencia es miedo a la libertad del otro. Por supuesto que en muchas ocasiones esta retirada de la confianza puede tener sus motivos; pongamos el caso del hombre santo que siempre ha cumplido los mandamientos de su Dios y que éste por una apuesta con su antagonista el Diablo, ponga a prueba la confianza del susodicho hombre santo; humana sería la retirada de la confianza en ese Dios y la exigencia de transparencia en los males que le atacan sin haber habido por su parte mal alguno; sólo que en este caso suele emerger como la más elevada de las confianzas ese término que también he utilizado más arriba que es la fe.
En las relaciones mundanas la fe no tiene por qué tener cabida y si es justo que así sea, entonces aparecerá con fuerza la necesidad de la transparencia como paso previo, quizá, a la recuperación de la confianza.
Porque somos cuerpos opacos. Porque nuestros pensamientos y nuestras emociones no son transparentes, entiendo la transparencia como un no-sense del ser humano, como una aspiración si se quiere. Una de tantas aspiraciones idealistas que buscan en la conciencia del ser lo que realmente no le pertenece. Porque no solemos saber lo que hacemos, confiemos. Porque no solemos saber lo que no hacemos, confiemos. Y si la confianza, como el bien más supremo de las relaciones humanas, se extingue, entonces seamos valientes y consecuentes y zanjemos con un no esa relación.

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 09/04/2014 a las 15:00 | Comentarios {4}


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