Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Alegoría de la vanidad de Guido Cagnacci 1641
Alegoría de la vanidad de Guido Cagnacci 1641
1.- ¿Este vaivén sonoro tiene que ver con la cadencia de mi resaca?
2.- Determinemos la importancia de las horas. El tiempo como dimensión no existe (porque toda dimensión tiene como cualidad inexcusable ser mensurable). Entonces, la hora ¿qué es? Defino la hora como una unidad de medida del reloj, no del tiempo. La importancia de las horas se reduce así a una cuestión mecánica y aún matizaría más: a una cuestión de engranajes.
3.- Me debato en la cama sobre si el frío merece ser vivido y también me acuno levemente como levemente soy aún niño y tengo recuerdos, superfluos sí, de una higuera en septiembre.
4.- ¿Qué tiene el placer que necesita ser desmejorado cuando alcanza su cenit? Es como si buscáramos en penduleo humano y de inmediato su nadir.
5.- Me duele la espalda. No dejaré que ese dolor me venza. Voy a dar un trago a un té con hierbabuena.
6.- Alegre por la última recomendación, me llevé por delante un poste eléctrico y jugué con unos colegas a las canicas. Pedazos de electricidad recorrían el camino; latigazos diría si mi voz no fuera fiera.
7.- El abrazo y el beso nos llevaron a la cama. Para mí será un hito.
8.- Es el infinito lo que nos aterra y has de saber, amable lector, que como tantas cosas no siempre el infinito reinó entre los hombres.
9.- Lenin aseguraba que la revolución en Rusia sólo sería posible mediante el marxismo y la electrificación. Electrificaron y nunca fueron marxistas.  ¿El marxismo es realmente científico?
10.- Dancé, malditamente, mis pies se hicieron un nudo. No rebajé la intensidad y adiviné que se gana si tan sólo se juega como se sabe no como se ha de jugar.
11.-  Y también: sentir da más réditos que pensar.
12.- Y también: Demasiada soledad lleva a deducciones masturbatorias.

Ensayo

Tags : ¿De Isaac Alexander? Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 09/12/2014 a las 11:55 | Comentarios {0}


Una película de Christopher Nolan. Escrita por Jonathan y Christopher Nolan


Glosas a Interstellar
1.- En el final de los tiempos (de cualquier tiempo y sabiendo -o intuyendo- que el tiempo no es una distancia como normalmente nos podemos permitir entenderlo en esa lógica del pensamiento más humano que parte de la causalidad y la espacialidad como sendero seguro para llegar a  conclusiones) sino un sentimiento, se puede producir la belleza y la intemporalidad.
2.- La asunción aunque sea durante un nanosegundo de lo insondable universo crea en quien lo asume la paz.
3.- Este instante. Tan sólo éste.
4.- Crear una historia en la que el tiempo fluctúa en su no espacialidad genera inevitablemente confusión y vértigo. Confusión porque intuimos que una hora no es una hora. Vértigo porque esa inmesurabilidad del tiempo va en contra de la humana necesidad de tenerlo todo medido y bien medido.
5.- La antigua cultura griega (dórica) no sabía de tiempo. No le interesaba la perdurabilidad. Por ese motivo construía sus templos en madera.
6.- El ensayo de dominio del tiempo es la clave de bóveda de la cultura occidental. Su fracaso es su condena.
7.- La mecánica cuántica (es decir: la fenomenología de lo ínfimo) es bella en sí misma (por supuesto hasta donde alcanzo a entender y su principio fundacional, el Principio de Incertidumbre de Heissenberg,  según el cual es imposible medir simultáneamente, y con precisión absoluta, el valor de la posición y la cantidad de movimiento de una partícula) porque anula la precisión y afirma que una de las constantes -valga la paradoja- de la existencia humana es la falibilidad.
8.- Se puede amar en el tiempo de donde se sigue que no necesariamente la distancia es el olvido.
9.-

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 16/11/2014 a las 12:47 | Comentarios {0}


¿Está usted de acuerdo en que la rosa es única y exclusivamente un conjunto de moléculas?
¿Es lícito ser pobre y aún así tener derecho a vivienda, energía y alimento?
¿Se puede decir: No me avergüenzo?
¿Cabe en el vivir la inocencia?
¿Deberíamos someternos, mostrar la cerviz, no alterarnos por el tajo?
¿Podrá la cama servir para tanto?
¿Puedo tomarle la mano?
¿Puede sonreírle con tristeza?
¿Responder al saludo de una niña levantando una mano servirá para algo?
¿Es arbitraria esta escala de complejidad hacia la vida: átomos → moléculas → biomonómeros → macromoléculas → complejos poliméricos → redes metabólicas → células?
¿Hay en la escarcha presagio?
¿El puesto de verduras anima al blastocisto y es por eso que la mujer, además de lo pensado, toma un gran manojo de salvia?
¿Os besaréis mañana?
¿Está mañana esperando?
¿Descenderán las aguas del torrente hasta el punto justo?
¿Lo determinado y lo contingente realmente se oponen?
¿Os abrazáis?
¿Domesticarán las grandes potencias el azar? ¿Definitivamente?
¿Ese pie, denso como el mundo, tiene algo que decir?
¿No es igualmente igual que haya como que no haya más vida en el universo?
¿Por qué explicarse y comprenderse se pelean tanto?
¿El relojero ciego de Richard Dawkins?
¿Llegaba la caricia y huía el alba?
¿Llegaba el temblor y se acercaba la sangre?
¿Y si el fin?
¿Y la almohada?
¿Las tos nerviosa liberó sus alvéolos?
¿Sólo vela?
¿Juegas al juego de las dos listas?
¿Está viva una manzana que cuelga del árbol? ¿Sigue viva cuando cae?
¿Consideramos algunas otras implicaciones?
¿Fue tan feliz aquel momento?
¿Y éste qué cualidad tiene?
¿Dejaste la llave a propósito?
¿Alabarás, tomándosela, la cana?
¿Escucharéis in memoriam conditor alme siderum de Tomas Luis de Victoria?
¿A cuatro voces?
Bienvenidos al Simposio para más tarde.
¿Lugar en rojo? Fotografía de Olmo Z. Octubre 2014
¿Lugar en rojo? Fotografía de Olmo Z. Octubre 2014

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 31/10/2014 a las 10:27 | Comentarios {0}


Quimeras. Fotografía de Olmo Z. (Octubre 2014)
Quimeras. Fotografía de Olmo Z. (Octubre 2014)
Se pregunta Plutarco si es lícito hablar de filosofía estando borracho en sus Charlas de sobremesa. Se pregunta él si es lícito vivir sin estar drogado. Y también se pregunta, ¿Quién él? y ¿quién Plutarco? Él sabe que ha llegado tarde. Podría buscar muchos nombres, podría encontrar historias parecidas en otras personas, en otras épocas, en otras situaciones (a lo mejor lo hace para cumplir la premisa del Tag, ¿qué es tag? ¿por qué escribe tag? La noche lo abruma en una sinrazón que lo mantiene vivo y muerto y cuando ha salido por la tarde y se ha ido caminando hacia el fin del mundo, sentía la decisión, el terror, la hambruna) Bermudo el Gotoso por ejemplo que peleó en litera contra los Moros o Cleantes que fue philósopho stoico discípulo de Zenón y sucesor de su doctrina. Fue tan pobre que para poder estudiar trabajaba de noche sacando agua de un poço y por no tener en que escrevir la dotrina de su maestro, la escrivía en huesos de vaca y en tejas. Púdose decir de cleo, celebro... y podría morir esta misma noche, por la sensación de estúpido que tiene, por las manchas en sus alma, máculas, máculas, por la certeza de que todo lo que le pase se lo tiene merecido, por la falta de certeza, por la ausencia de convicción, por el tumulto de ratas en su hígado, por la calma en sus uñas, por la ausencia de artritis en sus dedos y quisiera volver a Roma y postrarse ante Clelia Virgen romana y noble. La qual siendo dada en rehenes junto con otras vírgenes a Porsena, rey de los Etruscos, aviendo engañado las guardas y subiendo en un cavallo, pasó el Tybre y volvió a Roma, capitaneando las demás que estavan detenidas con ella. Porsena, encendido en ira embió embajadores para que restituyesen a Clelia, donde no, daría las treguas por rompidas, y si la embiaban, daba su palabra de volverla a los suyos sin que reçibiese ningún agravio. Finalmente restituyéndosela, la volvió a embiar con mucha honra, haciéndole particulares merçedes. Y ansí hechas paces entre el pueblo romano y Porsena, le pusieron una estatua eqüestre en la vía Sacra como lo escribe Tito Livio, lib. 1 et 2 de la primera Decada, Valerio Máximo, lib 3, cap. 2. ¡Volver a Roma! exclama tras abrir las puertas de la terraza y encaramarse a sus propias barbas sin más esperanza, sin más fuerza, sin el entusiasmo propio de quien confía y más tarde se mesará los cabellos, se arrancará la camisa, escuchará por si acaso a Chopin, se diluirá en gérmenes, se agotará con la mano, se detendrá ante la estrella, se preguntará de nuevo, no se dará respuesta y buscará como un enfermo la historia de Flavio Claudio.
... irritado de esto, Trajano envió a una persona que atara un áncora al cuello de Clemente y lo echase a lo profundo del mar. Y puesto en ejecución, otro día amaneció encima de la mar una capillita de mármol y dentro una arca de piedra donde estaba puesto el cuerpo del mártir y cerca de él, el áncora con que fue echado. El mar se retiró tres millas con lo que pudieron los fieles reverenciar su cuerpo.
Es Ificlo hijo de Amphitrión Alcmena, naçido de un mismo parto con Hércules. El qual sintiendo las culebras que Iuno había arrojado para que matasen a Hércules por el odio que como madrastra le tenía, empeço a dar gritos y arrojándose de la cuna despertó a sus padres, los quales levantándose hallaron a Hércules con dos de ellas en las manos que las estava ahogando. Es Ificlo ignorado ante las proezas de su hermano. Hoy, en el camino largo, se ha sentido entre barrotes, con la soga al cuello, sin más salida que dejarse caer para por fin balancearse sin voluntad.

Ensayo

Tags : Sincerada Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 23/10/2014 a las 10:56 | Comentarios {0}


En rojo y negro (manuscrito de Fernando Loygorri). Fotografía de Olmo Z. Octubre 2014
En rojo y negro (manuscrito de Fernando Loygorri). Fotografía de Olmo Z. Octubre 2014
Bésame y luego duerme; la noche se ha hecho blanca, un rumor griego me ha susurrado palabras muy antiguas como entusiasmo o teogonía, la estrella se ha hecho negra y ha lanzado un fulgor de espada.
El gas me ha permitido todo esto; podría decir que la llama calienta; los ojos cerrados; los ojos que permiten ver sin ver ellos; arriba alguien se ha mostrado contento y en un piso de enfrente (en lo lejano enfrente) he escuchado la conversación primera de dos jóvenes que se van a amar; lo oscuro se permite una broma; también leo una lista de libros aburridos y por un momento siento un pequeño dolor en el riñón izquierdo y luego sonrío y me entran ganas de gritar; la tempestad se acerca; el sol hoy ha hecho de las suyas; he visto un paisaje mejicano y a una mujer melancólica que giraba eternamente; no quería decir más (estoy justo en el momento en el que me voy a dormir; justo antes de que me entre un sentimiento de culpa nocturno; justo antes de acariciar a mi perro que se ha subido a la cama y se ha quedado en una esquina; justo antes de que los cordones de las zapatillas me empiecen a agobiar; justo antes de no querer echar de menos los ojos verdes que vi la noche del domingo en una casa de la ciudad, una casa grande, unos ojos verdes con algo de cansancio y algo de brillo; justo antes de la  niebla; justo antes de la combinación) y he mirado el vaso de vino.
Pienso si seré en algún lugar, antes de morir, ictiófago como lo son unos pueblos de Etiopía y haré pan de pez, secaré pez, lo comeré crudo y haré mi casa con huesos de ballenas y conchas; pienso si quizá lo mezclaré (el pez) con bulbos de Megara y recordaré al hacerlo las palabras de Marcial: cum sit anus coniux et sint tibi mortua membra/ Nil aliud bulbis quam satur esse potes. Que viene a decir: Como tu mujer está vieja y tu cuerpo está acabado no puedes más que hartarte de cebollas.
¿Casandra?

Ensayo

Tags : Sincerada Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 21/10/2014 a las 00:34 | Comentarios {0}


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