La pobreza sólo inspira ternura en las películas. Es una vieja y conocida trampa (siempre, siempre tengo la duda de utilizar la palabra técnica, trampa, truco para referirme a formas conocidas que provocan una reacción. El ejemplo más claro -para mí- es la técnica del guión americano. Cuando doy clases me suele salir, en primer término, la palabra truco. Lo dejo pues en suspenso. Quizá sea una técnica. Podría, claro, irme a las etimologías y hablar de la techné y esas cosas y buscar los sutiles matices de cada una de esas palabras y volverme incluso eruditoide que es a lo máximo que suelo aspirar si no voy más allá y me invento las cosas y me quedo tan pancho arguyendo, en última instancia, que como escritor ése es mi oficio: inventar) la de empezar el relato de un ser desgraciado hundido en la miseria o, al contrario, alguien que vive en una cómoda opulencia, ve trastocada su vida por una ruina repentina (véase la maravillosa ¡Qué bello es vivir!) y de repente tras muchas y supongamos bien urdidas dificultades el personaje en cuestión consigue superar el trance y ve de nuevo el cielo abierto en su vida y en la de los suyos.
En la vida impuesta, la de los relojes y los ocasos, la de las noticias y el devenir, ésa que nos lleva y nos trae en la vigilia, la pobreza es sucia, peligrosa y ocultable. La pobreza crea nidos de ratas, es germen de delincuentes, a ella se achaca las mayores desgracias para la sociedad, es oscura y lleva a la depravación. La pobreza, ya sea en las macro sociedades o en la pequeña sociedad de una familia común en la que uno de sus miembros se ve abocado a ella, se aparta y además convierte en culpable al que la padece (esa es la maldición del American way of life que nos vende que todo hombre con su sólo esfuerzo puede llegar a donde se proponga; ese mundo de héroes que a fuerza de riñones y creencia en sí mismo, peldaño a peldaño, sumiso y orgulloso, asciende y asciende y asciende hasta donde se le ponga en la punta de su ambición) con lo cual todo castigo será poco para semejante desperdicio humano que no ha podido estar a la altura de los demás.
Si además la pobreza se mueve en un mundo de opulencia, se convierte en un crimen. Francia es, junto a Alemania, la rica de Europa. Desde que se tiene memoria lo fue. Ya sólo su paisaje (que tan bien vende el Tour de France) nos da muestra de esa abundancia, de esa exuberancia ¡Quién que haya estado en la Place des Invalides no se ha quedado perturbado ante la magnificencia de sus dorados y sus palacios! ¡Oh, Francia, qué rica eres! nos decimos cuando comparamos las etapas del Tour con las de la Vuelta a España). Por esto que escribo creo que lo que se expulsa de Francia estos días no es a gitanos sino la pobreza.
El presidente de la República de Francia no puede permitir esa exposición de miserables en sus verdes prados, en sus cuidadas ciudades, en sus carreteras en todo iguales a las maquetas más cucas que se puedan imaginar. Sarkozy no es un fascista es un burgués francés y no tiene por qué soportar a esos sucios rumanos y búlgaros en su lustroso e ilustrado suelo -muy bien lavado de la sangre que ha costado cada una de sus columnas de mármol y sus arcos del triunfo- porque son, sobre todo, un ataque a la estética de la grandeur que nos llevan vendiendo desde aquel rey a quien llamaron Sol (ná menos). Y Sarkozy está ahí no por un golpe de estado -como lo estuvo Georges Bush Jr. en su segundo mandato- sino por la sacrosanta mayoría del pueblo francés que lo votó.
Y Francia no es más que un ejemplo -paradigmático quizá- de eso que ocurre en todo lugar del planeta donde la riqueza tiene fronteras con la pobreza. Los pobres son una puta mierda. La mierda huele a mierda y la mayoría de los franceses que votó a ese presidente suele tener la nariz muy grande y elevada siempre y gustan mucho de perfumes que conviertan la cercanía en algo charmant.
Aún así siempre nos quedará su soflama: Liberté, Égalité, Fraternité y, por supuesto, Caen.
En la vida impuesta, la de los relojes y los ocasos, la de las noticias y el devenir, ésa que nos lleva y nos trae en la vigilia, la pobreza es sucia, peligrosa y ocultable. La pobreza crea nidos de ratas, es germen de delincuentes, a ella se achaca las mayores desgracias para la sociedad, es oscura y lleva a la depravación. La pobreza, ya sea en las macro sociedades o en la pequeña sociedad de una familia común en la que uno de sus miembros se ve abocado a ella, se aparta y además convierte en culpable al que la padece (esa es la maldición del American way of life que nos vende que todo hombre con su sólo esfuerzo puede llegar a donde se proponga; ese mundo de héroes que a fuerza de riñones y creencia en sí mismo, peldaño a peldaño, sumiso y orgulloso, asciende y asciende y asciende hasta donde se le ponga en la punta de su ambición) con lo cual todo castigo será poco para semejante desperdicio humano que no ha podido estar a la altura de los demás.
Si además la pobreza se mueve en un mundo de opulencia, se convierte en un crimen. Francia es, junto a Alemania, la rica de Europa. Desde que se tiene memoria lo fue. Ya sólo su paisaje (que tan bien vende el Tour de France) nos da muestra de esa abundancia, de esa exuberancia ¡Quién que haya estado en la Place des Invalides no se ha quedado perturbado ante la magnificencia de sus dorados y sus palacios! ¡Oh, Francia, qué rica eres! nos decimos cuando comparamos las etapas del Tour con las de la Vuelta a España). Por esto que escribo creo que lo que se expulsa de Francia estos días no es a gitanos sino la pobreza.
El presidente de la República de Francia no puede permitir esa exposición de miserables en sus verdes prados, en sus cuidadas ciudades, en sus carreteras en todo iguales a las maquetas más cucas que se puedan imaginar. Sarkozy no es un fascista es un burgués francés y no tiene por qué soportar a esos sucios rumanos y búlgaros en su lustroso e ilustrado suelo -muy bien lavado de la sangre que ha costado cada una de sus columnas de mármol y sus arcos del triunfo- porque son, sobre todo, un ataque a la estética de la grandeur que nos llevan vendiendo desde aquel rey a quien llamaron Sol (ná menos). Y Sarkozy está ahí no por un golpe de estado -como lo estuvo Georges Bush Jr. en su segundo mandato- sino por la sacrosanta mayoría del pueblo francés que lo votó.
Y Francia no es más que un ejemplo -paradigmático quizá- de eso que ocurre en todo lugar del planeta donde la riqueza tiene fronteras con la pobreza. Los pobres son una puta mierda. La mierda huele a mierda y la mayoría de los franceses que votó a ese presidente suele tener la nariz muy grande y elevada siempre y gustan mucho de perfumes que conviertan la cercanía en algo charmant.
Aún así siempre nos quedará su soflama: Liberté, Égalité, Fraternité y, por supuesto, Caen.
Suave
vendrá
ahhh
soñaba la destilación de un éxito
Era la palabra
Suave
Suave
luego un ritmo sincopado
más allá de la sintaxis
mucho
aunque nada sea
no exista en realidad
dice
luego digo
como cuando no se entiende bien la, la... frase
así querría
envuelta en
como una mala película ayer por la noche
muy mala
todo efectos sin sentido
entonces volvió y exclamó mmmm...
¿sabes?
¿quieres?
Mañana otra vez
piensa
que las habitaciones iluminadas por neones le producen siempre una gran desazón
Blancura sucia
Algo así
(ahora suspiro)
y la música LA MUSICA LLLLLLLLLLAAAAAAAMMMMMM´´´´´´´´´´ÚSICAAAAAAAAAAAAAAA
más o menos esa era la intención
Desmontan lejos artilugios de feria
unos coches de choque
una pequeña noria
y un pulpo gigantón de brazos muy articulados
más o menos eso era lo que implicaba
mmmmmmmmm....
Más o menos.
Ah, no es un poema.
vendrá
ahhh
soñaba la destilación de un éxito
Era la palabra
Suave
Suave
luego un ritmo sincopado
más allá de la sintaxis
mucho
aunque nada sea
no exista en realidad
dice
luego digo
como cuando no se entiende bien la, la... frase
así querría
envuelta en
como una mala película ayer por la noche
muy mala
todo efectos sin sentido
entonces volvió y exclamó mmmm...
¿sabes?
¿quieres?
Mañana otra vez
piensa
que las habitaciones iluminadas por neones le producen siempre una gran desazón
Blancura sucia
Algo así
(ahora suspiro)
y la música LA MUSICA LLLLLLLLLLAAAAAAAMMMMMM´´´´´´´´´´ÚSICAAAAAAAAAAAAAAA
más o menos esa era la intención
Desmontan lejos artilugios de feria
unos coches de choque
una pequeña noria
y un pulpo gigantón de brazos muy articulados
más o menos eso era lo que implicaba
mmmmmmmmm....
Más o menos.
Ah, no es un poema.
Si conozco
centelleo
ausculto
merodeo
vierto
alumbro
y revuelvo
con mis huesos
aposentos
¿a qué viene sentarme
y destruir a miradas
los cristales?
centelleo
ausculto
merodeo
vierto
alumbro
y revuelvo
con mis huesos
aposentos
¿a qué viene sentarme
y destruir a miradas
los cristales?
Cautela, me digo. Y al decirlo sé que de alguna forma me contradigo (por un sentimiento de audacia, de alegría de vivir o de arriesgar), yo que siempre he sido tan poco cauto, que todo lo enfrenté a tumba abierta, buscando quizás en alguna de esas tumbas la mía para siempre. Temeridad cuando con Espi, el loco del pueblo de Águilas, a las diecisiete años, me montaba en su Osa Enduro y subíamos una montaña, a toda velocidad, al borde del precipicio. La Guardia Civil le había quitado el carnet (por loco) pero él (como buen tal) seguía conduciendo y así me llevó desde Águilas hasta Cullera -unos 200 kilómetros- campo a través y de noche (eso sí noche de luna llena). Audacia cuando decidí ser escritor y autodidacta y creí, a pies juntillas, en mis fuerzas o no creí en ellas y pensé que moriría pronto y así nada sería tan duro, tan extremo. Valentía cuando me enfrenté una y dos y más veces a los que detentaban sus miserables poderes (o me enfrentaba para no triunfar, para tener escasez siempre, para no vivir). Cautela, me digo ahora y por eso leo y releo lo que hasta ahora he escrito y me digo, ¡Cuántas anécdotas! (en el fondo la vida de cada hombre no es más que un largo rosario de anécdotas. Todo desaparecerá. El universo oscurecerá nuestra especie, seremos, más pronto que tarde, fósiles meteoritos).
En mi nueva casa. En mi nuevo espacio, al que todavía no he tomado el pulso, en esta soledad potente después de tantos años siempre acompañado (gratamente en ocasiones) para llegar aquí (para seguir, no he llegado a ninguna parte. No creo que nunca se llegue), frente a la pared que es la forma más sensata de colocar la mesa y ocultar los cables que nos unen al mundo y que a la vista son, realmente, tan desagradables (quizás un artista conceptual haya hecho ya una obra de arte con ellos que se mostrará en un museo importante de la ciudad de Illinois). Alumbrado por una bombilla de bajo consumo, sobre una mesa, provisional, de cristal. En la cocina reposan unas berenjenas en agua y sal para quitarles lo negro y el amargor (podría haberlas hecho en escalibada pero esa posibilidad me ha llegado tarde cuando ya las había partido en rodajas) y me gustaría poder sumergirme yo también en una solución tan sencilla para quitarme mi negro, mi amargor y luego freirme una vez enharinado y saberme como guarnición de un lomo marinado. Cautela. Cautela, me digo.
Alegría en el riesgo. Alegría en el encuentro. Pasión. Pasión ¡qué palabras tan excitantes! ¡qué resultados tan jodidos normalmente! Quizá por eso siempre haya defendido más los procesos que los resultados. Los procesos se viven y los resultados se sufren (¡Frase! ¡Pum, pum! Justo en el blanco).
Quédate en tu refugio. Constrúyelo, me digo ahora. Hazlo hermoso. Si consigues mantenerlo. No será fácil.
Cautela porque en los últimos tiempos has sido muy, muy incauto. Has soportado una presión que podrías haber aliviado antes (no es cierto, no es cierto eso, no podías, tenías que soportar esa presión por eso lo has hecho, por eso has aguantado, incauto. Es imposible de explicar desde la razón. Es imposible hacerle sentir a otro ser humano determinadas decisiones a no ser que ese otro ser humano esté dispuesto, de alma, a creer lo que expreses. Porque todo se calibra en intuiciones, en tempos).
Sé cauto. Vive cauto. Cuenta cauto ¡Cuánta cautela!
En mi nueva casa. En mi nuevo espacio, al que todavía no he tomado el pulso, en esta soledad potente después de tantos años siempre acompañado (gratamente en ocasiones) para llegar aquí (para seguir, no he llegado a ninguna parte. No creo que nunca se llegue), frente a la pared que es la forma más sensata de colocar la mesa y ocultar los cables que nos unen al mundo y que a la vista son, realmente, tan desagradables (quizás un artista conceptual haya hecho ya una obra de arte con ellos que se mostrará en un museo importante de la ciudad de Illinois). Alumbrado por una bombilla de bajo consumo, sobre una mesa, provisional, de cristal. En la cocina reposan unas berenjenas en agua y sal para quitarles lo negro y el amargor (podría haberlas hecho en escalibada pero esa posibilidad me ha llegado tarde cuando ya las había partido en rodajas) y me gustaría poder sumergirme yo también en una solución tan sencilla para quitarme mi negro, mi amargor y luego freirme una vez enharinado y saberme como guarnición de un lomo marinado. Cautela. Cautela, me digo.
Alegría en el riesgo. Alegría en el encuentro. Pasión. Pasión ¡qué palabras tan excitantes! ¡qué resultados tan jodidos normalmente! Quizá por eso siempre haya defendido más los procesos que los resultados. Los procesos se viven y los resultados se sufren (¡Frase! ¡Pum, pum! Justo en el blanco).
Quédate en tu refugio. Constrúyelo, me digo ahora. Hazlo hermoso. Si consigues mantenerlo. No será fácil.
Cautela porque en los últimos tiempos has sido muy, muy incauto. Has soportado una presión que podrías haber aliviado antes (no es cierto, no es cierto eso, no podías, tenías que soportar esa presión por eso lo has hecho, por eso has aguantado, incauto. Es imposible de explicar desde la razón. Es imposible hacerle sentir a otro ser humano determinadas decisiones a no ser que ese otro ser humano esté dispuesto, de alma, a creer lo que expreses. Porque todo se calibra en intuiciones, en tempos).
Sé cauto. Vive cauto. Cuenta cauto ¡Cuánta cautela!
1.-1y Al mirar de frente la percepción se oculta. Es algo semejante al armónico que se oculta (o se encubre) con la nota inmediatamente posterior. Ambos están (la percepción y el armónico) sólo que no se ven (oyen)
1.-1z Dice la canción: de tu casa y de tus rosas porque están cerca de tí... y más tarde: Tengo envidia de mi voz ¡Habrase visto semejante gandul emocional!
2.-0 Desactivemos la enunciación directa de los asuntos de estado y especifiquemos -por lo bajini- el resultado de determinada política.
2.-1 La insatisfacción es el altar de la sociedad de consumo.
2.-1a La sociedad de consumo es una margarita deshojada antes del descubrimiento de Lucy.
2.-1b Lucy cabalgó Kenya cuando la articulación de Kenya no era posible.
2.-1c La imposibilidad es generación espontánea de cobardes. La imposibilidad es la novena de las antiguas viejas que la oraban al fresco del patio interior.
2.-1d Cultiva alegrías, hierbabuena, albahaca y eneldo y allá en el rinconcito más umbrío planta el arce japonés que fue delicia de pintores y deseo de guerreros.
2.-1e Aunque sea a distancia la lucha política consiste en saber.
2.-1f Cultura y cultivo fueron en sus principios lo mismo. Industria se alejó a partir del siglo XVIII de su sentido inicial. También arte.
1.-1z Dice la canción: de tu casa y de tus rosas porque están cerca de tí... y más tarde: Tengo envidia de mi voz ¡Habrase visto semejante gandul emocional!
2.-0 Desactivemos la enunciación directa de los asuntos de estado y especifiquemos -por lo bajini- el resultado de determinada política.
2.-1 La insatisfacción es el altar de la sociedad de consumo.
2.-1a La sociedad de consumo es una margarita deshojada antes del descubrimiento de Lucy.
2.-1b Lucy cabalgó Kenya cuando la articulación de Kenya no era posible.
2.-1c La imposibilidad es generación espontánea de cobardes. La imposibilidad es la novena de las antiguas viejas que la oraban al fresco del patio interior.
2.-1d Cultiva alegrías, hierbabuena, albahaca y eneldo y allá en el rinconcito más umbrío planta el arce japonés que fue delicia de pintores y deseo de guerreros.
2.-1e Aunque sea a distancia la lucha política consiste en saber.
2.-1f Cultura y cultivo fueron en sus principios lo mismo. Industria se alejó a partir del siglo XVIII de su sentido inicial. También arte.
Ensayo
Tags : Perdido en la mudanza (lost in translation?) Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 06/09/2010 a las 12:19 | {0}
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Ensayo
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 17/09/2010 a las 13:57 | {0}