Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

Te amo,
le dijo el silencio a la voz
y la voz calló.

Variación 1
Le dijo el silencio a la voz,
Te amo
y la voz calló.

Variación 2
Calló la voz
y el silencio habló.

Poesía

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 05/12/2009 a las 17:27 | Comentarios {0}


La señora Alba se encuentra tendida en la cama,
sobre sus ojos una compresa fría distrae su jaqueca,
a lo lejos unos chopos tiemblan cerca del río
y en sus ramas los estorninos descansan tras su largo viaje.
La señora Alba ha bajado la persiana y ha soltado su cabello
el cual, como filigranas, se esparce por la funda blanca de la blanca almohada.
Entre el dolor y la espera de la calma
la señora Alba ensueña un cuerpo desapercibido,
un cuerpo, por decirlo de alguna forma, sin sentido,
un cuerpo que fuera un transporte y no un fin en sí mismo.
Los estorninos se lanzan a la caza al caer la tarde;
la algarabía que por el aire fabrican sus sonidos
llega hasta los oídos de la dama enferma
la cual estaba dormida y comenzaba a soñar
un verde traje de lino ceñido a su cuerpo por un viento marino;
despierta la señora Alba sobresaltada, se quita la compresa de los ojos,
se asoma, a su pesar, a la ventana que tenía bajada la persiana
y observa la bandada de estorninos como si fuera trozos de negro en el azul del cielo;
su cabeza estalla de nuevo, sus manos se agarrotan de dolor, sus piernas flaquean,
su boca se seca y odia la furia de las aves, sus vuelos rasantes, su empeño
en convertir la tarde en una feria de verano.
Cuando cae la noche se hace el silencio,
la señora Alba se acaricia el sexo,
ese placer atenúa el dolor de su cerebro y en el momento del orgasmo, en sus últimos espasmos, el dolor desaparece y su cuerpo se parece a la bandada de estorninos
con sus giros salvajes en el aire cuando pintaba sobre el cielo azul trazos en negro.

Poesía

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 19/11/2009 a las 11:05 | Comentarios {0}


Mil años de poesía europea. Edición de Francisco Rico con Rosa Lentini


Sete anos de pastor Jacob servia
Labâo, pai de Raquel, serrana bela;
mas nâo servia ao pai, servia a ela,
e a ela só por prémio pretendia.
Os dias, na esperança de um só dia,
passava, contentando-se como vê-la;
porém o pai, usando de cautela,
em lugar de Raqel lhe dava Lia.
Vendo o triste pastor que com enganos
lhe fora assi negada a sua pastora,
como se a nâo tivera merecida;
comença de servir outros sete anos,
dizendo - Mais servira, se nâo fora
para tâo longo amor tao curta vida.

Siete años de pastor Jacob servía
al padre de Raquel, serrana bella;
mas no servía a él, servía a ella,
que a ella sólo por premio pretendía.
Los días, en memoria de aquel día,
pasaba contentándose con vella,
mas Labán, cauteloso, en lugar de ella,
ingrato a su lealtad, le diera a Lía.
Viendo el triste pastor que, con engaños
le quitan a Raquel y el bien que espera
por tiempo, amor y fe la merecía,
volvió a servir de nuevo otros siete años;
y mil sirviera más, si no tuviera
para tan largo amor, tan corta vida.

Poesía

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 17/11/2009 a las 20:23 | Comentarios {0}



Retengo mi lengua con estoicismo
para que no enferme de desmesura.


Poesía

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 12/11/2009 a las 11:53 | Comentarios {0}


Soneto de Pierre de Ronsard.
Traducción libre.


Gabrielle d'Estrée y su hija. Anónimo de la Escuela de Fontainebleau
Gabrielle d'Estrée y su hija. Anónimo de la Escuela de Fontainebleau
Quand vous serez bien vieille, au soir à la chandelle,
Assise aupres du feu, devidant et filant,
Direz chantant mes verses, en vous esmerveillant:
"Ronsard me celebroit du temps que j'estois belle."
Lors vous n'aurez servante oyant telle nouvelle,
Desja sous le labeur à demy sommeillant,
Qui au bruit de mon nom ne s'aille resveillant,
Benissant vostre nom de louange immortelle.
Je seray sous la terre, et fantôme sans os
Par les ombres myrteux, je prendray mon repos;
Vous serez au fouyer une vieille accroupie,
Regrettant mon amour et vostre fier desdain.
Vivez, si m'en croyez, n'attendez demain:
Cueillez dés aujourdhuy les roses de la vie.

Cuando vos seáis muy vieja, en la noche a la luz de una vela,
sentada junto al fuego, mientras devanáis e hiláis,
diréis cantando mis versos, deslumbrándoos:
"Ronsard me celebró el tiempo que fui bella".
Entonces no habrá doncella que escuche tal nueva
ya sobre sus labores dormitando
que ante el ruido de mi nombre no vaya despertando
y bendiga vuestro nombre con alabanza inmortal.
Yo estaré bajo tierra y, fantasma sin hueso
entre los umbríos arrayanes, descansaré en paz;
vos estaréis ante el hogar como una vieja ovillada
lamentando mi amor y vuestro fiero desdén.
Vivid, si me creéis, no esperéis a mañana:
recoged desde hoy mismo las rosas de la vida.

Poesía

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 11/11/2009 a las 10:24 | Comentarios {1}


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