Soneto de Pierre de Ronsard.
Traducción libre.
Gabrielle d'Estrée y su hija. Anónimo de la Escuela de Fontainebleau
Quand vous serez bien vieille, au soir à la chandelle,
Assise aupres du feu, devidant et filant,
Direz chantant mes verses, en vous esmerveillant:
"Ronsard me celebroit du temps que j'estois belle."
Lors vous n'aurez servante oyant telle nouvelle,
Desja sous le labeur à demy sommeillant,
Qui au bruit de mon nom ne s'aille resveillant,
Benissant vostre nom de louange immortelle.
Je seray sous la terre, et fantôme sans os
Par les ombres myrteux, je prendray mon repos;
Vous serez au fouyer une vieille accroupie,
Regrettant mon amour et vostre fier desdain.
Vivez, si m'en croyez, n'attendez demain:
Cueillez dés aujourdhuy les roses de la vie.
Cuando vos seáis muy vieja, en la noche a la luz de una vela,
sentada junto al fuego, mientras devanáis e hiláis,
diréis cantando mis versos, deslumbrándoos:
"Ronsard me celebró el tiempo que fui bella".
Entonces no habrá doncella que escuche tal nueva
ya sobre sus labores dormitando
que ante el ruido de mi nombre no vaya despertando
y bendiga vuestro nombre con alabanza inmortal.
Yo estaré bajo tierra y, fantasma sin hueso
entre los umbríos arrayanes, descansaré en paz;
vos estaréis ante el hogar como una vieja ovillada
lamentando mi amor y vuestro fiero desdén.
Vivid, si me creéis, no esperéis a mañana:
recoged desde hoy mismo las rosas de la vida.
Assise aupres du feu, devidant et filant,
Direz chantant mes verses, en vous esmerveillant:
"Ronsard me celebroit du temps que j'estois belle."
Lors vous n'aurez servante oyant telle nouvelle,
Desja sous le labeur à demy sommeillant,
Qui au bruit de mon nom ne s'aille resveillant,
Benissant vostre nom de louange immortelle.
Je seray sous la terre, et fantôme sans os
Par les ombres myrteux, je prendray mon repos;
Vous serez au fouyer une vieille accroupie,
Regrettant mon amour et vostre fier desdain.
Vivez, si m'en croyez, n'attendez demain:
Cueillez dés aujourdhuy les roses de la vie.
Cuando vos seáis muy vieja, en la noche a la luz de una vela,
sentada junto al fuego, mientras devanáis e hiláis,
diréis cantando mis versos, deslumbrándoos:
"Ronsard me celebró el tiempo que fui bella".
Entonces no habrá doncella que escuche tal nueva
ya sobre sus labores dormitando
que ante el ruido de mi nombre no vaya despertando
y bendiga vuestro nombre con alabanza inmortal.
Yo estaré bajo tierra y, fantasma sin hueso
entre los umbríos arrayanes, descansaré en paz;
vos estaréis ante el hogar como una vieja ovillada
lamentando mi amor y vuestro fiero desdén.
Vivid, si me creéis, no esperéis a mañana:
recoged desde hoy mismo las rosas de la vida.
Après ton album de photos. Pour toi. Par toi.
Sobre el dolor se edifica una cresta de gallo
la cresta de gallo enhiesta flota en el río
el río fluye entre márgenes alfombradas de melenas
las melenas vuelan el aire atrapadas en las cabezas
las cabezas soportan sobre ellas el peso de las penas
las penas se despeñan por un barranco lleno de grandeza
la grandeza osa enfrentarse con una cuerda
la cuerda vibra al ritmo del Mundo y sus materias
las materias se conforman en formas sobre el dolor
sobre el dolor se edifica una cresta de poemas
la cresta de gallo enhiesta flota en el río
el río fluye entre márgenes alfombradas de melenas
las melenas vuelan el aire atrapadas en las cabezas
las cabezas soportan sobre ellas el peso de las penas
las penas se despeñan por un barranco lleno de grandeza
la grandeza osa enfrentarse con una cuerda
la cuerda vibra al ritmo del Mundo y sus materias
las materias se conforman en formas sobre el dolor
sobre el dolor se edifica una cresta de poemas
En ese escalón
se ve una mancha
La mujer muy joven
está grávida
Apúrate
se dice mientras camina
Entre en el andén y el vagón
cayó una lágrima
Apúrate
piensa y se sienta
en una librería
Dicen
o callan
o miran
Apúrate quizás así
vuelvas a recordar
Pensaba No existe el perdón
existe el olvido
no se puede perdonar
porque el daño se causó en ese instante
no se puede perdonar un instante
si no se olvida al momento
Apúrate
cuesta abajo
respira
ya el atardecer se ha vuelto oscuro
y una ráfaga de viento
ha despertado en los vencejos
su apetito
Aún quedarán mosquitos
Apura el día
detén el ansia
la noche llega
se ve una mancha
La mujer muy joven
está grávida
Apúrate
se dice mientras camina
Entre en el andén y el vagón
cayó una lágrima
Apúrate
piensa y se sienta
en una librería
Dicen
o callan
o miran
Apúrate quizás así
vuelvas a recordar
Pensaba No existe el perdón
existe el olvido
no se puede perdonar
porque el daño se causó en ese instante
no se puede perdonar un instante
si no se olvida al momento
Apúrate
cuesta abajo
respira
ya el atardecer se ha vuelto oscuro
y una ráfaga de viento
ha despertado en los vencejos
su apetito
Aún quedarán mosquitos
Apura el día
detén el ansia
la noche llega
Escrito por Julia Maestre Alarcón a los 92 años de edad
Cuando yo era joven
tenía el pelo negro,
los ojos muy bonitos,
la cara de porcelana.
Ahora que soy vieja
tengo ojos de besugo
y la cara de persiana.
Me dan ganas de llorar.
Mis dientes eran iguales,
blancos como el azahar
y ahora que soy vieja
unos van para alante
y otros van para atrás.
Me dan ganas de llorar.
Mis brazos eran hermosos,
tentadores para abrazar
y ahora que soy vieja
son dos tacos de billar.
Me dan ganas de llorar.
Mis pechos, ¡qué bonitos!
duros como el pedernal.
Ahora no los encuentro,
yo no sé dónde estarán.
Otra cosa que no encuentro
y estoy cansada de buscar...
se lo preguntaré a Eva
por si se lo llevó Adán.
Me dan ganas de llorar.
Mis muslos muy bien formados,
finos y con suavidad
y ahora que soy vieja
son dos cañas de pescar.
Me dan ganas de llorar.
Mis pies siempre fueron feos
pero ahora no va más.
Tengo durezas como tablas de planchar,
en cada dedo tengo un callo
y mis juanetes son dos canicas de cristal.
Ahora sí es cuando me pongo a llorar.
Julia Maestre Alarcón 2006
tenía el pelo negro,
los ojos muy bonitos,
la cara de porcelana.
Ahora que soy vieja
tengo ojos de besugo
y la cara de persiana.
Me dan ganas de llorar.
Mis dientes eran iguales,
blancos como el azahar
y ahora que soy vieja
unos van para alante
y otros van para atrás.
Me dan ganas de llorar.
Mis brazos eran hermosos,
tentadores para abrazar
y ahora que soy vieja
son dos tacos de billar.
Me dan ganas de llorar.
Mis pechos, ¡qué bonitos!
duros como el pedernal.
Ahora no los encuentro,
yo no sé dónde estarán.
Otra cosa que no encuentro
y estoy cansada de buscar...
se lo preguntaré a Eva
por si se lo llevó Adán.
Me dan ganas de llorar.
Mis muslos muy bien formados,
finos y con suavidad
y ahora que soy vieja
son dos cañas de pescar.
Me dan ganas de llorar.
Mis pies siempre fueron feos
pero ahora no va más.
Tengo durezas como tablas de planchar,
en cada dedo tengo un callo
y mis juanetes son dos canicas de cristal.
Ahora sí es cuando me pongo a llorar.
Julia Maestre Alarcón 2006
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Poesía
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 11/11/2009 a las 10:24 | {1}