Atravesar. Doncella/planta/luna/animal. Tener que. Seguir.
Le buscó por todo el reino tres días y tres noches.
¿no es demasiado pequeño?
De anima mundi et natura. El universo dionisiaco. La gnosis y el tiempo.
Levantarse. Hacer lo que hay que hacer. Tener una voz que te escucha. Rendirse.Comer. El aliento. El diafragma.
La creencia otoñal del río llega a su tiempo.
La tarde. Ir. Volver. Acostumbrarse. La rojez de las hojas. Mirar. Respirar. La rabia dejátela dentro. Dilúyela de otra forma.
Argumenta el físico Craig Hogan: el espaciotiempo cuántico contiene un temblor, si consiguiésemos medirlo, probaríamos que el universo no es ese continuum suave que percibimos en nuestra escala sino que el espaciotiempo estaría compuesto por bits mínimos de información (como ocurre cuando te acercas mucho a la imagen de un televisor y la imagen se diluye para entrever los píxeles).
Seguir este domingo de abril. Deshacer lo que no se llegó a completar. Puzzle.
La normalidad es que el mundo vive de la muerte.
Le buscó por todo el reino tres días y tres noches.
¿no es demasiado pequeño?
De anima mundi et natura. El universo dionisiaco. La gnosis y el tiempo.
Levantarse. Hacer lo que hay que hacer. Tener una voz que te escucha. Rendirse.Comer. El aliento. El diafragma.
La creencia otoñal del río llega a su tiempo.
La tarde. Ir. Volver. Acostumbrarse. La rojez de las hojas. Mirar. Respirar. La rabia dejátela dentro. Dilúyela de otra forma.
Argumenta el físico Craig Hogan: el espaciotiempo cuántico contiene un temblor, si consiguiésemos medirlo, probaríamos que el universo no es ese continuum suave que percibimos en nuestra escala sino que el espaciotiempo estaría compuesto por bits mínimos de información (como ocurre cuando te acercas mucho a la imagen de un televisor y la imagen se diluye para entrever los píxeles).
Seguir este domingo de abril. Deshacer lo que no se llegó a completar. Puzzle.
La normalidad es que el mundo vive de la muerte.
El polvo sobre el teclado. Era una pared de color verde cuando tenía diecisiete años. Era su cuarto y el de sus hermanos. Tras haber comido era. Desde entonces hasta ahora. Ha pasado el tiempo, es cierto. Los tiempos. Ha pasado el espacio, es cierto. Los espacios. Recuerda la casa de la calle Canillas y la de la calle Zurbano y la de la calle Fernando el Católico y la de la calle San Nicolás y la de la calle Amor de Dios y la de la calle Hermosilla y la de la calle Mayor y la de cala Blanca y la buhardilla en la rue Gay Lussac y la de la calle Prado Verde y la cueva en Fustán. Y recuerda el tiempo de la Rosa y el tiempo de Menorca y el tiempo de París y once años de tiempo y cuando aprendía y cuando amaba y cuando detestaba y recuerda las enfermedades y los amigos y las playas y las montañas y los ríos y recuerda el polvo en el teclado y la Olivetti lettera 47 y recuerda el tiempo de Julia y el espacio de Lagasca. El recuerdo no es la memoria del pasado sino la visión que sobre él se tiene en el presente. Y ahora recuerda de otra forma, como si ya fuera del todo consciente de que la cima ha quedado atrás y sabe que el descenso es mucho más arriesgado que el ascenso. Lo sabía al subir. No lo supo al llegar a la cima porque no fue consciente de que había llegado. No plantó ninguna bandera. Ni cantó ningún himno. Ni rezó ninguna oración. Ni se quedó mirando el paisaje a sus pies. Más bien tiene la sensación de que hubo de llegar una noche de luna nueva, que la cima era una planicie, que anduvo por ella varias horas y que el descenso fue, al principio, tan suave que no era consciente de que descendía. Fue con las primeras luces del día. Fue entonces. La cima quedaba de nuevo sobre él. No podía dar marcha atrás. Ahora ve frente a él, no sabe a cuánta distancia, en lo hondo de un valle estrecho, junto a la ribera de un río pequeño y claro, las luces de un pueblo. Lo corona una torre cuadrada. No tiene campanario. El polvo sobre el teclado piensa mientras respira la vida de las plantas y vuelve a mirar atrás y sonríe como cuando se es muy mayor y un joven dice algo que recuerda a la propia vida: una carretera en un país extranjero, los ojos de una mujer al fondo de la barra, el brazo del amigo sobre el hombro, el frío del cementerio del Sur o el nacimiento de una ilusión. Sabe que debe seguir el sendero; seguir bajando, apretar los dientes si es necesario y beber agua de vez en cuando. Más noches llegarán, piensa. Y vuelve a pensar, Aún llegarán más noches y sigue pensando, Ese pueblo queda lejos, muy, muy lejos. Cuando llegue descansaré en la fonda, seguro que hay una, y llamaré para que alguien le quite el polvo al teclado y engrase el mecanismo de las letras y cambie la cinta de la tinta para sentarme ante ella y recordar la tarde en... Todo es naturaleza. Hace vivaq protegido del viento por un arce y al quedarse dormido recuerda que el descenso es más peligroso que la subida y que el polvo en el teclado no lo ensucia.
Roy Lichtenstein Magnifying glass
Ludovico Avatar Lu
Virgilio Llave Cuerda
Voz Pen Descansillo
Bajo
Ziusudra Athrasis Out-Napistim
Supra Infra
Griterío Héroe Abuso
Magnitud Eléctrico Temor
Clase Especie Familia
Gas
As Pica
Congoja Caleidoscopio Ambigú Lobezno
Adiós De Tu
A
Revuelo Giro Vuelta Remolino
Agua Aqua Wasser Blood Eau
Lanza Bo
Be Ab Co Po
Sordina Lunaria
Ambos Carrera Materia Mater Madre Mar Marisma Martirio Marcial Marasmo
Volcar
Camión Organdí Salitre Catre Mugre Orfebre Muyaidín
Petanca Cantera Salina Tenor Mandoble Sermón Semana
Guadaña Araña Diapasón Cadencia
Moribunda Braga Uña Sphinx
Farero Boreal Estío Sendero Casi Li
Virgilio Llave Cuerda
Voz Pen Descansillo
Bajo
Ziusudra Athrasis Out-Napistim
Supra Infra
Griterío Héroe Abuso
Magnitud Eléctrico Temor
Clase Especie Familia
Gas
As Pica
Congoja Caleidoscopio Ambigú Lobezno
Adiós De Tu
A
Revuelo Giro Vuelta Remolino
Agua Aqua Wasser Blood Eau
Lanza Bo
Be Ab Co Po
Sordina Lunaria
Ambos Carrera Materia Mater Madre Mar Marisma Martirio Marcial Marasmo
Volcar
Camión Organdí Salitre Catre Mugre Orfebre Muyaidín
Petanca Cantera Salina Tenor Mandoble Sermón Semana
Guadaña Araña Diapasón Cadencia
Moribunda Braga Uña Sphinx
Farero Boreal Estío Sendero Casi Li
Cuando vuelves y te siente tan cerca,
Coges su mano
bajo la mesa,
Le miras a los ojos
En el paisaje hermoso
con lago
y le cuentas tus proyectos,
Él siente
la pena del despertar,
el frío de la mañana,
el calor de tu cuerpo bajo la manta
en aquellos días muy lejanos
de vuestra convivencia;
Él siente
que no puede dominar
el tiempo
y que quedaron tantas cosas sin decirte.
No disculpas
sino sinrazones del vivir,
lo que no ocurrió junto a ti
mientras te miraba el pelo frente al espejo
y los árboles sacudían su pereza del invierno
en brotes de primavera.
Al apretarle la mano esta noche que era mañana
bajo la mesa
con tus ojos castaños
y tu sonrisa tristona
bajo la severa mirada del amigo
(que simbolizaba, probablemente, su propio superego),
hubiera querido abrazarte de nuevo
abrazarte con un beso en los labios
y volver juntos a casa
y hacer el amor de las cuatro de la tarde
lento y preciso
con el canto del mirlo
y el vuelo del vencejo
tras los cristales de vuestro dormitorio.
Coges su mano
bajo la mesa,
Le miras a los ojos
En el paisaje hermoso
con lago
y le cuentas tus proyectos,
Él siente
la pena del despertar,
el frío de la mañana,
el calor de tu cuerpo bajo la manta
en aquellos días muy lejanos
de vuestra convivencia;
Él siente
que no puede dominar
el tiempo
y que quedaron tantas cosas sin decirte.
No disculpas
sino sinrazones del vivir,
lo que no ocurrió junto a ti
mientras te miraba el pelo frente al espejo
y los árboles sacudían su pereza del invierno
en brotes de primavera.
Al apretarle la mano esta noche que era mañana
bajo la mesa
con tus ojos castaños
y tu sonrisa tristona
bajo la severa mirada del amigo
(que simbolizaba, probablemente, su propio superego),
hubiera querido abrazarte de nuevo
abrazarte con un beso en los labios
y volver juntos a casa
y hacer el amor de las cuatro de la tarde
lento y preciso
con el canto del mirlo
y el vuelo del vencejo
tras los cristales de vuestro dormitorio.
...el sonido de los brazos entrando en el agua, con los tapones puestos, un dos un dos un dos un dos, la respiración inspira cuando el brazo derecho se eleva y expira cuando bracea bajo el agua mientras el brazo izquierdo se eleva, un dos un dos un dos, las banderillas que marcan los últimos cinco metros, giro, el agua que, con el impulso de las piernas en la pared del vaso, pasa por encima de la cabeza, una gran inspiración, un pateo fuerte para coger de nuevo la velocidad y su cadencia y de nuevo, un dos un dos un dos un dos, el mundo pasa en esas idas y vueltas, todo es concentración en la apertura de los brazos con respecto a la cabeza, ir ajustándola hasta que casi el hombro roce con la oreja, las piernas rectas pateando entre brazada y brazada tres veces, la respiracion inspirada por la boca y expirada por la nariz, con fuerza, apretando los pulmones, el control sobre el flato, tragar saliva cada dos largos, escuchar el sonido del agua a lo largo de todo el cuerpo, no cansarse, no, no cansarse y seguir e ir haciendo los hitos, saber que entre los largos doce y veinte el pensamiento vendrá a decir que no pasa nada si no se llega al número establecido, desacompasarse, aliviarse, intentar concentrarse de nuevo, llegar al primer hito y de repente saber, creer saber que tan sólo hay que dejar de pensar, sólo un dos, un dos, un dos, un dos y llegar...
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Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 22/04/2012 a las 15:52 | {2}