Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

Es aquí.

(para llegar a esta conclusión he necesitado de un día quieto y de la visión de un collar  de perlas y una barca)

Ensayo

Tags : Meditación sobre las formas de interpretar Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 21/03/2013 a las 00:33 | Comentarios {0}


Panfleto escrito por Isaac Alexander un martes de marzo a lo lejos.


 
Yo no quisiera levantaros en armas. Ni tan siquiera sé si las armas levantadas tendrían sentido en vuestras vidas ni si vuestras vidas os dan fuerzas para levantar nada. Sé que existe el Cosmos porque lo dicen un día y otro y también sé que la esperanza es la bala en la recámara de los poderosos. No tengáis esperanza. La esperanza es la condición indispensable del esclavo. Os hablo a vosotros porque yo aún no soy pobre lo que no quiere decir que cualquier día de éstos que tan miserables están siendo, me vea a vuestro lado y entonces, si así ocurriera, os pediría que me enseñarais la dignidad de vuestras actitudes, la elegancia de vuestra ausencia, la quietud de vuestras lamentaciones. Hay días en que siento que la pobreza es la llave maestra de la humildad; otros en cambio siento emociones intensas acerca de la injusticia igualitaria (porque la idea de justicia no es una y sola. Hay una justicia que apela a la igualdad entre iguales, es decir una igualdad entre ricos o entre tenderos o entre sacerdotes que está en franca oposición con la justicia humanitaria que apela a la igualdad entre los seres humanos sea cual sea su condición).
Yo soy pobre en palabras. Mis cantos tienen más de persecución de meta que más que acercarse siempre se aleja. Y por ser pobre en elocuencia os deseo que un rapsoda –que en una de sus antiguas acepciones tiene el sentido de zurcidor- sepa hilvanar con hermosos hilos el discurso de vuestra humanidad, esa ausencia de odio que tanto se parece a la resignación sin serlo. ¡Yo invoco a Homero a que se deje de monsergas sanguinarias y acuda al alma viva de los que menos tienen para cantar sus hazañas cotidianas: el hijo que lleva los pantalones rotos; la notificación del desahucio, el abandono del hogar con cuatro trapos y una cacerola, acompañados eso sí por otros pobres que enlazados por los brazos intentaron impedir a las Fuerzas del Orden que tirasen la puerta de su hogar y los sacaran a rastras de su refugio; los hijos que hacen un llamamiento desesperado en los puestos de trabajo de sus padres para que les permitan tener vida; el enfermo del pequeño pueblo sin ambulatorio que en la noche siente el miedo de morir como un perro mientras otros, los que se atreven a acusar a los miserables de haber vivido por encima de sus posibilidades, alardean de esquiar en Canadá y de gastarse casi una millonada en confetis para el cumpleaños de uno de los suyos! ¡Yo invoco a Homero a que deje su ceguera y abra los ojos a los que al ser despedidos de su única fuente de alimento, se sienten culpables y rumian en la noche y maldicen el día en que nacieron para que sepan ver a los verdaderos urdidores de su desgracia! Porque si bastante desgracia es trabajar para malvivir peor es aún sentirse responsable de no poder siquiera vivir mal.
Os diría: La tierra es rica y hay para todos. Y no mentiría. Bien sabéis vosotros que no miento. Os pediría: Enseñadme vuestra hidalguía y la paciencia cuando el frío os hace juntaros y fuera nieva y la calefacción está apagada. Enseñadme la caricia en la carencia, el abrazo en la oscuridad, la sonrisa al peque. Enseñadme cómo se regala como única la muñeca encontrada en la basura. Enseñadme cómo se aguantan las lágrimas y la desesperación a la hora de las comidas. Enseñadme vuestro orgullo sin peinetas, vuestra religión sin dios, vuestra fe sin hábitos. Enseñadme esa humanidad que hoy de nuevo, como tantas otras veces en la historia de los hombres, se quiere exterminar.

Ensayo

Tags : ¿De Isaac Alexander? Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 05/03/2013 a las 17:30 | Comentarios {0}


A propósito de The Master, película escrita y dirigida por Paul Thomas Anderson


Fragilidad (2)
¿Cuánto, dime tú ¡Oh, Diosa!, habremos de no saber nunca?
¿Está en el mar, turquesa, el secreto? O es en las bolsas de basura, innumerables como las naves de los argivos, donde se encuentra el secreto: somos sujetos de fragilidad.
Un hombre solo siempre será frágil.
Un hombre en grupo aparentará fortaleza.
¿Qué hiciste, ¡Oh, Sócrates!, al descubrir la individualidad (o alma) humana? ¿A qué abismos de creencias -u opiniones- nos lanzaste?
Frágil, ése es el término (y el inicio).
Donde la naturaleza nos enseña de continuo su Fuerza (la fuerza de las olas, la fuerza de las tierras, la fuerza de los aires, las terribles lenguas de los fuegos). Donde, sometidos a la existencia, aciaga, de ser siempre, cada uno, el Primer Hombre (genérico), apenas el tiempo (eso que mata sin ser) nos da su jugo para exprimir en algo lo que el corazón anhela.
¡Oh, Estafadores! Permitidme entenderos y compadecer vuestra instrucción y vuestras alas... rotas.
¡Oh, Estafados! Seguid junto a vuestros Maestros. No os lamentéis nunca del muro ciego, de la congoja en el pecho, del atardecer quemado por Visiones del Cosmos. Nuestra fragilidad nos exculpa de ser audaces.
Porque el ocaso en soledad es menos ocaso.
Porque el descubrimiento en soledad descubre menos.
Porque el amor en soledad es un oximoron.
Si yo pudiera, si en mi vibrara el acero, afirmaría: la vida es esto. Y cerraría los ojos y observaría el miedo pánico a las selvas nocturnas, a la noche del alma (la individualidad). Y diría: ¿Cómo no aterrarse (quedarse sin tierra) ante las jaurías? ¿Cómo no temblar ante la sentencia de la Hembra Implacable, la Adoradora del Grupo, la Generadora de Tribus? Si frágiles y solos, el ser humano implica estar roto.

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 04/03/2013 a las 09:33 | Comentarios {1}


Meditación sobre las formas interpretar (29)
Abre mucho la boca y deja que por ella entre todo el aire del asombro
No permitas que esa energía se transforme tan sólo en el movimiento espasmódico de tu pierna derecha
La mañana es clara como la melancolía, fuera existe todo lo que puedas ver
Sonríe ante el crecimiento
Deja que tu corazón se hinche y busca, busca, busca
Talón de Aquiles. La crueldad, en ocasiones, es camino de la verdad
Deja que tu mente se invada de emociones y entonces deja que se evada
Llegarán, probablemente, tiros al plato, perdigones de azúcar, mazorcas y árboles de mayo
No cejes. No descanses. Y bracea
Quisiera enseñarte el abandono de los maoríes
La espuma blanca en el risco que vieron cuando llovía y se besaban
Quisiera enseñarte, de nuevo, por última vez si es lo que quiere, el cuerpo
Deja la huella
y que sea el viento quien decida si la borra o pasa sobre ella para que el sedimento la fije y se convierta en fósil
Ahora ve y mira

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 05/02/2013 a las 19:15 | Comentarios {0}


Irma la Dulce: Una historia de pasión, derramamiento de sangre, deseo y muerte, en fin todo aquello por lo que merece la pena vivir
Irma la Dulce: Una historia de pasión, derramamiento de sangre, deseo y muerte, en fin todo aquello por lo que merece la pena vivir


Cuando a los 17 años le comenté a mi profesor de literatura José Luis García Barrientos que iba a ser escritor, me respondió sonriendo: ¿Sabes que vas a ser puta?
Durante muchos años me he preguntado ¿por qué soy puta?
También me he preguntado: ¿qué es ser puta?
Y ahora me digo: soy puta y además madurita. Y me pregunto: ¿qué tipo de puta he sido?

Puta: la mujer ruin que se da a muchos.
Putear: Darse al vicio de la torpeza
Putería: El exercicio y vida de las mugéres perdidas// Se toma también por los ademánes de gracejo y embustes que usan algunas mugéres.
Ruin: adj. de una terminación. Vil, baxo y despreciable.

Ante tanta definición moral, yo siempre (o muchas veces) he tenido como quintaesencia de la puta a Irma la Dulce. Quizá porque yo quería ser Fernando el Dulce.
Mi carrera ha sido de Casa de Campo, de cuneta, de tugurio en carretera secundaria. Me han follado por delante y por detrás. Me han metido pollas sin lavar hasta la campanilla. Me han sobado manos sucias. Me han hecho daño una noche entera.  Y mientras todo eso ocurría yo ensoñaba ser una puta de lujo. Soportaba la brutalidad de la mejilla de un tipo sin afeitar que dejaba las mías en carne viva, por el sueño de elegir yo, por el sueño de ser reconocida como una puta de lujo y que me entregaran un día el Premio Nobel de la Putería para así poner yo mi propia casa con un cartel en el que se leyera: Reservado el derecho de admisión en mi entrepierna y en el de todas las putas de este local. Porque era intención de mis sueños, contratar a putas como yo y crear una casa de lenocinio limpia, alegre, igualitaria, fraterna y cachonda, donde el sexo y el cerebro se dieran la mano y tras la velada se produjera el goce (con un precio. Todo tiene un precio) puertas adentro, en alcobas hermosas como debería ser el abrazo sensual entre un hombre y una mujer.

Me ha ocurrido desde que inicié mi carrera que tras el mal olor de la lefa agria de un banquero, he amado mi profesión. La he seguido amando. La sigo amando. La creo de una dignidad rayana con la santidad (entendiendo por santidad la finura del ser y por dignidad el compromiso). Me ha ocurrido desde que inicié mi carrera que tras encontrarme con un cliente amable, generoso en el pago y en su arte amatorio (también los ha habido. Los menos), me he sentido la puta más feliz del mundo y como la de Irma, mi ropa interior era del color verde. Y aún hoy cuando apenas soy deseada y me llueve una noche entera bajo la farola de un polígono industrial y lo máximo que consigo es el silbido de un macarra lanzado desde la ventanilla de un coche tuneado que pasa a toda velocidad y deja tras de sí la pava de un porro, sigo sintiendo que mi oficio es precioso (en mi caso, probablemente, un diamante en bruto) y que merece la pena mojarse y pasar frío si un día, por estar ahí, escribo por ejemplo: La calma de la tarde en un cigarro o Guárdalos hasta mañana/ cuando yo, desacostumbrado,/ nazca.

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 01/02/2013 a las 10:18 | Comentarios {0}


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