Hay términos móviles como las aguas de un pantano. La decencia es uno de ellos. La decencia tiene algo de moral rancia, de cosa estrecha, de asunto modesto. Tiene además claras referencias sexuales y nada hay más antipático que la moral estrecha sobre la sexualidad.
María Moliner, atinada y tenaz, nos lo define de la forma siguiente: Decente: (Lat. decens, -entis, de "decere", convenir; v.: "decoro, decorar; adecentar, condecente, condecorar; indecente". Aplicado a las personas y a sus acciones y sus cosas.) 1. *Honrado o *digno: incapaz de acciones delictivas o inmorales. Comporta frecuentemente (pero no en la expresión "persona decente") la idea de modestia de posición social: "Es una muchacha decente que se gana la vida con su trabajo". 2.- *Honesto, o *moral desde el punto de vista sexual: "Ese escote no es decente. Un espectáculo decente". (Aplicado a mujeres). "Honrada". Irreprochable desde el punto de vista de la moral sexual. 3.- (aplicado a cosas). "Decoroso". Sin pobreza o miseria, pero sin lujo: `Lleva un traje decente. Vive en una casa decente´. (aplicado a "jornal, sueldo", etc.). No demasiado pequeño; tal que permite vivir decentemente. (V. t. "*Digno"). 4.- (id.). "Aseado". "*Limpio y *ordenado: `Voy a poner decente este cuarto´.
Lo digo porque en principio iba a titular este ensayo -(siempre lo digo -o alguna vez lo digo- y no por falsa modestia sino por atenerme al sentido estricto que le doy a este término) ensayo como: composición literaria constituida por meditaciones del autor sobre un tema más o menos profundo, pero sin sistematización filosófica- Sobre la indecencia Y cuando he ido al término me he dado cuenta de que no era sobre él sobre el que quería hablar aunque es cierto que hoy en día prepondera el sentido de sin escrúpulos en el término indecente.
Entonces he descubierto desaprensión y María Moliner me ha mostrado su urdimbre: Falta de aprensión o de *escrúpulos. Falta de preocupación por obrar honrada o justamente. (V.: "Cinismo, Descaro, Despreocupación, Desvergüenza, Estómago, Falta de *escrúpulos, Frescura, *Indelicadeza, Inmoralidad. Bajo, Indelicado, Sucio. Tener [tener buen] Estómago. Cueva de ladrones, Puerto de arrebatacapas. *Aprovechado. *Granuja.)
Y he sentido que quizá la desaprensión se ajustaba más a eso que me hace soñar lo siguiente: Tengo unos doce años. Estoy en un campo de concentración. Me han rapado el pelo al cero. Estoy vestido con un jersey de pico gris, una camisa blanca, unos pantalones cortos y unos zapatos negros. Hay un hombre muy duro que se va a cercando al lugar donde me encuentro en la fila. El paisaje es gris. De un invierno muy frío. Yo tengo miedo. Tengo mucho miedo. Un miedo de espina dorsal, de frío en las vértebras. El hombre se acerca. Hace una pregunta. Mira a los ojos fijamente mientras espera la respuesta. Tras escucharla reflexiona y luego sigue. Ya está llegando a mí y escucho lejanamente la pregunta. Muy lejos. Quisiera que no me llegara nunca el momento de responderla. Me aterra que el hombre decida que estoy mintiendo. Ya ha llegado y me pregunta con una voz meliflua y sorprendente. Una voz con algo de arpía y algo de toro. Me pregunta: ¿Eres judío? Yo le miro y le respondo que no. No soy judío. El hombre reflexiona, aprieta las mandíbulas. Lanza un suspiro y dice: Bájate los pantalones. Enséñame el pito. Yo le respondo: No. No quiero. Él me golpea la cara. No muy fuerte. Vamos, dice, bájate los pantalones. Ahora mismo. A mí me inunda la rabia y me los bajo y me bajo los calzoncillos. El hombre me agarra el glande con su mano enguantada en cuero y empieza a apretarlo como si fuera un chicle mientras dice, Estás circuncidado. Estás circuncidado. Y yo, aguantando el dolor y la vergüenza le respondo, No, estoy operado de fimosis. Operado de fimosis. Lo digo gritando como si ese matiz pudiera entenderlo ese hombre desaprensivo, incapaz de sentir escrúpulo alguno; un hombre para el cual la delicadeza es una cuestión femenina, débil. Lo digo gritando para que no me mate, para convencerle más alto aunque sepa que es inútil. Ante el desaprensivo todo es inútil.
Sé que podría buscar palabras peores. Tan sólo porque yo quitaría de la enumeración de palabras que propone María Moliner para desaprensión la de Despreocupación.
El desaprensivo está preocupado por su acción. Es desaprensivo porque es consciente de sus actos.
María Moliner, atinada y tenaz, nos lo define de la forma siguiente: Decente: (Lat. decens, -entis, de "decere", convenir; v.: "decoro, decorar; adecentar, condecente, condecorar; indecente". Aplicado a las personas y a sus acciones y sus cosas.) 1. *Honrado o *digno: incapaz de acciones delictivas o inmorales. Comporta frecuentemente (pero no en la expresión "persona decente") la idea de modestia de posición social: "Es una muchacha decente que se gana la vida con su trabajo". 2.- *Honesto, o *moral desde el punto de vista sexual: "Ese escote no es decente. Un espectáculo decente". (Aplicado a mujeres). "Honrada". Irreprochable desde el punto de vista de la moral sexual. 3.- (aplicado a cosas). "Decoroso". Sin pobreza o miseria, pero sin lujo: `Lleva un traje decente. Vive en una casa decente´. (aplicado a "jornal, sueldo", etc.). No demasiado pequeño; tal que permite vivir decentemente. (V. t. "*Digno"). 4.- (id.). "Aseado". "*Limpio y *ordenado: `Voy a poner decente este cuarto´.
Lo digo porque en principio iba a titular este ensayo -(siempre lo digo -o alguna vez lo digo- y no por falsa modestia sino por atenerme al sentido estricto que le doy a este término) ensayo como: composición literaria constituida por meditaciones del autor sobre un tema más o menos profundo, pero sin sistematización filosófica- Sobre la indecencia Y cuando he ido al término me he dado cuenta de que no era sobre él sobre el que quería hablar aunque es cierto que hoy en día prepondera el sentido de sin escrúpulos en el término indecente.
Entonces he descubierto desaprensión y María Moliner me ha mostrado su urdimbre: Falta de aprensión o de *escrúpulos. Falta de preocupación por obrar honrada o justamente. (V.: "Cinismo, Descaro, Despreocupación, Desvergüenza, Estómago, Falta de *escrúpulos, Frescura, *Indelicadeza, Inmoralidad. Bajo, Indelicado, Sucio. Tener [tener buen] Estómago. Cueva de ladrones, Puerto de arrebatacapas. *Aprovechado. *Granuja.)
Y he sentido que quizá la desaprensión se ajustaba más a eso que me hace soñar lo siguiente: Tengo unos doce años. Estoy en un campo de concentración. Me han rapado el pelo al cero. Estoy vestido con un jersey de pico gris, una camisa blanca, unos pantalones cortos y unos zapatos negros. Hay un hombre muy duro que se va a cercando al lugar donde me encuentro en la fila. El paisaje es gris. De un invierno muy frío. Yo tengo miedo. Tengo mucho miedo. Un miedo de espina dorsal, de frío en las vértebras. El hombre se acerca. Hace una pregunta. Mira a los ojos fijamente mientras espera la respuesta. Tras escucharla reflexiona y luego sigue. Ya está llegando a mí y escucho lejanamente la pregunta. Muy lejos. Quisiera que no me llegara nunca el momento de responderla. Me aterra que el hombre decida que estoy mintiendo. Ya ha llegado y me pregunta con una voz meliflua y sorprendente. Una voz con algo de arpía y algo de toro. Me pregunta: ¿Eres judío? Yo le miro y le respondo que no. No soy judío. El hombre reflexiona, aprieta las mandíbulas. Lanza un suspiro y dice: Bájate los pantalones. Enséñame el pito. Yo le respondo: No. No quiero. Él me golpea la cara. No muy fuerte. Vamos, dice, bájate los pantalones. Ahora mismo. A mí me inunda la rabia y me los bajo y me bajo los calzoncillos. El hombre me agarra el glande con su mano enguantada en cuero y empieza a apretarlo como si fuera un chicle mientras dice, Estás circuncidado. Estás circuncidado. Y yo, aguantando el dolor y la vergüenza le respondo, No, estoy operado de fimosis. Operado de fimosis. Lo digo gritando como si ese matiz pudiera entenderlo ese hombre desaprensivo, incapaz de sentir escrúpulo alguno; un hombre para el cual la delicadeza es una cuestión femenina, débil. Lo digo gritando para que no me mate, para convencerle más alto aunque sepa que es inútil. Ante el desaprensivo todo es inútil.
Sé que podría buscar palabras peores. Tan sólo porque yo quitaría de la enumeración de palabras que propone María Moliner para desaprensión la de Despreocupación.
El desaprensivo está preocupado por su acción. Es desaprensivo porque es consciente de sus actos.
Soldaditos de plomo y acuarela pintada por Fernando Loygorri
Extracto del Musurgia Universalis de Athanasius Kircher (1601 o 1602-1680) recogido en Armonía de las Esferas, ed. de Joscelyn Godwin
Musurgia Universalis. Portada de Johann Paul Schor (1650) para el libro de Kircher. Apolo, sentado sobre el globo terráqueo, media entre la música celestial de los ángeles, y la música terrenal de Pitágoras y las musas.
... de todo esto deduzco que el maravilloso poder que tiene la música para despertar las emociones no procede directamente del alma, pues ésta, siendo inmortal e inmaterial, ni da proporción a las notas y a los sonidos ni puede verse alterada por ellos: procede más bien del espíritu, que es el instrumento del alma, el punto principal de conjunción por el que se anexiona al cuerpo.
Este espíritu es cierto vapor sanguíneo muy sutil, tan móvil y tenue que fácilmente puede elevarse armónicamente por el aire. Ahora bien, cuando el alma siente este movimiento, los diversos impulsos del espíritu inducen en ella los efectos correspondientes: es estimulada o incluso sacudida por los movimientos armónicos más rápidos o más fuertes del espíritu. De esta agitación procede cierto enrarecimiento que hace que el espíritu se expanda, y de ahí se derivan el júbilo y la alegría.
Las emociones sentidas serán más fuertes en la medida en que la música sea más acorde y esté más en proporción con la constitución y la configuración naturales del hombre. Por tanto, cuando escuchamos una armonía perfectamente elaborada o una melodía muy hermosa, sentiremos una especie de cosquilleo en nuestras fibras sensibles, como si fuéramos agarrados y absorbidos por la emoción. Como mejor son promovidos estos diversos efectos es por medio de diferentes modos o tonos de música [...] especialmente por las disminuciones de pequeñas notas ascendentes y descendentes, y por la hábil combinación de disonancias mezcladas con consonancias.
Este espíritu es cierto vapor sanguíneo muy sutil, tan móvil y tenue que fácilmente puede elevarse armónicamente por el aire. Ahora bien, cuando el alma siente este movimiento, los diversos impulsos del espíritu inducen en ella los efectos correspondientes: es estimulada o incluso sacudida por los movimientos armónicos más rápidos o más fuertes del espíritu. De esta agitación procede cierto enrarecimiento que hace que el espíritu se expanda, y de ahí se derivan el júbilo y la alegría.
Las emociones sentidas serán más fuertes en la medida en que la música sea más acorde y esté más en proporción con la constitución y la configuración naturales del hombre. Por tanto, cuando escuchamos una armonía perfectamente elaborada o una melodía muy hermosa, sentiremos una especie de cosquilleo en nuestras fibras sensibles, como si fuéramos agarrados y absorbidos por la emoción. Como mejor son promovidos estos diversos efectos es por medio de diferentes modos o tonos de música [...] especialmente por las disminuciones de pequeñas notas ascendentes y descendentes, y por la hábil combinación de disonancias mezcladas con consonancias.
Un sentimiento que explota en la piel. Vagamente. Ciudad Juárez. Quintaesencia. El suave vaivén de la música de Henri Salvador. El francés como idioma fino. La muerte de las mujeres en Ciudad Juárez. 2666, Roberto Bolaño. El frío de este día de mayo. Lo triste que se vuelve la alegría cuando uno es triste. El pudor que da desear a una mujer. He visto tantos mares y tantas riveras. He podido abarcar los nueve números de un teléfono y no he querido. He seguido en el vaivén de las notas musicales y al mismo tiempo he visto a una mujer salir de la maquiladora y ser muerta de la forma más cruel imaginable. Ocurre. Ciudad Juárez ocurre todos los días.
Hay días en que hubiera querido ser ultrasocial (aunque lo sea como especie me siento más bien hosco) y unirme a un grupo voluntario y haberme llegado hasta Ciudad Juárez para ayudar en lo posible, si es que hay alguna ayuda que hacer ante la marea de la tortura, de la bestialidad, del sanguinario, del intocable. Sólo hay días en que lo quisiera. La mayoría estoy quieto ante el mundo, lo miro como se mira algo incomprensible.
Al menos existe el espejo y la maravilla del día en que todo es maravilloso. Estoy seguro de que lo volveré a sentir. Seré tonto un día. Seré ingenuo y sonreiré ante cualquier cosa y la felicidad será tan intensa que me echaré a llorar y la piel, la piel...
¿Se entiende?
Hay días en que hubiera querido ser ultrasocial (aunque lo sea como especie me siento más bien hosco) y unirme a un grupo voluntario y haberme llegado hasta Ciudad Juárez para ayudar en lo posible, si es que hay alguna ayuda que hacer ante la marea de la tortura, de la bestialidad, del sanguinario, del intocable. Sólo hay días en que lo quisiera. La mayoría estoy quieto ante el mundo, lo miro como se mira algo incomprensible.
Al menos existe el espejo y la maravilla del día en que todo es maravilloso. Estoy seguro de que lo volveré a sentir. Seré tonto un día. Seré ingenuo y sonreiré ante cualquier cosa y la felicidad será tan intensa que me echaré a llorar y la piel, la piel...
¿Se entiende?
Termino el relato de Cintas.
Había pensado escribir un relato erótico a base de las relaciones sexuales de los padres de Florián. A medida que pensaba en ello se me iba volviendo pesado y buscaba -con oficio y sin inspiración- un giro final que repercutiera en el propio Florián que ha descubierto lo que casi ningún hijo sabe de sus padres y que hoy, por mor de la venta de cámaras de video y la afición por el porno casero, ya sí está al alcance de muchos si los padres no tienen la precaución de borrar lo grabado (si es que lo quieren borrar y ser precavidos).
Así es que ahí lo dejo por si aparece en algún momento una derivación, un nuevo curso de las cosas que le diera el aliento que ahora le faltaba.
Por otra parte ese final tan brusco y tan claro tampoco me parece mal.
Como siempre, no sé.
Había pensado escribir un relato erótico a base de las relaciones sexuales de los padres de Florián. A medida que pensaba en ello se me iba volviendo pesado y buscaba -con oficio y sin inspiración- un giro final que repercutiera en el propio Florián que ha descubierto lo que casi ningún hijo sabe de sus padres y que hoy, por mor de la venta de cámaras de video y la afición por el porno casero, ya sí está al alcance de muchos si los padres no tienen la precaución de borrar lo grabado (si es que lo quieren borrar y ser precavidos).
Así es que ahí lo dejo por si aparece en algún momento una derivación, un nuevo curso de las cosas que le diera el aliento que ahora le faltaba.
Por otra parte ese final tan brusco y tan claro tampoco me parece mal.
Como siempre, no sé.
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Ensayo
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 07/05/2010 a las 23:22 | {0}