O de cómo hay que dejarse ser, sin preguntarse demasiado; abrazarse a sí mismo; tenerse una compasión fuerte; saber que la condición primera de la vida es la fragilidad; soportar con humor alegre lo que no se entiende y dejar que quien sabe -aunque no lo sepa- nos guíe ya sea una burra, ya una brizna de miés, ya el ocaso, ya el sueño, ya el pacto.
La burra de Balaán
22Cuando iba (se refiere a Balaán de camino con los jefes de Moab), se encendió la ira de Yahvé y el Ángel de Yahvé se puso en el camino para estorbarle. Él montaba la burra y sus dos muchachos iban con él. 23 La burra vio al Ángel de Yahvé plantado en el camino, la espada desenvainada en el mano, y la burra se apartó del camino y se fue campo traviesa. Balaán pegó a la burra para hacerle volver al camino. 24 Pero el Ángel de Yahvé se puso en un sendero entre las viñas, con una pared a un lado y otra al otro. 25 Al ver la burra al Ángel de Yahvé se arrimó a la pared y raspó el pie de Balaán contra la pared. Él la pegó otra vez. 26 Volvió el Ángel de Yahvé a cambiar de sitio, y se puso en un paso estrecho, donde no había espacio para apartarse ni a la derecha ni a la izquierda. 27 Vio la burra al Ángel de Yahvé y se tumbó, con Balaán encima. Balaán se enfureció y pegó a la burra con un palo. 28 Entonces Yahvé abrió la boca de la burra, que dijo a Balaán: “¿Qué te he hecho yo para que me pegues con ésta ya tres veces?”. 29 Respondió Balaán a la burra: “Porque te has burlado de mí. Ojalá tuviera una espada en la mano; ahora mismo te mataba.” 30 Respondió la burra a Balaán: “¿No soy yo tu burra, y me has montado desde siempre hasta el día de hoy? ¿Acaso acostumbro a portarme así contigo?”. Respondió él: “No.” 31 Entonces abrió Yahvé los ojos de Balaán, que vio al Ángel de Yahvé, de pie en el camino, la espada desenvainada en la mano; y se inclinó y se postró en tierra. 32 El Ángel de Yahvé le dijo: “ ¿Por qué has pegado a tu burra con ésta ya tres veces? He sido yo el que ha salido a cerrarte el paso, porque éste es para mí un camino torcido. 33 La burra me ha visto y se ha apartado de mí tres veces. Gracias a que se ha desviado, porque si no, para ahora te habría matado y a ella la habría dejado sin vida.” 34 Dijo entonces Balaán al Ángel de Yahvé: “He pecado, pues no sabía que tú te habías puesto en mi camino. Pero ahora mismo, si esto te parece mal, me vuelvo.” 35 Respondió el Ángel de Yahvé a Balaán: “Vete con esos hombres, pero no dirás nada más que lo yo te diga.” Balaán marchó con los jefes de Balac.
22Cuando iba (se refiere a Balaán de camino con los jefes de Moab), se encendió la ira de Yahvé y el Ángel de Yahvé se puso en el camino para estorbarle. Él montaba la burra y sus dos muchachos iban con él. 23 La burra vio al Ángel de Yahvé plantado en el camino, la espada desenvainada en el mano, y la burra se apartó del camino y se fue campo traviesa. Balaán pegó a la burra para hacerle volver al camino. 24 Pero el Ángel de Yahvé se puso en un sendero entre las viñas, con una pared a un lado y otra al otro. 25 Al ver la burra al Ángel de Yahvé se arrimó a la pared y raspó el pie de Balaán contra la pared. Él la pegó otra vez. 26 Volvió el Ángel de Yahvé a cambiar de sitio, y se puso en un paso estrecho, donde no había espacio para apartarse ni a la derecha ni a la izquierda. 27 Vio la burra al Ángel de Yahvé y se tumbó, con Balaán encima. Balaán se enfureció y pegó a la burra con un palo. 28 Entonces Yahvé abrió la boca de la burra, que dijo a Balaán: “¿Qué te he hecho yo para que me pegues con ésta ya tres veces?”. 29 Respondió Balaán a la burra: “Porque te has burlado de mí. Ojalá tuviera una espada en la mano; ahora mismo te mataba.” 30 Respondió la burra a Balaán: “¿No soy yo tu burra, y me has montado desde siempre hasta el día de hoy? ¿Acaso acostumbro a portarme así contigo?”. Respondió él: “No.” 31 Entonces abrió Yahvé los ojos de Balaán, que vio al Ángel de Yahvé, de pie en el camino, la espada desenvainada en la mano; y se inclinó y se postró en tierra. 32 El Ángel de Yahvé le dijo: “ ¿Por qué has pegado a tu burra con ésta ya tres veces? He sido yo el que ha salido a cerrarte el paso, porque éste es para mí un camino torcido. 33 La burra me ha visto y se ha apartado de mí tres veces. Gracias a que se ha desviado, porque si no, para ahora te habría matado y a ella la habría dejado sin vida.” 34 Dijo entonces Balaán al Ángel de Yahvé: “He pecado, pues no sabía que tú te habías puesto en mi camino. Pero ahora mismo, si esto te parece mal, me vuelvo.” 35 Respondió el Ángel de Yahvé a Balaán: “Vete con esos hombres, pero no dirás nada más que lo yo te diga.” Balaán marchó con los jefes de Balac.
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Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 21/09/2014 a las 11:36 | {0}