Si derramas la sal, si la derramas. ¡Mira! Mira, son mis manos, la quintaesencia que me queda de tiempos más lejanos. No son asesinas aunque alguna vez tomaran lo que no era suyo (¿qué es nuestro? me pregunto mientras escucho a Joao Gilberto, Stan Getz y Astrud Gilberto y oigo esa dulce samba, su guitarra dulce, las voces dulces, la dulzura del portugués, Bahía, Bahía, la cintura de alguna mujer esbelta, el sol que dulcemente se pierde, se ahoga, se deja mecer en las aguas del océano y lánguido deriva en morado cuando venía del amarillo; ¿qué es nuestro? me pregunto mientras pienso y vaga la voz como la de los muertos en domingo, los muertos judeocristianos, los que nos enseñaron la culpa, la venganza, el pecado y también la compasión, el perdón y el arrepentimiento; ¿qué es nuestro? me pregunto mientras Stan Getz ataca Aguas do Marzo y yo siento que tengo veinte años y estoy en Los Molinos, en la casa de alguien a quien tanto quise y estamos jugando al mus y vamos a dormir con un par de chicas, esas cosas; ¿qué es nuestro? sino la verdad, ¿qué es nuestro? ¿el llanto? ¿el silencio? ¿la risa?)
Si derramas la sal te juegas el infierno como si expones la verdad desnuda y con esto quiero decir sin atuendos. Pienso: estamos solos, Y respondo. (¿qué es nuestro? ¿Los tejanos? ¿los libros que compramos? ¿el gel que nos limpia? ¿el ajo que pelamos? ¿el gesto de impaciencia? ¿la curva que amamos? ¿el objeto imposible? Habré de acostumbrarme a escribir de espaldas, sometido como tantos a la sombra del Mundo; habré de levantarme -apenas un palmo del suelo- y gritar algunas imprecaciones; habré de espantar tres moscas cojoneras y reirme a horcajadas sobre un plinto que me partió el alma un miércoles creo; habré de subir a la silla de un rey y preguntar, sagazmente, ¿qué es nuestro? dímelo tú bufón).
Si derramas la sal un reguerito blanco. Si derramas la sal una mortaja en salmuera. Te dicen: ¡No, no la derrames! Y vuela el tiempo hasta ese lugar, hasta la frontera. Ahora que lo escribo, hoy, me aterra morir porque no seré enterrado. Y no quiero que pase mi vida en un segundo. Y no quiero pensar que el universo está probablemente vacío. No quiero pensar que somos la excepción a la nada porque entonces se cumpliría el axioma que asegura que la excepción confirma la regla. No, no derrames la sal que estamos solos, solos en esta oscuridad tremenda, infinita, con algunas piedras que giran unas sobre otras y llegará un día en el que ya no pueda preguntar ¿qué es lo nuestro?
Tengo el corazón en un puño
y un puño es la medida de mi corazón:
ayer, en una respiración sin aire, pensé:
aprieta, bolsa, azucarillos,
tapa, la noche sin viento, olvidar de nuevo, mareo, bombilla, bolsa;
quise recordar versos,
respirar de nuevo,
acariciar a mi perro,
concentrarme en algo pero:
cucharilla, migas, barrer mañana,
caja torácica, morir un día,
obligar,
mi carácter, mi carácter,
sin destino;
el paseo me dijo: la soledad
es esto y vi: papelera, verja, persiana con grafiti, pavimento,
cielo tan negro, naranja, y un gato corriendo.
Y al subir fumé de nuevo
y lancé un hueso hacia la oscuridad del cuarto,
y tomé veneno una vez más
y más de una vez quise quedarme dormido mientras la noche, odiosa, se reía en silencio de mi quietud en frío,
de la sonrisa cuando escuché al perro soñar que corría (porque movía las patas como si fuera en carrera) y no sonaron campanas y sí: el cenicero siempre
la farola
la puerta semiabierta
el reflejo en el espejo del distribuidor
su ropa en la silla
y me dije:
corazón y puño
corazón y puño
corazón y puño
corazón y puño
...
..
.
Respuesta de Isaac Alexander a la suave melancolía que exhibe el autor de este blog en el artículo poético que escribió ayer titulado Aquellos ojos míos de 1973
1.- ¿Cómo es posible que el programa dirigido por Jordi Évole sobre el golpe de Estado del 23 de febrero titulado Operación Palace haya levantado semejante polvareda entre los de su profesión? Estos ojos míos de 2014 han sufrido un ataque de estrabismo; el ojo derecho miraba hacia la estulticia y el izquierdo hacia la francachela. Me he decidido a ser definitivamente antisocial y me he apuntado a la tristeza por la muerte de los animales.
2.- Eudald Carbonell arqueólogo y co-director del yacimiento de la sima de Atapuerca le ha dedicado un libro a su hijo titulado La arqueología y el futuro en el cual, según comenta, tiene una visión optimista del ser humano. Estos ojos míos de 2014 han bizqueado en esta ocasión, por decirlo de alguna manera se han vuelto hacia mí y me he dicho: ves doble, no ves nada, no consigues ver esa maravilla que debe de ser el hombre ya desde Atapuerca. Con Puerca mente la mía, he terminado este segundo punto y a continuación he rematado con un Buen título para un libro.
3.- Déjese, señor Loygorri, de melancolías.
4.- Olvide esa horrísona fotografía y ese tiempo de curas reprimidos y palizas a destiempo; siga disfrutando de ser mayor y recuerde siempre -se lo dice este viejo- que usted ya no es un niño.
5.- Por otra parte mi representación del mundo es ciega.
6.- Y por la parte opuesta estoy firmemente decidido a no idealizar nunca más esta especie que no deja de hablar de sí misma desde que afinó sus cuerdas vocales (en todo semejantes por cierto a un hermoso coño).
7.- Estos ojos míos de 2014 alardean de no ser verdes y también de quedarse fijos en la montaña que se me viene encima.
8.- Estos ojos míos de 2014 se recubren ya de una fina telilla que me abocará a la blancura del pensamiento y un sin fin de texturas.
9.- Quiero contarle que ayer por la noche estaba dormido en mi hamaca y sugirió el viento un leve balanceo. Tuve una erección de mi miembro viril y satisfice a la sangre con un recuerdo inviolable.
10.- La vida tan sólo es bella porque se vive. Y la belleza es como la elegancia: casi, casi indefinible.
11.- Tóquese los cojones cuando sea menester. Vague y bogue. En el fondo, y eso está muy bien, a nadie le importa su camino.
12.- Estos ojos míos de 2014 le advierten de que si alcanzara de nuevo las costas de la miseria, las mire con la osadía de quien acaba de nacer y exige con su llanto la teta.
13.- Y juegue, señor Loygorri, juegue a que es un señor mayor con ciertas ideas ciertas.
14.- Estos ojos míos de 2014 van a ocuparse de un árbol que clama mi presencia.
2.- Eudald Carbonell arqueólogo y co-director del yacimiento de la sima de Atapuerca le ha dedicado un libro a su hijo titulado La arqueología y el futuro en el cual, según comenta, tiene una visión optimista del ser humano. Estos ojos míos de 2014 han bizqueado en esta ocasión, por decirlo de alguna manera se han vuelto hacia mí y me he dicho: ves doble, no ves nada, no consigues ver esa maravilla que debe de ser el hombre ya desde Atapuerca. Con Puerca mente la mía, he terminado este segundo punto y a continuación he rematado con un Buen título para un libro.
3.- Déjese, señor Loygorri, de melancolías.
4.- Olvide esa horrísona fotografía y ese tiempo de curas reprimidos y palizas a destiempo; siga disfrutando de ser mayor y recuerde siempre -se lo dice este viejo- que usted ya no es un niño.
5.- Por otra parte mi representación del mundo es ciega.
6.- Y por la parte opuesta estoy firmemente decidido a no idealizar nunca más esta especie que no deja de hablar de sí misma desde que afinó sus cuerdas vocales (en todo semejantes por cierto a un hermoso coño).
7.- Estos ojos míos de 2014 alardean de no ser verdes y también de quedarse fijos en la montaña que se me viene encima.
8.- Estos ojos míos de 2014 se recubren ya de una fina telilla que me abocará a la blancura del pensamiento y un sin fin de texturas.
9.- Quiero contarle que ayer por la noche estaba dormido en mi hamaca y sugirió el viento un leve balanceo. Tuve una erección de mi miembro viril y satisfice a la sangre con un recuerdo inviolable.
10.- La vida tan sólo es bella porque se vive. Y la belleza es como la elegancia: casi, casi indefinible.
11.- Tóquese los cojones cuando sea menester. Vague y bogue. En el fondo, y eso está muy bien, a nadie le importa su camino.
12.- Estos ojos míos de 2014 le advierten de que si alcanzara de nuevo las costas de la miseria, las mire con la osadía de quien acaba de nacer y exige con su llanto la teta.
13.- Y juegue, señor Loygorri, juegue a que es un señor mayor con ciertas ideas ciertas.
14.- Estos ojos míos de 2014 van a ocuparse de un árbol que clama mi presencia.
Miscelánea
Tags : ¿De Isaac Alexander? Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 01/03/2014 a las 11:17 | {0}A mi gran amigo y más grande actor
Escribí hace unos días en este blog de mis entretelas la suerte que me sonrió hacia el año 2000 cuando viajé a la isla de Santo Domingo para escribir una serie llamada Paraíso. A la fortuna de vivir aquellos días se añadió otra aún mayor que fue la de conocer a Fernando Huesca.
Las amistades pueden surgir de dos maneras y a partir de estas dos se le pueden añadir los matices que se quieran. Una es la que se forja a partir de un enfrentamiento inicial. La otra la que nace de una comprensión inmediata de la forma de ser del otro. De esta segunda manera surgió la amistad entre Fernando y este humilde cronista.
La serie Paraíso se componía de unos personajes fijos que eran los trabajadores del resort Bahía Príncipe y luego se traían actores invitados que eran los huéspedes del mismo. Fernando era de estos últimos. Llegó una tarde y ya por la noche de ese mismo día, en el restaurante de la zona noble, nos sentamos a cenar y fue en esa cena donde Fernando y yo nos conocimos y nos empezamos a morir de risa. Fue un flechazo, una suerte de conexión inmediata, una manera natural de seguir el ingenio del otro, una complicidad en el humor surgida en el minuto uno. A los dos días desde su llegada ya nos llamaban Los Fernandos y durante tres años fuimos inseparables y desde entonces será para siempre mi amigo.
Quiero escribir un poco sobre Fernando y quiero abrazarle; quiero hacer un elogio de su impresionante capacidad como actor y de su calidez como persona; quiero recordar su sentido del humor que enlazaría -y juro que no exagero- con lo mejor del ingenio y del genio que todo ser humano tiene para provocar esa cosa tan extraña que es la risa y que es la expresión del gozo; quiero hacerte partícipe a ti -que lees estas líneas- de la generosidad de este hombre excesivo y cuyo propio exceso le procuró dolores; quisiera escribiros y contaros in extenso -quizás algún día lo haga- lo que nos ocurrió en el pueblecito de Río San Juan cuando acabamos en una casa de lenocinio sin saber que estábamos en una casa de lenocinio; la historia con una mujer que se quería venir a España a vivir con él fuera como fuese y yo le dije, ¡Tranquilo, Fernando, yo me encargo de que se entere de que eso es imposible! Yo te hago la cobertura. Y le hice tal cobertura que casi lo mata; contar cómo de repente todos los seres de aquella isla empezaron a llamarse Padilla; contaros un viaje a la Costa Brava donde la risa, el llanto, la emoción, la belleza, las situaciones más rocambolescas, los finales más insospechados, la ternura y la amistad nos envolvían como si estuviéramos viviendo una película hermosa, inquietante y con final feliz; quisiera contaros la presencia de Fernando Huesca durante tres años -¡tres años!- como protagonista de La cena de los idiotas en los teatros de Madrid; y su destreza en la cocina y la relación con su hija Daniela que o mucho me equivoco o ha sacado el espíritu burlón del padre.
Recuerdo un día que estábamos en Bagur y Fernando se había ligado a una chica que se llamaba Raquel. Esa noche iban a cenar y yo le dije que cenaran solos y que luego nos veíamos. Y él me dijo, De eso nada. Total que allá empezamos a cenar los tres y Raquel comentó, ¿Qué? ¿Te has traído a tu amigo de carabina? y Fernando le respondió, No, no, la carabina eres tú.
Nota La (el tono del teléfono)
Risa con Violeta
Juego con un perro que es un río
Calidez de la voz de mi historiadora
Jugar a ser italianos
Primera vez que hago una pasta
Conversación con el amigo
Transcripción de una conferencia
El otro lado del mar
Raspadura del arco en las cuerdas de la viola
Esperanza sin espera
Imaginar y escribirlo
Siempre la primera vez
No saber escribir en una pizarra
Placer con el encuentro
Síndrome de Asperger
Lejana maravilla al principio de otro siglo
Algunas palabras que pondré otro día
Visiones
Verde
Julio Casares
Mandala de naranjas
Mandarinas (¿mandalinas?)
Volver a ti
El salvaguarros (que era en realidad el guardabarros)
Tambor
Corazón
Ala
Risa con Violeta
Juego con un perro que es un río
Calidez de la voz de mi historiadora
Jugar a ser italianos
Primera vez que hago una pasta
Conversación con el amigo
Transcripción de una conferencia
El otro lado del mar
Raspadura del arco en las cuerdas de la viola
Esperanza sin espera
Imaginar y escribirlo
Siempre la primera vez
No saber escribir en una pizarra
Placer con el encuentro
Síndrome de Asperger
Lejana maravilla al principio de otro siglo
Algunas palabras que pondré otro día
Visiones
Verde
Julio Casares
Mandala de naranjas
Mandarinas (¿mandalinas?)
Volver a ti
El salvaguarros (que era en realidad el guardabarros)
Tambor
Corazón
Ala
Ventanas
Seriales
Archivo 2009
Escritos de Isaac Alexander
Fantasmagorías
¿De Isaac Alexander?
Meditación sobre las formas de interpretar
Libro de las soledades
Cuentecillos
Colección
Apuntes
Archivo 2008
La Solución
Aforismos
Haiku
Recuerdos
Reflexiones para antes de morir
Reflexiones que Olmo Z. le escribe a su mujer en plena crisis
Sobre las creencias
Olmo Dos Mil Veintidós
El mes de noviembre
Listas
Jardines en el bolsillo
Olmo Z. ¿2024?
Agosto 2013
Saturnales
Citas del mes de mayo
Reflexiones
Marea
Mosquita muerta
Sincerada
Sinonimias
Sobre la verdad
El Brillante
El viaje
No fabularé
El espejo
Desenlace
Perdido en la mudanza (lost in translation?)
La mujer de las areolas doradas
La Clerc
Velocidad de escape
Derivas
Carta a una desconocida
Asturias
Sobre la música
Biopolítica
Las manos
Tasador de bibliotecas
Ensayo sobre La Conspiración
Ciclos
Tríptico de los fantasmas
Archives
Últimas Entradas
Enlaces
© 2008, 2009, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018, 2019, 2020, 2021, 2022, 2023 y 2024 de Fernando García-Loygorri, salvo las citas, que son propiedad de sus autores
Miscelánea
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 15/03/2014 a las 19:40 | {4}