22 08 2002
En el Musée de l'Armée ha habido un aviso de bomba y todo el público ha sido desalojado.
Una mujer a mi lado me lo cuenta sentados en esta brasserie. Ha creído que soy francés. La mujer que va con su marido, militar sin uniforme, está verdaderamente asustada. La psicosis.
El Musée Rodin en la rue Varennes 77 es de cuento infantil. Y lo constato de nuevo: París es con nubes ¡qué hermosos árboles casi otoñales!
Siempre son sinuosas las ideas en Rodin y Claudel (por supuesto). Hermoso palacio y un par de esculturas: el busto de Jean d'Auteil y uno de los Burgueses de Calais que te miran cuando las miras.
Estoy cansado y me duele la espalda. Creo que tras tomarme un té en la pagoda-cinematógrafo de la rue Babylonne 57 me iré ya para Les Vallées. Beberé un té yelong oolang con ginseng. Su color será anaranjado. Muy suave. La tetera será de hierro y originaria de Indonesia o Vietnam.
23.08.2002
No lo sientas con amargura. Tienes que ser claro. Tienes que dejar al tiempo. No te amaron. Te parece cierto. No lo sientas con amargura. Y si alguna vez te lanzas a la rabia y la rabia se lanza contra ti recuerda los gestos y los nombres de los que te aman. Amar es cuestión de espíritu (o de lo inmaterial/hormonal. Contradicciones hay por doquier. Cómo no en el cuerpo)
Existe Lulú en el Palacio de Festivales.
Al menos la riqueza te permite elegir el lugar donde descansarás para siempre (?)
Le dijiste a una mujer, Me gustas y no te volvió a hablar.
No desees lo que no vas a alcanzar. En cuanto sepas que no lo vas a alcanzar (y eso se sabe, te lo aseguro) lucha contra ese deseo que de elixir pasa a convertirse en tósigo por extraños caminos de la química.
Por mucho que te digan, por mucho que aparente un cambio, cuídate mucho de volver al lugar donde has sufrido.
Todos lo sabemos todo (?) pero al final quien tiene que resolver tus asuntos eres tú con lo que tú sabes.
¿Has visto el rayo? ¿Has sentido el fuerte viento en la piel? ¿Has oído el bramido del trueno? ¿Has olido la fragancia de lo verde húmedo? ¿Has gustado el vaso de caldo?
Ahora que vas a emprender un viaje, disfruta del trayecto. Llegar es lo de menos (aires de Homero) Llegar es lo de menos. Así lo crees. Aunque el deseo de llegar consiga tantas veces abrumar el camino.
En la habitación la vida aparece menos.
Dejando a Wittgenstein en su Cuaderno Azul
No llegaré a ningún cálculo infinitesimal.
Me arden las arterias
En la música el descalabro era absoluto.
Absuélvanse las anginas.
Margaritas para la eternidad se apagaron y luego ¡Fantasmas, ahuyentad los fantasmas! Te ahogas Te quedas petrificado en la pesquisa y luego Dadme, mas dijiste, dadme más y el mar siguió y luego Oh, cómo se escribe un gemido Cómo se escribe la dejadez tras la noche Cómo se escribe el elemento de este luego Cómo mereceremos las setas Cómo navegaremos si no tienes barco Cómo madrugarás si no tienes mañanas Cómo hablarás si te faltan letras Oh (muda la h lo dice todo) O no (¡noh!) La Caída en el diccionario es mucho más brutal
Transitar con calma por estos días
Ataúd, ¡qué bonito sonido!
Evocación para acabar con el pesimismo.
En el Musée de l'Armée ha habido un aviso de bomba y todo el público ha sido desalojado.
Una mujer a mi lado me lo cuenta sentados en esta brasserie. Ha creído que soy francés. La mujer que va con su marido, militar sin uniforme, está verdaderamente asustada. La psicosis.
El Musée Rodin en la rue Varennes 77 es de cuento infantil. Y lo constato de nuevo: París es con nubes ¡qué hermosos árboles casi otoñales!
Siempre son sinuosas las ideas en Rodin y Claudel (por supuesto). Hermoso palacio y un par de esculturas: el busto de Jean d'Auteil y uno de los Burgueses de Calais que te miran cuando las miras.
Estoy cansado y me duele la espalda. Creo que tras tomarme un té en la pagoda-cinematógrafo de la rue Babylonne 57 me iré ya para Les Vallées. Beberé un té yelong oolang con ginseng. Su color será anaranjado. Muy suave. La tetera será de hierro y originaria de Indonesia o Vietnam.
23.08.2002
No lo sientas con amargura. Tienes que ser claro. Tienes que dejar al tiempo. No te amaron. Te parece cierto. No lo sientas con amargura. Y si alguna vez te lanzas a la rabia y la rabia se lanza contra ti recuerda los gestos y los nombres de los que te aman. Amar es cuestión de espíritu (o de lo inmaterial/hormonal. Contradicciones hay por doquier. Cómo no en el cuerpo)
Existe Lulú en el Palacio de Festivales.
Al menos la riqueza te permite elegir el lugar donde descansarás para siempre (?)
Le dijiste a una mujer, Me gustas y no te volvió a hablar.
No desees lo que no vas a alcanzar. En cuanto sepas que no lo vas a alcanzar (y eso se sabe, te lo aseguro) lucha contra ese deseo que de elixir pasa a convertirse en tósigo por extraños caminos de la química.
Por mucho que te digan, por mucho que aparente un cambio, cuídate mucho de volver al lugar donde has sufrido.
Todos lo sabemos todo (?) pero al final quien tiene que resolver tus asuntos eres tú con lo que tú sabes.
¿Has visto el rayo? ¿Has sentido el fuerte viento en la piel? ¿Has oído el bramido del trueno? ¿Has olido la fragancia de lo verde húmedo? ¿Has gustado el vaso de caldo?
Ahora que vas a emprender un viaje, disfruta del trayecto. Llegar es lo de menos (aires de Homero) Llegar es lo de menos. Así lo crees. Aunque el deseo de llegar consiga tantas veces abrumar el camino.
En la habitación la vida aparece menos.
Dejando a Wittgenstein en su Cuaderno Azul
No llegaré a ningún cálculo infinitesimal.
Me arden las arterias
En la música el descalabro era absoluto.
Absuélvanse las anginas.
Margaritas para la eternidad se apagaron y luego ¡Fantasmas, ahuyentad los fantasmas! Te ahogas Te quedas petrificado en la pesquisa y luego Dadme, mas dijiste, dadme más y el mar siguió y luego Oh, cómo se escribe un gemido Cómo se escribe la dejadez tras la noche Cómo se escribe el elemento de este luego Cómo mereceremos las setas Cómo navegaremos si no tienes barco Cómo madrugarás si no tienes mañanas Cómo hablarás si te faltan letras Oh (muda la h lo dice todo) O no (¡noh!) La Caída en el diccionario es mucho más brutal
Transitar con calma por estos días
Ataúd, ¡qué bonito sonido!
Evocación para acabar con el pesimismo.
21/08/2002
París es con nubes. Con sol París es una broma de mal gusto y los camareros (éste realmente es gilipollas) son tan franceses que uno casi no se lo puede creer. Y la tortilla que como se ha vuelto naranja cuando una nube negra ha oscurecido el toldo (naranja) bajo el que estoy en la rue Maxime?
Has dispuesto tus días como un campo de batalla. Hay una lucha diaria. En vez de un placer diario.
El deseo y el negro conjuntan bien.
No mires con deseo y el coco no vendrá.
Como si buscas a tu puta madre en las mujeres que buscas y que acabas encontrando.
No busques malas caricias.
La droga es una caricia mala (para ti)
Ama lo amable. Lo en sí mismo a amar.
Aunque sientes la pulsión de que hoy vas a conocer a alguien.
Es muy difícil ser artista porque hay que ser libre. Y la libertad da miedo.
Te dijeron: tienes los hombros más bonitos que he visto en mi vida.
Vete de aquí lo más rápido que puedas (de este bistrôt)
Te quiero.
Un hombre y un acto cortés. Lo miras y te parece de una ternura incomparable.
En la esquina del Boulevard Saint-Germain con la rue Saint-Jacques hay una tienda entera dedicada a Tintín
Existen hombres que no miran los ríos y existen ríos que no miran a los hombres.
Puedes fumar y puedes beber porque son los únicos actos que no te parecen culpables ¿Por qué? ¿por propaganda/cultura?
También puedes mirar un chubasquero rojo y ver tan sólo un chubasquero rojo.
Tu hija te quiere. Y tú la quieres. Eso es suficiente.
Se llama Grizzu el lugar y lo lleva escrito un hombre en el bolsillo de su camisa.
Quieres llorar. Llora. Quieres reír. Ríe.
No será como la pareja que tienes delante con su hija pero será de otra forma y lo vivirás igualmente.
Otra ciudad. Otro río. Era muy lejos. Y no llovía. Y la ciudad no era bonita. Pero eras feliz. Y sabías convertir la ausencia en presencia. Y el poste caído, como el chubasquero rojo, era sólo un poste caído.
Volverás a la ciudad y nadarás en el invierno.
Llamarás a los amigos por sus nombres.
Animarás tu alma con alientos.
Y la mirada de los dos japoneses se quedará grabada para siempre como el movimiento de dos tetas que acaban de pasar.
Haz chistes con el sexo. Dicen que el humor distancia.
En la rue Frances Bourgeois hay una tienda hermosísima. Tienda de objetos de una delicadeza caprichosa. Como capricho es tomarme un café en la Place de Vosgues y como capricho es también darme cuenta de que hoy no es día 21 sino 20 y que por lo tanto no me voy mañana sino pasado mañana.
Tendrás prisas. Perderás amores. Sufrirás tormentos. Mirarás estrellas (ya las has mirado). Y así vivirás como todos vivimos.
Sólo una cosa ha de darte miedo del miedo: que paraliza.
Piensa algún día en esto: las sociedades donde la gente no se mira son sociedades perdidas.
Y otro día si quieres: mira las bocas, fíjate en ese órgano que comunica lo exterior a ti con el interior tuyo. Esas bocas que engullen y expulsan sin cesar; que crean continuas comunicaciones. Ningún otro órgano realiza tan constantemente esa función. La boca es transitiva y biunívoca.
¿A ti también te parece que la lluvia y unos viejos ojos azules se complementan como el gris y el verde?
¡Qué bonito el sonido de unos pasos y un cabello rizado!
Intenta evitar el sentimiento trágico de la vida. Intenta sentir sin adjetivos.
Tú verás a una mujer envuelta en una capa morada atravesando la Place de la Republique en bicicleta bajo un cielo también encapotado.
Tu verás que un hombre te adelanta, un hombre con un chaleco de camuflaje. Unos metros más adelante te volverá a adelantar y te darás cuenta de que no sabes cuándo se quedó atrás.
De nuevo la belleza ha pasado.
21/08/2002
Rue de la Tour Maubourg. No es un consejo, ni siquiera una inclinación pero mira a ver si te sirve: cuando llegas a una ciudad desconocida te gusta ver primero lo que hacen, lo que es y en segundo lugar lo que hiceron, lo que fueron.
Este mundo es miserable, está lleno de mezquindades, de pequeñas miserias cotidianas. Una buena forma de enfrentarte a ellas será cuidándote mucho de tus mezquindades y tus miserias.
Diariamente te tienes que regalar cupos de felicidad. Esos regalos son muy costosos, te supondrán unos esfuerzos en ocasiones considerables. Lo merecerá. No lo dudes.
Observa lo pequeño. Suele ser lo más grande.
Cogida por algún lugar común cualquier teoría del pensamiento podría adecuarse a la tuya.
Un ejemplo de placer: en Fauchon compro unas pastas para Pilar. La cajera me cambia una bolsa sin asas por una con asas. Me pregunta si es para regalo. le contesto que sí y que no es necesario que lo envuelva porque voy a viajar y lo envolveré al llegar. Me sonríe. Me da la bolsa y cuando voy a salir me dice: Bon voyage, monsieur.
París es con nubes. Con sol París es una broma de mal gusto y los camareros (éste realmente es gilipollas) son tan franceses que uno casi no se lo puede creer. Y la tortilla que como se ha vuelto naranja cuando una nube negra ha oscurecido el toldo (naranja) bajo el que estoy en la rue Maxime?
Has dispuesto tus días como un campo de batalla. Hay una lucha diaria. En vez de un placer diario.
El deseo y el negro conjuntan bien.
No mires con deseo y el coco no vendrá.
Como si buscas a tu puta madre en las mujeres que buscas y que acabas encontrando.
No busques malas caricias.
La droga es una caricia mala (para ti)
Ama lo amable. Lo en sí mismo a amar.
Aunque sientes la pulsión de que hoy vas a conocer a alguien.
Es muy difícil ser artista porque hay que ser libre. Y la libertad da miedo.
Te dijeron: tienes los hombros más bonitos que he visto en mi vida.
Vete de aquí lo más rápido que puedas (de este bistrôt)
Te quiero.
Un hombre y un acto cortés. Lo miras y te parece de una ternura incomparable.
En la esquina del Boulevard Saint-Germain con la rue Saint-Jacques hay una tienda entera dedicada a Tintín
Existen hombres que no miran los ríos y existen ríos que no miran a los hombres.
Puedes fumar y puedes beber porque son los únicos actos que no te parecen culpables ¿Por qué? ¿por propaganda/cultura?
También puedes mirar un chubasquero rojo y ver tan sólo un chubasquero rojo.
Tu hija te quiere. Y tú la quieres. Eso es suficiente.
Se llama Grizzu el lugar y lo lleva escrito un hombre en el bolsillo de su camisa.
Quieres llorar. Llora. Quieres reír. Ríe.
No será como la pareja que tienes delante con su hija pero será de otra forma y lo vivirás igualmente.
Otra ciudad. Otro río. Era muy lejos. Y no llovía. Y la ciudad no era bonita. Pero eras feliz. Y sabías convertir la ausencia en presencia. Y el poste caído, como el chubasquero rojo, era sólo un poste caído.
Volverás a la ciudad y nadarás en el invierno.
Llamarás a los amigos por sus nombres.
Animarás tu alma con alientos.
Y la mirada de los dos japoneses se quedará grabada para siempre como el movimiento de dos tetas que acaban de pasar.
Haz chistes con el sexo. Dicen que el humor distancia.
En la rue Frances Bourgeois hay una tienda hermosísima. Tienda de objetos de una delicadeza caprichosa. Como capricho es tomarme un café en la Place de Vosgues y como capricho es también darme cuenta de que hoy no es día 21 sino 20 y que por lo tanto no me voy mañana sino pasado mañana.
Tendrás prisas. Perderás amores. Sufrirás tormentos. Mirarás estrellas (ya las has mirado). Y así vivirás como todos vivimos.
Sólo una cosa ha de darte miedo del miedo: que paraliza.
Piensa algún día en esto: las sociedades donde la gente no se mira son sociedades perdidas.
Y otro día si quieres: mira las bocas, fíjate en ese órgano que comunica lo exterior a ti con el interior tuyo. Esas bocas que engullen y expulsan sin cesar; que crean continuas comunicaciones. Ningún otro órgano realiza tan constantemente esa función. La boca es transitiva y biunívoca.
¿A ti también te parece que la lluvia y unos viejos ojos azules se complementan como el gris y el verde?
¡Qué bonito el sonido de unos pasos y un cabello rizado!
Intenta evitar el sentimiento trágico de la vida. Intenta sentir sin adjetivos.
Tú verás a una mujer envuelta en una capa morada atravesando la Place de la Republique en bicicleta bajo un cielo también encapotado.
Tu verás que un hombre te adelanta, un hombre con un chaleco de camuflaje. Unos metros más adelante te volverá a adelantar y te darás cuenta de que no sabes cuándo se quedó atrás.
De nuevo la belleza ha pasado.
21/08/2002
Rue de la Tour Maubourg. No es un consejo, ni siquiera una inclinación pero mira a ver si te sirve: cuando llegas a una ciudad desconocida te gusta ver primero lo que hacen, lo que es y en segundo lugar lo que hiceron, lo que fueron.
Este mundo es miserable, está lleno de mezquindades, de pequeñas miserias cotidianas. Una buena forma de enfrentarte a ellas será cuidándote mucho de tus mezquindades y tus miserias.
Diariamente te tienes que regalar cupos de felicidad. Esos regalos son muy costosos, te supondrán unos esfuerzos en ocasiones considerables. Lo merecerá. No lo dudes.
Observa lo pequeño. Suele ser lo más grande.
Cogida por algún lugar común cualquier teoría del pensamiento podría adecuarse a la tuya.
Un ejemplo de placer: en Fauchon compro unas pastas para Pilar. La cajera me cambia una bolsa sin asas por una con asas. Me pregunta si es para regalo. le contesto que sí y que no es necesario que lo envuelva porque voy a viajar y lo envolveré al llegar. Me sonríe. Me da la bolsa y cuando voy a salir me dice: Bon voyage, monsieur.
Ensayo
Tags : Cuaderno de Paris Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 21/10/2008 a las 23:07 | {0}
Estoy en La Vaguada en busca de un maldito bikini... Un bso
Hola! Q tal? Yo me acabo de levantar.- ...Ufff!
Me has llamado no? Un bso
A genial. Gracias. Un bso.
Espérame que llego.
Hola! Q tal? Yo me acabo de levantar.- ...Ufff!
Me has llamado no? Un bso
A genial. Gracias. Un bso.
Espérame que llego.
Cuento
Tags : Archivo 2008 Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 21/10/2008 a las 23:02 | {0}Registro de patentes. Sucumbí. Me arrastré.
Soliloquio de un perro en el arcén de una autovía. Meneo de la cola. Argucia quizá cuando ladea la lengua y se tumba bocarriba. Quizá sea la artrosis o la bilis.
Cielo gris y asfalto gris. Cadencia de los kilómetros. Aguacero que no llega. Oigo, En la boca del Estrecho y siento una mezcla de anatomía y geografía que regurgita en mi entrepierna y provoca una erección.
Giro. Encuentro con una glorieta. Sucesión de carteles. Pérdida. Búsqueda. Polígono. Ángulos diversos se encuadran en la visión de lo que va a llegar. Una pintura de Brueghel me lanza castañuelas y extrañas concurrencias.
Lío un cigarrillo. Lío un pensamiento. Y voy llegando. Sin aire fuera. En el universo todo. Muerto en la fría estancia de una nave espacial. Los cascos se han crionizado. Las señales son apenas un fondo de radiación que nuestra civilización 0,7h no es capaz de entender. Entonces aparece San Sebastian de los Reyes.
Desciendo. Un segundo por la boca de un infierno y luego abro los ojos y la llaga de una loseta me devuelve a la realidad de lo dicho que es real: una hora, un cielo, una tierra, unos elementos. La vigilante de un edificio que no es público me muestra su arma reglamentaria y yo exhalo por mis poros el miedo al dolor y a la sangre fácil que se desliza, corre, se seca, se vuelve aire de hierro y por fin desaparece bajo la capa asfáltica de un remedo.
La no conversación: Yo vendo, tú no compras o quizá compro, quizá más tarde. La sonrisa. El parqué vibra. El bastón cae al suelo. Es recogido por una mano ajena a mí.
Cielo gris y asfalto gris. Cadencia de los kilómetros. Aguacero que no llega. Oigo, En la boca del Estrecho y siento una mezcla de anatomía y geografía que regurgita en mi entrepierna y provoca una erección.
Giro. Encuentro con una glorieta. Sucesión de carteles. Pérdida. Búsqueda. Polígono. Ángulos diversos se encuadran en la visión de lo que va a llegar. Una pintura de Brueghel me lanza castañuelas y extrañas concurrencias.
Lío un cigarrillo. Lío un pensamiento. Y voy llegando. Sin aire fuera. En el universo todo. Muerto en la fría estancia de una nave espacial. Los cascos se han crionizado. Las señales son apenas un fondo de radiación que nuestra civilización 0,7h no es capaz de entender. Entonces aparece San Sebastian de los Reyes.
Desciendo. Un segundo por la boca de un infierno y luego abro los ojos y la llaga de una loseta me devuelve a la realidad de lo dicho que es real: una hora, un cielo, una tierra, unos elementos. La vigilante de un edificio que no es público me muestra su arma reglamentaria y yo exhalo por mis poros el miedo al dolor y a la sangre fácil que se desliza, corre, se seca, se vuelve aire de hierro y por fin desaparece bajo la capa asfáltica de un remedo.
La no conversación: Yo vendo, tú no compras o quizá compro, quizá más tarde. La sonrisa. El parqué vibra. El bastón cae al suelo. Es recogido por una mano ajena a mí.
Diario
Tags : Archivo 2008 Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 21/10/2008 a las 13:43 | {0}
Barcelona. Carretera. Un fin de semana largo. La Sagrada Familia siempre en obras como las familias normales. Paseos. Lluvias. Montañas. Aires nuevos. Y conducir. Alhama de Aragón. Cómo recomiendo el balneario que allí se encuentra. Debéis (no sé quiénes sois vosotros pero a vosotros os escribo que estáis ahí, en el universo amplísimo de las letras y los colores, en el universo de 0 y 1 que lo son todo y lo son nada; a vosotros, queridos míos, mis iguales, mis fréres, como ya dijo tan hermosamente Gil de Biedma en su Pandémica y Celeste aunque él -parece ser- no fuera tan hermoso como sus palabras y sus ritmos que también son nada o imposible -John Cage dixit-. A vosotros en todo caso. A vosotros seres vivos y conscientes que entienden el español y sus sintaxis. A vosotros queridos. Que acudís. Que buscáis. Que sentís. Que oléis los aires nuevos. A vosotros os digo id) conocer ese espacio decadente y magnífico. Esos descubrimientos merecen desviarse de la A-2, seguir una carretera de doble sentido y llegar, de repente, a un vergel con balneario y contemplar una escultura del Emperador Diocleciano y descender por una escalera de mármol mientras un olor ligeramente sulforoso lo impregna todo. Entrar en un comedor donde lo que más apetece es ser tísico y encontrarse con los personajes de Thomas Mann de su Montaña Mágica ¡Enfermedad ideal la tisis! Ser tísico y enfundado en un albornoz caminar por el sendero de tierra rojiza que lleva hasta el lago donde las aguas de un intenso azul con algo de verde, templadas, invitan, invitan a hundirse en ellas y dejar que los pececillos te mordisqueen los pies como si con ello te quitaran algo más que un poquito de pellejo.
O antes Barcelona y Elena, amada mía, hermosa como un aire que levantara el ánimo, hablando a una concurrencia sobre la alegría de estar aquí, en este mundo milagroso en sí mismo; aquí, en esta estrecha franja de posibilidades que los cosmólogos llaman Goldilocks o lugares del universo donde una serie larga de concurrencias, casualidades (¿no es la casualidad el orden natural de las cosas?) hacen posible la existencia de fenómenos como la vida; Elena habla en una tertulia de singles (en nuestra lengua solteros) y yo participo de la tertulia y el mundo se abre en una comunicación verbal y en unos gestos y en unos ojos de mujeres y algún hombre algo tristes y también algo niños, luz de la niñez que mira con curiosidad. La curiosidad. Y luego cenamos y luego dormir.
Antes aún. También en Barcelona acudo a un santuario del mundo que más amo quizá tan sólo porque pertenezco a él. Estoy citado en la Agencia Literaria de Carmen Balcells y espero a Ramón en una sala donde las fotos de los grandes de la literatura hispanoamericana acompañados por la copias de sus manuscritos me hacen sentir especialmente dichoso como si un suceso cuya lógica era inevitable hubiera por fin ocurrido, estuviera ocurriendo.
Más tarde la carretera. Conducir. Mirar los paisajes. El asedio de la niebla. La cautela. Elena con aspecto hippie, de larga cabellera enredada, dormita y escuchamos a Keith Jarret y las versiones para piano de melodías hechas para la noche tras haber comido en el comedor de la Montaña Mágica en el balneario de Alhama de Aragón (id. No sé quiénes sois. Id, queridas miradas. Id con vuestros sentidos abiertos al viejo plátano. Id y aquietaros en el casino convertido en cafetería para que las horas tan ajenas se encarguen de acunaros.)
O antes Barcelona y Elena, amada mía, hermosa como un aire que levantara el ánimo, hablando a una concurrencia sobre la alegría de estar aquí, en este mundo milagroso en sí mismo; aquí, en esta estrecha franja de posibilidades que los cosmólogos llaman Goldilocks o lugares del universo donde una serie larga de concurrencias, casualidades (¿no es la casualidad el orden natural de las cosas?) hacen posible la existencia de fenómenos como la vida; Elena habla en una tertulia de singles (en nuestra lengua solteros) y yo participo de la tertulia y el mundo se abre en una comunicación verbal y en unos gestos y en unos ojos de mujeres y algún hombre algo tristes y también algo niños, luz de la niñez que mira con curiosidad. La curiosidad. Y luego cenamos y luego dormir.
Antes aún. También en Barcelona acudo a un santuario del mundo que más amo quizá tan sólo porque pertenezco a él. Estoy citado en la Agencia Literaria de Carmen Balcells y espero a Ramón en una sala donde las fotos de los grandes de la literatura hispanoamericana acompañados por la copias de sus manuscritos me hacen sentir especialmente dichoso como si un suceso cuya lógica era inevitable hubiera por fin ocurrido, estuviera ocurriendo.
Más tarde la carretera. Conducir. Mirar los paisajes. El asedio de la niebla. La cautela. Elena con aspecto hippie, de larga cabellera enredada, dormita y escuchamos a Keith Jarret y las versiones para piano de melodías hechas para la noche tras haber comido en el comedor de la Montaña Mágica en el balneario de Alhama de Aragón (id. No sé quiénes sois. Id, queridas miradas. Id con vuestros sentidos abiertos al viejo plátano. Id y aquietaros en el casino convertido en cafetería para que las horas tan ajenas se encarguen de acunaros.)
Diario
Tags : Archivo 2008 Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 12/10/2008 a las 20:20 | {2}
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Meditación sobre las formas de interpretar
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Reflexiones para antes de morir
Reflexiones que Olmo Z. le escribe a su mujer en plena crisis
Sobre las creencias
Olmo Dos Mil Veintidós
El mes de noviembre
Listas
Jardines en el bolsillo
Olmo Z. ¿2024?
Agosto 2013
Saturnales
Citas del mes de mayo
Reflexiones
Marea
Mosquita muerta
Sincerada
Sinonimias
Sobre la verdad
El Brillante
El viaje
No fabularé
El espejo
Desenlace
Perdido en la mudanza (lost in translation?)
La mujer de las areolas doradas
La Clerc
Velocidad de escape
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Ensayo
Tags : Cuaderno de Paris Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 23/10/2008 a las 20:43 | {0}