¿Sería posible el concepto de la mecánica cuántica sin el idealismo kantiano? ¿No es la física cuántica metafísica de la física clásica? ¿Se superponen al mismo tiempo lo científico y lo filosófico (entendiendo estas dos disciplinas como conceptos tan opuestos como gato vivo/gato muerto de Schrödinger) en la física de los quantos? […] ¡Juego de la imaginación y del lenguaje en esta tarde de enero cuando la ola de calor ha llenado el aire de impurezas y se respira con la dificultad propia de los apocalipsis […] ¿es posible que el concepto femme fatale –creado por los europeos a lo largo del siglo XIX- haya devenido en el actual homme fatal? Atención a esa creación -sígase a Mario Praz en su interesante, frío y meticuloso ensayo titulado La carne, la muerte y el diablo en la literatura romántica, editado en España por la editorial, deliciosa, Acantilado-. La femme fatale destruye a los hombres tras someterlos sexualmente. L’homme fatal destruye a las mujeres tras someterlas sexualmente. L’homme fatal actual además ya no es brutal en sus acciones, pura fuerza física, sino que se ayuda de estrategias propias de la femme fatale del XIX: los tósigos, la manipulación mental, el control, el manejo del tempo de la relación […] ¡cuánto la echas de menos! ¿Verdad que hay veces en que se repite una situación que viviste con ella y de inmediato te entra una congoja que fluye, mansa, hacia la pena al sentir su ausencia; una misma situación con su ausencia por su presencia (mecánica cuántica de lo ínfimo de nuestras emociones, ley de la superposición, contra intuitiva) […] se deshace enero, polvo de estrellas, ya se ve en el horizonte de las mediciones humanas al mes de febrero, ese mes extraño, la excepción. […] Callarás […] iras […]
Podría haber subido, haber dicho, voy a subir, voy a coger una mochila no muy pesada, voy a cogerla y voy a subir […] ¿volveré? ¿tiene sentido subir para luego volver? […] helaba y yo recordaba las rugosidades de su pezón, ese anhelo que viene de una condición vieja, demasiado humana […] sentía la mañana, no me atrevía a mirarla, bajé la vista, seguí ascendiendo, se acercaba una pared lisa, el mundo se volvía […] decidí seguir […] ¡Mal haya la hora de esta desventura! ¿Cómo se sale de aquí? ¡Ventisca, tienes nombre de mozuela junto al río! […] fue en febrero, escribí mi epitafio, recordé la mesa metálica y verde de mis inicios y una pared con un póster de un Matisse colgado, una mujer sentada ante un fondo azul […] no es la misma ilusión ¡qué carajo! ¿o sí? […] haré la mochila, meteré en ella un bocadillo de tortilla francesa con pan tomaca, bien untada la miga con aceite de oliva, bien cuajada la tortilla, bien aderezado el aceite y el tomate con su poquina de sal; haré la mochila y meteré en ella una cuerda de ahorcar y un pasador para el pelo y me echaré a andar, hacia allá arriba donde parece que la nieve cubre las hierbas […] será temprano, tras su mirada (o antes cuando se subió al autobús y marchó para siempre), con ella en el recuerdo, paso tras paso, contando, uno, dos, tres […] siete mil cuatrocientos veintitrés, siete mil cuatrocientos veinticuatro […] su mirada, su parte posterior cuando sube los escalones del bus, el pasador de su coleta, su pelo castaño […] ciento ocho mil setenta y nueve, ciento ocho mil ochenta, ciento ocho mil ochenta y uno, ciento ocho mil ochenta y dos […] sí, claro que sí, desaparecida la esfera privada, despojado de lo privado, a solas con una carga que ya no es dulce y sí pesada; con la cabeza en su sitio, orgulloso el cuerpo, erguido a ser posible, erguido a pesar de la columna, a pesar de la molestia […] sabía lo que tenía que hacer, el ritmo que había de llevar, el agua que me haría falta, el lugar donde refugiarme la primera noche […] un millón quinientos cuarenta y tres mil setecientos doce, un millón quinientos cuarenta y tres mil setecientos trece, un millón quinientos cuarenta y tres mil setecientos catorce, un millón quinientos cuarenta y tres mil setecientos quince […] llegaré, sí, allí donde la nieve […] los vaqueros muy a lo lejos guían a las vacas con sus gritos, ladra un perro, suenan el veguero y los matojos; un palo, sometido a las leyes de la física, vibra al paso del agua con constancia de metrónomo, hasta tal punto que pienso que la corriente no fluye en su movimiento sino que se mueve a impulsos […] diez mil millones trescientos cuarenta y cuatro mil centillones ochocientos un mil decillones cuarenta y cuatro millones ciento veintisiete mil ochocientos doce, ¿se dice así? […]
Teatro
Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 24/01/2024 a las 18:36 | {0}[...] escuchaba los copos o tan sólo los miraba; era una de esas tardes en las que el organismo se ha acompasado con el mundo y ruedan juntos [...] la ladera con una ligera capa de nieve, tan ligera que traslucía los verdes de las copas de los pinos [...] sí, sí, lo sabe: tiene que dejarte ir como se va el teatro a medida que avanza la función, como la música se diluye tras hacerse [...] un día vio un matiz rosáceo justo antes de que rompiera la mañana [...] la naturaleza es tan estética [...] dan ganas de ser [...] lo imaginó, la composición descansaba sobre una buena clave de bóveda, el éxito estaba asegurado (el éxito para sí si tal éxito puede darse), nada iba a faltar; estaría listo; estaría abierto; todo frío con luces cálidas; imaginaba, una vez y otra [...] en el primer reconocimiento surge, cuando es bello, la quintaesencia de la vida; podría resumir lo sublime en un encuentro con lo bello y la conciencia plena de que ese encuentro está ocurriendo y lo bello es lo que está siendo [...] sublime Kant cuando giró sobre sí mismo... el reloj de Königsberg... el relojero [...] sucedería quizá por una falla del cuerpo, [...] el olvido se abriría paso, a hombros transportado por la terca memoria cansada de recordar tanto [...] que se acerquen esos niños, sí, aquéllos, los que cantan y ríen a partes iguales... no, por dios, señora mía, angelitos, no importa que desafinen; los niños no desafinan, sus vocecitas... [...] ¿suena el electromagnetismo? [...] adivina [...] nieva divina la nieve
Ensayo poético
Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 19/01/2024 a las 19:09 | {0}Terminé de escribir un libro y ahora estoy triste [...] ¿La burla se ha dejado ver? [...] como el hociquillo de una ratita presumida que olisqueara la presencia de un ser humano antes de caer en las trampas de los quesos [...] ¿fue la lluvia? ¿fueron los espasmos del frío? la severa mediocridad de los moralistas [...] ahora he de seguir con el siguiente que trata de asuntos turbios en claras fuentes [...] ¿vendrá el amigo a despreciar el relato? ¿escribiré de vocación entendida ésta como la inclinación a hacer algo que no reporta, necesariamente, nada? [...] desvelos, deducciones, razones, corazonadas, un día y otro día por los mismos caminos, casi posando la huella en una huella del día anterior [...] no son los pies fríos, es el dolor [...] y así saboreo el retorno [...] ¿Desteje mi Penélope? ¿Hace aguas nuestro amor? ¿Hay que tomar aire una vez más? [...] por la pendiente iré bajando (ya me cansé de subir) camino del Leteo porque quiero beber sus aguas hasta olvidarme de mí [...] ¡qué aburrida fue siempre la moral! ¡qué hermosa la ética! [...] El cuarto permanecerá iluminado durante todo el fin y al fondo un femenino coro de soul hará las voces de los ángeles caídos, demonios de mi razón, faunos leales, sátiros danzantes, bacantes lujuriosas, toros desmembrados, grandes hogueras; acompañará al coro un plañir de tambores y un eco de piccolo [...]
Narrativa
Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 12/01/2024 a las 19:04 | {0}[…] como un ejército avanza mi cuerpo hacia el País de la Muerte; todos los intentos por retrasar el avance han sido abortados; el ejército de cada vida avanza hacia su muerte; ¡ven conmigo, muchacha alegre, y canta conmigo una canción y si quieres luego podemos tocarnos como si fuéramos nuevos y cada uno fuera para el otro la lentitud! […] esa calma del silencio […] los valles por los que caminó, las historias que leyó, todas y cada una de las horas que durmió […] volverá a Montaigne y a Ramón Andrés; perderá la noción (como se contaminó hace días con la posibilidad de que algo ocurriera y aquello le llevó al Libro de los venenos -que escribe Gamoneda a partir de las glosas que escribe Laguna en la fuente del viejo Dioscórides- y se puso el antídoto en cuanto pudo) […] esa fiereza de la roca y el hielo bajo un cielo todo grises a los que azota Βορέας sin la más mínima piedad […] como un ejército […] por los últimos rincones de una casa pequeña (no hay casa pequeña), ya a punto, en la entrada […]
Narrativa
Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 05/01/2024 a las 20:16 | {0}
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Ensayo poético
Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 30/01/2024 a las 18:55 | {0}