Canto de mí mismo Walt Witman.
Traducción de Francisco Alexander.
Colección Visor de Poesía.
31
I believe a leaf of grass is no less than the journey-work of the stars,
And the pismire is equally perfect, and a grain of sand, and the egg of the wren,
And the tree-toad is a chef-d'oeuvre for the highest,
And the running blackberry would adorn the parlors of heaven,
And the narrowest hinge in my hand puts to scorn all machinery,
And the cow crunching with depress'd head surpasses any statue,
And a mouse is miracle enough to stagger sextillions of infidels.
I find I incorporate gneiss, coal, long-threaded moss, fruits, grains, esculent roots,
And am stucco'd with quadrupeds and birds all over,
And have distanced what is behind me for good reasons,
But call any thing back again when I desire it.
In vain the speeding or shyness,
In vain the plutonic rocks send their old heat against my approach,
In vain the mastodon retreats beneath its own powder'd bones,
In vain objects stand leagues off and assume manifold shapes,
In vain the ocean settling in hollows and the great monsters lying low,
In vain the buzzard houses herself with the sky,
In vain the snake slides trough the creepers and logs,
In vain the elk takes to the inner passes of the woods,
In vain the razor-bill'd auk sails far north to Labrador,
I follow quickly, I ascend to the nest in the fissure of the cliff.
31
Yo creo que una hoja de hierba no es menos que el trabajo realizado por las estrellas,
Y que la hormiga es igualmente perfecta, y un grano de arena, y el huevo del reyezuelo,
Y que la rana arbórea es una obra maestra digna de los escogidos,
Y que la zarzamora podría adornar los salones del cielo,
Y que la articulación más insignificante de mi mano avergüenza a todas las máquinas,
Y que la vaca que pace con la cabeza baja supera a todas las estatuas,
Y que un ratoncillo es un milagro suficiente para hacer vacilar a sextillones de incrédulos.
Encuentro que en mí se incorporan el gneis, la hulla, el musgo de largos filamentos, las frutas, los granos, las raíces comestibles,
Y que estoy estucado enteramente con cuadrúpedos y aves,
Que he tenido motivos para alejarme de lo que he dejado atrás,
Pero que puedo hacerlo volver cuando yo quiera.
En vano el apresuramiento o la timidez,
En vano las rocas plutónicas envían a mi encuentro su antiguo calor,
En vano el mastodonte se oculta detrás del polvo de sus huesos,
En vano las cosas se alejan muchas leguas y toman multitud de formas,
En vano el océano penetra en las cavernas y en vano se esconden los grandes monstruos marinos,
En vano el buitre elige por morada el cielo,
En vano la serpiente se desliza a través de las lianas y de los troncos,
En vano el alce se refugia en los pasos recónditos del bosque,
En vano el cuervo marino se dirige al norte, hacia el Labrador,
Los sigo velozmente, subo al nido en la hendidura del peñasco.
Y que la hormiga es igualmente perfecta, y un grano de arena, y el huevo del reyezuelo,
Y que la rana arbórea es una obra maestra digna de los escogidos,
Y que la zarzamora podría adornar los salones del cielo,
Y que la articulación más insignificante de mi mano avergüenza a todas las máquinas,
Y que la vaca que pace con la cabeza baja supera a todas las estatuas,
Y que un ratoncillo es un milagro suficiente para hacer vacilar a sextillones de incrédulos.
Encuentro que en mí se incorporan el gneis, la hulla, el musgo de largos filamentos, las frutas, los granos, las raíces comestibles,
Y que estoy estucado enteramente con cuadrúpedos y aves,
Que he tenido motivos para alejarme de lo que he dejado atrás,
Pero que puedo hacerlo volver cuando yo quiera.
En vano el apresuramiento o la timidez,
En vano las rocas plutónicas envían a mi encuentro su antiguo calor,
En vano el mastodonte se oculta detrás del polvo de sus huesos,
En vano las cosas se alejan muchas leguas y toman multitud de formas,
En vano el océano penetra en las cavernas y en vano se esconden los grandes monstruos marinos,
En vano el buitre elige por morada el cielo,
En vano la serpiente se desliza a través de las lianas y de los troncos,
En vano el alce se refugia en los pasos recónditos del bosque,
En vano el cuervo marino se dirige al norte, hacia el Labrador,
Los sigo velozmente, subo al nido en la hendidura del peñasco.
Ventanas
Seriales
Archivo 2009
Escritos de Isaac Alexander
Fantasmagorías
¿De Isaac Alexander?
Meditación sobre las formas de interpretar
Libro de las soledades
Cuentecillos
Colección
Apuntes
Archivo 2008
La Solución
Aforismos
Haiku
Recuerdos
Reflexiones para antes de morir
Reflexiones que Olmo Z. le escribe a su mujer en plena crisis
Sobre las creencias
Olmo Dos Mil Veintidós
El mes de noviembre
Listas
Jardines en el bolsillo
Olmo Z. ¿2024?
Agosto 2013
Saturnales
Citas del mes de mayo
Reflexiones
Marea
Mosquita muerta
Sincerada
Sinonimias
Sobre la verdad
El Brillante
El viaje
No fabularé
El espejo
Desenlace
Perdido en la mudanza (lost in translation?)
La mujer de las areolas doradas
La Clerc
Velocidad de escape
Derivas
Carta a una desconocida
Asturias
Sobre la música
Biopolítica
Las manos
Tasador de bibliotecas
Ensayo sobre La Conspiración
Ciclos
Tríptico de los fantasmas
Archives
Últimas Entradas
Enlaces
© 2008, 2009, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018, 2019, 2020, 2021, 2022, 2023 y 2024 de Fernando García-Loygorri, salvo las citas, que son propiedad de sus autores
Invitados
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 13/01/2017 a las 17:49 | {0}