Poema escrito en febrero de 1981
Pequeña corrección hecha en septiembre de 2013
Existe la palabra
como existe el hueso;
palabras como encuentro
palabras como ungüento
o escalar hasta la cumbre del cerdo;
existen huesos oscuros descubiertos en el desierto
y gusanos que comen
el último ligamento
y también existe un tendón al viento;
las dos ideas conviven
-palabra y hueso-
y una no es sin la otra
aunque se rodeen de carne y sueño.
Existe la palabra fémur y peroné
y también la palabra martillo
como existe la tibia que descansa
en el regazo del arqueólogo;
Existen huesos desnudos, terribles,
al acecho del vacío:
¿quién puede repetir amor mil veces
y conservar aún su sentido?
Palabras y huesos generan olvido:
madera, derrama, ausencia,limo.
Palabras como restos.
Palabras como hueso.
como existe el hueso;
palabras como encuentro
palabras como ungüento
o escalar hasta la cumbre del cerdo;
existen huesos oscuros descubiertos en el desierto
y gusanos que comen
el último ligamento
y también existe un tendón al viento;
las dos ideas conviven
-palabra y hueso-
y una no es sin la otra
aunque se rodeen de carne y sueño.
Existe la palabra fémur y peroné
y también la palabra martillo
como existe la tibia que descansa
en el regazo del arqueólogo;
Existen huesos desnudos, terribles,
al acecho del vacío:
¿quién puede repetir amor mil veces
y conservar aún su sentido?
Palabras y huesos generan olvido:
madera, derrama, ausencia,limo.
Palabras como restos.
Palabras como hueso.
En esta noche fría de mayo,
tras una serie que produce de mí tristeza
quiero confesarte, amigo: lo tengo.
No hay en este poema un afán de poesía
como en el silencio no anida la virtud de ser callado,
sencillamente lo es.
Porque quisiera estar ahora en otra parte,
sé que lo tengo;
porque el aire se agudiza en los pulmones,
sé que lo tengo;
porque quisiera la mirada, el abrazo, la calma
sé que lo tengo.
Hay en este poema un sortilegio contra él.
La noche avanza y me pregunto
¿por qué lo aireo de esta forma?
Hay en este poema la maduración
de la espera, la glotonería, la queja,
la ausencia, mi padre muerto, la mano.
Porque no sé desde hace tiempo,
sé que lo tengo;
porque las nubes tan sólo cubren el cielo,
sé que lo tengo;
porque busco una frase cada día,
sé que lo tengo.
tras una serie que produce de mí tristeza
quiero confesarte, amigo: lo tengo.
No hay en este poema un afán de poesía
como en el silencio no anida la virtud de ser callado,
sencillamente lo es.
Porque quisiera estar ahora en otra parte,
sé que lo tengo;
porque el aire se agudiza en los pulmones,
sé que lo tengo;
porque quisiera la mirada, el abrazo, la calma
sé que lo tengo.
Hay en este poema un sortilegio contra él.
La noche avanza y me pregunto
¿por qué lo aireo de esta forma?
Hay en este poema la maduración
de la espera, la glotonería, la queja,
la ausencia, mi padre muerto, la mano.
Porque no sé desde hace tiempo,
sé que lo tengo;
porque las nubes tan sólo cubren el cielo,
sé que lo tengo;
porque busco una frase cada día,
sé que lo tengo.
El sonido del rombo me avisó
La locura dejó de decir nombres
La abeja zumbó y produjo la miel más süave
El ciervo berreó al husmear tu olor
Las ménades en el centro del estanque se acicalaron
La pantera se durmió a tus pies
Orfeo olvidó por un instante a Eurídice al escuchar tu paso
Cibeles produjo la más hermosa primavera
Afrodita ciñó en tus cabellos una flor silvestre de los suyos
Circe quiso envenenarte de puro celo
Dioniso alargó la fiesta cuando anunciaron tu venida
y los instrumentos musicales, los reclamos, el karnix, el chelys,
la lira, la caracola y la flauta de Pan se armonizaron para recibirte
El asno, de natural tozudo, tuvo un gesto grácil
y el cisne avisó a Apolo del movimiento
y Apolo encargó a Quirón que te llevara en su grupa
hasta la selva donde sátiros y faunos rodean a Sileno
el cual descubre la sobriedad al contemplar
el relieve de tus montes
la lisura de tus llanuras
y encarga a los pastores que con musgo te hagan un lecho
donde puedas dormir para soñarme.
La locura dejó de decir nombres
La abeja zumbó y produjo la miel más süave
El ciervo berreó al husmear tu olor
Las ménades en el centro del estanque se acicalaron
La pantera se durmió a tus pies
Orfeo olvidó por un instante a Eurídice al escuchar tu paso
Cibeles produjo la más hermosa primavera
Afrodita ciñó en tus cabellos una flor silvestre de los suyos
Circe quiso envenenarte de puro celo
Dioniso alargó la fiesta cuando anunciaron tu venida
y los instrumentos musicales, los reclamos, el karnix, el chelys,
la lira, la caracola y la flauta de Pan se armonizaron para recibirte
El asno, de natural tozudo, tuvo un gesto grácil
y el cisne avisó a Apolo del movimiento
y Apolo encargó a Quirón que te llevara en su grupa
hasta la selva donde sátiros y faunos rodean a Sileno
el cual descubre la sobriedad al contemplar
el relieve de tus montes
la lisura de tus llanuras
y encarga a los pastores que con musgo te hagan un lecho
donde puedas dormir para soñarme.
Sólo los rezos silentes
llenan ahora el espacio
a Ellos.
Esa nube es un simulacro como el roce de tu voz en su herida
Su herida es profunda, nace del aire de los días
se mantiene en el éter y deja un reguero (como pasos dados al traspiés)
Lo nefasto es la Idea no la copia de la Idea
La Idea como sublimación
Porque la Idea no existe
y lo que pasa debería ser suficiente milagro o pasmo o alba
Es simulacro el espejo y tu mano acariciando sus costillas flotantes
o la lluvia y el rito que saja la base del pene para conformar la vagina
También la flor del loto
o las últimas palabras del lama al oído del moribundo
Te exhortaría a que le besaras sin decir una sola palabra (simulacros)
A él le diría:
¿recuerdas la luz de esta mañana en lo alto de la cuesta con el fondo de montañas
y el viento que agitaba tu barba y las niñas que se acercaban corriendo camino
de la escuela
y el anciano de gesto amable que tomaba de la mano a su nieto
y tenía tiempo para sonreírte
y luego un perro que parecía el negativo de otro
y por supuesto la calle hermosa?
A ella le diría:
Acaricia su herida
Permite su mano en tu pecho (descúbrelo)
Acógele en ti
Descúbrele el matiz que media entre oscilación y péndulo
Ciérrale los ojos
Murmura las palabras que harían feliz
Túmbate a su lado
Ha llegado la vorágine
y el cabello se ha esparcido por la almohada
la tarde se envuelve en seda
caen copos (simulacro de algodón)
Dejarán que el tiempo pase
La herida abierta será besada
cada beso como un punto de sutura
que hiciera olvidar la usura
que la herida se cobraba
En la madrugada, ya sí,
podrá aullar el perro a la luna
y la gata sobre el tejado de uralita
se inclinará con respeto
mientras vuestras manos tomadas
vuestros talles juntos
en perfecto movimiento
un simulacro de eternidad
Esa nube es un simulacro como el roce de tu voz en su herida
Su herida es profunda, nace del aire de los días
se mantiene en el éter y deja un reguero (como pasos dados al traspiés)
Lo nefasto es la Idea no la copia de la Idea
La Idea como sublimación
Porque la Idea no existe
y lo que pasa debería ser suficiente milagro o pasmo o alba
Es simulacro el espejo y tu mano acariciando sus costillas flotantes
o la lluvia y el rito que saja la base del pene para conformar la vagina
También la flor del loto
o las últimas palabras del lama al oído del moribundo
Te exhortaría a que le besaras sin decir una sola palabra (simulacros)
A él le diría:
¿recuerdas la luz de esta mañana en lo alto de la cuesta con el fondo de montañas
y el viento que agitaba tu barba y las niñas que se acercaban corriendo camino
de la escuela
y el anciano de gesto amable que tomaba de la mano a su nieto
y tenía tiempo para sonreírte
y luego un perro que parecía el negativo de otro
y por supuesto la calle hermosa?
A ella le diría:
Acaricia su herida
Permite su mano en tu pecho (descúbrelo)
Acógele en ti
Descúbrele el matiz que media entre oscilación y péndulo
Ciérrale los ojos
Murmura las palabras que harían feliz
Túmbate a su lado
Ha llegado la vorágine
y el cabello se ha esparcido por la almohada
la tarde se envuelve en seda
caen copos (simulacro de algodón)
Dejarán que el tiempo pase
La herida abierta será besada
cada beso como un punto de sutura
que hiciera olvidar la usura
que la herida se cobraba
En la madrugada, ya sí,
podrá aullar el perro a la luna
y la gata sobre el tejado de uralita
se inclinará con respeto
mientras vuestras manos tomadas
vuestros talles juntos
en perfecto movimiento
un simulacro de eternidad
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Poesía
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 30/09/2013 a las 10:23 | {1}