Texto de Olmo Z. desde su internamiento en el manicomio de Acra que me llega por medio de un enfermero al que soborno.
Yo sé que están ocurriendo hechos
Me dicen que en una ciudad europea (cuyo nombre yo conocía) los muertos han dado un nuevo aviso
Yo sé que podría discutir sobre la conveniencia de que existan Otros que sean el Enemigo para ocultar al verdadero Enemigo de nuestra desventura
Y sin embargo lo único que atesoro, lo único que discurro, lo único que disfruto es mi nombre en tu voz
Aunque para ser precisos debería colocar el verbo en su tiempo imperfecto: era mi nombre en tu voz
Yo sé que también en Irán (creo recordar que Irán es el nombre de un país) han muerto unos muchachos en un campo de fútbol asesinados por otro que esperaba encontrar en el paraíso a las hetairas que le harían gozar toda la eternidad
También he descubierto que en mi muñeca pervive un tendón que ya no sirve para nada
y el otro día ensoñé una lluvia que aquí nunca llega y ese ensueño y el sonido de esa lluvia tan sólo me recordaban mi nombre en tu voz
Adiós, Olmo o Bésame, Olmo u Olmo a secas y rememoro la picardía de mi nombre en tu voz y recuerdo tu voz que a lo mejor pronuncia el nombre de otro hombre mientras ese hombre te abraza y te muerde los labios (como nunca te abrazará ni te morderá los labios como te abrazaba y te los mordía yo)
Sé que la tragedia aparece en una carretera
Sé que la risa se propaga como el fuego
Sé que tras el alto muro del manicomio donde habito existe una gran extensión de desierto y hay noches en las que el viento tiene la gravedad de tu voz, la sensualidad de tu voz cuando pronunciaba mi nombre, mi nombre, mi nombre en tu voz
Era entonces cuando entendía que hechizaras al líquen
Era entonces cuando entendía que el golpe de la nieve sobre el musgo no era más delicado que tú
Mi nombre en tu voz, Olmo ven o Acuéstate Olmo
Yo sé que has muerto para mí
Yo sé que el hombre al que ahora ames sufrirá tu ira pero dile de mi parte que aguante para llegar a escuchar su nombre en tu voz y así descubrirá que a veces el dolor no es sino la capa del miedo y que merece la pena aguantarlo por el sonido de un nombre en una voz
Tu voz humana
Mi nombre humano, humano en Acra, humano loco
Pronuncia aunque yo ya no puedo oírlo una vez más mi nombre en tu voz justo antes del desayuno cuando eras la más fuerte y yo sonreía con el primer despertar
¿Recuerdas? También entonces los canales del miedo ejercían su función pero nosotros jugábamos a llamarnos y yo te decía, Hola [...] (es que ya no puedo escribir tu nombre. Lo escribí un día y fue tal mi exaltación que me tuvieron inmovilizado durante once días con una camisa de fuerza) y tú respondías Hola, Olmo y era tal la risa que me producía mi nombre en tu voz que ya no estaba enfermo ni me importaba mucho la contaminación de las aguas ni los niños desnutridos ni las arengas de los dictadores ni las malas obras de arte ni siquiera me importaba mucho el arte
En Acra nadie me llama por mi nombre
En Acra no creen que me llame Olmo
En Acra han decidido llamarme Expósito sólo que ellos no saben que yo sé convertir ese nombre que no es el mío en mi verdadero nombre en tu voz y así les pido que me llamen Expósito una y otra vez, una y otra vez y a cada vez es tu voz que pronuncia mi nombre, que me dice Olmo ven.
Me dicen que en una ciudad europea (cuyo nombre yo conocía) los muertos han dado un nuevo aviso
Yo sé que podría discutir sobre la conveniencia de que existan Otros que sean el Enemigo para ocultar al verdadero Enemigo de nuestra desventura
Y sin embargo lo único que atesoro, lo único que discurro, lo único que disfruto es mi nombre en tu voz
Aunque para ser precisos debería colocar el verbo en su tiempo imperfecto: era mi nombre en tu voz
Yo sé que también en Irán (creo recordar que Irán es el nombre de un país) han muerto unos muchachos en un campo de fútbol asesinados por otro que esperaba encontrar en el paraíso a las hetairas que le harían gozar toda la eternidad
También he descubierto que en mi muñeca pervive un tendón que ya no sirve para nada
y el otro día ensoñé una lluvia que aquí nunca llega y ese ensueño y el sonido de esa lluvia tan sólo me recordaban mi nombre en tu voz
Adiós, Olmo o Bésame, Olmo u Olmo a secas y rememoro la picardía de mi nombre en tu voz y recuerdo tu voz que a lo mejor pronuncia el nombre de otro hombre mientras ese hombre te abraza y te muerde los labios (como nunca te abrazará ni te morderá los labios como te abrazaba y te los mordía yo)
Sé que la tragedia aparece en una carretera
Sé que la risa se propaga como el fuego
Sé que tras el alto muro del manicomio donde habito existe una gran extensión de desierto y hay noches en las que el viento tiene la gravedad de tu voz, la sensualidad de tu voz cuando pronunciaba mi nombre, mi nombre, mi nombre en tu voz
Era entonces cuando entendía que hechizaras al líquen
Era entonces cuando entendía que el golpe de la nieve sobre el musgo no era más delicado que tú
Mi nombre en tu voz, Olmo ven o Acuéstate Olmo
Yo sé que has muerto para mí
Yo sé que el hombre al que ahora ames sufrirá tu ira pero dile de mi parte que aguante para llegar a escuchar su nombre en tu voz y así descubrirá que a veces el dolor no es sino la capa del miedo y que merece la pena aguantarlo por el sonido de un nombre en una voz
Tu voz humana
Mi nombre humano, humano en Acra, humano loco
Pronuncia aunque yo ya no puedo oírlo una vez más mi nombre en tu voz justo antes del desayuno cuando eras la más fuerte y yo sonreía con el primer despertar
¿Recuerdas? También entonces los canales del miedo ejercían su función pero nosotros jugábamos a llamarnos y yo te decía, Hola [...] (es que ya no puedo escribir tu nombre. Lo escribí un día y fue tal mi exaltación que me tuvieron inmovilizado durante once días con una camisa de fuerza) y tú respondías Hola, Olmo y era tal la risa que me producía mi nombre en tu voz que ya no estaba enfermo ni me importaba mucho la contaminación de las aguas ni los niños desnutridos ni las arengas de los dictadores ni las malas obras de arte ni siquiera me importaba mucho el arte
En Acra nadie me llama por mi nombre
En Acra no creen que me llame Olmo
En Acra han decidido llamarme Expósito sólo que ellos no saben que yo sé convertir ese nombre que no es el mío en mi verdadero nombre en tu voz y así les pido que me llamen Expósito una y otra vez, una y otra vez y a cada vez es tu voz que pronuncia mi nombre, que me dice Olmo ven.
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Narrativa
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 27/03/2016 a las 20:15 | {0}