Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

Agradezco a Leonor Langa sus explicaciones acerca de la nutrición emocional.


La sustancia del miedo
El cerebro crea la mente. El miedo reside en la mente. Luego el cerebro crea el miedo. Junto al miedo podrían colocarse palabras como peligro, riesgo, amenaza. Advertiríamos entonces un algo previo al hecho que nos produce miedo.

El miedo es una perturbación del ánimo (¿qué es perturbación? ¿qué es ánimo?) por un mal que realmente amenaza o que se finge (en la imaginación)

Olvidan muchas definiciones un hecho: el miedo es mecanismo de la mente que provoca que el bien no se cumpla. Es decir, el miedo no es sólo defensa contra el mal sino también ataque al bien. El bien es lo adecuado al ánimo para vivir.

Y ahora volvamos al cerebro crea la mente. En la infancia, según el método científico, se crean las sinapsis neuronales en base a las experiencias que vive el niño. Las sinapsis neuronales creadas son la mente. Una sinapsis neuronal se puede definir por lo tanto como una asociación. Si en la infancia el niño es nutrido con un biberón emocional de miedo, el niño asociara que el miedo es lo que le alimenta y creará una asociación que dirá: el miedo es alimento de vida. Su mente, por lo tanto, creerá que el miedo es un alimento.

Cuáles sean las causas por las que la figura nutricia (padre, madre, abuelo o cuidador) alimente con la sustancia del miedo al niño, no son importantes para el niño. Aunque de hecho casi siempre nos convirtamos en víctimas de esas causas y achaquemos a esas causas nuestra desgracia. O incluso estemos conscientemente ignorantes de ese alimento. Mientras actuemos de esa forma seguiremos alimentándonos del miedo con el que nos nutrieron.

La tarea para reconvertir el miedo en equilibrio consistiría primero en aceptar que el miedo es nuestro alimento y que ese alimento no lo es en realidad sino que es el veneno que nos impide desarrollar nuestra vida con equilibrio. El segundo paso sería considerar el abrazar la idea de que nadie es culpable. Que nadie tiene culpa (ni la figura nutricia ni el que padece el miedo). Que no sabemos las causas por las que la figura nutricia nos alimentó de miedo y ante todo que esas causas no importan. El tercer paso consistiría en ayudar al cerebro, desde la mente creada por él, a que generara nuevas sinapsis, nuevas asociaciones que anularan el miedo como motor de la vida. Es decir que el cerebro creara una nueva mente desde la mente que creó.

La sustancia del miedo es aquella que el cerebro crea con experiencias de maltrato y que conforman una mente que cree que sólo sintiéndose maltratado se puede seguir viviendo.

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 23/01/2013 a las 14:08 | Comentarios {2}








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