Porque no sé, me esfuerzo en no saber;
tan sólo quiero morir sabiendo no saber
Puede, tan sólo puede, que ése haya sido mi empeño, querida amiga,
ahora que estamos tan lejos y hemos de alejarnos aún más
Sé que hay en este mar que ahora navego, bajo la superficie de las aguas, un mundo animal del cual desconozco casi todo; sé que en el universo, en nuestro pequeño e ilimitado universo pugnan dos fuerzas que se oponen, tan oscuras ambas que el azul no llega a ellas; sé que mis dedos reconocen las letras y sienten la pulsión de la música cuando aparecen reunidas en palabras y porque sé todo eso me esfuerzo en no saberlo...
...es el desierto si quieres o el terrible bochorno de un día con calima; me dijeron que nací en el desierto, me lo dijeron unos arrieros; otros me dijeron que nací en Albania y más allá mi padre no me dijo nada; otras me dijeron que era bello y besaron mis labios cada vez con una pasión nueva y yo me dejé besar como dicen que la tierra se deja mojar por la lluvia para engendrar; me dijeron que mis uñas eran las del águila –y yo lo creí-; me dijeron que mis pies eran deformes y al final supe que tenían todo la razón y quise convencerles (a quienes me lo decían) que la deformidad es naturaleza de las cosas vivas; otras me dijeron algo de la cadencia de mis caderas; alguna llegó a hablar de mi mente; yo, yo, querida amiga, me deslicé por la ignorancia como si buscara en ella la calma, el hurto de mi ser al ansia
Porque no sé me desenvuelvo en este espacio/tiempo -del cual casi nadie sabe nada del segundo- con la estrategia del escarabajo patatero: ruedo sobre la bola que he hecho yo mismo y al rodar sobre ella la muevo y al rodar sobre ella de ella me alimento; no soy nada sin la bola y la bola no sería sin mí pero ni yo escarabajo ni la bola que no es ella sabemos nada el uno del otro aunque yo ruede sobre ella y ella se mueva por mí
Porque no sé, me desarraigo
Porque no sé, me entristece...
Porque no sé, me alegra...
Porque no sé dónde estás, tengo fiebre
Porque leo libros apasionados no leo libros desapasionados y cuando me detengo –a la hora del sueño- y termino el trecho que recorrí con determinados personajes, tengo la misma sensación seca en la boca que tienen ellos y veo a mi alrededor la misma molicie, la misma injusticia, la misma tumba, el mismo abuelo
Porque no sé la luz, se apagará temprano y sonará más bien cerca una viola; los dedos de una tañedor de zanfoña se aligeran a la vera del Camino de Santiago y un velo en el rostro de una mujer recién casada no logra ocultar su dicha; todo es blanco; todo es naranja; no sé ni siquiera los colores del arcoiris y eso es bueno
tan sólo quiero morir sabiendo no saber
Puede, tan sólo puede, que ése haya sido mi empeño, querida amiga,
ahora que estamos tan lejos y hemos de alejarnos aún más
Sé que hay en este mar que ahora navego, bajo la superficie de las aguas, un mundo animal del cual desconozco casi todo; sé que en el universo, en nuestro pequeño e ilimitado universo pugnan dos fuerzas que se oponen, tan oscuras ambas que el azul no llega a ellas; sé que mis dedos reconocen las letras y sienten la pulsión de la música cuando aparecen reunidas en palabras y porque sé todo eso me esfuerzo en no saberlo...
...es el desierto si quieres o el terrible bochorno de un día con calima; me dijeron que nací en el desierto, me lo dijeron unos arrieros; otros me dijeron que nací en Albania y más allá mi padre no me dijo nada; otras me dijeron que era bello y besaron mis labios cada vez con una pasión nueva y yo me dejé besar como dicen que la tierra se deja mojar por la lluvia para engendrar; me dijeron que mis uñas eran las del águila –y yo lo creí-; me dijeron que mis pies eran deformes y al final supe que tenían todo la razón y quise convencerles (a quienes me lo decían) que la deformidad es naturaleza de las cosas vivas; otras me dijeron algo de la cadencia de mis caderas; alguna llegó a hablar de mi mente; yo, yo, querida amiga, me deslicé por la ignorancia como si buscara en ella la calma, el hurto de mi ser al ansia
Porque no sé me desenvuelvo en este espacio/tiempo -del cual casi nadie sabe nada del segundo- con la estrategia del escarabajo patatero: ruedo sobre la bola que he hecho yo mismo y al rodar sobre ella la muevo y al rodar sobre ella de ella me alimento; no soy nada sin la bola y la bola no sería sin mí pero ni yo escarabajo ni la bola que no es ella sabemos nada el uno del otro aunque yo ruede sobre ella y ella se mueva por mí
Porque no sé, me desarraigo
Porque no sé, me entristece...
Porque no sé, me alegra...
Porque no sé dónde estás, tengo fiebre
Porque leo libros apasionados no leo libros desapasionados y cuando me detengo –a la hora del sueño- y termino el trecho que recorrí con determinados personajes, tengo la misma sensación seca en la boca que tienen ellos y veo a mi alrededor la misma molicie, la misma injusticia, la misma tumba, el mismo abuelo
Porque no sé la luz, se apagará temprano y sonará más bien cerca una viola; los dedos de una tañedor de zanfoña se aligeran a la vera del Camino de Santiago y un velo en el rostro de una mujer recién casada no logra ocultar su dicha; todo es blanco; todo es naranja; no sé ni siquiera los colores del arcoiris y eso es bueno
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Narrativa
Tags : Reflexiones que Olmo Z. le escribe a su mujer en plena crisis Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 07/08/2015 a las 23:22 | {0}