Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Diría que la lluvia se mojaba en ti
y que al tomar un trozo de rama húmeda y olerla
me ha llegado el olor de tu sexo
Sé que al quedarme contemplando el grupo de arbustos con sus colores de invierno
marrones y naranjas sobre un agua verde clara
he sentido la emoción de ver tu cuerpo desnudo
y aunque sé que el lirismo y el amor huyen de mí cada tanto
y que me acojo a mis canas para sentirme escéptico
no dejo de pensarte como quizá pensó el poeta persa
en la mujer que se oculta tras su velo y tras los muros del harem, en la ciudad prohibida
donde quizá alguna vez por la gracia de un efrit pueda introducirse y llegar hasta ella
y olerla y sentir en el olor de esa mujer dormida el olor a tierra de la rama húmeda
Hablaría de amor
si no fuera porque la noche avanza
y mis manos están solas
y cuando vaya a mi habitación la cama será ancha
y dormiré con mis sueños, con el camino de la tarde marcado en las botas
En el recuerdo la lluvia
unos disparos a lo lejos
el olor de la tierra
el olor de la tierra

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 29/01/2016 a las 00:34 | Comentarios {0}


He oído destacarse la luna (debiera estar llena como la voz alta de una mujer que canta lejanos cantos de una tierra extraña) en esta noche densa como el agua en el aire (la tortuga se ha atrincherado en su concha; la noche sobre ella es lo que queda extramuros del universo). Destaca la apariencia. Al otro lado de la calle podría darse la verdad de una figura humana. El color es un sfumato entre el naranja y el negro y aquí o allá un golpe de verde industrial; yo diría -si pudiera- que todo color industrial está fuera del tiempo como todo revelación de un hecho pasado se revestirá de cierta temperatura del color presente (me pregunto sus pasos; me pregunto mi ausencia para siempre; me pregunto su cabello allende el mar; me pregunto la verdad y la distancia; me pregunto la selva y el recodo). En la demencia de la niebla preveo el último perdón, el único. Sería el hombre que al fin ve en la persecución del mal. Sería abandonarse. No ahondar en la estupidez. Dejar que sean las horas las que encuentren los motivos y alarguen o no las vastedades. Sería entrar en la niebla como se entra en la muerte (diría que desnudo de cualquier pretensión como cuando imagino a la mujer que ha salido del bar para fumar y ha llamado al amigo tan sólo para que el amigo sepa sin que ella tenga necesidad ninguna de decirlo ni él de escucharlo que le ama) y acompañado de una vida sin adjetivos ir dejándose perder hasta llegar a ninguna parte. A ninguna parte hay que ir. No hay monstruos contra los que luchar. Ni hay luchas que puedan mantenerse más allá del último latido de un viejo corazón (podría ser en una carretera secundaria, recorrida por primera vez cuando la noche y la niebla crean en los nervios una tensión abismal y buscas unos faros rojos que quizá te puedan allanar el camino. Sabes que a los lados se extiende un mundo de colinas y matorral. Sabes que en algún momento habrás de atravesar un páramo y que luego, según crees recordar, viene una montaña de curvas cerradas y con malos peraltes). Son imposibles los aplausos y quizá sea cierto -aunque leyó que cuando todos los hombres afirmen algo sin duda alguna, ese algo será con toda seguridad falso- que el esfuerzo y el tesón contienen la semilla de la satisfacción. Pero ¿no conlleva la fortuna la cualidad del despilfarro? ¿qué fortuna que no lo sea puede admitirse como tal si no se infiere de ella que se puede entregar a manos llenas? ¿qué fortuna contiene en su esencia el ahorro? Probablemente la noche de niebla ha influido en la migraña. Me deleito en la contemplación de un anillo aunque su brillo rebote en el ojo derecho (lo rechace). También la pluma y el prisma.

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 23/01/2016 a las 01:44 | Comentarios {0}


Puede ser por una inundación
(el arte navega a la deriva
se diluyen las formas
) en una gran casa, en una mansión en la cual cuando la miseria surge es más miseria

Porque fuimos más libres, quizá tan sólo es eso y ahora siento un mundo lleno de papeles y ausencia de amor (yo sé que todo es fácil cuando no hay lucha. La lucha mantiene al hombre vivo)

Me decía el otro día: dios -cualquier idea de dios- ha de tener como fundamento primero de su ser dios la inmovilidad. Lo inmóvil en dios es tan consustancial a él como el devenir en lo terrestre y a partir de ese perpetuum inmovile de dios me preguntaba, ¿por qué carajo a un ser en todo quieto le iba a dar por idear el movimiento?

Soy un inadaptado social. No me siento especialmente orgulloso de ello sobre todo porque no es constructo mío pero tampoco reniego de esa condición que lleva a quien la posee a amar la naturaleza por encima de todas las sociedades

Estoy harto de los detectores de metales
Harto de los metales
Harto de las películas, las novelas, el arte y la música que tienen como tema la violencia

Los hombres cuando hablan
vendería al diablo todos los discursos de los Hombres
por una tarde con Violeta, (paseando por el bosque, el perro husmea, huele la jara o el brezo, a los lejos las olas mascullan su barcarola y en lo alto, como cada día, el sol se deja vencer)

Mi no nombre es Olmo
MI no nombre es Isaac
Mi no nombre es Milos
Mi no nombre es Fernando
Mi no nombre es Molviedro
Mi no nombre es Muso
Mi no nombre es Bestiaria
Mi no nombre es Oblongo Esún
Y tengo otros miles de no nombres más

(ese abrazo. Continuidad de los parques. La última llama. Ese cuerpo que realmente palpita. Pegado a mí. En un baño amplio. La última noche. No sé cuándo fue por última vez enero. En este sin sentido. Deben ser los años. Los cincuentena larga de años. No soporto el poder. No soporto a quien lo ejerce. Será por haber nacido en noviembre)

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 21/01/2016 a las 23:57 | Comentarios {0}


Hablo con P. en la entrada de La Casa de la Radio,.. la situación.
¿Dónde focalizar? ¿Dónde poner el ojo?
Mirar este pequeño país, incluso escribir la palabra país... si ya no hay países... y así pensar: quienes alardean de ser capaces de corregir un estado de cosas en un Estado mienten porque ya no hay soluciones locales (particulares)... ya no se puede hacer política de Estado... se cayó la columna política que sustentaba el frágil edificio de la democracia representativa... con la única columna de la economía la democracia representativa no se sustenta... se ha caído a pedazos... (y al mismo tiempo una indiferencia casi casi orgullosa como si yo tuviera algo que los demás no tienen... una varita mágica... un saber hacer las cosas... yo prodigio de indisciplina, de falta de empuje, de ausencia de tesón)
Voceros, voces, capitalistas generadores de insatisfacción
La deificación del trabajo... Dios te acompañe es hoy Trabajo te acompañe... Slogan de un prototipo de Yamaha que consiste en una moto con un piloto-robot, Más allá de las capacidades humanas... ¿cuándo se reconocerá por parte de los voceros del Capital que el hombre como bien de trabajo, como animal de carga, es ya prácticamente innecesario? ¿cuándo se va a empezar a discutir cómo llenar las horas de las personas que viven cada vez más y tienen cada vez menos que poder hacer? ¿cuándo se producirá el próximo salto del Homo Faber al Idle Human (del Hombre Hacedor al Hombre Ocioso)? !Qué devastaciones habrán de sobrevenir! ¡Qué pogromos no vivirán nuestros hijos, incluso nosotros ya ancianos quizá pasemos por trituradoras de inútiles!
Mientras no reconozcamos que el salto tecnológico va muy por delante del quehacer de viejos dinosaurios que se aferran al poder como si eso les asegurará el alimento para cien de sus generaciones... Pesimistas nos llaman... uh... y cuando los retos son tan inmensos la vergüenza de escuchar aquí que lo decisivo, lo grave es  el vestuario de un actor que hace de Rey Mago en la cabalgata de Reyes o si es correcto que un niño de teta esté o no en el Parlamento o si es decente que un parlamentario lleve rastas y sobre todo si están libres de piojos mientras en los mares del Mediterráneo (porque hay varios mares en ese único mar) se está produciendo un éxodo descomunal con muertos y muertos diarios y un grupo de salvajes que aún viven en el siglo XI utilizan armas del siglo XXI para devastar lo poco que de libre tiene un ser humano y las grandes Corporaciones negocian el hambre, la destrucción y el amor... la situación...
No se produce en mí un desarraigo, más bien se produce un desvelamiento (Maya me abandona. Vishnu me deja de soñar. La tierra se abre ante mí colosal y estremecida)  que me lleva a tragar saliva y a querer, a tender a lugares pequeños, sin demasiadas leyes, sin demasiadas personas; me lleva a aquel momento de mi vida en el que viví en una cueva, una cueva que daba al mar; me lleva al silencio; me lleva a entender que si Internet fue fruto de una investigación militar al que se dio acceso a la sociedad civil tenemos que andarnos con mucho cuidado (Caballo de Troya en nuestra libertad. Furibundo orgullo).
La situación... un camino por un casi bosque... una curva en un cuerpo... la luz de una estrella en la noche clara y fría... poder decir una palabra amable... sentir ese pulso que te une a otros pero... la situación ¿qué situación? ¿dónde la situación?

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 17/01/2016 a las 11:11 | Comentarios {0}


Sobre la impetuosa fuerza de la luna dejó de ser un vagabundo
Dijo: Sea la sal y fue la sal
Dijo: Sea la guerra y fue la guerra
Dijo: Sea la estela y fue la estela
Y así siguió diciendo y fue siendo cuanto pronunciaba
porque sólo se es cuando se pronuncia

Sobre la impetuosa fuerza del sexo dejó de ser consciente
y durante cincuenta lunas
anduvo errante (como encallecido)
hasta que una tarde frente a las rocas afiladas de un acantilado en una isla del Septentrión
descubrió el frío y amó por siempre el ardor del silencio
el gemido del silencio, suave como la perla, orgulloso de su estirpe

Sobre la cima del Monte Ventoso
-donde Petrarca descubrió el Renacimiento-
se arremolinó y fue canción de luna llena
diapasón de Sol
canto de calavera

Dijeron las grullas -se lo dijeron a las lascivas codornices- que lo habían visto deshabitado
desnudo en una escollera
abiertas las piernas y el esternón
y con una sonrisa de ruiseñor en su boca de hiena

No fueron ellas (quizá sí las cigüeñas)
las que -como epitafio a una vida llena de altibajos-
aseguraron haber visto escrito en sus manos la siguiente sentencia:
Pronuncia tu verdadero nombre.

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 11/01/2016 a las 19:21 | Comentarios {0}


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