Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

¿Me muges a mí? ¡Oh, altiva! Porque está encerrado tu choto en ese corral que veo a lo lejos donde se confunden los rastrojos con el cielo, ¿muges desconsolada? ¡Oh, vaca hermosa limousin! ¡Qué ojos tienes que parece te los hubieras pintado con khöl! No hay praderas. No está el mar al fondo. Está la antigüedad de tu cuerpo y los primeros templos que fueron al mismo tiempo vaquerías. ¡Oh, leche santísima tuya! ¡Esa mirada entre tímida, hastiada! ¡Qué harta pareces de las largas varas con las que tanto os ofendemos! y cómo trotas cuando al llegar la tarde, sin saber por qué, siento la llamada de tu olor, de tu gran cabeza triángulo, de tu testuz lisa como la piel del vientre de una joven humana que no hubiera caído en las garras de la dejadez; así me llamas y yo me acerco cauto al rebaño y os miro mientras paso y sonrío con la timidez de las terneras que se pegan a vosotras, las madres, las animales ubres, la quintaesencia de lo blanco, el color hecho para la vida, el color hecho para la luz, el color que no es ningún color, como tú, Vaca, no tienes pensamientos discursivos, ni entenderías un chiste basado en la lengua de los hombres que te explotan. Digo que las terneras se acercan a vosotras buscando vuestra protección y vosotras ¡Venerables! se las dais sin grandes alharacas; parece como si les dijerais, Venid, acercaos pero sólo hoy. Mañana tenéis que empezar a ser libres. Mañana tenéis que empezar a olvidaros de nuestras ubres. Mañana tenéis que aprender a mirada con cierto desafío a los Señores de las Varas.
¿Cuánto hacía que no pasaba? Estos pensamientos que se han vuelto invisibles de repente. Será que el desafío no debe ser desvelado. Será que no me puedo acercar a ti y pedir tu amparo, Vaca Sabia, Tú que estas a la entrada del camino que parece hundirse en un bosque todo llenito de encinas. Te preguntaba. Te pedía consejos de Vaca Sabia mientras volvía de forma quizá poco sutil a la razón de mi estado que es la destrucción del Estado y escribía sobre el poder y decía que el poder es la esencia del mal porque el poder domestica. Ah, sí, querida Vaca que me miras con esa vaciedad cuando te pregunto si realmente merece la pena intentarlo. Antes me había refrescado en un abrevadero, me había mojado la cabeza y el torso. Algo más te dije que ya no recuerdo. Sé que al final pensé: ¡Arriba Vacas de la tierra! ¡En pie cuadrúpeda legión!
Fin de la 4ª estancia
 

Narrativa

Tags : Olmo Z. ¿2024? Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 05/08/2024 a las 13:04 | Comentarios {0}








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