Ahoritita, en cuanto termine esto, iré al cuarto de baño, me pondré de rodillas y empezaré a vomitar. No será por la mañana que ha amanecido hermosa como las postales de mi abuelo cuando estaba de embajador en La Haya. Mi padre me regaló las postales de su padre y en ellas se pueden intuir retazos de aquel hombre que engendró nueve hijos entre destino y destino. Tampoco será porque al caminar en esta hermosa mañana de otoño, me ha venido a las mientes (no he recordado sino que el recuerdo me ha recordado a mí y a mí ha venido) una noche con Rosa -que era una muchacha preciosa y sorda- en un tugurio que se llamaba Palma 13. Yo sabía que Rosa y yo íbamos a follar esa noche. Llevaba persiguiéndola algún tiempo y por fin, por fin, sus brazos y mis brazos; su boca y mi boca... esas cosas. A Rosa aquella noche en el Palma 13 le apetecía fumarse unos porros y yo, todo caballero, me ofrecí a buscar un camello para conseguir la droga. Salí a la calle, un tipo me abordó y me puso una navaja en el cuello. Le di todo lo que tenía. Lo que él nunca supo es que me robó más que el dinero, me robó una noche de amor con una muchacha preciosa y sorda. No, no es por ese recuerdo que se ha atrevido a atracarme el corazón esta mañana mientras paseaba por lo que voy a vomitar ahoritita, en cuanto acabe esto. Voy a hacerlo para ver si es que tengo dentro, en las tripas, el gusano de la mediocridad de estos días. Voy a hacerlo para descubrir si esta mediocridad que vivo no es tal sino que en realidad es la vida del gusano que se anida en mí. Eso voy a hacer porque reside en mí también el espíritu del investigador (ése no es gusano; ése es búsqueda de luz) y a tientas siempre urde formas de conocer. Conocer por el vómito, por ejemplo. Así es que aquí dejo este ensayo de decir algo de lo que me rodea: unos voceros pregonando una libertad y una república que seguirán machacando a los de siempre; otros que esperan que la fortuna les permita aplastar a sus contrarios; otros más que deciden mirar las etiquetas para ver la procedencia del producto y si es de cierto lugar no comprarlo provocando con ello la ruina de quien lo produce no del lugar donde es producido; y aquéllos que confunden a Agamenón con su porquero.
Ventanas
Seriales
Archivo 2009
Escritos de Isaac Alexander
Fantasmagorías
¿De Isaac Alexander?
Meditación sobre las formas de interpretar
Libro de las soledades
Cuentecillos
Colección
Apuntes
Archivo 2008
La Solución
Aforismos
Haiku
Recuerdos
Reflexiones para antes de morir
Reflexiones que Olmo Z. le escribe a su mujer en plena crisis
Sobre las creencias
Olmo Dos Mil Veintidós
El mes de noviembre
Listas
Jardines en el bolsillo
Olmo Z. ¿2024?
Agosto 2013
Saturnales
Citas del mes de mayo
Reflexiones
Marea
Mosquita muerta
Sincerada
Sinonimias
Sobre la verdad
El Brillante
El viaje
No fabularé
El espejo
Desenlace
Perdido en la mudanza (lost in translation?)
La mujer de las areolas doradas
La Clerc
Velocidad de escape
Derivas
Carta a una desconocida
Asturias
Sobre la música
Biopolítica
Las manos
Tasador de bibliotecas
Ensayo sobre La Conspiración
Ciclos
Tríptico de los fantasmas
Archives
Últimas Entradas
Enlaces
© 2008, 2009, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018, 2019, 2020, 2021, 2022, 2023 y 2024 de Fernando García-Loygorri, salvo las citas, que son propiedad de sus autores
Ensayo
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 24/10/2017 a las 09:57 | {0}