Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Evolución de la creencia en una manada correcta (Herrera y Gerena)
Evolución de la creencia en una manada correcta (Herrera y Gerena)
(Ya no es tan sólo una relación entre las creencias antiguas y las modernas, lo que el hombre puede pensar en el contexto en el que vive y lo que no puede pensar o como escribió Wittgenstein: Es posible todo lo que se puede decir. De donde se deduciría -aunque seguro que un sofista podría argumentar perfectamente en contrario- que es imposible lo que no se puede decir. Ya no es tan sólo decía una cuestión de oposiciones o de desmentidos históricos como si a la historia de los hombres se le pudiera aplicar la segunda ley de la termodinámica, así sin más; es una búsqueda de desterrar de la creencia el peligro de los idealismos. Aceptemos lo que somos, vendría a decir, aceptemos nuestra antigüedad, aceptemos que la razón individual como motor del mundo es una utopía (es decir es algo fuera de lugar) y que la lucha endémica y contingente del ser humano es consigo mismo como individuo y especie al mismo tiempo -¡qué hubiera sido si, como escribió Jorge Luis Borges, un león se hubiera dado cuenta de que era el león y se hubiera tomado la molestia de ponerse un nombre propio!- El infierno del ser humano es su conciencia de ser. Sólo desde la conciencia de ser uno y ninguno más nos podemos doler de las muertes injustas, podemos criticar las guerras, podemos dividir las disputas entre buenos y malos y sentir más injusta la muerte del que aún es niño que la muerte de aquel que estaba en la batalla. Sólo desde esa consciencia moral porque la moral, a la postre, es un acto individual, podemos dolernos y pedir responsabilidades a otros hombres con nombres propios.
Todo creencia idealista que busca la supremacía, toda creencia con santos, toda creencia que mide y pesa, es una creencia maldita en sí misma porque es una creencia de especie, hecha para crear grupo, masa y esto que también somos es quien alienta, persigue y perpetra la guerra, la injusticia, porque lucha por imponerse, porque lucha para perpetuarse. Esta creencia convierte a la masa en sujeto indiviso (recomiendo el ensayo de Rafael Sánchez Ferlosio God & Gun, editorial Destino) ante la ley y esa masa es inocente como creyente.
La creencia sin idealismo está vacía de su carga de muerte y destrucción. La creencia que no ensalza lo creído, que no tiene santos, ni líderes, ni profetas, ni promesas, ni medidas. La creencia vacía en sí misma de toda acción superior es vital y promueve la paz. La creencia que cree en sí es inocua.)

Ensayo

Tags : Sobre las creencias Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 18/01/2009 a las 17:11 | Comentarios {0}








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