
Yo sé que nadie que no lo haya intentado podrá valorar el silencio, la elipsis, lo que no se escribe en un poema y justo porque no se escribe adquiere toda la fuerza. Si se escribiera esa ausencia (convertida, claro, en presencia), haría perder imagen (imaginación) a lo que queda.
Lo que queda del silencio es lo que podemos leer en los poemas de Raúl Morales García. O por escribirlo de otra manera: la poesía de Raúl es los armónicos de las notas, lo que se va yendo, lo que apenas tienes tiempo de aprehender.
No me quiero poner crítico (ni sé), hablo como lector.
Lo que unos llamarán escasez, yo lo llamo esfuerzo.
Y en ese esfuerzo de lo poco (que lo es todo) el poeta Raúl Morales va contracorriente de estos tiempos en donde la abundancia es la religión de nuestro lado del mundo. Lo verborreico, lo que no se quiere callar, la antipaciencia, la desmesura.
No voy a escribir mucho más porque sería ir en contra del propio poeta sobre el que escribo, poeta y amigo, que acaba de publicar este libro Casa, editado por Ediciones Vitruvio y del que sólo apuntaré (para abrir vuestro apetito) estos versos: Descansa la boca sobre el trigal quemado,/ su olor/ -verano, lluvia/ la horca que sostiene el nido./ Se inclinan labios, dientes/ sobre lo negro,/ sobre los tallos tiernos de mujer// que ya verdean
Lo que queda del silencio es lo que podemos leer en los poemas de Raúl Morales García. O por escribirlo de otra manera: la poesía de Raúl es los armónicos de las notas, lo que se va yendo, lo que apenas tienes tiempo de aprehender.
No me quiero poner crítico (ni sé), hablo como lector.
Lo que unos llamarán escasez, yo lo llamo esfuerzo.
Y en ese esfuerzo de lo poco (que lo es todo) el poeta Raúl Morales va contracorriente de estos tiempos en donde la abundancia es la religión de nuestro lado del mundo. Lo verborreico, lo que no se quiere callar, la antipaciencia, la desmesura.
No voy a escribir mucho más porque sería ir en contra del propio poeta sobre el que escribo, poeta y amigo, que acaba de publicar este libro Casa, editado por Ediciones Vitruvio y del que sólo apuntaré (para abrir vuestro apetito) estos versos: Descansa la boca sobre el trigal quemado,/ su olor/ -verano, lluvia/ la horca que sostiene el nido./ Se inclinan labios, dientes/ sobre lo negro,/ sobre los tallos tiernos de mujer// que ya verdean
Ventanas
Seriales
Archivo 2009
Escritos de Isaac Alexander
Fantasmagorías
Meditación sobre las formas de interpretar
¿De Isaac Alexander?
Cuentecillos
Libro de las soledades
Colección
Apuntes
Archivo 2008
La Solución
Aforismos
Haiku
Recuerdos
Reflexiones para antes de morir
Reflexiones que Olmo Z. le escribe a su mujer en plena crisis
Sobre las creencias
Olmo Dos Mil Veintidós
Listas
El mes de noviembre
Jardines en el bolsillo
Olmo Z. ¿2024?
Saturnales
Agosto 2013
Citas del mes de mayo
Marea
Sincerada
Reflexiones
Mosquita muerta
El viaje
Sobre la verdad
Sinonimias
El Brillante
No fabularé
Perdido en la mudanza (lost in translation?)
Desenlace
El espejo
Velocidad de escape
Derivas
Carta a una desconocida
Sobre la música
Biopolítica
Asturias
La mujer de las areolas doradas
La Clerc
Las manos
Tasador de bibliotecas
Ensayo sobre La Conspiración
Las homilías de un orate bancario
Las putas de Storyville
Archives
Últimas Entradas
Enlaces
© 2008, 2009, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018, 2019, 2020, 2021, 2022, 2023, 2024 y 2025 de Fernando García-Loygorri, salvo las citas, que son propiedad de sus autores
Ensayo
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 05/10/2010 a las 12:43 |