Pieza teatral en una sola escena
Garganta entre montañas. Sopla helador y tenebroso el Bóreas. Grandes masas de piedra se alzan sobre la garganta. Son montañas escarpadas, profundamente verticales, cuyas paredes de tan lisas se dirían de cristal y tan elevadas que la vista no alcanza la cima más alta de sus picos; es la hora de la tarde que muere; el cielo ha variado del rosa cursi al carmesí menstrual; se escuchan no muy lejos gruñidos de animales horribles dispuestos a alimentarse de cualquier cosa que huela a carne y un poco más cerca, como si estuvieran a los pies de las encrespadas y lisas montañas, el Ogro escucha el coro de los lobos entonando un miserere; vuelan sobre su cabeza calva buitres y cernícalos y también éstos graznan su hambre, su intención de matar.
El Ogro es un macho de más de doscientos metros de altura y una envergadura de casi ciento cincuenta; es robusto, fiero, espantoso su rostro, afilados sus dientes, roja la esclerótica de sus ojos inmensos y negros como aguas abisales del mar más oscuro; su cuello sería el de veinte toros; las vértebras de su espalda son escamas afiladas ; su torso velludo está recubierto por un exoesqueleto, una especie de coraza color hueso que ningún depredador intuye hasta que intenta clavar sus dientes en él; sus manos no son manos son armas que asesinan; su miembro sexual siempre está enhiesto y este priapismo monstruoso le provoca tal dolor que se pasa la vida haciéndose pajas y corriéndose con la esperanza de que una eyaculación consiga acabar, por fin, con semejante tensión.
El Ogro:
¡Ah, sí! ¡Vaya si lo sé! Se está deshaciendo el muelle y caen a mi alrededor excrementos de gaviota que me recuerdan que la mierda siempre cae del cielo; soplo; me venero; estoy aturdido; desde que me levanto por la mañana; desde que el abrevadero del cerdo está sin agua y lo miro a él perdido y gris al fondo de la cochiquera como si me pidiera que de una puta vez acabe con su vida de cebón; caigo; desisto; quisiera coger el arma que no tengo y meterle una bala por la mitad de la frente -con la delicada exactitud de la suerte que escribiría Chandler- al hombre que un día acabará con los míos; la tarde decae; el hielo se endurece en el suelo; las cimas viejas; las nubes mansas; todo me lleva a levantarme esta noche cuando la madrugada sea una paz que no existe; eso haré; en ese tiempo me levantaré; por muy aturdido; por muy emperifollado; por muy asesino... ¡Ay, Gaia, cómo! ¡Cuándo! ¡Casandra, hazte oír y provoca el milagro de creerte porque en mi mente late un deseo perverso y atractivo de devorar cerebros de canallas, de acabar con la estirpe de los idealistas, de someter a cualquiera que me mire más allá del atardecer! ¡Desde esta garganta clamo a los hombres que vengan a por mí; ruego que no se dejen atemorizar por mi fealdad; crean que yo podría ser -horror necesario- el que acabe con la estirpe de quienes alimentan la estupidez! Voy a bajar la voz (El Ogro baja la voz y al hacerlo ésta se vuelve grave y casi bonita como si con ella envolviera un momento de ternura en el mundo) para decir que mi enormidad es nada y que no necesitáis - vosotros, dioses pequeños en proporción directa al temor que nos tenéis- tenernos amarrados a las laderas de estos colosos; bastaría con que pactáramos unos mínimos, cumpliéramos lo pactado y dejáramos que la vida corriera por nuestras venas el tiempo que nos fuera dado; (de nuevo su voz se va endureciendo, se vuelve más metálica, más aguda, más hiriente) y si no lo hacéis, llegará un día en que uno de nosotros se libere y entonces os juro que de vosotros no quedará ni el recuerdo casi cómico de un mito; os desmembraremos; os quemaremos; os simbolizaremos; olvidaremos el significado del símbolo; os olvidaremos; os olvidaran y al fin un nuevo mundo feo nacerá sin rastro de vuestra fealdad; ¡dejad que la Parca se acerque a vosotros! ¡Dejad que os engulla con gula! ¡Convertíos en savia de vuestro propio infierno y dejad que los niños se acerquen a mí!
Ventanas
Seriales
Archivo 2009
Escritos de Isaac Alexander
Fantasmagorías
Meditación sobre las formas de interpretar
¿De Isaac Alexander?
Libro de las soledades
Cuentecillos
Colección
Apuntes
Archivo 2008
La Solución
Aforismos
Haiku
Recuerdos
Reflexiones para antes de morir
Reflexiones que Olmo Z. le escribe a su mujer en plena crisis
Sobre las creencias
Olmo Dos Mil Veintidós
Jardines en el bolsillo
Listas
El mes de noviembre
Olmo Z. ¿2024?
Agosto 2013
Saturnales
Citas del mes de mayo
Sincerada
Reflexiones
Marea
Mosquita muerta
El viaje
Sobre la verdad
Sinonimias
El Brillante
No fabularé
Perdido en la mudanza (lost in translation?)
Desenlace
El espejo
Velocidad de escape
Derivas
Carta a una desconocida
Sobre la música
Biopolítica
Asturias
La mujer de las areolas doradas
La Clerc
Las manos
Tasador de bibliotecas
Ensayo sobre La Conspiración
Las homilías de un orate bancario
Las putas de Storyville
Archives
Últimas Entradas
Enlaces
© 2008, 2009, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018, 2019, 2020, 2021, 2022, 2023, 2024 y 2025 de Fernando García-Loygorri, salvo las citas, que son propiedad de sus autores
Teatro
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 08/02/2025 a las 17:37 |