Para quien quiera saber
el alma se me ha descompuesto en varias ocasiones
Magníficas descomposiciones, todo hay que decirlo
Con unos olores sutiles a pie de atleta
y unos dolores que inmovilizan el giro
Para quien quiera saber
el alma se corrompe si el cuerpo no la alimenta
Quisiera cantar melismas gratos
o agitar como trovador el aire con mi zanfoña
Quisiera ver el último torbellino del maelström y ser yo quien cae hacia el abismo y escucharme cantar desafinado como ya hizo Joao Gilberto cuando innovó la samba con la bossa nova y al introducir acordes de jazz creyeron los puristas que el buen señor desafinaba
Para quien quiera saber
el alma a veces se fagocita;
a veces el alma no se atreve
y cae dormida, desmembrada como la otra tarde en la que mis dedos recorrieron las teclas como si fueran las de un piano, en realidad eran las de un piano y me resultó precioso cómo sonaba el gran ser
Para quien quiera saber
voy vestido de blanco
y he recorrido el camino con la cabeza alta, mirando al frente y así he visto los colores de esta tarde ya en la agonía de la primavera; en el cielo las nubes; en el aire los insectos; en el suelo pisadas, huellas, rastros, pistas de bicicletas.
Tengo el sueño de la madrugada
Hay un herido
El amo anda escondido por los montes
Alguien empieza a hilar
Todo lo dicho era cierto
el alma se me ha descompuesto en varias ocasiones
Magníficas descomposiciones, todo hay que decirlo
Con unos olores sutiles a pie de atleta
y unos dolores que inmovilizan el giro
Para quien quiera saber
el alma se corrompe si el cuerpo no la alimenta
Quisiera cantar melismas gratos
o agitar como trovador el aire con mi zanfoña
Quisiera ver el último torbellino del maelström y ser yo quien cae hacia el abismo y escucharme cantar desafinado como ya hizo Joao Gilberto cuando innovó la samba con la bossa nova y al introducir acordes de jazz creyeron los puristas que el buen señor desafinaba
Para quien quiera saber
el alma a veces se fagocita;
a veces el alma no se atreve
y cae dormida, desmembrada como la otra tarde en la que mis dedos recorrieron las teclas como si fueran las de un piano, en realidad eran las de un piano y me resultó precioso cómo sonaba el gran ser
Para quien quiera saber
voy vestido de blanco
y he recorrido el camino con la cabeza alta, mirando al frente y así he visto los colores de esta tarde ya en la agonía de la primavera; en el cielo las nubes; en el aire los insectos; en el suelo pisadas, huellas, rastros, pistas de bicicletas.
Tengo el sueño de la madrugada
Hay un herido
El amo anda escondido por los montes
Alguien empieza a hilar
Todo lo dicho era cierto
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Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 17/06/2016 a las 23:55 |