22 08 2002
En el Musée de l'Armée ha habido un aviso de bomba y todo el público ha sido desalojado.
Una mujer a mi lado me lo cuenta sentados en esta brasserie. Ha creído que soy francés. La mujer que va con su marido, militar sin uniforme, está verdaderamente asustada. La psicosis.
El Musée Rodin en la rue Varennes 77 es de cuento infantil. Y lo constato de nuevo: París es con nubes ¡qué hermosos árboles casi otoñales!
Siempre son sinuosas las ideas en Rodin y Claudel (por supuesto). Hermoso palacio y un par de esculturas: el busto de Jean d'Auteil y uno de los Burgueses de Calais que te miran cuando las miras.
Estoy cansado y me duele la espalda. Creo que tras tomarme un té en la pagoda-cinematógrafo de la rue Babylonne 57 me iré ya para Les Vallées. Beberé un té yelong oolang con ginseng. Su color será anaranjado. Muy suave. La tetera será de hierro y originaria de Indonesia o Vietnam.
23.08.2002
No lo sientas con amargura. Tienes que ser claro. Tienes que dejar al tiempo. No te amaron. Te parece cierto. No lo sientas con amargura. Y si alguna vez te lanzas a la rabia y la rabia se lanza contra ti recuerda los gestos y los nombres de los que te aman. Amar es cuestión de espíritu (o de lo inmaterial/hormonal. Contradicciones hay por doquier. Cómo no en el cuerpo)
Existe Lulú en el Palacio de Festivales.
Al menos la riqueza te permite elegir el lugar donde descansarás para siempre (?)
Le dijiste a una mujer, Me gustas y no te volvió a hablar.
No desees lo que no vas a alcanzar. En cuanto sepas que no lo vas a alcanzar (y eso se sabe, te lo aseguro) lucha contra ese deseo que de elixir pasa a convertirse en tósigo por extraños caminos de la química.
Por mucho que te digan, por mucho que aparente un cambio, cuídate mucho de volver al lugar donde has sufrido.
Todos lo sabemos todo (?) pero al final quien tiene que resolver tus asuntos eres tú con lo que tú sabes.
¿Has visto el rayo? ¿Has sentido el fuerte viento en la piel? ¿Has oído el bramido del trueno? ¿Has olido la fragancia de lo verde húmedo? ¿Has gustado el vaso de caldo?
Ahora que vas a emprender un viaje, disfruta del trayecto. Llegar es lo de menos (aires de Homero) Llegar es lo de menos. Así lo crees. Aunque el deseo de llegar consiga tantas veces abrumar el camino.
En la habitación la vida aparece menos.
Dejando a Wittgenstein en su Cuaderno Azul
No llegaré a ningún cálculo infinitesimal.
Me arden las arterias
En la música el descalabro era absoluto.
Absuélvanse las anginas.
Margaritas para la eternidad se apagaron y luego ¡Fantasmas, ahuyentad los fantasmas! Te ahogas Te quedas petrificado en la pesquisa y luego Dadme, mas dijiste, dadme más y el mar siguió y luego Oh, cómo se escribe un gemido Cómo se escribe la dejadez tras la noche Cómo se escribe el elemento de este luego Cómo mereceremos las setas Cómo navegaremos si no tienes barco Cómo madrugarás si no tienes mañanas Cómo hablarás si te faltan letras Oh (muda la h lo dice todo) O no (¡noh!) La Caída en el diccionario es mucho más brutal
Transitar con calma por estos días
Ataúd, ¡qué bonito sonido!
Evocación para acabar con el pesimismo.
En el Musée de l'Armée ha habido un aviso de bomba y todo el público ha sido desalojado.
Una mujer a mi lado me lo cuenta sentados en esta brasserie. Ha creído que soy francés. La mujer que va con su marido, militar sin uniforme, está verdaderamente asustada. La psicosis.
El Musée Rodin en la rue Varennes 77 es de cuento infantil. Y lo constato de nuevo: París es con nubes ¡qué hermosos árboles casi otoñales!
Siempre son sinuosas las ideas en Rodin y Claudel (por supuesto). Hermoso palacio y un par de esculturas: el busto de Jean d'Auteil y uno de los Burgueses de Calais que te miran cuando las miras.
Estoy cansado y me duele la espalda. Creo que tras tomarme un té en la pagoda-cinematógrafo de la rue Babylonne 57 me iré ya para Les Vallées. Beberé un té yelong oolang con ginseng. Su color será anaranjado. Muy suave. La tetera será de hierro y originaria de Indonesia o Vietnam.
23.08.2002
No lo sientas con amargura. Tienes que ser claro. Tienes que dejar al tiempo. No te amaron. Te parece cierto. No lo sientas con amargura. Y si alguna vez te lanzas a la rabia y la rabia se lanza contra ti recuerda los gestos y los nombres de los que te aman. Amar es cuestión de espíritu (o de lo inmaterial/hormonal. Contradicciones hay por doquier. Cómo no en el cuerpo)
Existe Lulú en el Palacio de Festivales.
Al menos la riqueza te permite elegir el lugar donde descansarás para siempre (?)
Le dijiste a una mujer, Me gustas y no te volvió a hablar.
No desees lo que no vas a alcanzar. En cuanto sepas que no lo vas a alcanzar (y eso se sabe, te lo aseguro) lucha contra ese deseo que de elixir pasa a convertirse en tósigo por extraños caminos de la química.
Por mucho que te digan, por mucho que aparente un cambio, cuídate mucho de volver al lugar donde has sufrido.
Todos lo sabemos todo (?) pero al final quien tiene que resolver tus asuntos eres tú con lo que tú sabes.
¿Has visto el rayo? ¿Has sentido el fuerte viento en la piel? ¿Has oído el bramido del trueno? ¿Has olido la fragancia de lo verde húmedo? ¿Has gustado el vaso de caldo?
Ahora que vas a emprender un viaje, disfruta del trayecto. Llegar es lo de menos (aires de Homero) Llegar es lo de menos. Así lo crees. Aunque el deseo de llegar consiga tantas veces abrumar el camino.
En la habitación la vida aparece menos.
Dejando a Wittgenstein en su Cuaderno Azul
No llegaré a ningún cálculo infinitesimal.
Me arden las arterias
En la música el descalabro era absoluto.
Absuélvanse las anginas.
Margaritas para la eternidad se apagaron y luego ¡Fantasmas, ahuyentad los fantasmas! Te ahogas Te quedas petrificado en la pesquisa y luego Dadme, mas dijiste, dadme más y el mar siguió y luego Oh, cómo se escribe un gemido Cómo se escribe la dejadez tras la noche Cómo se escribe el elemento de este luego Cómo mereceremos las setas Cómo navegaremos si no tienes barco Cómo madrugarás si no tienes mañanas Cómo hablarás si te faltan letras Oh (muda la h lo dice todo) O no (¡noh!) La Caída en el diccionario es mucho más brutal
Transitar con calma por estos días
Ataúd, ¡qué bonito sonido!
Evocación para acabar con el pesimismo.
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Ensayo
Tags : Cuaderno de Paris Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 23/10/2008 a las 20:43 | {0}