Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Ya no veo la noche
tan oscura se ha vuelto;
los sonidos, inclementes antes, cuando la tarde,
son ahora entrechocar de cuchillo
(o tenedor)
Un ribazo del lago
muere;
justo a su lado el juncal
se pudre y genera.
Al cuchillo (o tenedor)
se añade a mi espalda una voz
que temo
(como la falda cuando se ciñe).
Oscuro
y tan sordo;
Mediato
y tan colérico;
Febrero
y tan olvido.
Al cuchillo (o tenedor) y la voz
se suma el grillo y sus alas;
mi corazón, queratinado,
se distribuye entre una farola
y una servilleta con restos de sal gorda.
El libro -estéril como la tierra
que me ve morir- se ha dejado
influir por mi lectura
y ahora es otro.
El hombre
los escalones
el murciélago
la hiedra
emerge
lo que antes era verde
azul es.
La mano,
en esta hora fusca,
dibuja
el trecho que media
entre el velo y el duelo.

Poesía

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 25/08/2012 a las 12:37 | Comentarios {0}


Lo sabía. Era el corazón, se decía. La mañana había roto y un sol abrasador caía sobre ella y las aguas echaban vapor y la cordillera parecía derretirse; en lo alto de la carretera se entreveía en la calima el brillo de un metal y quizás una mano que alertaba. Ella lo sabía. Su pelo corto y oscuro no se movía. El sudor resbalaba por su cuello y confluía hacia el valle que corría entre su pecho. No estaba asustada. Ni la previsión del día hacía que bajara los brazos y se entregara al azar. Tampoco buscaba un oasis. Ni la voz salvadora de otro ser humano. Pensaba en él como única esperanza. Sonreía cuando recordaba su caminar torpe, la asimetría de sus piernas, el diferente volumen de sus nalgas. Le gustaba la cojera de su hombre. Se enternecía al sentir su cadera, cuando se agarraban y la suya se elevaba y descendía como si fuera un minúsculo desnivel de un suelo llano; quería acariciar su pie inútil, tan bello y delicado cual figurilla de jade y luego morder su pie trabajador, el que soporta el peso de un cuerpo para siempre; allí estaba ella, en el calor, sin sombrero, sin sombrilla, deseando las piernas flacas de su hombre; morder la pantorrilla flacida de su pierna derecha, sin musculatura alguna, delgada como la línea que separa la inútil de lo útil; quería pasar su lengua por sus muslos cuya sensibilidad siempre le había parecido un regalo de Dios; quería estrecharle entre sus brazos y enredar sus piernas con las suyas y quedarse dormida. Lo sabía. No iba a morir allí sin volverle a ver. Aparecería entre los vapores y sus pasos cojos serían la señal de que todo había pasado. Y así, sin impulso, caminó al encuentro de su hombre.

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 23/08/2012 a las 20:59 | Comentarios {0}


Egon Schiele
Egon Schiele
La ira desnuda se viste de énfasis (Título de un cuadro de Sebastian Mazzarino)

La mujer, esa mujer, la que anda por el arrabal berlinés, deshauciada y con rulos, mantiene los senos tersos a sus 48 años de edad biológica. (Inicio de la novela Las Pubisfóbicas de la escritora finesa Aara Sojk)

Esta noche, esta noche, la luna crecía, la luna crecía y en la rivera los juncos se abrazaron a las madreselvas y en la rivera los juncos se abrazaron a las madreselvas (Repetición moderna de un poeta mínimo del siglo XX).

Fuerza. Energía. Transformación. Boson de Higgins (Proclama del físico nuclear Alexandr Proriotkin por la universidad de Lovaina).

Una maravillosa impotencia (sueño de Amílcar D'Ois atacado de priapismo).

Compondré el cuarteto para cuerda y falo nº 2 y terminado éste compondré el terceto para piano, clarinete y vagina nº 1. Luego podré morir tranquilo en la tierra que me vio nacer, rodeado de los míos y de mi vaca Pastorcilla que fue la que me inspiró mis mejores composiciones hasta que se dio a la bebida. (Declaración del compositor suizo Roger Ingle).

Si el mundo es representación. Si el mundo es fenómeno. Si el mundo podría no existir. De todas estas condiciones lo verdaderamente importante es la condición, es decir la clave no está en lo condicionado sino en la condición. Lo único interesante de estas frases es el término Si (Discurso de entrada a la academia de ciencias morales de la oftalmóloga checa Irina Neris).

¡Dadme el amanecer! ¡Acudid alondras! ¡Dadme la boca! ¡Dadme la vara de medir! ¡Dadme la angina de pecho! ¡Dadme la constelación más lejana! ¡Dadme la espadaña! ¡Dadme un alirón! ¡Dadme el clavo y el martillo! ¡Dadme el sonido del río! (Peticiones de la beata sor Carbonara de Brindisi con ocasión de las novenas de mayo).

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 22/08/2012 a las 11:34 | Comentarios {0}


La cerveza
En lo alto de la montaña
Miradas esquivas (esquivadas)
Una historia narrada con crueldad
El nuevo camino
La lejanía (o la extrañeza)
No volver
Como si todo lo que se hubiera dicho permaneciera
Fallos en la mecanografía
Los deseosos subjuntivos
La llegada
Todo lo vivido estuviera escondido en los arcanos del sótano
No fuéramos sino en una sopa boba
El calor dentro del calor
El sudor en el agua
El golpe de la ola
Sabor a sal
La caminata
En el otro extremo de la mesa entre los suyos
Tan altas las voces
Tan calladas las verdades
Las emociones
Los sentimientos (que son formas de conocimiento sin necesidad de razón)
Formas a priori
Una gasolinera donde una mujer con traje floreado y trasparente deja ver su tanga blanco
Las formas del olvido
Los surcos
No, no volver
Nunca más
Ciegos
Temerosos en la respiración
En la oscuridad de la noche de verano
Verdor seco
Todo seco
Una vuelta que avanza
En la espesura
Lo amarillo de Castilla
Silos
Paja
...contada con crueldad
... ajustando cuentas
... como si aquello supusiera la emanación del pus
encarnado en otro nombre
cobardía
así
con el calor
apenas un trago de vino
raqueta
libro
palabra
escuela

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 18/08/2012 a las 20:25 | Comentarios {0}


Fue la ola. La escapada vino después. Fue el espejismo. La lectura de los astros a lo lejos quedó para más tarde. Mucho más tarde. Dijeron que el viento ardía. Dijeron (ellas) que las faldas apenas cumplían su función de velo. Fue el tiempo detenido. Dijeron puro presente. En el embarcadero una asamblea de patos decidía la próxima ancla y el verdor de las aguas se iba diluyendo en una cosmogonía de gris que alteraba el pulso de lo más sensibles al color (a los colores de la tarde). Fue la lágrima. Dijeron recuerdos y cuando la noche se hizo manto, él condujo en silencio hacia la luz y tuvo la osadía de comparar un movimiento de la mano con el vuelo de una jabalina. Fue la ausencia y el sonido del viento en lo alto del puerto. Dijeron más que se perdió en el bosque. Allí está la encina. Allí está el lobo. Ambos guardarán las palabras y las trasmitirán a los suyos convertidas en ramas y aullidos. Fue la madrugada. Fue la sábana. Fue la chingada. Dijeron que volverían. Lo juraron. Y sonrieron.

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 12/08/2012 a las 12:44 | Comentarios {0}


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