Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

Análisis de Issac Alexander


A.- ENTENDIMIENTO
A1.- Memoria
A2.- Razón
A3.- Imaginación
A1a Historia
A2a Filosofía
A3a Poesía
A1a1 Sagrada. Historia de los profetas
A2a1 Ciencia del hombre
A3a1 Profana y Sagrada
A1a2 Eclesiástica
A2a1b Metafísica general u Ontología o Ciencia del ser en general, de la Posibilidad, de la Existencia, de la Duración etc...
A3a1b Narrativa
A1a3 Historia civil antigua y moderna
A2a1c Ciencia de Dios
A3a1c Dramática

... habrán de seguir las subdivisiones de este sistema figurado de los conocimientos humanos que Diderot y D'Alambert expusieron para la realización de su Enciclopedia. Y me parece interesante en tanto en cuanto toda elección se conforma en este sistema de locos, de enfervorizados creyentes en una categoría extrema de la condición terrícola que es el Hombre...

... bienvenidos los cambios, los parlamentos donde se habrá de parlamentar. Aunque sólo sea el escaparate del verdadero poder que gobierna el mundo que por lo menos se vea mono...

... os dejo que escucho a Kukan Dub Lagan y me hierve (habría puesto yerbe que me suena a más meridional y a mí, en ocasiones, lo meridional me lubrica) la sangre tronera ante la muchacha que baila ante mí vestida de morado como los colores del mundo cuando amanece y vemos en las estrellas los designios de las urnas.

... Y juro que esta noche mi papeleta entrará por una ranura carnosa como la papaya, fresca como la lavanda, limpia como la siega a finales de agosto.

... siempre defenderé -mientras la muchacha me come la boca- la educación y el respeto como principales armas contra la corrupción.

... ¡A las urnas! ¡A las urnas!

... O no.
                             
Systême figuré de connoissances humaines
Systême figuré de connoissances humaines

Ensayo

Tags : ¿De Isaac Alexander? Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 25/05/2015 a las 21:28 | Comentarios {0}


Escena única


Una habitación de hotel.
A. desnuda se levanta y empieza a vestirse muy lentamente.
B. desnudo se mantiene tumbado en la cama mirando a A. vestirse
.
Fuera un neón rojo vertical ilumina -intermitentemente- la habitación que está del todo oscura.  Vemos sólo siluetas de dos cuerpos.


A:
Sí... hace años

B:
No llego a saber. ¿Por qué ahora? ¿Cuántos años dices?

A:
A lo mejor digo treinta años. O puedo variar y decir veinte años. No sé. El tiempo se me perdió hace unos días. Te reconozco que estaba distraída. Quizá fue en el tanatorio. O la lluvia justo antes. O que me desorienté. Andaba buscando una salida y me encontré una entrada. Tú no habías aparecido. Nunca habías aparecido. Nunca había recordado la noche en la que te atracaron y llegaste temblando al lugar en el que yo te esperaba. Eras tan joven y tenías tanto miedo que no te creí.

B:
No recuerdo. Me da la impresión de que me confudes con otro. Yo no recuerdo ese miedo. Sí recuerdo en cambio que hubo un tiempo en mi vida en el que me atracaron varias veces, en pocos años. Los años yonkies.

A:
¿No te gustó mi pecho? Esta noche digo...

B:
Te conservas muy bien...

A:
Entonces me recuerdas...

B:
No recuerdo nada. Ya te lo he dicho. Digo que te conservas bien para la edad que tienes. No, no me digas la edad que tienes. Digo que tu pecho... en realidad no me importa nada tu pecho. En realidad estoy aquí porque... porque soy (desolado) un macho, un macho...

A:
Delante del muerto estabas más hermoso.

B:
Era mi amigo. Le debía entereza. A la sexta intentona lo consiguió.

A:
El tiempo ha hecho estragos en tu piel y en tus formas. Eras tan delgado. Fuiste tan delgado. Eras fibra la noche que te acostaste conmigo. Eras fibra y miedo. Aquella noche se juntaron tanto la muerte y el sexo en ti que...

B:
Te digo que no recuerdo aquella noche. No puede ser que no la recuerde. Ni que pasen treinta años. Ni que pasen veinte. No hace falta que inventes excusas para acostarte con un hombre. Cuando ha estado cerca la muerte ha sido hoy. ¿De qué lo conocías?

A:
¿A quién?

B:
Al muerto... a mi amigo... ¿a quién va a ser?

A:
Mientras le mirabas se notaba que estabas viajando en el tiempo. Estarías recordando los momentos junto a él. No pestañeabas. No te movías. Parecías no escuchar los murmullos a tu alrededor ni mi zapato de tacón. Luego sí, luego los escuchaste. Creo, dime si me equivoco, que cuando me insinué a ti pensaste, Este polvo va por ti, colega. ¿Fue así? dime...

B:
Fue así.

A:
Yo pago la habitación. No te quedes aquí. No te haría bien. ¿Tienes familia? ¿Tienes mujer, hijos?

B:
Tú no me conoces.

A. se ha terminado de vestir. Se escucha el taconeo de sus zapatos de tacón que rodean la cama donde B sigue tumbado.
B. se levanta de un salto y agarra a A. por un brazo.


B:
Tú no me conoces. Nunca estuvimos juntos. ¿Cómo se llamaba el muerto? ¿Díme cómo se llamaba?

A:
Abel.

B:
Se llamaba Abel y tú (le suelta el brazo) no me conoces. Estás vieja.

A:
Sí, estoy vieja.

B:
No me ha gustado follar contigo. Ha habido un momento en el que he sentido asco de mí mismo. No me gusta cómo hueles.

A:
Eso está mejor. Darse cuenta. No te quedes aquí. El neón rojo recuerda siempre al infierno. Olvida lo que ha pasado. Hasta dentro de otros treinta años cuando me veas y no me recuerdes de nuevo...

B:
¡No, no te recordaré! Me has usado.

A:
Parece tu lamento cojera de perro.

A. besa en la mejilla a B.
A. sale de la habitación.
B. se acerca a la ventana. La abre.

 

Teatro

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 22/05/2015 a las 17:40 | Comentarios {0}


Película escrita y ditigida por Richard Linklater
Antigua maldición china: ¡Ojalá y tengas una vida interesante!


La última escapada. El último aliento. La visión primera. Vivir es ver y someterse (de ahí la grandeza simbólica del toreo), humillar, humillar. Darse de bruces contra un hombre despojado de razón, atenerse a las decisiones de otros, ver cómo tu cabello cae bajo la rasuradora de un hombre al que otro le paga por humillarte. Vivir es también aprender a vadear estos sometimientos, estas humillaciones.
No hay épica en la vida (la épica es la sublimación de lo cotidiano). He visto fotografías de mi hija a lo largo de muchos años por mor de la casualidad; fotografías en las que yo no estoy porque no estaba. Siempre que las veo asoma un pensamiento cruel -para mí- y es que pienso toda la cotidianeidad que no he vivido junto a ella, nuestro vernos ha sido siempre un estado de excepción (excepto el mes de julio que pasamos siempre juntos y justo cuando lo cotidiano ya empieza a ser, termina el mes y ella se va).
Esas decisiones. Incluso esa cotidianeidad de la decisión.
Y al final crecemos, rodeados de hijos de puta. Porque todos hemos tenido a varios hijos de puta cerca cuando éramos niños (de ahí la eficacia de los antiguos cuentos maravillosos) y son ellos los que más van a marcar nuestra existencia y son ellos los fantasmas que vamos a tener que vencer -si es que los vencemos- aunque la mayor parte de las veces nos volvemos nosotros también unos hijos de puta. Y los que no se convierten en canallas, en represores, en detentadores de su pequeña parcela de poder, tendrán una maldita vida interesante -como dice la antigua maldición China- y ahí te quiero ver con el corazón en carne viva, con el terror de tu propia cotidianeidad, campando la estulticia a sus anchas y con unos carroñeros que te dicen que la vida es bella, ya verás. Menos mal que también es muy posible que te encuentres al que te diga, La belleza no es felicidad. La belleza puede ser terrible y no por eso dejará de ser bella; sí, tú que te has apartado de ser un hijo de puta, encontrarás algún maestro que no querrá serlo, porque no puede serlo, porque le va la vida en no serlo y sin embargo de él aprenderás a vivir sin juzgar -si es que está en ti el aprender semejante cenit de la existencia- o cuando menos -seamos cautos- emprenderás ese camino. Y yo te digo, ¡qué bello camino!
Y sí, es cierto, si has pasado la infancia que es una cárcel con unos carceleros y unos barrotes en las ventanas y unos patios grises y unos corredores iluminados con neones blancos y unos urinarios que huelen siempre mal y unos luces que se apagan cuando aún tienes miedo y unas comidas que te hacen vomitar y unos castigos que sacuden tu alma y te dejan  extenuado, con ganas de morir, de morir para siempre, en aquel lago, en aquella colina, en aquel avión, en aquella estela; te digo entonces que si superas esa cárcel (que es la única de la que no puedes escapar) no habiendo aprendido a ser un hijo de puta, entonces te espera una vida terrible e interesante, una vida que se te irá vaciando de contenido, una vida que se irá aligerando hasta ser remolino de viento, pelusa de flor o menos aún sueño, sueño de haber sido y aún así vivirás ese último plano -que es el primero de la vida- con una persona que te atrae a tu lado, ante el paisaje más hermoso que puedas imaginar y habiendo ingerido una droga que te hará volar. Y te sentirás dichoso y te sentirás libre y agradecerás a este milagro que ocurre en este planeta, el que te haya permitido ser parte de él y cogerás  la mano de la persona que te gusta y la brisa de la tarde se colará entre vuestros labios que ya se están besando y que es, el beso, el preludio de una nueva tempestad, de una vida nueva, de una nueva cárcel, de un nuevo lamento, de una nueva espera, de una pena nueva y del descubrimiento, claro, si es que no has aprendido a ser hijo de puta, de la belleza, de la belleza... y surgirá por enésima vez una maldita vida interesante.
Boyhood

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 17/05/2015 a las 13:54 | Comentarios {0}


Dijo, Siento el mundo dentro de una pesadilla.
Dijo, Deberíamos emprender el vuelo como lo hizo el Che Guevara y también, a su manera, Jesús de Nazaret (aunque no existiera. No hace falta existir para volar).
Dijo, Os amaré con toda mi bondad; os amaré con la alabanza y el tedio de los domingos; os amaré sometido a una indisciplina que reconozco impropia de este mundo (el del interior de la pesadilla).
Dijo, He volado demasiadas veces y he sido un descarado. Cuando me encontré con un canalla se lo dije a la cara; cuando quisieron someterme rugí como una fiera. No me arrepiento. Sólo lo sentiría si tú, mon semblable, mon frère, no lo valoras como un grito y un espaldarazo a tu propia dignidad.
Dijo, He perdido dinero.
Dijo, He perdido la cadena.
Dijo, Ese dios no es luz, no es cobijo. Porque soy bueno te lo digo. Porque escupo fuego te lo digo. Porque soy capaz de saber a partir de la primera frase todo lo que vendrá después, te lo digo. Porque se me acercan siempre personas buenas.
Dijo, No voy a huir. No me vas a echar de menos antes de tiempo. Voy a seguir aquí amarrado a mi elección.
Dijo, Deberías saberlo.
Dijo, Deberías creerlo.
Dijo, Haberme conocido. Haberme tenido cerca. No sabes cuánto bien te he hecho.
Dijo, Me dice una joven, Vives en un mundo demasiado amable. Ese es mi destino. No renuncio a él. ¡Ése, ése es!
Al terminar de hablar se alejó por el sendero. Lentamente se fue hundiendo en el corazón del bosque. Tan sólo la compañía del perro o los sonidos de las aves canoras o el siseo de la maleza y las calladas patas de las hormigas, confluían en sus sentidos otorgando al mundo un atisbo de comunidad. Erguida la cabeza, la congoja le atacaba. Sabía al no saber y al no saber vivía. La noche iba arropándole. Creyó oír muy lejos el aviso del lobo. Pensó en buscar refugio. Una víbora atravesó el camino. ¿Cuánto queda? se preguntó.

Cuento

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 13/05/2015 a las 12:38 | Comentarios {2}


Ahora no voy a creer
sólo voy a mantenerme con la espalda recta
Porque he leído textos que acarician las palabras
y hacen con sus conexiones versos
Ahora tengo la mirada de los veintitrés años
como siempre la tuve
Nunca ha desfallecido
Las cuatro dimensiones me enloquecen
Si alcanzara
como si dijera el sabio
Hablara el sabio
el que ha descubierto
la espita
la droga
Camino por un bosque con un sendero
todos los días
Un día lo hice con lluvia
había muchos charcos
me calé más allá de los huesos
Camino por un bosque con sendero
escucho los pájaros
los pasos de animales invisibles para estos ojos que no saben mirar a los animales del bosque
escucho mugidos a lo lejos
y también las aguas de un regato que seguro se secará en el estío
Camino por un bosque con sendero
cada vez un poco más lejos
un poco más lejos cada vez
Subo y bajo y observo y escucho y me detengo
Como mojón establezco una peña
luego me demoro
ensueño
No hay nada dice el sabio
La delectación por unos conceptos (si dijera versos estaría condicionando... estaría alterando)
Elogio haría de mi estado
de los paseos por el bosque con sendero acompañado por mi perro
tan feliz entre arbustos espinosos y encinas y margaritas salvajes
y probablemente brezo
Nada hay que saber
en ese camino, con esos senderos, que suben y bajan y creo que al final acaban en una gasolinera
Me dejo llevar
cada vez más lejos
No quiero llegar al final
no quisiera que fuera verdad y allí, al final del camino del bosque con senderos me encontrara con un depósito de gasolina de una carretera general
Porque en el bosque encuentro a una muchacha con un perro sordo
Porque en el bosque encuentro palos de todas las formas y colores
Y apenas recuerdo nada en el bosque
Todo se dilata
También mi pecho cuando acompaso la respiración al paso
No recuerdo nada
ni los aplausos del día anterior
ni la vergüenza que siento cada mes cuando tengo que pedir
ni la ansiedad que me procura saberme en un sendero del bosque con senderos
No lucho contra el insecto ni lo espanto
Incluso ayer me quité la camisa y dejé que el sol incidiera en la piel del torso (recién nacida)
Mantener la espalda recta
Olvidarme de mañana
Recordar una brazada bien dada (el agua no está fría y no se escuchan quejidos ni soflamas. No hay militares. No hay asesinos. No hay sacerdotes. No hay bandas. No hay mantas. No hay osadía. Sólo dos números: un/dos un/dos un/dos un/dos un/dos. No hay melodía. No hay duda)
Más de mañana cada vez
Que el sol no pique
Que los pájaros luzcan su mejor trino
y las carpas naden en círculos al final del pantano
Mantener la espalda recta
Acuchillado
Monótono
Sin saber muy bien en qué consiste vivir
Amortiguado
A la espera del encuentro
Sé vivir solo
Aprendí, por fin, a hacerlo
Sé vivir junto a mi perro y mi arce japonés
Los dos están sanos
A veces, bien es cierto, pierdo la serenidad y golpeo al perro o dejo de alimentar al arce
Apenas ocurre. Aún ocurre
Por el camino del bosque con senderos hoy me he caído
El perro se ha acercado. Me ha mirado con sus orejas vigilantes. Le he calmado
Eso es la vida
aunque no sepa muy bien si eso es la vida
El tiempo desaparece en el bosque
He descubierto que es porque los árboles se lo comen
Creí ver una chicharra
como un puñal en la espalda
desnuda, bajo el sol,
Negro y amarillo no es morir. Fotografía de Olmo Z. abril 2015
Negro y amarillo no es morir. Fotografía de Olmo Z. abril 2015

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 07/05/2015 a las 23:38 | Comentarios {0}


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