Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Desnudo de mujer Estudio de Gustav Klimt
Desnudo de mujer Estudio de Gustav Klimt
¿Has visto la mano en diez pinceladas? Samson Humes personaje de Las putas de Storyville (cuya historia de momento se ha quedado ahí en el primer capítulo) las observa y siente en sus ojos el peso del mármol; sabe la dificultad del cincel y la destreza que es necesaria para adecuar la pincelada al motivo y aún así quisiera emerger de las profundidades de su juventud. Por algún lado cree haber oído soflamas contra los museos en un grupo llamado dadaísta que dice cosas como la gente se suicida hoy con la cadena del retrete que es una frase que en absoluto tiene que ver con los museos o quizá sí.
Samson Humes jamás había ido a un museo, si lo ha hecho ahora ha sido para ver mujeres desnudas sin sentir vergüenza por el hecho de querer verlas y porque en los museos se puede entrar con amplio gabán que disimule su empalme descomunal que no deja de crecer y mantenerse. Al entrar ha sentido ese pensamiento que le ha parecido extraño a él que nunca había pensado en museos, arte o restos humanos y cuando al pasear por las amplias galerías tan limpias, tan mármol, tan guardas y caras serias, ha tenido la impresión de los cementerios, la congoja del deudo, incluso le ha llegado aunque leve el aroma del incienso y la muerte, se ha tenido que sentar ante un estudio de modelo desnuda (algo melancólica todo hay que señalarlo) y tocándose su miembro enhiesto por fuera del gabán, a la altura del capullo que llegaba, más o menos, a su ombligo -con lo cual ningún visitante podría imaginar que se estaba tocando el cipote- ha gemido de pena y de inquietud hasta que una mujer madura se ha sentado a su lado y en susurro le ha dicho, Me pierden los jóvenes con tu sensibilidad aunque no entienda qué te emociona tanto de esa mujer desnuda, ¿podrías explicármelo? Samson sin apartar la mano del capullo, no ha evitado mirar el escote exagerado para ir a un museo (de nuevo se ha extrañado el joven de ese pensamiento y se ha dicho, ¿existen realmente escotes exagerados para ir a los museos?) de la mujer madura y por hacerse el interesante ha soltado el primer pensamiento que se le había pasado por la cabeza minutos antes, Me emocionan los restos humanos. La mujer que había cazado la mirada del joven en sus tetas, se ha erguido algo y ha suspirado antes de preguntar de nuevo, ¿Eres artista? y el muchacho presa del hechizo de la voluptuosidad de la señora no ha podido mentir y ha contestado sécamente, Soy virgen y el rubor ha acudido a sus mejillas. La mujer ha reído. Samson ha estornudado. La mujer se ha levantado y le ha dicho, Sígueme con discreción y ha echado a andar. El chico ha sido incapaz de moverse, presa de la más febril de las imaginaciones, desconocedor de los extraños desvaríos que una mujer madura puede sufrir en un museo y la ha visto alejarse por la larga galería y cómo ha girado levemente su cabeza y al verle aun sentado se ha despedido con un discretísimo movimiento del meñique de su mano izquierda y ha girado a la derecha.

Cuento

Tags : Las putas de Storyville Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 27/05/2014 a las 10:58 | Comentarios {0}


Tulipanes para ti querida niña de Arie van't Riet
Tulipanes para ti querida niña de Arie van't Riet

Tengo en la espalda un ala rota (como deben de romperse las ilusiones una mañana de domingo aunque parezca que nada se ha roto y que el aire sigue cristalino y entra y sale y oxigena y calma) y me sangra; he intentado volar y ha sido imposible. Nunca gritaré. No, no voy a gritar. Hay un esquema en la garganta que me impide gritar (como debe de ocurrir un domingo por la mañana cuando grazna la cuerva con ínfulas de rana y exige croar cuando todos escuchan que grazna y grazna rabia y grazna quimera y grazna leve cadencia de mortaja y grazna por represiones viejas y grazna como las cuervas graznan aunque ella exija que se escuche que croa como croa la alegre rana en su charca con su piel verde moteada y sus patas ágiles y blandas) la tristeza que la noche no me calma porque el ala sangra y deja al aire sus tendones que no están hechos para ser vistos...

Tú sabes tantas cosas y yo sé tan pocas. Hay días, te confieso, que esta ignorancia apenas me señala, se suele ir por otros lugares, más al norte creo, más, más al norte; hay otros días como el de hoy en el que la ignorancia me fustiga las entrañas, me aprieta las tripas y la esencia del corazón, atosiga mis venas, cierra mis bronquios y produce espamos estomacales en mi abdomen, retiene líquidos y deja para más tarde cualquier atisbo de goce; no es que quisiera estar muerto, sólo quisiera ser listo y agarrar la justicia por las solapas y elevarla por encima de los tejados de mi pueblo y colgado de sus patas hacerla visible ante quien sintiera vergüenza de haber sido tan ciega...

Perdóname si no sé defender tu ilusión de quince años, si estoy lejos cuando debiera estar cerca perdóname, si en mí aletea la codicia bárbara del cobarde o si soy el estado intermedio entre la furia y el ruido; perdóname por no apretar los puños; perdóname por la nostalgia que siento y el hervor de mis sesos; perdóname por ir tan lento, siempre tan lento, no cauto, sólo lento y que sepas que no lo achaco al ala rota que cuelga en mi espalda como el primer verso suelto; cuando mi ala rota estaba entera también zanganeaba y le costaba emprender el vuelo hasta la octava esfera donde dicen la armonía es más sutil y más ligera...

A veces pienso si soy un personaje de novela, por ejemplo entre las páginas 236-423, y deseo que el lector me cierre o llegue al final de mi historia y me vaya alejando sobre un cielo abierto cerca de la frontera entre Madrid y Segovia; a veces pienso esas cosas (hasta que llega un domingo que avisa como filo de espada que rasgara la cara de certero estoque) tan del gusto de los petimetres (¡que palabra colosal! viene petimetre del francés petit maître, es decir, maestrillo) y me siento ante esta noche, con el sonido de un acordeón y quisiera abrazarte por si estás triste...

Instante...

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 26/05/2014 a las 22:32 | Comentarios {2}


Yo celebro la lluvia de estos días como si viniera lanzada de un platillo volante todo volantes de falda flamenca en los giros que con las manos en alto se dan en la ferias y quiero celebrarlo sin quitarme la careta o la sandalia del pescador que parece húmeda pero que milagrosamente si te la pones está seca como el desierto del Sahara donde personas sin tierra se afanan en la arena miden el tiempo grano a grano tras las murallas de los moros tras las cuchillas de las alambradas sin necesidad de ametralladoras ni de grandes cañones con los que arrasar corazones hígados riñones úteros gónadas y piernas yo celebro la sonrisa y celebro la caminata hasta el santuario de las Moiras donde dicen que hablarán sobre lo que ha de venir a quienes bailen quédamente vestidos con faldones de palmera y maquillados con colores subidos de tono que cubran por entero la faz y las pasiones celebro esas voces que nos impulsan hasta más allá del amanecer y el canto del cuclillo que tanto me recuerda al inicio con banjo de un tema country del medio oeste americano yo celebro la gasa y la antigua mercromina tanto como celebro la pasta de trigo y el silo callado en la meseta yo celebro la llamada del lobo como la audacia del hurón y también los dúos oh sí cómo celebro los dúos me elevan los dúos me hacen sentir celebrante constante sin nada que reprimir sin nada que denostar sin nada que imprimir en caracteres cirílicos yo celebro la consecución del fuego y el paso que la lluvia está dando al viento y la paciencia de los perros y celebro la angina de pecho y las fiebres cuartanas y celebro los pantanos con toda su flora y toda su fauna y celebro mi cuerpo frente al espejo cuando ha quedado extenuado tras esforzarse en ir de un sitio para otro sin más intención en principio que la de ir porque sí de ese sitio preciso para ese otro sitio preciso y vuelta a empezar y vuelta a seguir siempre por el camino casi casi en línea recta que necesita para cumplirse como línea y como recta un mínimo de dos puntos de referencia con permiso de Gödel yo celebro la poesía física sea lo que sea eso pero es que me parece una muy digna celebración que podría tener lemas tremendos lemas del tamaño del cielo o de una turba que se viera envuelta en pañales para poder cagarse de miedo sin temor a los malos olores yo celebro por igual las cadenas humanas como los trenes ligeros y no me duelen prendas si afirmo que celebro el pis en los huertos las marismas y los aguaceros
Flor de jara de Fernando Loygorri
Flor de jara de Fernando Loygorri

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 23/05/2014 a las 11:06 | Comentarios {2}


Miroslav Tichý
Miroslav Tichý
Pensaba ayer: amo el arte como me gusta el frío y me hacía sonreír el suave juego, pequeño calambur, en la frase.
Pensaba ayer: ¡qué extraña la vida de Gerónimo Passamonte!, el que según Martín de Riquer es el Alonso de Avellaneda autor del "falso" Quijote.
Pensaba ayer: Nilo se ha resfriado. ¡Cuánta lluvia puede caer en un momento! ¿Cuánto hacía que no se me calaban tanto los vaqueros que se pegaban a las piernas? ¿Años?
Pensaba ayer: ¡Qué precioso es que tu hija te diga: Eres mi bufoncito!
Pensaba ayer: ...entonces volverá a bajar al puerto, lo recogerá, etc...
Pensaba ayer: En toda historia de amor, más que en toda historia de amor, en todo acto de amor donde la ternura muestra su faz, hay un canto de vida, una plenitud de ser que merece ser contada.
Pensaba ayer: No llegó a emocionarme Melancolía de Lars von Trier aunque sienta en su cine una pulsión destructiva que hace muy bien en convertirla en planeta.
Pensaba ayer: Ya se marchitan las rosas.
Pensaba ayer: Ojalá.
Pensaba ayer: ¿Por qué las dietas? ¿Por qué en vez de dietas no nos anima la vida el movimiento?
Pensaba ayer: La gran eclosión de homosexualidad que parece vivir la humanidad ¿puede ser un primer paso para la desaparición de la especie? ¿puede ser la forma que ha encontrado la especie para destruirse a sí misma de una forma no violenta? También la gran soledad en la que viven cada vez más los jóvenes japoneses y que ha generado un gran negocio en la fabricación de muñecas de tamaño natural con pelo de coño natural.
Pensaba ayer: No te preocupes.

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 21/05/2014 a las 10:24 | Comentarios {0}


Manuela y José
Manuela y José
El presidente de Uruguay José Mujica (si haces un click en el nombre podrás ver la entrevista que Jordi Évole le hizo en su programa Salvados y podrás conocer a Manuela) tiene una perra que se llama Manuela; es una chucha con algo de bodeguera pero poco; es una perra vieja, es una perra fea y es una perra coja; por algún motivo le tuvieron que cortar la pata delantera izquierda y este señor dice que Manuela es la reina de su chacra, la más leal y fiel y que siente si la perra se ofende por haberle puesto un nombre de persona. Yo estoy convencido de que si pudiéramos trasladar el lenguaje de Manuela al lenguaje humano diría exactamente lo mismo de su compañero José (el más leal, el más fiel).
Yo imagino la cantidad de animales que en los países ricos se sacrifican porque se quedaron sin pata y recuerdo a una profesora de Filosofía que conocí en el Instituto Santamarca, Encarna  se llamaba (y espero que se siga llamando) -era una mujer hermosa y con un gran sentido del humor y del amor- que tenía una perra a la que hubieron de amputar las dos patas traseras y ella le construyó un ingenio con ruedas de tal forma que se lo ponía en la parte de atrás y así podía salir  a la calle y dar su paseo.
Me ha emocionado escuchar a ese hombre mientras acaricia a Manuela y deja que una gata se suba a su silla mientras otro perro, este más grande y más joven, se acerca para recibir su dosis de mano de humano y todo en una casa humilde, en las afueras de Montevideo, en mitad de un huerto donde el presidente de Uruguay siembra cebollas y tomates.
Y siempre me impresiona cuando un hombre que fue encarcelado durante nueve años, en una celda de aislamiento, que estuvo nueve años a solas consigo y cuyo único contacto durante aquel tiempo con otros seres humanos era cuando sus carceleros lo torturaban y lo vejaban; siempre me impresiona, digo, que hombres así, como Mandela, como Mujica,  salgan de esa prisión y vuelvan para luchar por la dignidad de las personas, crean en el ser humano y atesore su mirada algo muy tierno, una especie de poema en sus ojos, algo que viene a decir: Vivir es un milagro, no dejes que nadie te arrebate esa sensación y goza, estés como estés, de este rato de consciencia... como goza de su vida su perra Manuela que aunque no pueda correr pasa sus días junto a un hombre en el buen sentido de la palabra bueno.
José Mujica es un filósofo y mañana cumple ochenta años. Gracias José por tu mirada. Gracias Manuela por haber cuidado de él.

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 19/05/2014 a las 11:00 | Comentarios {4}


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