¿Han muerto por el frío? La noche se ha vuelto tan callada. ¡Grillos míos! Ya no batiréis vuestros élitros en busca del amor y dejaréis más oscura la noche [...] la noche más oscura ¿será la última? aunque se muera de día, a pleno sol, en el desierto [...] la torpeza un día de playa, tú eras muy pequeña, te llevaba de la mano, el suelo no era de arena sino de piedras [...] creo que aquella noche te regañé [...] no lo he olvidado [...] ayer te habría dicho: a veces hacerse una analítica es una heroicidad, no, no por el hecho en sí, sabes que nunca me asustaron las agujas, sino por lo que significa de cuidarse, de estarse atento [...] sí, pienso en abandonar [...] el mes de agosto fue duro [...] ¿te has ido para siempre? ¿Ya nunca más sabré de ti? [...] ¿llevas largo el pelo? [...] porque los grillos volverán el año que viene como han vuelto -o van ya de paso, sé tan poco del ciclo de las aves, de aves...- las bandadas de pájaros que inundan los árboles cercanos y hacen enloquecidas sus vuelos rasantes y se hartan de insectos [...] la vida sigue y seguirá cuando ya no tenga la capacidad de suponerla [...] subíamos los ocho pisos por las escaleras. ¡Cuántas veces se rompió el ascensor en aquella maldita casa! Allí fue donde me volvió la imposibilidad de soportar ruidos ajenos, músicas ajenas, borracheras, locuras, memeces ajenas pero sobre todo los ruidos, los ruidos... desde entonces los ruidos me vienen matando la paz... ¿has estudiado más materias? ¿has aprendido alguna idioma? ¿has visto el mar? ¿fuiste al festival de Ortigueira? ¿se te hizo la noche caminando de la mano de tu amante? [...] aquellos ojos tuyos de 2003 [...] perdidos en el mundo tras ver Interstellar [...] A veces lo pienso [...] Dejar de batir mis élitros [...] mi alma se funde con la nostalgia y crea un agujero de gusano que me lleva directamente a ti [...] ¿volverán los grillos? ¿estaré esperándolos? ¿viviré sin ti? [...]
Me declaro libertino (en el sentido que a esta palabra se le daba en el siglo XVIII, es decir, en moderna terminología: librepensador). La reflexiones que voy a ir plasmando a lo largo de las próximas semanas tienen un carácter provisorio y se acogen a una de las características de uno de los métodos científicos: estas reflexiones son falsables. Incluso yo mismo, a lo largo de este periodo que hoy se inicia, podré mostrar la falsabilidad de algunas de ellas.
Estas reflexiones no pertenecen a ningún heterónimo. De cada una de las palabras que escriba en este libro el único responsable soy yo: Fernando García-Loygorri Gazapo. Por supuesto que cuando utilice citas facilitaré el nombre del autor y el título del libro o fuente de donde las haya sacado.
107.- La mierda hay que mantenerla limpia.
108.- ¿Qué tiene de nuevo el populismo actual para que se le tenga que poner el prefijo neo?
109.- Es lógico que la mediocritas -así se llamaba a las clases medias en el Imperio romano- tenga gobiernos mediocres y cobardes.
110.- Afirmaría que la cobardía es hija de la mediocridad si no fuera porque no me siento capaz de afirmar nada, porque, con humildad, asumo las enseñanzas de Schopenhauer cuando, el sí, afirmaba que somos voluntad y representación.
111.- También Husserl podía afirmar, fenomenológicamente, que la Tierra no gira.
112.- Una forma de mantener limpia nuestra mierda es la generosidad.
113.- No hace falta conocer los dolores de un hombre para saber cuánto duelen.
114.- No, no era el fin de la historia. Eso te pasó, Fukuyama, porque te dejaste llevar por el positivismo, esa endiablada forma de entender la vida como la flecha del tiempo cuando tampoco el tiempo es flecha ni tiene dirección.
115.- Vuelven los Totalitarismos. Retornos eternos. Círculos del Tártaro.
116.- La lección ni siquiera ha empezado. Estamos a las puertas del eón. No se han abierto aún. Es tan amplia la explanada. Somos tantos miles de millones de seres con membrana a la espera...
117.- Sólo somos por la membrana y somos membrana por las bacterias.
118.- ¡Bacterias! Palpitad. Seguid. Vosotras seréis, con seguridad, las primeras.
119.- A veces grito en silencio, Nunca conseguirás que te deje de querer.
Ensayo
Tags : Reflexiones para antes de morir Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 03/09/2024 a las 00:43 | {0}Nadaba mientras la tormenta eléctrica se desenvolvía encima de mí. Mientras nadaba pensaba, Si hubiera estado al lado de un gran hombre quizás entonces, por extensión... me venía el nombre de Peru Lacroix y sus diarios junto al Libertador... daba una brazada y luego otra en una piscina privada que había asaltado sin importarme un ardite que la autoridad me detuviese. Era la tarde. El verano llegaba a su fin. Sabía que tarde o temprano sería detenido y como ya le ocurrió al joven Ójbar, sería trasladado a una comisaría en donde mi pobreza, mi ser un don nadie, propiciaría que me dieran una paliza, pasara varias noches en un calabozo, mal alimentado, mal aseado y luego fuera puesto en las lindes del territorio con el mandato de no volver a poner los pies por ahí.
La perra no puede venir conmigo. No podría someterla a los días que me quedan por vivir. Será mejor su ausencia de manada que lo seamos ella y yo. Yo sé, sí, yo sé que a ella no le importaría, que se quedaría en los huesos por seguir juntos, que podría llegar a morir de inanición. Para mí no sería justo, pienso mientras doy una brazada y luego otra y escucho el sonido del agua cuya cadencia me transporta a algún lugar en el que estuve acompañado por alguien afín.
Sí, claro, también me pregunto para qué esta vida, cómo llegué hasta aquí, por qué no narro encuentros sino soledades y cuánto es posible una existencia de hielo bajo el sol y las tormentas de un verano ya tardío. Y una brazada y otra brazada y decirme al corazón que cada uno labra con su camino su destino (y no al revés) sabiendo, como intuyo, que ese pensamiento es moderno, constituye la piedra angular del siglo XX, tiene algo de positivismo blanco y un mucho de la arrogancia del ego y aún así yo sigo nadando, braceo en una piscina privada que parece la joya de un jardín japonés. He de irme. Si no soy detenido; si la suerte me depara que me nade los mil quinientos metros que me he propuesto y pueda luego darme una ducha, vestirme, salir como entré (por encima del seto de fotinia) y caminar por las avenidas de la urbanización también privada sin que nadie me de el alto, entonces saldré esta misma noche al amparo de los nubarrones que cubren el cielo. Dejaré a la perra dormida en la casa y alguna señal que avise de algo anormal a quien la vea para que no pasen días sin que nadie vaya y se encuentren a la perra muerta o loca y rodeada de sus heces. Ojalá sea una buena persona quien vaya y la acoja y encuentre la manada que ella necesite. Nado. Respiro. No entiendo el mundo en el que vivo. Espero que alguien tire de mí con fuerza en cualquier momento en este día de un verano que ya termina como solían hacerlo antaño: con tormentas terribles que avivan el mejor olor de la tierra.
Narrativa
Tags : Olmo Z. ¿2024? Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 31/08/2024 a las 18:35 | {2}Dormitorio pequeño en la casa de Olmo. La Mujer está delante de un espejo de pie. Vestida. Tras ella, Olmo huele su pelo, le sube un poco las faldas, justo hasta la parte superior de los muslos. Ella entreabre la boca. Sus labios tienen botox. Su cabello está teñido con mechas rubias. Sostiene el sostén un pecho que ya ha sucumbido al oficio de la gravedad. La Mujer es un poco menos vieja que Olmo.
Olmo:
Deberías haberme conocido más joven.
La Mujer:
Nada me dice la edad.
Olmo:
Mientes.
La Mujer:
Ya verás que no.
Olmo:
Deberías haberme conocido más joven.
La Mujer:
Está bien, cariño, ¿quieres que te pregunte por qué?
Olmo:
Sí, pregúntamelo.
La Mujer:
¿Por qué?
Olmo:
Tenía los labios gruesos. Mis ojos, grandes y oscuros, parecían irradiar una intensidad que prometía la ventura del amor carnal...
La Mujer:
¡Ole!
Olmo:
...mis manos eran suaves y conservaba el gusto por lo desconocido...
La Mujer:
¿Ya no sientes curiosidad por mi conejito?
Olmo:
Tu madriguera, dirás...
La Mujer:
Madriguera o conejo ¡qué más da! Sólo tienes que meterme la mano entre las bragas y empezar a mojarte con mi flujo. Ya verás lo rico que sabe. Sentirás en tu paladar sabores de allende los mares y cuando me muerdas los pezones, recordarás el principio de la vida.
Olmo:
¿Tanto ofreces?
La Mujer:
Tanto y más. Porque ya estás viejo has olvidado la esencia de este espacio, sí, mira, sólo por encima, acércate, aspira, mantén el aire en tus pulmones, recuéstate en mi regazo, escucha el palpitar de mi sexo, escucha la sangre entre mis muslos, atiende la tersura de mi piel, disfruta con mi voz que te lleva lejos, lejos, donde la paz.
Olmo:
En nada empujaré con mi polla la puta paz. No quiero paz. No quiero más esa palabra. Hoy he visto a un hombre que rige los destinos de una parte del mundo alentando la posibilidad de que otros seres humanos sean deportados y mueran de donde vinieron y se les hurte el derecho a una vida con alimento. Esos discursos los escucho todos los días. Me sorprende que la tierra esté tan dividida y haya personas que se dediquen a esquilmar a otras. No me hables de paz. Háblame sí, de tu coño porque es la hora...
La Mujer:
...mientras lo pagues mi tiempo es tuyo...
Olmo:
...eso sí me excita. Recuérdame cómo nos conocimos.
La Mujer:
¿Otra vez?
Pausa
La Mujer:
Estaba en la feria. Buscaba un cliente. Tú estabas en la caseta del tiro al blanco. Tenías a tu lado un vaso de plástico. Me acerqué. Miré al interior del vaso. Te pregunté ¿Sangría? Tú me miraste. Me dijiste que sí con la cabeza. Apuntaste con la carabina de mira trucada. Te pregunté, ¿Me das un sorbo? Me respondiste, sin dejar de mirar por la mira, ¿Eres muy cara? Te respondí, Lo bueno siempre es caro. Disparaste. Fallaste. Me dijiste, Bebe si quieres. Bebí mirándote a los ojos. Te dije, Llévame contigo, diablo cojuelo. Me llevaste.
Olmo:
Lo cuentas bien. No te enredas en detalles estúpidos.
La Mujer:
¿Te follo y sigo mi camino?
Olmo:
Sí.
La Mujer se folla a Olmo. Olmo paga mientras la mujer se viste. Se va La Mujer. Olmo vuelve a la feria, a la misma caseta y con un nuevo vaso de sangría.
Pausa
La Mujer:
Estaba en la feria. Buscaba un cliente. Tú estabas en la caseta del tiro al blanco. Tenías a tu lado un vaso de plástico. Me acerqué. Miré al interior del vaso. Te pregunté ¿Sangría? Tú me miraste. Me dijiste que sí con la cabeza. Apuntaste con la carabina de mira trucada. Te pregunté, ¿Me das un sorbo? Me respondiste, sin dejar de mirar por la mira, ¿Eres muy cara? Te respondí, Lo bueno siempre es caro. Disparaste. Fallaste. Me dijiste, Bebe si quieres. Bebí mirándote a los ojos. Te dije, Llévame contigo, diablo cojuelo. Me llevaste.
Olmo:
Lo cuentas bien. No te enredas en detalles estúpidos.
La Mujer:
¿Te follo y sigo mi camino?
Olmo:
Sí.
La Mujer se folla a Olmo. Olmo paga mientras la mujer se viste. Se va La Mujer. Olmo vuelve a la feria, a la misma caseta y con un nuevo vaso de sangría.
Narrativa
Tags : Olmo Z. ¿2024? Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 29/08/2024 a las 17:56 | {0}Nada sé del orden
Narrativa
Tags : Olmo Z. ¿2024? Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 27/08/2024 a las 19:09 | {0}
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Ensayo
Tags : Fantasmagorías Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 05/09/2024 a las 22:09 | {0}