Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

La puerta de entrada está en el dolor en el páncreas. Desde ese dolor (que se manifiesta algunas tardes cuando el pesar se aposenta en la parte izquierda del abdomen y se convierte en una finísima aguja en ese lado de las tripas) se abre el nuevo mundo en el que ya no existirá, en el que no habrá metáforas, ni paisajes que describir un día cualquiera.

Dejará de existir el color de la infinitud: el pardo verdusco.

La puerta de entrada se encuentra también en la absoluta percepción del canto de los pájaros que aúna la belleza de sus trinos con la crueldad de su aviso; ésa es una puerta de entrada natural, que apenas se puede decir, que sólo se puede escuchar.

La puerta de entrada es descubrir un camino nuevo que aparenta en todo ser un vestigio de la Edad Dorada sólo que, en el alma del caminante -ya entrado en años, la espalda aún recta pero con cierta carga en los hombros que recuerdan los pesos que hubo ya de soportar-, se cierne la alerta de que la tragedia se encuentra en la misma esquina que lo cómico. Aún así el caminante, metódico en su esperanza, se interna por el camino nuevo y decide disfrutarlo como si no hubiera vivido nada, como si no hubiera aprendido hace ya demasiado tiempo que los caminos hermosos dependen en buena medida de la vida que se esconde por ellos. La vida se esconde de la vida. Eso aprendió el caminante por los caminos.

Quizá sea llegado el tiempo de permitir que la fina aguja que es el dolor del páncreas de sus tripas, le abra en canal y desgarre del todo sus órganos vitales y permita que por la boca salga todo el vómito germinal y que en su propio principio encuentre su final. Porque los caminos son hermosos. Porque ayer descubrió que el árbol enorme era un abedul y que en algún tramo de un riachuelo que serpentea entre un bosque de robles, hay una poza que cubre por entero a un perro.
 

Ensayo poético

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 09/06/2022 a las 12:22 | Comentarios {0}



El dorado no es un color.
Los nazis están por todas partes.
La democracia apenas ya existe.
El mundo no se acaba.
La muchacha está triste.
El día ha sido ventoso.
Limpió la casa a conciencia.
Disminuyeron un poco sus latidos.
Tuvo la idea a partir de un libro.
Esperó hasta que llegó la noche.
Los perros aullaron hasta que dolieron.
Nadie le dijo la verdad.
La no respuesta (sea esta cual fuera) causó su mal.
A pesar de todo salió al mundo.
Lanzó a las ondas sus mensajes.
Quedó satisfecha por la labor hecha.
Condujo con cuidado por la autopista.
Compró en el supermercado que le gustaba.
Dejó sola a la perra dentro del coche en un parking subterráneo.
Llegó a la casa con un calor de mil demonios.
Se lavó la cara y las manos.
Recordó que el fascismo genera miedo.
No se pudo dormir hasta la noche.
Los nazis estaban por todas partes.
 

Ensayo poético

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 08/06/2022 a las 18:10 | Comentarios {0}



Se dice, No voy a dejarlo. Seguiré un día más. Llega el invierno. Los días se están haciendo más cortos. La almohada se me queda pequeña. Tengo muy fríos los pies cuando llega la noche. ¿Podré sentir la gangrena si llega? ¿Sabré reconocerla? En esta inmensidad blanca. Como si estuviera muerto. ¿Te matan los otros? ¿Se podría decir así? ¿Sería capaz de ponerme a especular con esa tontería? No lo haré. Me haré unas fricciones. Miraré la leñera. También miraré al perro. En el verano sentí que se hacía mayor de golpe. Luego se me olvidó. Me parecería más joven, se dice.
Se dice, Cualquier respuesta sería mejor que esta incertidumbre. Hay personas que prefieren la segunda. Yo en cambio prefiero la primera. Cualquier respuesta antes que el no llegar a saber. Eso me digo hoy que ha amanecido con una bruma que me atruena; una bruma en todo semejante a una galerna. Un bruma quitapaisajes. Una bruma quitaesperanzas. Como las incertidumbres. Aún así me vestiré. Aún así me abrigaré. Aún así saldré al maldito bosque. Me internaré. Buscaré algo que me procure paz. Me sentaré en la parte de la roca que da al sur, la que no tiene musgo, y meditaré con la meditación que deja ser a los pensamientos, que nos los detiene, que no intenta inmovilizar el fluir del pensamiento. A veces esa meditación me calma. Me impide llegar al abismo. No permite que me abrace y me consuele sino que parece querer insuflarme una valentía de la que carezco en absoluto. Soy totalmente cobarde. Tengo miedo a morir solo. Tengo miedo a ser perro sin dueño y sin cadena. Aunque no quiera atarme. Aunque no quiera amos. Yo que fui esclavo. Quizá no todos somos esclavos. Yo lo he sido. Y ahora lo soy de una idea. Ya ni siquiera es una forma material el sujeto de mi esclavitud. Es una idea. Es una esclavitud metafísica. Una esclavitud especulativa que me lleva al bosque y a los lugares fríos en los que mis pies sufren y sufre mi alma. Una esclavitud que me lleva incluso a pronunciar y sentir el alma. No voy a dejarlo. No hoy. No hoy tampoco romper los sentidos de las frases. Quizá mañana empiece a hacerlo. Romper en fragmentos sin sentido el hilo consentido de mi pensar. 
Se dice, Sí, sí, lo haré mañana. Ahora debo de quitarme este maldito frío de los pies. No quiero utilizar el agua caliente. Quisiera calentarme los pies con el alma. Eso quisiera. Decir, ¡Alma, caliéntame los pies! Sonreír si ocurriera. En esta noche cuando el invierno de mi aventura está llegando y siento acercarse la Parca que no tiene nada de asombrosa, que no tiene nada de Emperatriz sino que más bien es una pobre que recogiera ramas por el campo para calentarse un poco antes de matar.  Vieja, pobre y con tos perruna. Ahora me recogeré. Me pondré una manta por encima. Intentaré volver a interesarme por algo. Me quedaré dormido tras hacerme una sopa de fideos y queso. Navegaré por mi bienestar. Me sacudiré las penas como el estornudo se deshace del picor en las narices.
Se dice, Soy un payaso. Cómo echo de menos reírme.
 

Teatro

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 03/06/2022 a las 18:18 | Comentarios {2}



El gesto del pájaro esta mañana. El gesto del perro esta mañana. El gesto de la rama del olmo esta mañana.

Las preguntas y las respuestas de los asistentes al banquete.

La torpeza por los nervios ante un desenlace opuesto a sus intereses provoca que todo lo que tenía mecanizado se convierta en artificial.

El otro mundo. El mundo del mal. El mundo de la necesidad. Normalmente en tonos fríos El boceto de un sexo de mujer.

Al escuchar el idioma extranjero sentía la lluvia cayendo sobre su anorak aunque él estuviera sentado frente a un ordenador en una aldea la cual, por ley, estaba obligada a ofrecer fibra óptica a sus habitantes.

A nivel de mar la mujer se convirtió en barca.

Los muros blancos del cementerio. El camino que lleva al valle. La serpiente que vio la otra tarde. El alma de asno del perro. La gallina entre sus dientes (los del perro con alma de asno).

¿Por qué Dionisos e convierte en el sucesor de Zeus para los órficos? Religiones soteriológicas.

El último día del mes. Recuerda el viejo refrán campesino: ocho meses de invierno y cuatro de infierno. Meseta castellana.
 

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 31/05/2022 a las 18:27 | Comentarios {0}



Habrá que trabajar la luz alguna tarde y descansar después como agotado.

Tendrá que analizar el sueño de la noche: su hermano con cuerpo de mujer, desnudo en un aseo, le señala la base del retrete que está lleno de mierda. No recuerda si es su hermano con cuerpo de mujer quien le ordena que lo limpie. O si es él el que ha decidido limpiarlo. El resultado es, en todo caso, que su hermano desnudo y con cuerpo de mujer es el que lo limpia y él le mira a un mismo tiempo agradecido y sorprendido. Su hermano con cuerpo de mujer y desnudo le sonríe y la última sensación del sueño -ya no sabe si es imagen soñada o añadida en la vigilia- es sentir que su hermano con cuerpo de mujer y desnudo se eleva y él siente estar asistiendo a la Ascensión de la Virgen.

Habrá que trabajar la luz como oposición metafórica a la oscuridad. Deberá quitarle dictadura a la Muerte, pobre déspota sin ciudadanos, y rebajarla a su condición servil de segadora de campos. Y cuando el perro con el que habita no quiera seguir el camino, humillar la testuz y junto a él volver a casa.

Habrá que esperar el abrazo y si éste no llega adorar a la Esperanza que promovió en el presente sin dicha un futuro con su generación de alegrías.

Todo para no ahogarse hoy. Porque es una gran colonia de seres vivos. Porque el sueño con su hermano desnudo y con cuerpo de mujer es una hermosa alegoría de la dualidad. Incluso podría afinar más y llegar a la conclusión de que el rostro de su hermano con cuerpo de mujer es, en realidad, el rostro de su hermana pero el cuerpo de mujer no es el de ella sino el de él.

Llegará el tiempo del olvido. Y estos proyectos, por fin, se quedarán vacíos.
 

Ensayo poético

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 30/05/2022 a las 12:47 | Comentarios {0}


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