¿y si estuvieras? ¿si esta sinfonía se volviera armónica? ¿y si la sensación fuera cierta? ¿y si el pálpito no consistiera tan sólo en una ilusión sino en la esencia -lo oculto por la cáscara- del orden de eso que llamamos universo? ¿y si tu boca? ¿y si tu piel? ¿y si esta mañana? ¿y si la lluvia lenta e invisible fuera la encriptación del mensaje más sencillo? ¿y si tu voz? ¿y si tu ausencia? ¿si tu silencio fuera un murmullo mudo? ¿y si tu pecho? ¿y si tu vientre? ¿y si tus muslos? ¿la llama que intuyo se encendió miles de años atrás? ¿la pulsión de mis dedos? ¿el dibujo de mis labios al deletrear tu nombre? ¿y si lo aprendido? ¿y si el absoluto olvido? ¿me dirás mañana? ¿seguirás despierta? ¿y si estuvieras en lo alto? ¿y si caminara desnudo? ¿y si la tierra refrescara la escara que deja al aire el hueso? ¿si tus manos entonces? ¿si tu sonrisa?
Heinrich Böll, Opiniones de un payaso
[...] ciertas formas de sinceridad varonil son más penosas que el silencio
Ensayo
Tags : Meditación sobre las formas de interpretar Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 28/11/2012 a las 00:54 |
... y con las manos amarillas nos untaremos los rostros y velaremos hasta el amanecer. Entonces, desnudos, tú a mí y yo a ti, nos adornaremos los tobillos con el color de la diosa e iniciaremos el camino; atravesaremos primero la planicie y si el ave nos saluda por nuestra izquierda, nosotros derrotaremos hacia la derecha y si es a la derecha por donde el ave nos saluda, derrotaremos a la izquierda y si el ave aún duerme cuando nosotros pasemos, seguiremos rectos hacia lo profundo del bosque; allí, en la linde, nos daremos nuestro primer abrazo: tu pecho en mi pecho, tu vientre en mi vientre, tu hendidura en mi saliente, tus muslos en mis muslos, tus rodillas en mis rodillas, la punta de los dedos de tus pies en la punta de los dedos de mis pies, tus brazos rodearán mi cintura, los míos rodearán la tuya, tus dedos se enlazarán a la altura de mi coxis, mis dedos se enlazarán a la altura del tuyo; nuestras bocas aún no se juntarán; apoyarás tu mejilla derecha en mi mejilla izquierda y así nos mantendremos hasta que el sol nazca. Nos internaremos en el bosque y nos tomaremos de las manos; caminaremos en silencio cien pasos, nos detendremos y nos daremos un golpe de puño en el pecho, tú en el mío, yo en el tuyo, y exclamaremos un gemido por el aire; caminaremos otros cien pasos, nos detendremos y nos daremos un golpe de puño en el vientre, tú en el mío, yo en el tuyo, y exclamaremos un gemido por el agua; caminaremos otros cien pasos, nos detendremos y nos daremos un golpe de puño en la cabeza, tú en la mía, yo en la tuya, y exclamaremos un gemido por el fuego; caminaremos otros cien pasos, nos detendremos, y nos daremos un golpe de puño en los pies, tú en los míos, yo en los tuyos, y exclamaremos un gemido por la tierra; caminaremos otros cien pasos y habremos llegado al soto; tú entrarás delante; yo te seguiré; me guiarás entonces hasta la gran higuera y, sobre la hierba que sugiere el sendero de la luna, te tumbarás y me abrirás tu hendidura y la llenarás de flujos; yo haré que mi saliente sobresalga más y se vuelva rígido y cuando la luna corone el primer mechón de tu cabello entraré en ti y en ti derramaré la leche cósmica coronada de oro; tú gemirás; yo jadearé; tu dormirás; yo oraré por ti y la fecundidad. Entonces me levantaré. Te dejaré sola y pasadas las nueve lunas volveré; tú me dirás si pariste; tú me dirás si me aceptas y si lo hicieras te vestiré el vestido que traeré conmigo y en brazos llevaré el fruto de nuestro instinto; y si no pariste, tú me dirás si me aceptas y si lo hicieras me quedaré contigo para empezar de nuevo el ciclo de los ciclos.

Érase una vez la luz y la Montaña
Érase una vez la división y el nacimiento del aire
Érase una vez la construcción y el infinito
Érase una vez la mona y su herida
Érase una vez Eva y la Virgen Maria
Érase una vez la niebla y sus prodigios
Érase una vez tu voz y la tarde
Érase una vez el sueño dormido y los ángeles custodios
Érase una vez el camino y el río
Érase una vez la mano y el ombligo
Érase una vez el once y el domingo
01.- Dormir y descansar.
02.- Entonces los pulmones producen las flemas.
03.- Al respirar con dificultad se siente que la vida se hace costosa y el deseo del cuerpo es rehacer el equilibrio. Es decir: dejar que la vida vuelva a entrar.
04.- La indiferencia sea.
05.- Como Vishnu dormido, el que sólo tiene una forma y tiene todas las formas.
06.- Como Charles Baudelaire que invita a vivir embriagado.
07.- Hay que encontrar en los opuestos el equilibrio del propio ser.
08.- O como expresaba con infinita ternura Joseph Campbell: Sigue tu bienaventuranza.
09.- No reniegues de lo que sientes.
10.- Fue amor ( o fall in love with: tiene el idioma inglés expresiones certeras tanto en su forma/sonido como en su fondo/concepto)
11.- Así la tarde y las ramas ya desnudas del arce japonés.
12.- Y también el cuidado de los hijos a los padres (ternura, agradecimiento, satisfacción, amor, amar).
13.- Tras dos años sin caer enfermo, ha sentido la curación a través de la enfermedad.
14.- La enfermedad detiene el tiempo. El enfermo entra en otra dimensión, en otra percepción de sí mismo.
15.- La montaña mágica.
02.- Entonces los pulmones producen las flemas.
03.- Al respirar con dificultad se siente que la vida se hace costosa y el deseo del cuerpo es rehacer el equilibrio. Es decir: dejar que la vida vuelva a entrar.
04.- La indiferencia sea.
05.- Como Vishnu dormido, el que sólo tiene una forma y tiene todas las formas.
06.- Como Charles Baudelaire que invita a vivir embriagado.
07.- Hay que encontrar en los opuestos el equilibrio del propio ser.
08.- O como expresaba con infinita ternura Joseph Campbell: Sigue tu bienaventuranza.
09.- No reniegues de lo que sientes.
10.- Fue amor ( o fall in love with: tiene el idioma inglés expresiones certeras tanto en su forma/sonido como en su fondo/concepto)
11.- Así la tarde y las ramas ya desnudas del arce japonés.
12.- Y también el cuidado de los hijos a los padres (ternura, agradecimiento, satisfacción, amor, amar).
13.- Tras dos años sin caer enfermo, ha sentido la curación a través de la enfermedad.
14.- La enfermedad detiene el tiempo. El enfermo entra en otra dimensión, en otra percepción de sí mismo.
15.- La montaña mágica.
Ensayo
Tags : Meditación sobre las formas de interpretar Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 18/11/2012 a las 18:14 |
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Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 29/11/2012 a las 19:37 |