Cuaderno amarillo. Salvador Pániker. Editorial Areté. 1ª Edición 2000
Constantin Brancusi, Sleeping Muse I, 1909-10
Pags. 105-106
10 de agosto de 1993
Cuando se me pasan las ganas de agradar a todo el mundo recupero la libertad, descubro que tengo una columna vertebral. Cuando dejo de autojustificarme me convierto en el ser adulto que aparentemente soy.
Asumir serenamente el perfil propio.
Lo que antes se llamaba ser un hombre de principios, uno lo convierte, más modesta y concretamente, en tener una columna vertebral. Necesitamos una columna vertebral para nuestra finitud bamboleante. De lo contrario, uno quiere "ir a por todas", pierde el sentido de la contención y el límite, cae en la desmesura, la vieja hybris griega, y acaba en la autodestrucción.
Columna vertebral. Pero también agilidad, ausencia de principios absolutos. No hay valores absolutos. Todo lo cual enlaza con aquella nueva magia de la cual hablaba hace unos días, la conciliación entre razón y mística. Ya he dicho repetidamente que la mística es esa seguridad previa que te permite vivir dudando. Una seguridad, claro está, paradójica: porque consiste, precisamente, en no necesitar ya de seguridad alguna. En cuyo caso, la mística es la otra faz del pluralismo. El místico es alguien capaz de vivir tranquilamente sin ideas: por esto puede correr el riesgo de tenerlas. Porque no se le van a absolutizar. Porque no las necesita para dar un sentido a la vida. Porque sabe que la vida no tiene sentido.
Lamentablemente, las gentes todavía se matan las unas a las otras por cuestiones de sentido. El siglo XX - que comenzó en 1914 y terminó en 1989- ha sido un siglo de absolutismos intramundanos. Dos guerras mundiales y varias exterminaciones en masa son el resultado del furor ideológico, la falsa mística. Hoy procede vivir sin creencias absolutas, en permanente provisionalidad. Para lo cual hace falta segregar un plus de creatividad retroprogresiva que antaño no era menester. Quiere decirse que la democracia, la secularización y el laicismo, esas conquistas de la modernidad, sólo se mantendrán si se descubre y se vive ese trasfondo -que yo llamo místico- que le permite a uno mantenerse en la provisionalidad, el relativismo, la incertidumbre y la increencia.
Es la paradoja retroprogresiva.
Es también el meollo de la mal comprendida postmodernidad. Secularizada la religión del progreso, vuelve a abrirse el espacio de lo genuinamente místico. Lo místico que ya no tiene por referencia a Dios, la Ciencia o la Clase Obrera. Lo místico que es el acceso al presente.
Lo cual no anula los proyectos de futuro, ni conduce a una sociedad ahistórica donde se confundan lo real y lo imaginario. Baudrillard sólo ha captado la mitad de la cuestión. Lo que ocurre es que el viejo Relato Único de la modernidad se ha quebrado en mil minúsculos relatos. Ocurre que cada cual ha de inventar su propia leyenda.
Creatividad y mística son así -insisto- nociones inseparables. Y una fenomenología de los estados creativos podría confirmarlo. Una vez más citaré a Brancusi: "Ce qui est difficile ce n'est pas de faire, mais de se mettre dans l'état de faire". Ponerse en el estado de hacer es entrar en el estado de gracia donde no hay disociación entre los medios y los fines, el fondo y la forma: la obra de arte surge entonces espontáneamente y por sí misma. Un gran artista es, ante todo, un gran médium. A fuerza de despejar mecanismos de defensa y otros condicionamientos, se computan mil mensajes que antes pasaban de largo, se pone uno dans l'état de faire, se consigue que la gracia fluya. "Algo en mí, crea" decía Mozart. Y Paul Klee escribe: "Libérate de la pretensión de ser el autor de tus actos; entonces serás libre, atento, expandido, y lo que deba ser hecho se hará."
Buster y Charles
Invitados
Tags : Citas del mes de mayo Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 17/05/2013 a las 20:31 | {0}
En esta noche fría de mayo,
tras una serie que produce de mí tristeza
quiero confesarte, amigo: lo tengo.
No hay en este poema un afán de poesía
como en el silencio no anida la virtud de ser callado,
sencillamente lo es.
Porque quisiera estar ahora en otra parte,
sé que lo tengo;
porque el aire se agudiza en los pulmones,
sé que lo tengo;
porque quisiera la mirada, el abrazo, la calma
sé que lo tengo.
Hay en este poema un sortilegio contra él.
La noche avanza y me pregunto
¿por qué lo aireo de esta forma?
Hay en este poema la maduración
de la espera, la glotonería, la queja,
la ausencia, mi padre muerto, la mano.
Porque no sé desde hace tiempo,
sé que lo tengo;
porque las nubes tan sólo cubren el cielo,
sé que lo tengo;
porque busco una frase cada día,
sé que lo tengo.
tras una serie que produce de mí tristeza
quiero confesarte, amigo: lo tengo.
No hay en este poema un afán de poesía
como en el silencio no anida la virtud de ser callado,
sencillamente lo es.
Porque quisiera estar ahora en otra parte,
sé que lo tengo;
porque el aire se agudiza en los pulmones,
sé que lo tengo;
porque quisiera la mirada, el abrazo, la calma
sé que lo tengo.
Hay en este poema un sortilegio contra él.
La noche avanza y me pregunto
¿por qué lo aireo de esta forma?
Hay en este poema la maduración
de la espera, la glotonería, la queja,
la ausencia, mi padre muerto, la mano.
Porque no sé desde hace tiempo,
sé que lo tengo;
porque las nubes tan sólo cubren el cielo,
sé que lo tengo;
porque busco una frase cada día,
sé que lo tengo.
Redes. Diccionario combinatorio del español contemporáneo. Dirigido por Ignacio Bosque. Editado por SM, 2004.
destino ◆ aciago, azaroso, caprichoso, ciego, cruel, desolador, fatal, fatídico, fausto, forzoso, frustrado, fulminante, funesto, halagüeño, honroso, humano, implacable, imponderable, impredecible, imprevisible, incierto, ineludible, inevitable, inexorable, infausto, inmediato, inminente, irrenunciable, negro, obligado, providencial, trágico ◆ al borde (de) ◆ fuerza (de), golpe (de), ironía (de) ◆ abandonar(se) (a), acatar, aceptar, adivinar, afrontar, alcanzar, anular, anunciar, aprobar, asumir, atisbar, augurar, burlar, buscar, cerrar los ojos (ante), confirmar, conocer, cumplir, dar, deparar, desafiar, desentenderse (de), desviar(se) (de), detener, dilucidar, dirigir, elegir, encarrilar, enderezar, escapar (a), esclarecer(se), evitar, exigir, forzar, frenar, impedir, justificar, labrar, lamentar, ligar, llegar (a), llevar sobre {los hombros/las espaldas/la conciencia}, luchar (contra), marcar, nublar(se), organizar, pactar, pedir, perseguir, prever, ratificar, rebelarse (contra), recomendar, regir, resignarse (a), revocar, sentenciar, solicitar, sonreír, sugerir, tener, vislumbrar.
Ejemplos que ensueño:
Aciago destino, te miraré de frente hasta que tú arranques mis ojos o yo destruya tu futuro.
Destino ciego como la uva que nunca vio que sería vino.
Deja de sonreír, destino cruel.
Fausto fue que sus brazos tuvieran como destino nuestros abrazos.
Fulminante como el destino, al llegar noviembre se quedó desnudo.
Destino ineludible, me encontrarás a las tres en la azotea de siempre.
Cierra los ojos ante el destino y al perder la visión desaparece el presente.
Al borde del destino, se dio la vuelta y se fue por otro camino.
Desentenderse del destino, dijo mi maestro Isaac Alexander, es lo menos majadero que puede hacerse en esta vida.
La fuerza del destino es tan débil como la gravedad.
Fuerza al destino a que eche el freno y que te vaya bonito con el airbag.
Escapar al destino, decía mi maestro Isaac Alexander, vale tanto como ir a misa los domingos.
Nublarse el destino despeja el presente.
Pido al destino que se olvide de mí.
Alumbra el sol y vislumbrarás tu destino.
Ejemplos que ensueño:
Aciago destino, te miraré de frente hasta que tú arranques mis ojos o yo destruya tu futuro.
Destino ciego como la uva que nunca vio que sería vino.
Deja de sonreír, destino cruel.
Fausto fue que sus brazos tuvieran como destino nuestros abrazos.
Fulminante como el destino, al llegar noviembre se quedó desnudo.
Destino ineludible, me encontrarás a las tres en la azotea de siempre.
Cierra los ojos ante el destino y al perder la visión desaparece el presente.
Al borde del destino, se dio la vuelta y se fue por otro camino.
Desentenderse del destino, dijo mi maestro Isaac Alexander, es lo menos majadero que puede hacerse en esta vida.
La fuerza del destino es tan débil como la gravedad.
Fuerza al destino a que eche el freno y que te vaya bonito con el airbag.
Escapar al destino, decía mi maestro Isaac Alexander, vale tanto como ir a misa los domingos.
Nublarse el destino despeja el presente.
Pido al destino que se olvide de mí.
Alumbra el sol y vislumbrarás tu destino.
Invitados
Tags : Citas del mes de mayo Listas ¿De Isaac Alexander? Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 15/05/2013 a las 23:20 | {0}
Capítulo IV. Transformaciones de la luz. 3. El Advenido. Imagen del mito de Joseph Campbell. Editado por Atalanta, 2012.
A César.
La palabra yoga proviene de la raíz sánscrita yuj, que significa "uncir, sujetar, enganchar", unir una cosa a otra. Lo que el yoga tiene la función de unir es la conciencia a su raíz, de manera que el ser viva en el conocimiento de su propia identidad consigo mismo, de la raíz de la que parte, y no sea meramente el ego limitado de su cotidianidad. [...]
Expresado en términos algebraicos, si x es el misterio que ha de ser desvelado más allá de las categorías, y a es "tú" entonces el mensaje de la enseñanza de Aruni (que identifica el misterio que ha de ser desvelado con uno mismo: tat tvam asi, "eres tú mismo") parece ser que a = x. No obstante, en un segundo enfoque -ya que parece evidente que el "tú" al que hace referencia Aruni no puede ser la apariencia temporal, nominable, efímera con la que nos identificamos en nuestra conciencia cotidiana-, la meditación apropiada a la contemplación de ese mero efecto de maya sería más bien neti, neti, "esto no, esto no", cuya fórmula algebraica sería propiamente ésta: a ≠ x, "no eres tú mismo". Con lo que finalmente llegamos a la formulación, aparentemente absurda, a ≠ = x (a no es igual, en el aspecto temporal, pero sí es igual, en el aspecto trascendental a x), como la clave del secreto del misticismo.
Pensamiento que, además, no se aplica sólo a uno mismo, sino a todo cuanto existe, ya sea en la tierra, el cielo o el infierno. Porque el yogui ha de penetrar para apartarse de sí, como la serpiente se deshace de su piel, todo el teatro de la fenomenalidad: formas, nombres, relaciones..., dejando que sólo permanezca en su contemplación aquello que brilla a través de todas las cosas como una conciencia indiferenciada.
Tómese, por ejemplo, un objeto cualquiera. Mentalmente, tracemos a su alrededor una barrera que lo separe del mundo. Olvidemos su uso, su nombre, tratemos de olvidar de qué está hecho y cómo, además de las partes que lo componen; ignoremos qué es, concentrándonos sólo en que es, en contemplarlo simplemente. Y entonces planteémonos qué es.
Cualquier cosa con la que practiquemos este ejercicio, ya sea un palo, una piedra, un pájaro o un gato, una vez que lo hayamos disociado de todo concepto e idea, se aparecerá ante nosotros como una maravilla sin "significado" alguno, como un comienzo y un fin en sí mismo; como el propio universo así "llegado a ser" (tathagata). El Buda es llamado El Advenido, "el que ha llegado a ser", Tathagata, con el que "todas las cosas son Buda". O como lo expresa James Joyce en el Ulises: "Todo objeto, cuando se contempla intensamente, se convierte en una puerta de acceso a la intemporalidad incorruptible de los dioses". Porque en la contemplación pura regresamos a nuestro estado más puro, como sujeto del objeto, donde ambos son aspectos del misterio "que ha llegado a ser":
Enciende el fuego,
que te enseñaré algo grandioso:
¡Una gran bola de nieve!
Expresado en términos algebraicos, si x es el misterio que ha de ser desvelado más allá de las categorías, y a es "tú" entonces el mensaje de la enseñanza de Aruni (que identifica el misterio que ha de ser desvelado con uno mismo: tat tvam asi, "eres tú mismo") parece ser que a = x. No obstante, en un segundo enfoque -ya que parece evidente que el "tú" al que hace referencia Aruni no puede ser la apariencia temporal, nominable, efímera con la que nos identificamos en nuestra conciencia cotidiana-, la meditación apropiada a la contemplación de ese mero efecto de maya sería más bien neti, neti, "esto no, esto no", cuya fórmula algebraica sería propiamente ésta: a ≠ x, "no eres tú mismo". Con lo que finalmente llegamos a la formulación, aparentemente absurda, a ≠ = x (a no es igual, en el aspecto temporal, pero sí es igual, en el aspecto trascendental a x), como la clave del secreto del misticismo.
Pensamiento que, además, no se aplica sólo a uno mismo, sino a todo cuanto existe, ya sea en la tierra, el cielo o el infierno. Porque el yogui ha de penetrar para apartarse de sí, como la serpiente se deshace de su piel, todo el teatro de la fenomenalidad: formas, nombres, relaciones..., dejando que sólo permanezca en su contemplación aquello que brilla a través de todas las cosas como una conciencia indiferenciada.
Tómese, por ejemplo, un objeto cualquiera. Mentalmente, tracemos a su alrededor una barrera que lo separe del mundo. Olvidemos su uso, su nombre, tratemos de olvidar de qué está hecho y cómo, además de las partes que lo componen; ignoremos qué es, concentrándonos sólo en que es, en contemplarlo simplemente. Y entonces planteémonos qué es.
Cualquier cosa con la que practiquemos este ejercicio, ya sea un palo, una piedra, un pájaro o un gato, una vez que lo hayamos disociado de todo concepto e idea, se aparecerá ante nosotros como una maravilla sin "significado" alguno, como un comienzo y un fin en sí mismo; como el propio universo así "llegado a ser" (tathagata). El Buda es llamado El Advenido, "el que ha llegado a ser", Tathagata, con el que "todas las cosas son Buda". O como lo expresa James Joyce en el Ulises: "Todo objeto, cuando se contempla intensamente, se convierte en una puerta de acceso a la intemporalidad incorruptible de los dioses". Porque en la contemplación pura regresamos a nuestro estado más puro, como sujeto del objeto, donde ambos son aspectos del misterio "que ha llegado a ser":
Enciende el fuego,
que te enseñaré algo grandioso:
¡Una gran bola de nieve!
Un par de zapatos viejos. Vicent van Gogh
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Tags : Citas del mes de mayo Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 14/05/2013 a las 17:35 | {0}
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Tags : Citas del mes de mayo Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 19/05/2013 a las 13:11 | {0}