Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
¡¡¡CAMPEONES DEL MUNDO!!!
Así, con todos esas letras, con todas esas exclamaciones, por un equipo maravilloso, por unos jugadores cojonudos, por los besos que al final se dan, por las lágrimas que no pueden evitar, por la delicadeza de un fútbol con sentido y con fuerza. Campeones del mundo por derecho propio, por saber sufrir, por saber gozar, por parar, templar y mandar; por no partirle los cojones a Van Bohmel, por mirar de frente sin odio, por saber esperar el momento de estirar una pierna, por girar la cintura y en ese giro descubrir un nuevo mundo, por la entrega, por la complicidad, por la paciencia, por un entrenador Vicente del Bosque al que se le ve la sabiduría y la educación en cada uno de sus silencios; por Casillas un porterazo lleno de amor; por Sergio Ramos pura sangre andaluz que corre hasta que los ijares le sangran; por Puyol al que su catalanidad no le ha impedido dar hasta la última célula de su cuerpo por el equipo español; por Piqué al que le han querido romper los huesos casi en cada partido; por Capdevilla jugador silencioso siempre en la orilla izquierda; por Busquets finura del mediocentro defensivo que sabe ver lo que pasa ante y tras de él; por Xavi Alonso puro corazón vasco que si muestra la fuerza con descaro, esconde sutilezas sin cuento; por Xavi Hernández el mejor jugador del mundo, alma de la solidaridad, cerebro fresco, pies que piensan; por Iniesta ¡qué decir de ese jugador que como un fantasma navega los campos de fútbol y asusta cuando menos te lo esperas!; por Fernando Torres que lo sabe todo y aún así lo ha dado todo, hasta romperse; por Villa ¡ay, Villa, pillo, grande, fuerte!; por Cesc que sabiéndose uno de los grandes ha sabido mantenerse grande entre lo suplentes; por Pedro que demuestra que el aplatanamiento de los canarios es una de las muchas leyendas negras que atesora España; por Llorente y su mirada inmensa ante la responsabilidad del gol; por Navas que corrió la banda con la alegría del que sabe llegar hasta la línea de fondo; por Silva que supo esperar y se quedó presa de un misterio sin alzar la voz; por Reina qué lección de equipo, que lección de amor, que lección de orgullo en cada partido y sin haber jugado un solo minuto; por Javi Martín y por Valdés y por Mata que estuvieron en el banquillo me atrevería a decir que sin esperar su oportunidad sino sabiendo que estando allí ya era la oportunidad y por Marchena con el que Vicente del Bosque nunca ha perdido un partido.
Campeones del Mundo, chavales. Os lo merecéis. Y gracias por vuestro ejemplo, por saber jugar a las duras y a las maduras; por ganar cuando el rival es de guante blanco y cuando el rival -ayer Holanda- es un puto asesino que quiere cobrarse tibias a cualquier precio.
¡Enhorabuena, campeones, sois la hostia!
P.D.: No quiero olvidarme de ninguno y por eso añado por supuesto a Albiol y Arbeloa, defensas ambos de un equipo con una defensa titular poderosísima.

Diario

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 12/07/2010 a las 12:46 | Comentarios {0}


Amarrado al deseo la virtud es poca
El deseo tiene como herramienta la furia
¿Entender la vida es entender la renuncia?
¿Renunciar forma parte del aprendizaje del vivir?
¿O vivir, vivir plenamente, es no renunciar nunca, sentir que todo siempre está ahí?
Hace tanto calor que renuncio a tener frío.
Aquí arriba. En otro espacio. Atendiendo. Pensando. A solas. A solas.

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 11/07/2010 a las 19:30 | Comentarios {0}


La noche no había refrescado el calor ardoroso de este poblachón manchego, feo y seco, anónimo como sus gentes, de olor a orín y, casi con toda seguridad, ceremonias de interior. Al hombre le sonó el móvil y me dijo antes de cogerlo, Será mi pequeña (en realidad pronunció su nombre. También me pidió que no lo escribiera). Una sonrisa se dibujó en su rostro y de inmediato se transformó en un gesto de preocupación. Luego le dijo a su interlocutora, No la hagas ni caso. De verdad, no lo puedo entender. En vez de disfrutar de su nieta, del bosque, de tu compañía se pasa el día quejándose y poniendo problemas, ¡que no, que no, que no! pues que se aguante y se quede sin cenar. En serio, de verdad. La conozco ¿Está por ahí la peque? Y el hombre habló un rato con su hija y rió de buena gana.
La noche era bochornosa. La ciudad hervía a oscuras. El hombre sudaba y yo sudaba. Estuvimos un rato viendo pasar a las personas. Hicimos algún comentario más. Me preguntó él por mi vida y yo le conté vagamente porque mi vida no importaba. Mi vida no existía.
Al día siguiente el hombre volvió de nuevo a los laboratorios Álvarez y preguntó por don Antonio. La recepcionista, compungida, le respondió que el señor Álvarez había sido ingresado la noche anterior en estado grave pero que había dejado unas instrucciones para él. Justo en el momento en que recibía esta noticia volvió a sonar su móvil (esto me lo contaba él esa misma noche en un estado de gran excitación como si por primera en su vida hubiera entendido el Plan del Universo. En esos términos habló). El hombre lo cogió y su amante le dijo que había ingresado a su madre en el hospital. Al amanecer se había sentido indispuesta y cuando la tocó notó que tenía una fiebre muy alta. El hombre colgó el teléfono y sin saber muy bien por qué (aún no lo sabía en ese momento) le preguntó a la recepcionista que cuándo había sido ingresado el señor Álvarez. Ella le dijo que justo al amanecer. Se le inquietó el corazón. Por la noche me entregó las instrucciones del señor Álvarez y me permitió que las transcribiera literalmente. Cosa que paso a hacer a continuación.

Instrucciones para don...
1.- Los cuarenta microscopios con sus correspondientes garantías serán depositados en nuestros laboratorios en el plazo de tres días tiempo durante el cual don [...] deberá permanecer en la ciudad.
2.- En caso de mi fallecimiento deberá realizar lo estipulado en la instrucción primera.
3.- Transcurrido el plazo convenido don [...] cobrará el importe del negocio y será libre de volver junto a los suyos.
4.- Una vez allí don [...] podrá, si así lo desea, informarme sobre el estado de salud de su señora madre.
5.- Si yo hubiera fallecido, rogaría a don [...] que, de todas formas, remitiera esta información a mi querido nieto don [...] y a la siguiente dirección [...]

Cuando hube levantado la vista del papel, el hombre, presa de una excitación lunar, repetía, ¿Pero qué significa todo esto? ¿Puedo decírmelo usted? ¿Puede darme una explicación? ¿Qué es esto? ¿Un Plan del Universo? ¿Usted también forma parte de ese plan? y si es así ¿quién es usted? ¿quién es usted?

Cuento

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 08/07/2010 a las 10:33 | Comentarios {0}


Extracto de Ideas de Peter Watson


La creación del mundo según el alfabeto hebreo
La creación del mundo según el alfabeto hebreo
Según la tradición judeo-cristiana, la historia humana había empezado con Adán. Ahora bien, mientras la cronología judía calculaba que la Creación había tenido lugar hacia el 3.761 a.C., los cristianos defendían una concepción más simbólica y simétrica. Según su esquema, existían siete etapas simbólicas del hombre, basadas en la idea de una semana cósmica: siete edades, cada una de las cuales habría durado 1.000 años. De acuerdo con esta versión, la Creación había ocurrido en el año 4.000 a.C. y se presumía que la era cristiana duraría dos mil años más, después de los cuales habría un último milenio (Lutero era uno de los que coincidía con este esquema, y sostuvo que Noé había vivido hacia 2.000 a.C). Hubo otros eruditos que hicieron sus propios cálculos. Empleando las genealogías de la Biblia, Joseph Justus Scaliger concluyó que la Creación había ocurrido el 23 de abril del año 3.947 a.C.; Kepler prefirió el año 3.992 a.C. mientras que el arzobispo James Ussher fue todavía más lejos en sus Anales del Antiguo y el Nuevo Testamento, obra en la que sostuvo que la semana de la Creación había empezado en el domingo 23 de octubre de 4004 a.C. y que Adán había sido creado el viernes 28 del mismo mes. Por último, John Lightfoot, un experto en estudios rabínicos, precisó los cálculos de Ussher y concluyó que Adán había nacido el 28 de octubre de 4.004 a.C. a las nueve en punto de la mañana.

Invitados

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 07/07/2010 a las 12:32 | Comentarios {0}


¿Sería interesante comentar cómo acabamos cenando el hombre y yo? ¿Ayudaría a comprender los caminos que nos llevan a cruzarnos unos con otros? ¿Añadiría algo el que nos volviéramos a encontrar a la entrada de la pensión y que los dos fuéramos foráneos en la ciudad? ¿Quién fue el que dijo que iba a cenar solo? ¿Cuál de las dos miradas fue la que impulsó el que yo dijera que podíamos cenar juntos?
Tras refrescarnos un poco quedamos a las nueve de la noche en una terraza que había cerca de la pensión. Cuando yo llegué, él se acercaba. El inicio de la conversación fue usual, nos presentamos, nos dijimos nuestros nombres (¡qué importantes en un primer momento! ¡qué inútiles después!) y cenamos algo ligero más o menos en silencio. Luego él pidió un aguardiente de hierbas. Se había levantado un poco de brisa. Estábamos en una zona de la ciudad llena de extranjeros que buscaban en el calor una suerte de licencia para gritar, para beber, para besar. El hombre y yo, ya maduros, comentamos algo de nuestras respectivas juventudes. Él, tras el primer comentario, bebió, se encendió un cigarrillo y continuó hablando, Sabe, yo no debería estar aquí. Nada de lo que me está ocurriendo últimamente tiene la más mínima lógica. Hace tiempo quise dejar este oficio de viajante, sobre todo por mi hija a la que adoró. Me gusta pasar las horas con ella. También me cuesta, no vaya usted a creer que todo es un cuento de hadas. Cuesta tanto educar. Cuesta tanto regañar, negar las cosas, imponer un criterio. Duele, ¿sabe? Hace un mes y medio tuve que traerme a mi madre, está muy mayor y muy enferma. Me ha costado mucho dar este paso. Nunca nos quisimos. Es la típica historia de dos hermanos uno muy querido por su madre y el otro, en fin... ya me entiende usted. Mi hermano murió el año pasado. Se suicidó. No sabía vivir solo. Mi madre no le había enseñado a vivir solo. En eso tenemos que educar a nuestros hijos: que aprendan a vivir solos. Desde su muerte, mi madre no ha levantado cabeza. Al mismo tiempo que ocurría esto, mi mujer se lió con un alemán. Yo sé que si no hubiera sido él, habría sido cualquier otro. Hacía tiempo que ella y yo nos llevábamos mal. Ya no nos queríamos. Entonces me vi a solas con mi madre y con mi hija e intentando que ella no se enterara de lo que estaba pasando. No sé muy bien por qué no quería que lo supiera. Una tarde paseaba por la playa con una angustia tremenda, me pesaba el cielo, me pesaban los colores de la tarde, las risas de unos jugadores de fútbol. Me pesaba la vida y pensaba "Si no estuviera mi hija, si no estuviera mi hija..." ya me entiende usted... y allí, en el ocaso, surgió como una Venus una mujer de las aguas del mar. La pobre se había metido en un pequeño remolino y movía los brazos con cierta angustia. Yo la vi y me lancé a por ella. No crea que corría demasiado peligro, quizá había nadado demasiado y estaba agotada. Con un leve empujón salió del remolino. Llegamos a la orilla. Ella me miró agradecida y cuando consideré que ya se había repuesto del susto, me dispuse a despedirme. Ella me cogió de la mano y me dijo, No, no te vayas. El contacto de su mano fue, no sé, yo no creo en los milagros ¿sabe?, fue tan intenso, tan cálido y eso que ella tenía las manos frías de haber estado en el agua. Esa mano, sabe usted, esa mano me llevó hacia ella. No sé decirlo de otra forma. No sé... A partir de aquel día nos empezamos a ver. Quedábamos por las tardes. Yo llevaba a mi hija. Un día la invité a comer y le avisé de que mi madre estaba allí. Mi madre enferma. Mi madre amargada por la muerte de su único hijo. Le hablé de mi ex mujer. Le hablé de mi dolor. De mi desorientación. Todo en tan poco tiempo, sabe usted. Hay veces, a mí me ha ocurrido, en que el tiempo no tiene medida ¿Cómo era posible, me preguntaba, en las noches siguientes, junto al cuerpo de esa mujer tan hermosa, tan ligera, que estuviera ocurriendo aquello si yo, cuando la encontré, no tenía ganas de vivir y todo era denso como el mercurio? ¿Por qué, me preguntaba, por qué?

Cuento

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 06/07/2010 a las 11:25 | Comentarios {0}


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