Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Querida Julia:
Han pasado tantas cosas desde que moriste. Dicen los científicos que los recuerdos se construyen cada vez que se recuerdan, es decir, que cuando yo te recuerdo se produce una reacción bioquímica en mi cerebro que anima las sinapsis de determinadas neuronas que construyen de nuevo, en mi mente, tu cuerpo menudo, tu sonrisa amplia y tus manos de trabajadora. También dicen que a partir de ese descubrimiento se llega a la conclusión de que los recuerdos no son lo que pasó sino recreaciones, interpretaciones de lo que pasó.
También dicen que ningún gen ha sido descubierto que contenga en sí la marca de la muerte y que por lo tanto, el hombre no está condenado a morir. Incluso aventuran existencias de más de cuatrocientos años. No sé, querida mía, no sé.
Desde que moriste, porque tu cuerpo sí acabó por ceder ante la actual naturaleza de los seres vivos, sentí el más grande vacío que había sentido y se inició un proceso del cual he sido conscientemente inconsciente. En muchos momentos de ese proceso, al que llamo El Proceso Gobi, te he sentido cerca, te he sentido presente, como la línea del horizonte se entrevé cuando los tonos del cielo y el mar son idénticos y he elucubrado, en momento de ensueño, con una escena en la que, juntos tú y yo, me dabas la mano y me animabas a seguir.
Es cierto, como me recordaba Caroline (a la que tú atendiste hace muchos años en la casa de mis padres mientras ella me esperaba), que durante la travesía por los desiertos -cualquier desierto, con cualquier nombre- la queja acude, el desaliento daña el paso, desaparece la música del aire y todo se vuelve espeso pero convendrás conmigo (tú que atravesaste el desierto de la dictadura de Franco y que supiste mantener la boca cerrada, haciendo que tus quejas se quedaran para mejor ocasión y tirando hacia delante con todo el dolor de tus compañeros muertos a cuestas) que en las noches frías de los desiertos, en la soledad del paisaje -donde el árbol desapareció, la hierba se secó, la arena se mete por todas partes produciendo picor, el tono marrón del mundo no invita a la esperanza y el agua escasea- quizá sea la queja más que una exaltación de víctima, una oración oculta de esperanza. El problema, diría yo, es cuando no nos queda queja de la que quejarnos, cuando todo lo asumimos como fatalidad o destino, cuando nos quedamos sentados y ya no buscamos el manantial, es entonces cuando la marca de la muerte nace en nosotros.
Julia, desde que moriste, surgió el Gobi y una tarde de sábado me adentré en él solo y sin equipaje. Ha habido momentos de soledad solemne; ha habido pequeñas fuentes que me permitían beber un poco y me daban fuerzas para seguir; ha habido instantes de revelación y así he entendido a Cristo en sus cuarenta días desiertos; ha habido añoranza; ha habido profunda oscuridad plena de melancolía; ha habido deseos terribles de volver sólo que sin brújula y sin alimento no sabía de dónde había partido y por supuesto desconocía el camino de vuelta. El proceso Gobi también consiste en eso: en no saber volver para seguir hacia no se sabe dónde. Y así, confiando abramánicamente, fui atravesando la extensión infinita del Gobi y -estrella polar de mis fuerzas- tu presencia ha sido siempre aliento y vida, tú que ya estás muerta. Y al fin, un día, no hace mucho, vislumbré en el clarear de una noche más fría que el invierno de una desventura, una línea verde, pura como la anchura de la mar y clara como el agua que trasluce el fondo. He caminado hacia ella y se ha ido haciendo grande a mis ojos y antes de adentrarme entre sus palmeras y antes de probar sus dátiles y antes de bañarme en sus dulces pozas y antes de vestirme de nuevo y quitarme las greñas, he querido volver a ti, Julia amada, por haber sido, tú también, pequeña fuente en el centro de la nada.

Miscelánea

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 25/05/2011 a las 09:01 | Comentarios {0}


Meditaciones de Marco Aurelio. Libro IX.
Editado por Gredos. Traducción de Ramón Bach Pellicer


42.- Siempre que tropieces con la desvergüenza de alguien, de inmediato pregúntate: "¿Puede realmente dejar de haber desvergonzados en el mundo?" No es posible. No pidas, pues, imposibles, porque ése es uno de aquellos desvergonzados que necesariamente deben existir en el mundo. Ten también a mano esta consideración respecto a un malvado, a una persona desleal y respecto a todo tipo de delincuente. Pues, en el preciso momento que recuerdes que la estirpe de gente así es imposible que no exista, serás más benévolo con cada uno en particular. Muy útil es también pensar enseguida qué virtud concedió la naturaleza al hombre para remediar esos fallos. Porque la concedió, como antídoto, contra el hombre ignorante, la mansedumbre, y contra otro defecto, otro remedio posible. Y, en suma, tienes posibilidad de encauzar con tus enseñanzas al descarriado, porque todo pecador se desvía y falla su objetivo y anda sin rumbo. ¿Y en qué has sido perjudicado? Porque a ninguno de esos con los que te exasperas, encontrarás, a ninguno que te haya hecho un daño tal que, por su culpa, tu inteligencia se haya deteriorado. ¿Y qué tiene de malo o extraño que la persona sin educación haga cosas propias de un ineducado? Procura que no debas inculparte más a ti mismo por no haber previsto que ése cometería ese fallo, porque tú disponías de recursos suministrados por la razón para cerciorarte de que es natural que ése cometiera ese fallo; y a pesar de tu olvido, te sorprendes de su error. Y sobre todo, siempre que censures a alguien como desleal o ingrato, recógete en ti mismo. Porque obviamente tuyo es el fallo si has confiado que tenía tal disposición, que iba a guardarte fidelidad, o si, al otorgarle un favor, no se lo concediste de buena gana, ni de manera que pudiese obtener al punto de tu acción misma todo el fruto. Pues, ¿qué más quieres al beneficiar a un hombre? Como si el ojo reclamase alguna recompensa porque ve, o lo pies porque caminan. Porque, al igual que estos miembros han sido hechos para una función concreta, y al ejecutar ésta de acuerdo con su particular constitución, cumplen su misión peculiar, así también el hombre, bienhechor por naturaleza, siempre que haga una acción benéfica o simplemente coopere en cosas indiferentes, también obtiene su propio fin.

Invitados

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 23/05/2011 a las 11:20 | Comentarios {0}


Vía Caen, gracias a Lidia y teniendo como mensajera a Caroline, me llega este enlace sólo tienes que cliquear sobre él y escucharás a José Luis Sampedro y a las gentes en las calles. Parece como si el fantasma del que hablaba hace unos días se fuera poco a poco corporeizando.
Seguimos en el ágora.

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 22/05/2011 a las 00:39 | Comentarios {0}


1.- Acabo de llegar de la Puerta del Sol. Esta mañana he sentido la necesidad de ver, escuchar, sentir y oler lo que está pasando en esa plaza tan hermosa y lo que he visto ha sido, sobre todo, un mundo lleno de palabras.

2.- He visto a una juventud (porque suya es esta iniciativa aunque nosotros los mayores estemos a su lado y los apoyemos. He visto, por fin, a una juventud alegre, voluntariosa, entregada a un deseo al que tienen derecho y que, si lo consiguen, lo extenderán a los que les siguen y a los que ya vamos por delante) realizando con tranquilidad sus tareas, sin pausa. Los he visto haciendo pancartas, repartiendo comida, limpiando la plaza, reuniendo a las comisiones, discutiendo las propuestas, votando, aplaudiendo, yendo a otra comisión, descansando, ayudando, protegiendo.

3.- La Puerta del Sol se ha convertido en el reino de la palabra. Por donde mires, a donde dirijas tus oídos verás y oirás palabras. Un delicioso reguero de palabras dichas con vocación de convencer -no de vencer- y de esta forma todos hablamos y todos escuchamos. Mi mayor dicha de hoy es que no he visto a una sola persona que no escuchara. Hoy he descubierto que los españoles sabemos escuchar.

4.- Hoy he visto un corrillo de siete personas, cuatro muy jóvenes y tres muy mayores. Los mayores animaban a los jóvenes con sus propias historias de juventud y los jóvenes tenían en su rostro la luminosidad del orgullo por las cosas bien hechas y por el reconocimiento de los demás.

5.- En La Puerta del Sol una madre da de mamar a su bebé. Un pasillo se abre entre la multitud para que una mujer en silla ruedas acceda a escuchar la Asamblea. Un antropólogo explica a quien le quiera escuchar las razones que llevan a los poderosos a ser cada vez más y más fieros. Una muchacha con una mirada preciosa discute sobre la necesidad o no de eliminar el Senado. Por la megafonía se recuerda que bebamos agua y que hay manzanas y naranjas y bocadillos y sadwiches para todo aquel que lo necesite.

6.- Suenan las horas en el reloj de la Puerta del Sol.

7.- Una mujer madura le comenta a su acompañante: Hoy ha venido mi hijo a la hora de comer y me ha dicho, Oye mamá que no me quedo a comer que estoy haciendo la revolución.

8.- Hoy me he emocionado.

9.- Sentado entre la multitud que dialoga, escuchando tras de mí el monólogo de una fuente, he leído el librito de Stephane Hessel Indignaos y he sabido que este viejo luchador por los derechos del hombre, debe sentirse muy satisfecho de la juventud española.

10.- He dejado la plaza con la satisfacción de haber vuelto al Ágora.

11.- Dice Hessel al final de su libro: A aquellos que harán el siglo XXI, les decimos, con todo nuestro afecto: CREAR ES RESISTIR. RESISTIR ES CREAR.

12.- Porque resistís ya estáis creando. ¡Enhorabuena!
El ágora de la Puerta del Sol

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 20/05/2011 a las 22:33 | Comentarios {0}


Apócrifo atribuido a Isaac Alexander escrito desde la Luna y enviado por el éter hasta este pueblo donde vivo.


Impresiones (2)
1.- La crisis económica que asola a Europa y a los EE UU (sobre todo) no es tan sólo una crisis económica.

2.- Esta crisis es un cúmulo de pequeñas crisis que se fueron generando a lo largo del siglo XX.

3.- El siglo XX es el más terrible de toda la Historia. No tanto por sus muertos y sus tragedias sino por las formas de la tragedia y las formas de morir.

4.- Hasta el siglo XX todos los temas de la literatura se repetían una vez y otra. El siglo XX da nacimiento a un nuevo tema: la destrucción de la civilización y el Mundo por la mano del hombre (este tema nace, evidentemente, a partir del bombardeo atómico sobre Hiroshima y Nagasaki).

5.- Estamos sumidos en una espantosa crisis de valores, de creencias, de ideales y de realidades.

6.- El tiempo de la Historia no corre en paralelo con el tiempo de los hombres. Los procesos son muy largos, duran cientos de años (pensemos en El Imperio Egipcio o en cualquier otro gran afán común para darnos cuenta de ello). Estamos asistiendo a la crisis del Imperio Mercantil (que es la rama materialista del Espíritu de Dios) que se inicia -la crisis- cuando en el siglo XIX surgen pensadores como Marx, Engels, Bakunin, Kropotkin, Nietzsche, Proudhon o Freud que producen un giro copernicano con respecto a la Ortodoxia social que venía siendo desde el siglo XV y abren los ojos a una humanidad esclavizada.

7.- Las crisis generan catarsis. La catarsis de esta crisis -que dura ya 150 años- traerá consigo millones de muertos (véase los muertos 1900-2000 en los primeros cien años de la crisis).

8.- Es triste que el movimiento del 15-M en España haya surgido porque no hay trabajo y el poder ofrece pocas oportunidades; es triste que no sea un movimiento de ideas (al contrario del Mayo del 68 donde sí se oponían ideas. Hablo del 68 porque algunos se empeñan en compararlo. ¡Ojalá fuera así!) sino un movimiento de hastío. Es triste que, si no se hubiera producido la realidad (España siempre ha sido un país pobre y lo seguirá siendo) todos estos jóvenes seguirían en sus casas anhelando el momento de hipotecarse para toda la vida. El problema que han visto es que ahora quizá no tengan con qué hipotecarse.

9.- Hablo de Mayo del 68 en sí. No de sus consecuencias. El poder, bien conformado tras la matanza de la Segunda Guerra Mundial, asimiló sus brillantes ideas y las conviritó en publicidad de sus productos.

10.- La democracia no ha existido jamás.

11.- El fascismo late, late, late.

12.- Tras la catarsis sí nacerá un nuevo mundo. Nuestra apuesta debería ser nuestros nietos (incluso bisnietos). Y sí me cabe la posibilidad -como su contraria- de que ese nuevo mundo sea más generoso.

13.- Inshalá.

14.- Que echen a Lars von Trier del Festival de cine de Cannes, sea denunciado ante la Justicia (en Francia el Código Penal contempla este delito de apología del nazismo) y sólo quede su Melancolía.

Ensayo

Tags : ¿De Isaac Alexander? Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 19/05/2011 a las 17:29 | Comentarios {1}


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