Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri

Escrito por Isaac Alexander

Edición y notas de Fernando Loygorri


Venus anadiomena. Tiziano. 1520
Venus anadiomena. Tiziano. 1520
XXXIII
     Esta mañana en medio de las grandes nevadas -ya me dijeron los lugareños que en estas mesetas los inviernos eran fríos y nevosos y  me recomendaban que hiciera acopio de leña porque podía llegar el día en el que no pudiera ni salir a pasear. Los lugareños luego suelen reír, me miran de reojo como si ocultaran algo, como si no me hubieran dado toda la información. Yo lo achaco a ese afán que tienen las comunidades por mantener algún tipo de rito iniciático que les una a sus ancestros (a nuestros ancestros) y uno de esos tipos de rito de iniciación es la novatada, así es que no insisto, me quedo con esa intriga y cumplo mi parte de la tradición albergando algo de temor- con la nieve blanquísima y esos brillos como de cuarzo, una especie de puntos de brillo si se me permite la descripción, que atraen la mirada y parecen hipnotizar al que los mira, pues bien quizás hayan sido esos puntos de brillo los que me han llevado a recordar a Catherine Evans, aquella viuda que vivía en una mansión en el pueblo de Mimizan en la costa atlántica francesa*. Me recordaba esta blancura brillante, este ataque a las pupilas, estos fulgores casi agresivos, esta limpidez del aire, este hundir los pies en honduras que no se sabe donde van a terminar, estos silencios maravillosos, esta pureza asesina, esta soledad blanquísima, todo ellos me recordaba, me ha recordado la piel alabastrina de Catherine que contrastaba de forma cordial con el hermoso y abundante vello azabache de su monte de Venus. Sujeto a un fresno centenario, cegado por el reflejo de la luz del sol sobre la nieve, con los ojos entrecerrados he visto acercarse a Catherine Evans. Donjuan ha aullado, Hamlet se ha relamido y yo he cerrado los ojos presa de la fatiga y el frío y al poco he sentido la mano cálida de Catherine que acariciaba mi rostro curtido; luego ha acercado sus labios a los míos y los ha besado hasta darles vida la viuda porque mis labios andaban ya morados y apenas podían cerrarse para provocar el silbo con el que avisar a los perros para que callasen. Luego Catherine, la Viuda de Mimizan, más blanca que la nieve y menos pura que ella, me ha guiado mi mano por su cuerpo y ese contacto me ha ido calentando por dentro hasta que mi polla de sangre -así la llamó su maravillosa criada Madeleine Ngunga- ha ido cobrando vigor y nuestros arrebatos han provocado que al terminar hayamos conformado un calvero de hierba verde, verde como la mar, verde como las ganas de vivir, verde como sus manos verdes porque Caherine Evans, tras el acto amoroso, ha ido adquiriendo propiedades leñosas. Primero sus pies se han multiplicado en raíces que se han hundido en la tierra y a medida que se hundían sus piernas se juntaban a sí mismas creando un solo tronco de madera oscura, casi de ébano, que desafiaba la blancura de su derredor; madera de ébano que ha cubierto sus caderas, su cintura, su cuello, su rostro y de sus brazos, fractales hermosísimos, han surgido brazos y más brazos que eran  ramas y más ramas y más ramas que se mezclaban con cada uno de sus cabellos y cada cabello producía otra rama y así, en poco tiempo, me encontraba bajo un árbol frondosísimo cuyo olor era el de nuestro acto sexual.

     ¡Vigor al despertar esta mañana! ¡Una mujer vasca -pueblo que habita el norte de España- hace un jersey de punto para mí! ¡Qué hermosas son las luces del día tras haber amado mucho! ¡Cómo parece que nada puede torcerse! ¡El mundo señala una dirección que es la virtud voluptuosa de esa mujer que me mira mientras tricota! ¡Que la nieve permanezca! ¡Que no me digan los aldeanos el último peligro que me acecha! ¡Quiero vivirlo todo, hasta el último aliento!
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 De nuevo aparece un personaje de una serie de cuatro entregas que escribió Isaac acerca de su labor como tasador de bibliotecas. Si quiere leer las cuatro entregas no tiene más que hacer un doble click en el texto resaltado en verde.
 

Narrativa

Tags : Escritos de Isaac Alexander Libro de las soledades Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 15/01/2021 a las 19:52 | Comentarios {0}








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