Se pregunta Plutarco si es lícito hablar de filosofía estando borracho en sus Charlas de sobremesa. Se pregunta él si es lícito vivir sin estar drogado. Y también se pregunta, ¿Quién él? y ¿quién Plutarco? Él sabe que ha llegado tarde. Podría buscar muchos nombres, podría encontrar historias parecidas en otras personas, en otras épocas, en otras situaciones (a lo mejor lo hace para cumplir la premisa del Tag, ¿qué es tag? ¿por qué escribe tag? La noche lo abruma en una sinrazón que lo mantiene vivo y muerto y cuando ha salido por la tarde y se ha ido caminando hacia el fin del mundo, sentía la decisión, el terror, la hambruna) Bermudo el Gotoso por ejemplo que peleó en litera contra los Moros o Cleantes que fue philósopho stoico discípulo de Zenón y sucesor de su doctrina. Fue tan pobre que para poder estudiar trabajaba de noche sacando agua de un poço y por no tener en que escrevir la dotrina de su maestro, la escrivía en huesos de vaca y en tejas. Púdose decir de cleo, celebro... y podría morir esta misma noche, por la sensación de estúpido que tiene, por las manchas en sus alma, máculas, máculas, por la certeza de que todo lo que le pase se lo tiene merecido, por la falta de certeza, por la ausencia de convicción, por el tumulto de ratas en su hígado, por la calma en sus uñas, por la ausencia de artritis en sus dedos y quisiera volver a Roma y postrarse ante Clelia Virgen romana y noble. La qual siendo dada en rehenes junto con otras vírgenes a Porsena, rey de los Etruscos, aviendo engañado las guardas y subiendo en un cavallo, pasó el Tybre y volvió a Roma, capitaneando las demás que estavan detenidas con ella. Porsena, encendido en ira embió embajadores para que restituyesen a Clelia, donde no, daría las treguas por rompidas, y si la embiaban, daba su palabra de volverla a los suyos sin que reçibiese ningún agravio. Finalmente restituyéndosela, la volvió a embiar con mucha honra, haciéndole particulares merçedes. Y ansí hechas paces entre el pueblo romano y Porsena, le pusieron una estatua eqüestre en la vía Sacra como lo escribe Tito Livio, lib. 1 et 2 de la primera Decada, Valerio Máximo, lib 3, cap. 2. ¡Volver a Roma! exclama tras abrir las puertas de la terraza y encaramarse a sus propias barbas sin más esperanza, sin más fuerza, sin el entusiasmo propio de quien confía y más tarde se mesará los cabellos, se arrancará la camisa, escuchará por si acaso a Chopin, se diluirá en gérmenes, se agotará con la mano, se detendrá ante la estrella, se preguntará de nuevo, no se dará respuesta y buscará como un enfermo la historia de Flavio Claudio.
... irritado de esto, Trajano envió a una persona que atara un áncora al cuello de Clemente y lo echase a lo profundo del mar. Y puesto en ejecución, otro día amaneció encima de la mar una capillita de mármol y dentro una arca de piedra donde estaba puesto el cuerpo del mártir y cerca de él, el áncora con que fue echado. El mar se retiró tres millas con lo que pudieron los fieles reverenciar su cuerpo.
Es Ificlo hijo de Amphitrión y Alcmena, naçido de un mismo parto con Hércules. El qual sintiendo las culebras que Iuno había arrojado para que matasen a Hércules por el odio que como madrastra le tenía, empeço a dar gritos y arrojándose de la cuna despertó a sus padres, los quales levantándose hallaron a Hércules con dos de ellas en las manos que las estava ahogando. Es Ificlo ignorado ante las proezas de su hermano. Hoy, en el camino largo, se ha sentido entre barrotes, con la soga al cuello, sin más salida que dejarse caer para por fin balancearse sin voluntad.
... irritado de esto, Trajano envió a una persona que atara un áncora al cuello de Clemente y lo echase a lo profundo del mar. Y puesto en ejecución, otro día amaneció encima de la mar una capillita de mármol y dentro una arca de piedra donde estaba puesto el cuerpo del mártir y cerca de él, el áncora con que fue echado. El mar se retiró tres millas con lo que pudieron los fieles reverenciar su cuerpo.
Es Ificlo hijo de Amphitrión y Alcmena, naçido de un mismo parto con Hércules. El qual sintiendo las culebras que Iuno había arrojado para que matasen a Hércules por el odio que como madrastra le tenía, empeço a dar gritos y arrojándose de la cuna despertó a sus padres, los quales levantándose hallaron a Hércules con dos de ellas en las manos que las estava ahogando. Es Ificlo ignorado ante las proezas de su hermano. Hoy, en el camino largo, se ha sentido entre barrotes, con la soga al cuello, sin más salida que dejarse caer para por fin balancearse sin voluntad.
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Ensayo
Tags : Sincerada Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 23/10/2014 a las 10:56 | {0}