Mosquita muerta es el pseudónimo que utiliza Pablo Molviedro Ichaso -discípulo aventajado de Isaac Alexander- para lo que él ha titulado Crónicas del presente, una serie de artículos sobre el mundo de hoy (sea lo que sea hoy/mundo/presente/crónica)
Piensa esta Mosquita muerta que la crítica ha de hacerse desde el amor. Y entiendo amor, como tan bien lo definía mi maestro Isaac Alexander, como el deseo vehemente de aprehender un sujeto o un objeto. Habrá otras definiciones del amor -por lo menos hay tres más que yo recuerde y que serían las cuasi perfectas definiciones que los griegos otorgaban a este sentimiento cuyo símbolo geométrico más claro sería el de la inclinación hacia el plano-. Pues bien, también en la crítica debe de haber una inclinación hacia el plano -siendo en este caso el plano una metáfora de lo criticado-.
Un suceso en la vida de la escritora norteamericana Donna Tartt me lleva a preguntarme sobre la Tiké -que diría Eurípides-, es decir, el azar, en nuestras vidas. Donna Tartt debía de tener en su juventud grandes cualidades para convertirse en una gran escritora según los parámetros de uno de los gurús editoriales del momento -hablamos de la década de los 80 del siglo pasado- Willie Morris, hasta tal punto que con tan sólo algunas publicaciones llamémoslas menores, se le dio un anticipo de 250.000 $ para que escribiera su primera novela que se tituló The secret history . No debió hacerlo nada mal porque con el correspondiente boom mediático la novela fue traducida a 24 idiomas.
En el año 2013 y tras escribir una segunda novela, publicó The Goldfinch, El Jilguero. Con esta novela obtuvo el premio Pulitzer, el más alto galardón de las letras norteamericanas.
En esta novela me detengo y sobre esta novela quiero discurrir un poco. Para ello voy a tener presente a mi maestro Alexander, mi amor por la literatura -y la imaginación en general- y también a la gran poeta polaca Wislawa Szymborska la cual durante un tiempo fue la encargada de la sección Correo literario en una revista llamada Vida Literaria que apareció a mediados de la década de los cincuenta en Cracovia-Katowice. En esta sección la poeta hacía comentarios a los textos que enviaban sus autores con la esperanza de publicarlos en la revista -casi siempre una esperanza vana-.
El jilguero es durante mucho tiempo una buena novela. ¿Qué quiere decir que es una buena novela? ¿Qué es buena, aparte de un adjetivo? Yo diría que una novela es buena cuando cumple el designio de su metáfora y no se sale ni un milímetro de él porque -como en la teoría del caos- una pequeña indeterminación puede dar lugar a grandes inexactitudes.
Toda novela es una metáfora del mundo en el que habita su autor. Esto es una tautología, lo sé, pero es necesaria para lo que sigue. Por lo tanto el autor sabe que cuando ofrece una obra de arte al público, lo que le está ofreciendo es una metáfora sobre el sentir general que el autor considera que sabe sintetizar en una relación de hechos articulada alrededor de unos personajes. Hasta la página 550 aproximadamente, el mundo -y los personajes que lo habitan- de El jilguero cumplen como un metrónomo el designio marcado pero desde el momento en que vuelve a aparecer un personaje de la infancia del protagonista llamado Boris y la novela se desplaza hacia una historia del hampa, el designio, la metáfora, se sacrifican en aras de unos sucesos más o menos trepidantes y menos que más interesantes con respecto al pensamiento de la novela. Es como si la acción gratuita se hubiera hecho dueña de la verdadera acción hacia la que nos llevaba la autora.
Donna Tartt se declara deudora de Dickens y Stevenson. Las deudas a veces se mal pagan porque, en general, en las grandes obras de los dos autores ingleses, la acción no se desparrama -menos en Stevenson que en Dickens- y ahí está su maestría que la poeta Szymborska llama talento. Sin talento hay poco que hacer. Teniendo talento -Donna Tartt lo tiene a raudales- viene un segundo paso tan crucial como el primero: al talento hay que domarlo. Al talento hay que atraerlo hacia el arte hasta dejarlo violento y hermoso: la erupción de un volcán en una noche con nieve.
Un suceso en la vida de la escritora norteamericana Donna Tartt me lleva a preguntarme sobre la Tiké -que diría Eurípides-, es decir, el azar, en nuestras vidas. Donna Tartt debía de tener en su juventud grandes cualidades para convertirse en una gran escritora según los parámetros de uno de los gurús editoriales del momento -hablamos de la década de los 80 del siglo pasado- Willie Morris, hasta tal punto que con tan sólo algunas publicaciones llamémoslas menores, se le dio un anticipo de 250.000 $ para que escribiera su primera novela que se tituló The secret history . No debió hacerlo nada mal porque con el correspondiente boom mediático la novela fue traducida a 24 idiomas.
En el año 2013 y tras escribir una segunda novela, publicó The Goldfinch, El Jilguero. Con esta novela obtuvo el premio Pulitzer, el más alto galardón de las letras norteamericanas.
En esta novela me detengo y sobre esta novela quiero discurrir un poco. Para ello voy a tener presente a mi maestro Alexander, mi amor por la literatura -y la imaginación en general- y también a la gran poeta polaca Wislawa Szymborska la cual durante un tiempo fue la encargada de la sección Correo literario en una revista llamada Vida Literaria que apareció a mediados de la década de los cincuenta en Cracovia-Katowice. En esta sección la poeta hacía comentarios a los textos que enviaban sus autores con la esperanza de publicarlos en la revista -casi siempre una esperanza vana-.
El jilguero es durante mucho tiempo una buena novela. ¿Qué quiere decir que es una buena novela? ¿Qué es buena, aparte de un adjetivo? Yo diría que una novela es buena cuando cumple el designio de su metáfora y no se sale ni un milímetro de él porque -como en la teoría del caos- una pequeña indeterminación puede dar lugar a grandes inexactitudes.
Toda novela es una metáfora del mundo en el que habita su autor. Esto es una tautología, lo sé, pero es necesaria para lo que sigue. Por lo tanto el autor sabe que cuando ofrece una obra de arte al público, lo que le está ofreciendo es una metáfora sobre el sentir general que el autor considera que sabe sintetizar en una relación de hechos articulada alrededor de unos personajes. Hasta la página 550 aproximadamente, el mundo -y los personajes que lo habitan- de El jilguero cumplen como un metrónomo el designio marcado pero desde el momento en que vuelve a aparecer un personaje de la infancia del protagonista llamado Boris y la novela se desplaza hacia una historia del hampa, el designio, la metáfora, se sacrifican en aras de unos sucesos más o menos trepidantes y menos que más interesantes con respecto al pensamiento de la novela. Es como si la acción gratuita se hubiera hecho dueña de la verdadera acción hacia la que nos llevaba la autora.
Donna Tartt se declara deudora de Dickens y Stevenson. Las deudas a veces se mal pagan porque, en general, en las grandes obras de los dos autores ingleses, la acción no se desparrama -menos en Stevenson que en Dickens- y ahí está su maestría que la poeta Szymborska llama talento. Sin talento hay poco que hacer. Teniendo talento -Donna Tartt lo tiene a raudales- viene un segundo paso tan crucial como el primero: al talento hay que domarlo. Al talento hay que atraerlo hacia el arte hasta dejarlo violento y hermoso: la erupción de un volcán en una noche con nieve.
Firmado
Mosquita muerta
Mosquita muerta
Ventanas
Seriales
Archivo 2009
Escritos de Isaac Alexander
Fantasmagorías
¿De Isaac Alexander?
Meditación sobre las formas de interpretar
Libro de las soledades
Cuentecillos
Colección
Apuntes
Archivo 2008
La Solución
Aforismos
Haiku
Recuerdos
Reflexiones para antes de morir
Reflexiones que Olmo Z. le escribe a su mujer en plena crisis
Sobre las creencias
Olmo Dos Mil Veintidós
El mes de noviembre
Listas
Jardines en el bolsillo
Olmo Z. ¿2024?
Agosto 2013
Saturnales
Citas del mes de mayo
Reflexiones
Marea
Mosquita muerta
Sincerada
Sinonimias
Sobre la verdad
El Brillante
El viaje
No fabularé
El espejo
Desenlace
Perdido en la mudanza (lost in translation?)
La mujer de las areolas doradas
La Clerc
Velocidad de escape
Derivas
Carta a una desconocida
Asturias
Sobre la música
Biopolítica
Las manos
Tasador de bibliotecas
Ensayo sobre La Conspiración
Ciclos
Tríptico de los fantasmas
Archives
Últimas Entradas
Enlaces
© 2008, 2009, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018, 2019, 2020, 2021, 2022, 2023 y 2024 de Fernando García-Loygorri, salvo las citas, que son propiedad de sus autores
Invitados
Tags : Mosquita muerta Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 01/07/2019 a las 14:02 | {0}