Inventario

Revista literaria y artística escrita y dirigida por Fernando Loygorri
Friedrich Schiller escribe este texto teatral. Yo lo veo 211 años después en una situación imposible: el papel del príncipe Carlos lo hace un actor que ha sustituido al anterior a toda prisa hasta el punto en que el actor nuevo lee el texto en el libreto mientras interpreta y todos los demás actores lo hacen sin libreto. La situación me ha recordado al gol que recibió ayer el Liverpool: jugaba contra el Sunderland. Uno de los jugadores tira a portería y en ese momento una pelota de playa que había lanzado un muchacho desde la grada (curiosamente hincha del Liverpool) entra en el área chica justo cuando el balón se dirige a la portería, el balón choca con la pelota, la carambola despista al portero y el balón entra. El arbitro decreta que semejante disparate es gol. Ese único gol le da la victoria al Sunderland.
El Centro Dramático Nacional e imagino que Calixto Bieito, el director del montaje, deciden que la situación de que un actor lea del libreto e interprete ante el público como si no pasara nada es teatro. Yo lo siento como una impostura y una falta de respeto a los actores. No lo puedo admitir (y sólo lo puedo entender por una mera cuestión crematística). He aplaudido al actor que ha tenido que hacer de este modo su papel por su necesidad, por su virtud y por su inmoralidad. He vitoreado a la actriz que interpreta a la princesa de Éboli por su intensidad haciendo teatro del teatro.
Aún no salgo de mi estupefacción ante la función y el gol.
Alguien me diría, Te haces viejo. Yo no contestaría.

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 18/10/2009 a las 23:27 | Comentarios {0}


Charles Darwin
Charles Darwin
Preámbulo:
No tengo a mano La Domesticación del Azar de Ian Hacking , libro del que extraje las notas que a continuación transcribo. Las he leído en uno de esos cuadernos que son como un cajón de sastre. Voy escribiendo en ellos todos tipo de cosas y al cabo de los años, al hojearlos, descubro un mundo de referencias cuyo referente, en muchos de los casos, he olvidado.

El determinismo fue subvertido por las leyes del azar.
Declaración completa de Mullido de Hierba (éste es un personaje de mi última novela) ante el Tribunal de los Primeros Ortodoxos.
Cap. 2º: La doctrina de la necesidad.
El azar es una mera apariencia....
1840: los negros locos del norte de América.
Leibniz y la creación del nuevo estado prusiano.
Enfermedad-decesos-bautismos-casamientos= población.
El nuevo tipo de hombre cuya esencia está representada en el papel por miles de números...
Las razones de decidir que sean 12 los hombres que formen un jurado, ¿por qué? Condorcet...
Acerca de la muerte de Condorcet.
En 1840 los periódicos están llenos de clasificaciones de enfermedades por sexo, localidad y ocupación.
1820: La Sociedad de Escocia puede mostrar la ley de las enfermedades entre los 20 y los 70 años.
La lista de cantidades constantes de Babbage.
Las proporciones de sexos en diversas circunstancias.
Kelvin: uno conoce muy poco de cualquier cosa si no puede medirla.
El florecimiento de las lilas belgas según Quetelet.
Lista de Falret de causas que predisponen al suicidio.
Ampliación del silogismo de Esquirol
La Base Experimental de la Filosofía de la Legislación.
1821: Los suicidios en París eran catalogados según sexo, edad y estado civil.
1829: Creación de los Annale de L'Hygiene publique et de Medecine légale, órgano principal para los médicos de alienados, suicidas y dementes criminales.
Guery y sus mapas del crimen y el suicidio premiados por la Academie de Sciences
Guery concibe su trabajo no como una ciencia moral sino como un análisis moral.
Formulario de Guery que los alguaciles franceses debían rellenar en los casos de suicidio.
Interesante personaje el barón de Montyon.
Hechos sin autenticidad, sin detalles, sin control, sin valor.
La Primera Guerra Mundial aporta a la neurología la certeza de que un hombre puede vivir relativamente bien con un trozo de granada dentro de su cabeza.
Broussais y su tema médico.
¿Qué mayoría?
Acerca de las probabilidades de acierto en las sentencias judiciales con jurado.
La ley de los Grandes Números.

Epílogo: Entre medias de estas notas estaba transcrito el poema de Julia Mi juventud y mi vejez.

Ensayo

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 16/10/2009 a las 10:48 | Comentarios {1}


Escrito por Julia Maestre Alarcón a los 92 años de edad


Cuando yo era joven
tenía el pelo negro,
los ojos muy bonitos,
la cara de porcelana.
Ahora que soy vieja
tengo ojos de besugo
y la cara de persiana.
Me dan ganas de llorar.

Mis dientes eran iguales,
blancos como el azahar
y ahora que soy vieja
unos van para alante
y otros van para atrás.
Me dan ganas de llorar.

Mis brazos eran hermosos,
tentadores para abrazar
y ahora que soy vieja
son dos tacos de billar.
Me dan ganas de llorar.

Mis pechos, ¡qué bonitos!
duros como el pedernal.
Ahora no los encuentro,
yo no sé dónde estarán.
Otra cosa que no encuentro
y estoy cansada de buscar...
se lo preguntaré a Eva
por si se lo llevó Adán.
Me dan ganas de llorar.

Mis muslos muy bien formados,
finos y con suavidad
y ahora que soy vieja
son dos cañas de pescar.
Me dan ganas de llorar.

Mis pies siempre fueron feos
pero ahora no va más.
Tengo durezas como tablas de planchar,
en cada dedo tengo un callo
y mis juanetes son dos canicas de cristal.
Ahora sí es cuando me pongo a llorar.

Julia Maestre Alarcón 2006

Poesía

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 16/10/2009 a las 10:09 | Comentarios {0}


El día transcurre. Entre hipos. Avanza. Amable. Pasará lo que pase. Seguiré avanzando. Me moveré cuanto pueda. Allá voy, allá voy.
El muerto se movió en el ataúd.
Una de las enterradoras le dijo a la otra, Eh, tú, ¿no has oído nada? La otra se alejaba mientras encendía un cigarrillo y gritó sin volverse, Esas gilipolleces déjaselas a las novatas, so puta.

Narrativa

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 15/10/2009 a las 00:05 | Comentarios {1}


No entiendo los andenes de la línea 1 en la estación de Sol. Sí los entiendo. Pero no los entiendo.
La entrada a las Cercanías.
De repente una frase muestra su subtexto.
Me he fijado (digo me he fijado porque me parece del todo improbable que la característica de la enfermedad en la mirada fuera común a todos los usuarios del metro de Madrid hoy) en miradas enfermas o de gran cansancio o de gran hastío. Quizá sea la entrada en el otoño. A mí me gusta el otoño. Me gusta el frío. O mejor dicho no me gusta el calor.
También había silencio en los vagones. He ido en un vagón repleto. Otros días (quizás en septiembre) había un bullicio, una risa, unas voces.
Una mujer clama ayuda a su familia en el vagón. Su familia -clama ella- somos nosotros. Y llora (o parece que llora) y pide.
Al subir en Pacífico la voz sonera de un cubano suena cansina.
Nado.
He de aprender a nadar de este modo. Nado.
Una mujer se cruza conmigo, sus ojeras son profundas. Sus ojos castaños. Una mujer deja sitio a una anciana en el metro. La anciana no da las gracias.
Camino por la calle Mayor y veo a un hombre mayor vestido como un joven. Se tambalea mientras busca una llave.
Las imágenes. Las que he buscado.
La noche termina. De nuevo veo El Apartamento de Billie Wilder.
La entrada a Cercanías (quizá fuera un final:

Sec.- 117. Exterior Estación Cercanías (ext/día)
La entrada a Cercanías. El hombre llega. Pasa el umbral. Se pierde en las escaleras mecánicas, descendiendo.
Se sobreimpresiona la palabra
FIN)

Diario

Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 14/10/2009 a las 01:09 | Comentarios {0}


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