Sobre las necedades y las mentiras, mueren las personas.
Los sabemos desde los primeros escritos cuando las sociedades de los hombres se estaban haciendo y surgía como forma de dominio la fuerza y la crueldad.
Batallas y más batallas. Castigos y más castigos. Venganzas. Oprobios y quemas. Razzias. Abominaciones de todo tipo.
Como contrapeso se inventó el amor. Las largas hileras de promesas y bienaventuranzas. Las profecías corrieron como ríos de esperanza. La espera se convirtió en la patria de los miserables. Y así sigue siendo.
No se puede afirmar el progreso emocional del ser humano hacia un estadío mayor de fraternidad y compasión.
Somos bestias. Y como tal somos ganado.
Conservadores y cobardes nos agarramos a la fe -que no es otra cosa que el cajón de sastre de la ignorancia- para esperar indefinidamente a que los bienes de la tierra sean justamente probados por todo ser venido a este mundo.
Morimos espantosamente rodeados de insectos.
Sufrimos unas condiciones indecentes. Miramos con indiferencia, entregados a un fatum en el que tontamente creemos, la vida del niño escuálido que se escapa entre estertores hacia el último pudridero.
El anciano tuerto se apoya en un cayado que en nada le sostiene.
El soldado armado hasta los dientes entra en el poblado y abre de piernas a la mujer y la viola y le arrasa el pecho y le escupe la lefa en la vagina.
El comandante vestido de camuflaje, pérfido como el sonido del capapuercos, entra en Sbrenica y con la insolencia de la Historia en su mirada comete la atrocidad que tantas veces se ha cometido.
Emilio Botín ejecuta una hipoteca y quedan en la calle el hombre avergonzado por no poder dar techo a sus hijos, la mujer seca de la angustia, los niños asustados por no poder volver a su cuarto.
Y vuelan los gritos de compraventa.
Y arrasan los vándalos las aceras.
Y carga la policía contra la razón de los hastiados.
Y viene la Bicha -el falso Sacerdote. El Sumo Impostor- a decirle a los jóvenes ignorantes lo que han de hacer.
Cuando los ritos olvidan sus orígenes dejan de tener sentido.
Es agosto en el mundo. Puedo beber un café y tomarme un helado. Tecleo y estoy bien alimentado. Seguro que conoceré a una mujer bonita con la que mantendré juegos de seducción y caricias en la medianoche. Sudaré nadando. Dejaré que el agua alivie las tensiones de mi cuello. Caminaré por las calles y escucharé cantos.
Bestias somos. Cuanto antes lo aceptemos antes sabremos soportar -como oveja- las órdenes del pastor y los mordiscos del perro.
Los sabemos desde los primeros escritos cuando las sociedades de los hombres se estaban haciendo y surgía como forma de dominio la fuerza y la crueldad.
Batallas y más batallas. Castigos y más castigos. Venganzas. Oprobios y quemas. Razzias. Abominaciones de todo tipo.
Como contrapeso se inventó el amor. Las largas hileras de promesas y bienaventuranzas. Las profecías corrieron como ríos de esperanza. La espera se convirtió en la patria de los miserables. Y así sigue siendo.
No se puede afirmar el progreso emocional del ser humano hacia un estadío mayor de fraternidad y compasión.
Somos bestias. Y como tal somos ganado.
Conservadores y cobardes nos agarramos a la fe -que no es otra cosa que el cajón de sastre de la ignorancia- para esperar indefinidamente a que los bienes de la tierra sean justamente probados por todo ser venido a este mundo.
Morimos espantosamente rodeados de insectos.
Sufrimos unas condiciones indecentes. Miramos con indiferencia, entregados a un fatum en el que tontamente creemos, la vida del niño escuálido que se escapa entre estertores hacia el último pudridero.
El anciano tuerto se apoya en un cayado que en nada le sostiene.
El soldado armado hasta los dientes entra en el poblado y abre de piernas a la mujer y la viola y le arrasa el pecho y le escupe la lefa en la vagina.
El comandante vestido de camuflaje, pérfido como el sonido del capapuercos, entra en Sbrenica y con la insolencia de la Historia en su mirada comete la atrocidad que tantas veces se ha cometido.
Emilio Botín ejecuta una hipoteca y quedan en la calle el hombre avergonzado por no poder dar techo a sus hijos, la mujer seca de la angustia, los niños asustados por no poder volver a su cuarto.
Y vuelan los gritos de compraventa.
Y arrasan los vándalos las aceras.
Y carga la policía contra la razón de los hastiados.
Y viene la Bicha -el falso Sacerdote. El Sumo Impostor- a decirle a los jóvenes ignorantes lo que han de hacer.
Cuando los ritos olvidan sus orígenes dejan de tener sentido.
Es agosto en el mundo. Puedo beber un café y tomarme un helado. Tecleo y estoy bien alimentado. Seguro que conoceré a una mujer bonita con la que mantendré juegos de seducción y caricias en la medianoche. Sudaré nadando. Dejaré que el agua alivie las tensiones de mi cuello. Caminaré por las calles y escucharé cantos.
Bestias somos. Cuanto antes lo aceptemos antes sabremos soportar -como oveja- las órdenes del pastor y los mordiscos del perro.
Llegamos demasiado tarde para los Dioses y demasiado pronto para el Ser
No hubo astillas
sino un paisaje infinito
de (...) y orillas
No hubo una frase
ni un perdón
ni un alivio
sino la larga cuesta
de la sangre
No hubo un sueño
ni la redención de los pecados
se nos declaró interpuesta
tras cometerlos
como falsa profecía que se aprovechara
de acontecimientos ya pasados
No hubo encuentro y desencuentro
ni nos miró el mar
ni nos ignoró el río
Sólo recuerdo una tortuga
lenta como la luna
y una duna blanda como tu hablar.
No hubo espera
No hubo anhelo
ni la arena se puso a bailar
al son de tus pies y tus caderas
al son de mis manos y mis ideas
con compás de viejo sabio griego
con melodía de París
y armonía de esferas
No nos vinimos
ni nos quedamos
en el beso de las cuatro y media
¿recuerdas el brillo de la telaraña?
¿las ocho patas?
¿el abdomén negro de la viuda negra?
Y el acantilado ¿lo recuerdas?
El túnel submarino,
y el ara de piedra,
y la respiración sujeta a su incontinencia
y la levísima rozadura de mi uña en tu talón ¿lo recuerdas?
No lo recuerdas
Ni yo tampoco sé, a memoria cierta,
si todo aquello ocurrió
si de ti me queda
la vesícula
o la curación
si de ti recuerdo
un ánfora etrusca
una estrella de David
o una runa verde
quizá sea tu recuerdo cola de faisán
o espejismo de tu cara pegada a mi pecho
No hubo "mañana tu espalda..."
ni la secuenciación de la especie
anidó en tu vientre
Tampoco sentimos la desesperación
cuando todo se desvaneció
Llegó la lejanía
y se acercó la ausencia
No te quise volver
No me quisiste llegar
Desconocidos de nuevo
tras tanta muerte juntos
y aún así
has de saber que te sentí
has de saber que me tocaste
hemos de saber
aunque no duela.
sino un paisaje infinito
de (...) y orillas
No hubo una frase
ni un perdón
ni un alivio
sino la larga cuesta
de la sangre
No hubo un sueño
ni la redención de los pecados
se nos declaró interpuesta
tras cometerlos
como falsa profecía que se aprovechara
de acontecimientos ya pasados
No hubo encuentro y desencuentro
ni nos miró el mar
ni nos ignoró el río
Sólo recuerdo una tortuga
lenta como la luna
y una duna blanda como tu hablar.
No hubo espera
No hubo anhelo
ni la arena se puso a bailar
al son de tus pies y tus caderas
al son de mis manos y mis ideas
con compás de viejo sabio griego
con melodía de París
y armonía de esferas
No nos vinimos
ni nos quedamos
en el beso de las cuatro y media
¿recuerdas el brillo de la telaraña?
¿las ocho patas?
¿el abdomén negro de la viuda negra?
Y el acantilado ¿lo recuerdas?
El túnel submarino,
y el ara de piedra,
y la respiración sujeta a su incontinencia
y la levísima rozadura de mi uña en tu talón ¿lo recuerdas?
No lo recuerdas
Ni yo tampoco sé, a memoria cierta,
si todo aquello ocurrió
si de ti me queda
la vesícula
o la curación
si de ti recuerdo
un ánfora etrusca
una estrella de David
o una runa verde
quizá sea tu recuerdo cola de faisán
o espejismo de tu cara pegada a mi pecho
No hubo "mañana tu espalda..."
ni la secuenciación de la especie
anidó en tu vientre
Tampoco sentimos la desesperación
cuando todo se desvaneció
Llegó la lejanía
y se acercó la ausencia
No te quise volver
No me quisiste llegar
Desconocidos de nuevo
tras tanta muerte juntos
y aún así
has de saber que te sentí
has de saber que me tocaste
hemos de saber
aunque no duela.
No teme decir lo que piensa
porque no piensa
Ni el aire se ha vuelto blanco
de nopoetas.
Mírate -se ha dicho-
escucha -se ha dicho-
barre el polvo de estrellas
de tu calle -se ha atrevido-.
Los ha visto morir
Era el verano africano
La hambruna.
Ha escuchado una melodía de cuando aún no había cumplido los cuarenta años. Recuerda esa música a las playas inundadas de jejenes y a los colores chocolate de una tribu india -la tribu tahína- que fue aniquilada por los españoles ¿quiénes son los españoles? Ha escuchado la salva de aplausos de unas conciencias. Ha escuchado unos versos malos en una noche buena.
Es agosto -se dice-
Es la mañana -se dice-
¿Hay que saberlo? -se pregunta-
Voy a tomar un sorbo de café -concluye-
Ese ritmo de playa en la tarde con mojito. Ese cuerpo de hombre que sólo es silueta (sombra que el sol proyecta). El olor de la arena. La salinidad verde. La dificultad de la huella. La apariencia subida de tono. Un éxtasis. Un recuerdo. El tacto aparente del mar.
Ya las nubes -observa-
La ropa está seca.
Sin tanto dolor.
Sin tanta carencia.
Quisiera estar lejos -cree-
Despreocupada en lo alto de una duna
con un vaso de leche de camella
y unos dátiles dulces como el hamánn.
Casida de amor.
Gacela herida.
porque no piensa
Ni el aire se ha vuelto blanco
de nopoetas.
Mírate -se ha dicho-
escucha -se ha dicho-
barre el polvo de estrellas
de tu calle -se ha atrevido-.
Los ha visto morir
Era el verano africano
La hambruna.
Ha escuchado una melodía de cuando aún no había cumplido los cuarenta años. Recuerda esa música a las playas inundadas de jejenes y a los colores chocolate de una tribu india -la tribu tahína- que fue aniquilada por los españoles ¿quiénes son los españoles? Ha escuchado la salva de aplausos de unas conciencias. Ha escuchado unos versos malos en una noche buena.
Es agosto -se dice-
Es la mañana -se dice-
¿Hay que saberlo? -se pregunta-
Voy a tomar un sorbo de café -concluye-
Ese ritmo de playa en la tarde con mojito. Ese cuerpo de hombre que sólo es silueta (sombra que el sol proyecta). El olor de la arena. La salinidad verde. La dificultad de la huella. La apariencia subida de tono. Un éxtasis. Un recuerdo. El tacto aparente del mar.
Ya las nubes -observa-
La ropa está seca.
Sin tanto dolor.
Sin tanta carencia.
Quisiera estar lejos -cree-
Despreocupada en lo alto de una duna
con un vaso de leche de camella
y unos dátiles dulces como el hamánn.
Casida de amor.
Gacela herida.
Voy a hacer DEMAGOGIA de la buena.
¡Viva la demaGOGIA!
Yo tuve hambre. He pasado hambre. El hambre es horrible. El hambre duele. DUELE MUCHO. El estómago se retuerce, suelta ácidos para comerse a sí mismo.
¿DÓNDE EStán estos grandes y demócratas líderes mundiales cuando los seres humanos de SOMALIA se mueren de hambre? ¿Dónde están los SOCIALISTAS? ¿dÓNDE cojones están los soCIALISTAS?
Nunca le pediría a un grupo político de derechas que aliviara el HAMBRE en el mundo, de hecho del hambre de los demás ha solido alimentar sus ESTÓMAGOS. ¿DÓNDE ESTá ese ridículo PAPA, con sus trajes ridículos y sus ritos de opereta? ¿Y los PUTOS CURAS de las ciudades libres del mundo dónde están? ¿DÓNDE está la libertad de esos niños a los que se están comiendo las moscas? ¿dÓNDE ESTÁN LOS PUTOS iMANES CON su CORÁN? ¿Dónde está la MISERICORDIA DE ALÁ? ¿Dónde están las NAcioNES UNIdas? ¿Dónde los DERECHOS DEL HOMBRE?
¿Qué leemos? ¿Qué nos cuentan? ¡Oh, sí el alivio de la deuda española colocada en los mercados secundarios! ¡Qué sangrante es el MUNDO! El mundo deja de ser bello. El mundo es un lugar horrible donde no llueve, donde no llueve, ¡hostias!, y allí los niños se agarran a una teta seca y mueren y mueren y mueren y mueren, un segundo tras otro.
DEberían leer en silencio.
Deberían morir sin que ningún habitante con nevera lo supiera. No deberían ser mercancía para uso de estómagos llenos.
Los miserables.
Los MISERABLES.
Mi conciencia me lleva hasta la poesía.
Y me siento extraño en un mundo al que entiendo.
Con tan buenas ideas.
Con la religión tan compasiva.
Con el arte tan bello.
Y el coche recién lavado.
Y los seres humanos muriendo cuando con los medios de transporte actuales y los excedentes agrícolas se podría resolver esta hambruna en menos que yo escribo estas reflexiones demagógicas de humano bien alimentado.
DEMAGÓGICAS EN STRICTU SENSU (no se equivoque)
El hambre atonta, anula, envilece, apaga, asombra,
Dijo un gran poeta: Cuando el hambre haya desaparecido del mundo, la revolución espiritual habrá comenzado. POR ESO LOS GRANDES LÍDERES DEMÓCRATAS los dejan morir, para que no haya revolución espiritual, CONTESTACIÓN, INDIGNACIÓN (que es una IRA sagrada porque se eleva contra los ataques a la DIGNIDAD de las personas).
En estos momentos supremos es donde SE MUESTRA EL engaño de las CIVILIZACIONES AVANZADAS. El único avance digno de tal nombre sería la FRATERNIDAD. Acudir con agua, medicinas y alimentos; parar los juegos de salón entre MERCADOS Y POLÍTICOS; PONERSE serios; aliviar el terrible sufrimiento de que TU PROPIO ÁCIDO GÁSTRICO SE ESTÉ COMIENDO TU ESTÓMAGO.
Señores propietarios de los GRANEROS: sólo tienen HAMBRE. Ni más ni MENOS.
Amén.
¡Viva la demaGOGIA!
Yo tuve hambre. He pasado hambre. El hambre es horrible. El hambre duele. DUELE MUCHO. El estómago se retuerce, suelta ácidos para comerse a sí mismo.
¿DÓNDE EStán estos grandes y demócratas líderes mundiales cuando los seres humanos de SOMALIA se mueren de hambre? ¿Dónde están los SOCIALISTAS? ¿dÓNDE cojones están los soCIALISTAS?
Nunca le pediría a un grupo político de derechas que aliviara el HAMBRE en el mundo, de hecho del hambre de los demás ha solido alimentar sus ESTÓMAGOS. ¿DÓNDE ESTá ese ridículo PAPA, con sus trajes ridículos y sus ritos de opereta? ¿Y los PUTOS CURAS de las ciudades libres del mundo dónde están? ¿DÓNDE está la libertad de esos niños a los que se están comiendo las moscas? ¿dÓNDE ESTÁN LOS PUTOS iMANES CON su CORÁN? ¿Dónde está la MISERICORDIA DE ALÁ? ¿Dónde están las NAcioNES UNIdas? ¿Dónde los DERECHOS DEL HOMBRE?
¿Qué leemos? ¿Qué nos cuentan? ¡Oh, sí el alivio de la deuda española colocada en los mercados secundarios! ¡Qué sangrante es el MUNDO! El mundo deja de ser bello. El mundo es un lugar horrible donde no llueve, donde no llueve, ¡hostias!, y allí los niños se agarran a una teta seca y mueren y mueren y mueren y mueren, un segundo tras otro.
DEberían leer en silencio.
Deberían morir sin que ningún habitante con nevera lo supiera. No deberían ser mercancía para uso de estómagos llenos.
Los miserables.
Los MISERABLES.
Mi conciencia me lleva hasta la poesía.
Y me siento extraño en un mundo al que entiendo.
Con tan buenas ideas.
Con la religión tan compasiva.
Con el arte tan bello.
Y el coche recién lavado.
Y los seres humanos muriendo cuando con los medios de transporte actuales y los excedentes agrícolas se podría resolver esta hambruna en menos que yo escribo estas reflexiones demagógicas de humano bien alimentado.
DEMAGÓGICAS EN STRICTU SENSU (no se equivoque)
El hambre atonta, anula, envilece, apaga, asombra,
Dijo un gran poeta: Cuando el hambre haya desaparecido del mundo, la revolución espiritual habrá comenzado. POR ESO LOS GRANDES LÍDERES DEMÓCRATAS los dejan morir, para que no haya revolución espiritual, CONTESTACIÓN, INDIGNACIÓN (que es una IRA sagrada porque se eleva contra los ataques a la DIGNIDAD de las personas).
En estos momentos supremos es donde SE MUESTRA EL engaño de las CIVILIZACIONES AVANZADAS. El único avance digno de tal nombre sería la FRATERNIDAD. Acudir con agua, medicinas y alimentos; parar los juegos de salón entre MERCADOS Y POLÍTICOS; PONERSE serios; aliviar el terrible sufrimiento de que TU PROPIO ÁCIDO GÁSTRICO SE ESTÉ COMIENDO TU ESTÓMAGO.
Señores propietarios de los GRANEROS: sólo tienen HAMBRE. Ni más ni MENOS.
Amén.
Ventanas
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Meditación sobre las formas de interpretar
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Ensayo
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 12/08/2011 a las 13:22 | {1}