He sentido que quizá fuera ese un sentido de la vida. (Un pensamiento que me da pudor expresar).
Por supuesto me desdigo.
Es tan sólo una intuición. Como aquella de que el alma rodea al cuerpo y no a la inversa. Y así no sabemos las verdaderas dimensiones del alma. No sabemos dónde llega. No sabemos qué convoca. Ni por cuánto tiempo.
Unas cervezas.
El tiempo, a veces, no pasa.
El alma como palabra que podría ser trasladada -en su sentido- a otras como energía (que es más científica y por lo tanto está más de moda [o de creer] o de tener esperanza. La esperanza en el alma va muriendo).
Ahora he vuelto. Y he pensado, Hazlo con alegría. Hazlo a gusto. Anímate (ánima/alma). Cuando vuelva el sol habrá caído y el infierno de la Puerta del Sol (su hervidero de gentes sudadas, los malos olores que desprenden algunos humanos, la fealdad de edificios y suelos, lo triste de tantos escaparates, los pobres de solemnidad y los del Patio de Monipodio, los autobuses para turistas, el calor que surge del frío de los acondicionadores, el aire seco) se habrá suavizado un poco. Será la hora en la que el viento arrecia y los pájaros vuelan locos, con los picos abiertos para cazar insectos. Cuando vuelva, me digo, cuando vuelva...
Por supuesto me desdigo.
Es tan sólo una intuición. Como aquella de que el alma rodea al cuerpo y no a la inversa. Y así no sabemos las verdaderas dimensiones del alma. No sabemos dónde llega. No sabemos qué convoca. Ni por cuánto tiempo.
Unas cervezas.
El tiempo, a veces, no pasa.
El alma como palabra que podría ser trasladada -en su sentido- a otras como energía (que es más científica y por lo tanto está más de moda [o de creer] o de tener esperanza. La esperanza en el alma va muriendo).
Ahora he vuelto. Y he pensado, Hazlo con alegría. Hazlo a gusto. Anímate (ánima/alma). Cuando vuelva el sol habrá caído y el infierno de la Puerta del Sol (su hervidero de gentes sudadas, los malos olores que desprenden algunos humanos, la fealdad de edificios y suelos, lo triste de tantos escaparates, los pobres de solemnidad y los del Patio de Monipodio, los autobuses para turistas, el calor que surge del frío de los acondicionadores, el aire seco) se habrá suavizado un poco. Será la hora en la que el viento arrecia y los pájaros vuelan locos, con los picos abiertos para cazar insectos. Cuando vuelva, me digo, cuando vuelva...
Es muy difícil ser equitativo. Saber la medida. La equidad se suele solventar en juicio salomónico. Y no es eso. Medir es un arte. Componer el rompecabezas. No dejarse nada. Coger al vuelo las sensaciones y ponerlas como una pieza más encima de la mesa. Y componer, sabiendo que cabe la posibilidad de lo espantoso... o de lo amable. Repartir -una de las cualidades de la equidad- alivia y al mismo tiempo hace responsable. En las relaciones humanas, en muy pocas ocasiones, la absoluta inocencia y la absoluta culpa son absolutas. Existen pero son las menos. La equidad alivia del dolor y de la responsabilidad de vivir. Al cargarse uno de algunos de los resortes de una relación -aunque éstos sean funestos o nefastos o crueles- ocurre que la tonalidad cambia porque al asumir lo propio malo se puede, en ese momento, asumir lo malo del otro. La equidad es una vía.
Plano del Monasterio de Saint-Gall. Año 820 d.C.
Cuando los germanos acabaron con el Imperio Romano, allá por el siglo V, se instituyó la era de la vida privada ¿Qué significa exactamente esto?
De lo grande a lo pequeño: tierras pequeñas, pocos vasallos, pequeños ejércitos, pocos aliados que en conjunto, si era necesario, se juntaban para hacer frente a un enemigo común.
Leyes no escritas. Leyes transmitidas por tradición oral. Hay un término que nombra al poseedor de las las leyes en la memoria: los rachimbourgs, verdaderas bibliotecas andantes y pensantes.
El robo de un tarro de miel por un siervo en el siglo XI estaba castigado con la pena de muerte. El asesinato de un hombre se castigaba con el pago de unas cuantas monedas de oro.
Un hombre poderoso se iba haciendo en su casa, fortificada, con una serie de vasallos que con el tiempo daría lugar a importantes puestos en las cortes europeas de los reyes absolutos. Nacen los senescales (palabra que procede del antiguo Alto Alemán, sinis kalk: el más viejo de los criados. Criados en el sentido de que desde niños estos futuros servidores del señor feudal son criados intramuros de su fortaleza. Se producen lazos más fuertes que los de la sangre. Lazos de honor y dignidad) los mayordomos (maior domus), los condestables, los sumilleres, los mariscales o los aposentados. Lazos y más lazos privados.
En la vida religiosa católica que a lo largo de los siglos V-XI va tomando más y más fuerza, surgen, como culmen de la privacidad y el recogimiento, los monasterios de la regla de San Benito, donde los monjes se obligan a mirarse hacía sí mismos sin eludir la tentación exterior en forma de peregrinos y necesitados que acuden a ellos en busca de cobijo o alimentos.
Debilidad del hombre solitario.
Cuando los sajones se instalaron en la región de Boulogne, construyeron aldeas de chozas rodeadas de un seto vivo de espinos llamado zaun. La palabra Zaun derivó en thun y de ahí, en inglés, se generó el término town, ciudad.
La belleza e importancia del huerto en la Alta Edad Media. El huerto es el espacio cerrado más querido en esta época.
Historia de la Vida Privada. La Alta Edad Media. Evelyne Patlagean y Michel Rouche. Tomo 2. Editado por Taurus
De lo grande a lo pequeño: tierras pequeñas, pocos vasallos, pequeños ejércitos, pocos aliados que en conjunto, si era necesario, se juntaban para hacer frente a un enemigo común.
Leyes no escritas. Leyes transmitidas por tradición oral. Hay un término que nombra al poseedor de las las leyes en la memoria: los rachimbourgs, verdaderas bibliotecas andantes y pensantes.
El robo de un tarro de miel por un siervo en el siglo XI estaba castigado con la pena de muerte. El asesinato de un hombre se castigaba con el pago de unas cuantas monedas de oro.
Un hombre poderoso se iba haciendo en su casa, fortificada, con una serie de vasallos que con el tiempo daría lugar a importantes puestos en las cortes europeas de los reyes absolutos. Nacen los senescales (palabra que procede del antiguo Alto Alemán, sinis kalk: el más viejo de los criados. Criados en el sentido de que desde niños estos futuros servidores del señor feudal son criados intramuros de su fortaleza. Se producen lazos más fuertes que los de la sangre. Lazos de honor y dignidad) los mayordomos (maior domus), los condestables, los sumilleres, los mariscales o los aposentados. Lazos y más lazos privados.
En la vida religiosa católica que a lo largo de los siglos V-XI va tomando más y más fuerza, surgen, como culmen de la privacidad y el recogimiento, los monasterios de la regla de San Benito, donde los monjes se obligan a mirarse hacía sí mismos sin eludir la tentación exterior en forma de peregrinos y necesitados que acuden a ellos en busca de cobijo o alimentos.
Debilidad del hombre solitario.
Cuando los sajones se instalaron en la región de Boulogne, construyeron aldeas de chozas rodeadas de un seto vivo de espinos llamado zaun. La palabra Zaun derivó en thun y de ahí, en inglés, se generó el término town, ciudad.
La belleza e importancia del huerto en la Alta Edad Media. El huerto es el espacio cerrado más querido en esta época.
Historia de la Vida Privada. La Alta Edad Media. Evelyne Patlagean y Michel Rouche. Tomo 2. Editado por Taurus
Narrativa
Tags : Archivo 2009 Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 05/07/2009 a las 10:26 | {0}
Un hombre joven, de unos cuarenta años, está sentado en la mesa de un restaurante de la ciudad de Hong-Kong. Él es extranjero. Está de viaje de negocios (aunque esto último no sea del todo cierto. Es decir quizá no sea del todo cierto), algo no demasiado importante, la representación de una juguetería de Ibi. Está alojado en un buen hotel, en el centro de la ciudad. El restaurante es grande, bullicioso. Cerca de él, a varias mesas de distancia, come sola una mujer oriental. De vez en cuando ella observa cómo él la mira con disimulo. El hombre joven tiene deseo de seducir a una oriental. Está en el sitio adecuado, a la hora adecuada. Termina de cenar al tiempo que ella termina. Pide un licor. la mira con más insistencia hasta que deja que sus miradas se encuentren y una sonrisa forzada asome a sus labios. Ella sonríe y baja su mirada hacia la copa de cristal. El por fin se levanta, se acerca a ella, le pregunta en inglés si se puede sentar. Ella le dice que sí.
Una mujer europea, de unos treinta años, espera en el andén del metro de Hong-Kong. Es la noche. En el andén hay bastantes personas, entre ellos el hombre de cuarenta al que pudimos haber visto cenando en la escena anterior (sólo que si es mejor esta escena que ahora cuento, sería la primera vez que apareciera porque sería el principio de la película. También la escena de arriba es el principio de la película). De repente tres hombres atracan a la chica europea. Todos los que esperan al metro se van hacia el lado opuesto a donde es atracada la chica. También el hombre de cuarenta años. Los jóvenes se llevan su bolso. Llega el tren. La muchacha sube. El hombre también, en el mismo vagón. No está muy lleno el vagón. La muchacha está angustiada y apenas puede contener el llanto. El hombre se sienta junto a ella, le pregunta si puede hacer algo.
Una mujer europea, de unos treinta años, espera en el andén del metro de Hong-Kong. Es la noche. En el andén hay bastantes personas, entre ellos el hombre de cuarenta al que pudimos haber visto cenando en la escena anterior (sólo que si es mejor esta escena que ahora cuento, sería la primera vez que apareciera porque sería el principio de la película. También la escena de arriba es el principio de la película). De repente tres hombres atracan a la chica europea. Todos los que esperan al metro se van hacia el lado opuesto a donde es atracada la chica. También el hombre de cuarenta años. Los jóvenes se llevan su bolso. Llega el tren. La muchacha sube. El hombre también, en el mismo vagón. No está muy lleno el vagón. La muchacha está angustiada y apenas puede contener el llanto. El hombre se sienta junto a ella, le pregunta si puede hacer algo.
Guión
Tags : Archivo 2009 Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 03/07/2009 a las 20:19 | {0}
Sobre el gran edificio de las interpretaciones hoy en día me dejo llevar por la causa. Voy a considerar que un pensamiento que siempre me pareció brillante en realidad no lo es. El pensamiento es: la casualidad es el orden natural de las cosas. Me lo dijo hace muchos años un señor de apellido novelesco, Ombravella, no sé si era un pensamiento original, en todo caso se lo oí a él por primera vez. No es un buen pensamiento, es más bien un sofisma, porque el orden natural de las cosas es la causalidad. Una causa produce un efecto y este efecto se convierte en causa para generar a su vez otro efecto. Esto es lo que creemos, en general, los humanos. Decir que la casualidad es el orden natural de las cosas es, sencillamente, una boutade.
Porque estuve en Radio 3 -causa- se podría inferir el efecto de que volviera a estar.
Porque tuve un amigo que perdí -causa- se podría inferir el efecto de que lo podría encontrar de nuevo.
Ayer se dieron los dos efectos a la vez: volví a Radio 3 y me encontré con mi amigo.
El hecho de que ambas causas ocurrieran hace más o menos veinte años y que su efecto ocurriera veinte años después y el mismo día no sería más que un golpe de efecto según la terminología de Robert McKee. La causalidad otorga verosimilitud a la vida. La casualidad un toque de gracia. Ambas son joyas de la percepción. Sólo se diferencian en el orden de la u.
Porque estuve en Radio 3 -causa- se podría inferir el efecto de que volviera a estar.
Porque tuve un amigo que perdí -causa- se podría inferir el efecto de que lo podría encontrar de nuevo.
Ayer se dieron los dos efectos a la vez: volví a Radio 3 y me encontré con mi amigo.
El hecho de que ambas causas ocurrieran hace más o menos veinte años y que su efecto ocurriera veinte años después y el mismo día no sería más que un golpe de efecto según la terminología de Robert McKee. La causalidad otorga verosimilitud a la vida. La casualidad un toque de gracia. Ambas son joyas de la percepción. Sólo se diferencian en el orden de la u.
Diario
Tags : Archivo 2009 Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 02/07/2009 a las 14:06 | {1}
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Diario
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 11/07/2009 a las 18:32 | {0}