Mientras escucho el concierto en la Sala Olimpia de Paco Ibañez del año 1969, un clásico de la lucha contra el franquismo, contra las dictaduras, contra todo tirano, he recordado una conversación que mantuvimos un grupo de amigos la noche del viernes.
Este disco de Paco Ibañez me emociona siempre, por su guitarra es, por su voz rota también, pero sobre todo por las letras de las canciones, por los poemas que musica, por la entrega del público, un público que venía del mayo del 68.
La conversación del viernes acabó derivando en el pueblo judío. Escuché, de nuevo, el vetusto antijudaísmo universal. Lo judío como categoría. Y el argumento infalible: Si todos los pueblos han perseguido a los judíos, por algo será.
Tengo un amigo que cuando en una conversación se dice algo que no merece la pena ni rebatir, alza la mano, se queda callado y deja de hablar. Quizá yo debiera haber hecho lo mismo. Por supuesto que quienes defendían esta idea a renglón seguido afirmaban que ellos se oponían a toda violencia indiscriminada. Esa afirmación, sin embargo, está en oposición con la idea primera y, si es cierta, la niega.
La persecución engendra castigo. El castigo a los hijos también. Cuando se persigue a un pueblo, todo el pueblo es castigado. El castigo a un pueblo es el asesinato de ese pueblo.
No me importa qué hicieron los judíos. Qué hacen los judíos. Qué harán los judíos. Porque los judíos no existen. Porque no existen los cristianos. Porque no existen los budistas. O tan sólo existen cuando el hombre se hace masa. La masa todo lo difumina.
Un judío encarnado en una muchacha tumbada en la arena es más una muchacha tumbada en la arena que un judío.
Un cristiano encarnado en muchacho que camina por un sendero es más un muchacho que camina por un sendero que un cristiano.
El odio todo lo confunde.
Debiera haber callado.
Este disco de Paco Ibañez me emociona siempre, por su guitarra es, por su voz rota también, pero sobre todo por las letras de las canciones, por los poemas que musica, por la entrega del público, un público que venía del mayo del 68.
La conversación del viernes acabó derivando en el pueblo judío. Escuché, de nuevo, el vetusto antijudaísmo universal. Lo judío como categoría. Y el argumento infalible: Si todos los pueblos han perseguido a los judíos, por algo será.
Tengo un amigo que cuando en una conversación se dice algo que no merece la pena ni rebatir, alza la mano, se queda callado y deja de hablar. Quizá yo debiera haber hecho lo mismo. Por supuesto que quienes defendían esta idea a renglón seguido afirmaban que ellos se oponían a toda violencia indiscriminada. Esa afirmación, sin embargo, está en oposición con la idea primera y, si es cierta, la niega.
La persecución engendra castigo. El castigo a los hijos también. Cuando se persigue a un pueblo, todo el pueblo es castigado. El castigo a un pueblo es el asesinato de ese pueblo.
No me importa qué hicieron los judíos. Qué hacen los judíos. Qué harán los judíos. Porque los judíos no existen. Porque no existen los cristianos. Porque no existen los budistas. O tan sólo existen cuando el hombre se hace masa. La masa todo lo difumina.
Un judío encarnado en una muchacha tumbada en la arena es más una muchacha tumbada en la arena que un judío.
Un cristiano encarnado en muchacho que camina por un sendero es más un muchacho que camina por un sendero que un cristiano.
El odio todo lo confunde.
Debiera haber callado.
¿Por qué tienen los instrumentos tan gran poder sobre el alma?
Aulos y Lira
Está el argumento de que el alma es una cierta armonía y que la armonía existe a través de los números. Dado que la armonía en la música está compuesta de esas mismas proporciones, cuando las proporciones similares se mueven, las pasiones similares se mueven también al mismo tiempo.
Antes de descender al cuerpo, el alma (esa cierta armonía) gira, pura, junto con el soberano de este universo presente. Al descender e irse mezclando va adquiriendo ciertas apariencias de las cosas de aquí y a medida que esto ocurre se va olvidando de las cosas hermosas del lugar primigenio donde estaba y se hunde y tras pasar la esfera de la Luna pierde su forma esferoidal -perfecta- y adopta la forma humana que es membranosa y tendinosa, luego le añade el aliento húmedo de la Tierra y así se conforma un cuerpo con alma a base de superficies membranosas, líneas sinuosas y aliento con la forma de una ostra y este instrumento con forma de ostra se mantiene solidificado y encerrado aquí en la tierra.
¿Qué hay de asombroso, pues, en que el alma después de tomar por naturaleza un cuerpo similar a las cosas que mueven los instrumentos -los tendones (cuerdas) y el aliento- se mueva al mismo tiempo que éstos se mueven?
De los instrumentos los equipados con cuerdas se asemejan a la región etérea y seca y sencilla del cosmos; los de viento se parecen mucho a la región ventosa y húmeda y cambiante.
El aulos - flauta que tocaban los antiguos griegos semejante a la actual flauta dulce- pertenece a la zona húmeda y la lira a la zona seca del alma y como ya dijo Heráclito en algún lugar, Un alma seca y desecada es la más sabia y también, Para las almas volverse agua es la muerte.
El aulos preside la parte irracional del alma mientras que la lira es señora de la parte racional. Pitágoras aconsejaba a sus alumnos que tras escuchar el aulos se limpiaran los oídos corrompidos por el aliento del instrumento y purificaran los impulsos irracionales de sus almas escuchando el sonido de la lira pequeña.
Armonía de las Esferas Edición de Joscelyn Godwin Editado por Atalanta
Antes de descender al cuerpo, el alma (esa cierta armonía) gira, pura, junto con el soberano de este universo presente. Al descender e irse mezclando va adquiriendo ciertas apariencias de las cosas de aquí y a medida que esto ocurre se va olvidando de las cosas hermosas del lugar primigenio donde estaba y se hunde y tras pasar la esfera de la Luna pierde su forma esferoidal -perfecta- y adopta la forma humana que es membranosa y tendinosa, luego le añade el aliento húmedo de la Tierra y así se conforma un cuerpo con alma a base de superficies membranosas, líneas sinuosas y aliento con la forma de una ostra y este instrumento con forma de ostra se mantiene solidificado y encerrado aquí en la tierra.
¿Qué hay de asombroso, pues, en que el alma después de tomar por naturaleza un cuerpo similar a las cosas que mueven los instrumentos -los tendones (cuerdas) y el aliento- se mueva al mismo tiempo que éstos se mueven?
De los instrumentos los equipados con cuerdas se asemejan a la región etérea y seca y sencilla del cosmos; los de viento se parecen mucho a la región ventosa y húmeda y cambiante.
El aulos - flauta que tocaban los antiguos griegos semejante a la actual flauta dulce- pertenece a la zona húmeda y la lira a la zona seca del alma y como ya dijo Heráclito en algún lugar, Un alma seca y desecada es la más sabia y también, Para las almas volverse agua es la muerte.
El aulos preside la parte irracional del alma mientras que la lira es señora de la parte racional. Pitágoras aconsejaba a sus alumnos que tras escuchar el aulos se limpiaran los oídos corrompidos por el aliento del instrumento y purificaran los impulsos irracionales de sus almas escuchando el sonido de la lira pequeña.
Armonía de las Esferas Edición de Joscelyn Godwin Editado por Atalanta
Ensayo
Tags : Sobre la música Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 18/07/2009 a las 19:20 | {0}
Sonia Delaunay. Dibujo (1917)
Iba a buscar nuevas informaciones sobre la música (nuevas para mí ¡qué poco sé!, me digo ¡cuántas lagunas culturales -y de todo tipo- tengo! Es un océano sin fondo el cúmulo de conocimientos que vertemos los humanos al infinito universo. Imagino -de nuevo la incultura- que también cualquier ser celular, incluso cualquier materia inorgánica, vierte su caudal de información. Es esa posibilidad de que si lográsemos capturar la luz de cualquier instante, éste se volvería a reproducir exactamente igual, pongamos por caso la toma de la ciudad de Granada y el llanto de Boabdil). Sobre la música iba a buscar y no lo hice. Había cogido el libro de Grout y Paliska y releía la historia musical de los griegos y era entretenido discurrir sobre el consejo de Platón de educar a los jóvenes a base de gimnasia para el cuerpo y sólo música para la mente. No lo hice. Dejé el libro.
Creo que en un rato lo intentaré de nuevo tras haber escuchado La Sinfonía Opus 49 de Haydn La Pasión. La escuché por primera vez en casa de César. Su padre, Luis, tenía una magnífica colección de música clásica. También allí descubrí La Danza de lo Sagrado y lo Profano de Debussy, un concierto para arpa y orquesta lleno de misterio y escalas mixolidias. Luego he relacionado a Haydn con Mstislav Rostropovich y he estado escuchando varios conciertos para cello -entre ellos uno de Dvorak muy hermoso- y de ahí me he ido a Yo-Yo Ma y el cello se ha convertido en el protagonista de la mañana y este inicio de la tarde.
Y estas músicas me han recordado a mi padre, un gran amante de la música clásica. Cuando éramos niños, algunas noches en que venía alegre, nos levantaba de la cama, nos llevaba a la sala y mientras ponía un disco, La Patética de Tchaikovsky por ejemplo, nos iba asignando a cada uno un instrumento y cuando la música empezaba a sonar, él se concentraba, cerraba los ojos y empezaba a dirigirnos. Soñoliento recuerdo rasgar las cuerdas de un violín con el arco. Ambos, claro, invisibles.
¿Quizá escribir sobre la música y la memoria?
¿Realmente hace falta?
Creo que en un rato lo intentaré de nuevo tras haber escuchado La Sinfonía Opus 49 de Haydn La Pasión. La escuché por primera vez en casa de César. Su padre, Luis, tenía una magnífica colección de música clásica. También allí descubrí La Danza de lo Sagrado y lo Profano de Debussy, un concierto para arpa y orquesta lleno de misterio y escalas mixolidias. Luego he relacionado a Haydn con Mstislav Rostropovich y he estado escuchando varios conciertos para cello -entre ellos uno de Dvorak muy hermoso- y de ahí me he ido a Yo-Yo Ma y el cello se ha convertido en el protagonista de la mañana y este inicio de la tarde.
Y estas músicas me han recordado a mi padre, un gran amante de la música clásica. Cuando éramos niños, algunas noches en que venía alegre, nos levantaba de la cama, nos llevaba a la sala y mientras ponía un disco, La Patética de Tchaikovsky por ejemplo, nos iba asignando a cada uno un instrumento y cuando la música empezaba a sonar, él se concentraba, cerraba los ojos y empezaba a dirigirnos. Soñoliento recuerdo rasgar las cuerdas de un violín con el arco. Ambos, claro, invisibles.
¿Quizá escribir sobre la música y la memoria?
¿Realmente hace falta?
Aunque llegue ese instante de tormento y las manos se agarren a sí mismas para no cometer una locura, contente, amigo, porque el viento siempre acaba por amainar.
Si viene la mar de fondo y un suspiro sale tras otro y una saliva se seca en el velo del paladar y no hay palabras y no hay alientos, contente, amigo, su color volverá a ser turquesa.
No cejes en tu empeño de no esperar. No sucumbas a la ironía de un acento. No dejes que los presagios nefastos se incrusten en tu hígado hasta dejarte la tez cetrina, a punto de abandonar y contente, amigo, y duerme como si ayer sólo hubieras nacido.
Mira, mira siempre, el alba va a surgir y Venus se mantiene orgullosa en el centro del Mundo. Suena el universo aunque tú no lo escuches y hay una nota esperándote para que ella marque al mismo tiempo tu silencio, por eso contente, amigo, la noche es sólo un tránsito.
Sé que te parece imposible pero tu piel volverá a ser suave y tus brazos se alzarán y clamarán por todos; sé que apenas alcanzas a mirarte y te preguntas, ¿Pies para qué os quiero? si no sé dónde huir porque no sé de qué huyo. Sé que no te puedes contener y aún así, te ruego, contente, amigo.
Si viene la mar de fondo y un suspiro sale tras otro y una saliva se seca en el velo del paladar y no hay palabras y no hay alientos, contente, amigo, su color volverá a ser turquesa.
No cejes en tu empeño de no esperar. No sucumbas a la ironía de un acento. No dejes que los presagios nefastos se incrusten en tu hígado hasta dejarte la tez cetrina, a punto de abandonar y contente, amigo, y duerme como si ayer sólo hubieras nacido.
Mira, mira siempre, el alba va a surgir y Venus se mantiene orgullosa en el centro del Mundo. Suena el universo aunque tú no lo escuches y hay una nota esperándote para que ella marque al mismo tiempo tu silencio, por eso contente, amigo, la noche es sólo un tránsito.
Sé que te parece imposible pero tu piel volverá a ser suave y tus brazos se alzarán y clamarán por todos; sé que apenas alcanzas a mirarte y te preguntas, ¿Pies para qué os quiero? si no sé dónde huir porque no sé de qué huyo. Sé que no te puedes contener y aún así, te ruego, contente, amigo.
Eran sus manos atentas;
su mirada vagaba
del vaso a mi boca
y de mi boca al mundo.
Era su talle lento,
como el mecerse del junco
a merced de un viento,
el que albergaba mi brazo.
Era ella,
joven y madura
a un tiempo,
quien sentía el requiebro
de mi sonrisa bajo el castaño.
Era su pecho
el que exhalaba un gemido
chiquito, sin ausencias,
mientras el mundo se resumía
en el clamor de un picaporte.
Y así transcurría entre ella y yo
eso que nos lleva.
su mirada vagaba
del vaso a mi boca
y de mi boca al mundo.
Era su talle lento,
como el mecerse del junco
a merced de un viento,
el que albergaba mi brazo.
Era ella,
joven y madura
a un tiempo,
quien sentía el requiebro
de mi sonrisa bajo el castaño.
Era su pecho
el que exhalaba un gemido
chiquito, sin ausencias,
mientras el mundo se resumía
en el clamor de un picaporte.
Y así transcurría entre ella y yo
eso que nos lleva.
Ventanas
Seriales
Archivo 2009
Escritos de Isaac Alexander
Fantasmagorías
¿De Isaac Alexander?
Meditación sobre las formas de interpretar
Libro de las soledades
Colección
Cuentecillos
Apuntes
Archivo 2008
La Solución
Aforismos
Haiku
Recuerdos
Reflexiones que Olmo Z. le escribe a su mujer en plena crisis
Reflexiones para antes de morir
Sobre las creencias
Olmo Dos Mil Veintidós
El mes de noviembre
Listas
Jardines en el bolsillo
Olmo Z. ¿2024?
Agosto 2013
Saturnales
Citas del mes de mayo
Reflexiones
Marea
Mosquita muerta
Sincerada
Sinonimias
Sobre la verdad
El Brillante
El viaje
No fabularé
El espejo
Desenlace
Perdido en la mudanza (lost in translation?)
La mujer de las areolas doradas
La Clerc
Velocidad de escape
Derivas
Carta a una desconocida
Asturias
Sobre la música
Biopolítica
Las manos
Tasador de bibliotecas
Ensayo sobre La Conspiración
Ciclos
Tríptico de los fantasmas
Archives
Últimas Entradas
Enlaces
© 2008, 2009, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018, 2019, 2020, 2021, 2022, 2023 y 2024 de Fernando García-Loygorri, salvo las citas, que son propiedad de sus autores
Diario
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 21/07/2009 a las 11:43 | {0}