Va a escuchar el corazón de las mareas. Sobre el cielo sabe oscura la materia. A mediados de marzo la lepra se extenderá. No habrá intermediarios. Directos. Directos. Se aleja, cauto, de una puerta. Gira con cuidado el picaporte de otra. Caen las primeras gotas. Aún no se deslizan por el cristal. Descansan notas, papeles, unas gafas, un graduador de intensidades, un vaso, una tacita llena de lápices y rotuladores, una pluma, un atril, unos folios, un paquete de tabaco, un mechero, un cenicero con forma de rana, la lámpara. Tras una tabla dos tinteros hacen su función de antiguos. Ha escuchado un idioma extranjero. Vuela sobre su corazón la certeza. No va a luchar. No va a buscar. Quieto se quedará como la lagartija cuando siente sobre su abdomen la mirada de un niño. Pasará el tiempo. Sobrevendrá la calma. Se revolverá la pereza y un anuncio en forma de pañuelo aireará en su mundo la buena nueva. Cinco años grita alguien. Cinco años vuelven a gritar. La mañana es tan oscura como la ceniza. Sí, se dice y sonríe. Volverá. Muy pronto. Antes de marzo. Hubiera querido pensar la palabra rumor pero lo desechó y elevó el hombro izquierdo en señal de indiferencia.
Podrá marchar por una larga alameda. Seguirá el invierno. Las catástrofes se reproducirán un año más y voces de otro tiempo provocarán alardes teológicos (no critica que se haga. Más bien critica a quien descontextualiza una opinión). La alameda estará desnuda. Las ramas de sus árboles producirán arcadas góticas.
Obligado por una cuestión de testamentarías una pareja viajó hasta el otro lado del mar justo cuando la tierra sacudió su herencia. Ambos yacen sepultados.
La imantación de una lectura en una librería/café, un libro de George Steiner Tolstoi o Dostoiewsky editado por Siruela en el que el crítico muestra que ambos son la cumbre del arte de la novela. Imantación por si pudiera beber algo de esos dos titanes y aplicarlo a su propia tarea.
Espera paciente de la llegada de una carta.
Un piano resuena y una mano surca el espacio para marcar compás y aire.
El temor a las ostras y su constatación, en mitad de la madrugada, cuando se despierta y ha de ir al baño con diarrea y dolor de cabeza. Se dice, Nunca más. Luego piensa, Hubo en la ingesta de las ostras algo de educación.
¡Qué gris el día!
En marcha.
Obligado por una cuestión de testamentarías una pareja viajó hasta el otro lado del mar justo cuando la tierra sacudió su herencia. Ambos yacen sepultados.
La imantación de una lectura en una librería/café, un libro de George Steiner Tolstoi o Dostoiewsky editado por Siruela en el que el crítico muestra que ambos son la cumbre del arte de la novela. Imantación por si pudiera beber algo de esos dos titanes y aplicarlo a su propia tarea.
Espera paciente de la llegada de una carta.
Un piano resuena y una mano surca el espacio para marcar compás y aire.
El temor a las ostras y su constatación, en mitad de la madrugada, cuando se despierta y ha de ir al baño con diarrea y dolor de cabeza. Se dice, Nunca más. Luego piensa, Hubo en la ingesta de las ostras algo de educación.
¡Qué gris el día!
En marcha.
Mi ser en ti
así recuerdo
la autopista gris
camino del colegio
habías hecho sus trenzas
Mi ser en ti
fue tan gozoso
Hubo un día que sentí
al verme en ti
que todo beso cabía en mi boca
y que mi abrazo te envolvía
y tú sentías los brazos
del mundo protegiéndote
Lo que se lee no es -necesariamente- lo que está escrito
Burj Dubai
Es este invierno inclemente. Tras cada esquina acecha un viento que corta el cutis. Relajado el cuerpo, tras la tensión de los últimos meses, me constipo. El amor. La angustia. La generosidad. La sorpresa. La justicia. La clemencia. La historia. Pasan los años y en muchos de ellos me acodo en el balcón de las circunstancias humanas y las observo. En otras ocasiones soy yo el observado y ese hecho, como ya demostró Heissenberg, me altera. La fotografía de una muchacha sola cuya foto se titula Sola. En blanco y negro. Encontrada mientras navegaba. La ayuda. La certeza. La batalla. El conflicto. La duda. La noche. Y esta nieve al mismo tiempo, esta circunstancia que muestra hasta que punto seguimos siendo primitivos. Hablamos del Tiempo como si él fuera cosa sagrada, ajena por lo tanto a nuestros deseos. Respirar. Respirar. Y ver la mañana lluviosa. Salir. El brillo de las calles. La soledad de algunos tejados. La sonrisa de Kelly. Respiro gracias a mi hermano. La sierra donde una niebla se disipa y los faros de los coches destellan y en los árcenes tiembla el hielo y los quitamiedos apenas asustan. El puerto llegó a su cenit. Luego se inició el descenso. La gratitud. La quimera. La mujer amada. El amigo ¿Quién observa? ¿A quién altera? Por el ventanuco asomará la primavera. Sé que bajo las tejas están los petirrojos. Y que más lejos hay un límite verde. Y más allá de ese límite se llega y se queda. Es duro este invierno. Maravillosamente cruel. Maravilloso saber que dentro de no mucho el Burj Dubai será una ruina visitada a oleadas los veranos. El Tiempo en sus dos acepciones es sagrado ¿Lo surcamos? ¿Nos surca? ¿Es un ser inteligente? Y las manos que teclean, ¿son tiempo articulado? Ese escuchar en ese espacio que también atraviesa el tiempo ¿es tiempo escuchado? Giro lentamente. Todos vamos más despacio. Apenas nos adelantamos. El suelo estaba cubierto de hielo. Cada paso era una victoria. Un muchacho a mis espaldas dijo, Alguno se ha matado de un resbalón. Y fuimos más despacio. Por miedo a llegar antes de tiempo al límite verde tras el cual uno se queda. Dios proveerá. Dios El Bueno, El Clemente, El Misericordioso. Atroz el invierno. Lo incomprensible. Lo inexplicable. Lo incongruente. Tan sólo si cambiara la expresión, si me acercara más a la Tierra y dejara los vientos para sus nombres. Toca Bebo Valdés y yo tecleo. Cada uno crea su música. Ruedan los coches. Navegan los navíos. Vuelan los aviones. Giran las galaxias. Cuelgan los lémures. Avanzan perezosos los osos. Se descubre una nueva y viejísima antigüedad. El paraíso.
Ventanas
Seriales
Archivo 2009
Escritos de Isaac Alexander
Fantasmagorías
¿De Isaac Alexander?
Meditación sobre las formas de interpretar
Libro de las soledades
Cuentecillos
Colección
Apuntes
Archivo 2008
La Solución
Aforismos
Haiku
Recuerdos
Reflexiones que Olmo Z. le escribe a su mujer en plena crisis
Reflexiones para antes de morir
Sobre las creencias
Olmo Dos Mil Veintidós
El mes de noviembre
Listas
Jardines en el bolsillo
Olmo Z. ¿2024?
Agosto 2013
Saturnales
Citas del mes de mayo
Reflexiones
Marea
Mosquita muerta
Sincerada
Sinonimias
Sobre la verdad
El Brillante
El viaje
No fabularé
El espejo
Desenlace
Perdido en la mudanza (lost in translation?)
La mujer de las areolas doradas
La Clerc
Velocidad de escape
Derivas
Carta a una desconocida
Asturias
Sobre la música
Biopolítica
Las manos
Tasador de bibliotecas
Ensayo sobre La Conspiración
Ciclos
Tríptico de los fantasmas
Archives
Últimas Entradas
Enlaces
© 2008, 2009, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018, 2019, 2020, 2021, 2022, 2023 y 2024 de Fernando García-Loygorri, salvo las citas, que son propiedad de sus autores
Narrativa
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 17/01/2010 a las 10:05 | {0}