Miró la serie Azul
...imprudencia
sigilo
astucia
deslumbramiento
sinceridad
vilo
asma
calla
bonsai
sorpresa
brazada
brazada
vuelvo
velocidad
âme
sal
sed
microscopio
libertango
destilado
mano
golpe
temeridad
represión
silbato
silbido
sibilante
sosias
sucias
ácaro
muérdago
bonvivant
caramelo
pende
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sinceridad
vilo
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calla
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sed
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Meses después de la muerte de sus padres, Florian se encontraba de nuevo en su casa, en la calle 18 de la ciudad de La Habana. El calor había sido pegajoso durante el día. Al caer la tarde una tormenta tropical se había llevado el bochorno y había dejado el aire fresco. Como desde hacía tres semanas, al volver del trabajo en el Hotel Nacional, se había sentado frente a la caja de zapatos de Pepe Albadalejo tras haber conectado la cámara de video al televisor.
La primera cinta, que databa de enero de 2000, estaba colocada y no había más que apretar el play para empezar a verla. Hacía 21 días -lo que parece ser que pesa el alma- que no se atrevía. Hoy se atrevería. Hoy, se decía entre contabilidades en las oficinas del Hotel Nacional, atacaría esas malditas cintas y las vería una tras otra. Luego cumpliría la orden que estaba escrita en la portadilla de cada una de ellas: Borrar. Borrar. Borrar. Borrar. Borrar...
Antes de apretar el play se ha servido un vaso entero de ron blanco y se lo ha bebido de un trago. Luego se ha asomado al balcón de su calle y ha escuchado la bronca entre dos trigueñas que casi han llegado a las manos.
Florian ha decidido borrar las cintas y al mismo tiempo llevar un registro de ellas. Así es que vuelve, medio borracho y envalentonado a sentarse frente al televisor, toma papel y lápiz y sin pensarlo más escribe:
Cinta 1- Enero de 2000
Pulsa el play y empieza a mirar y a escuchar. La transcripción es la que sigue.
Secuencia 1. Habitación de hotel. 08h 11m a.m.
Se acerca a una puerta. Aumenta el sonido de una ducha. Aparece una mano que golpea con los nudillos. Desaparece la mano. Sólo se ve la puerta. El objetivo se dirige hacia el pomo. Una mano intenta girarlo. Parece que está cerrado. Los nudillos vuelven a tocar la puerta.
EL: (Desde detrás de la puerta) ¿Qué quieres?
ELLA: Que me abras.
EL: No.
ELLA: Quedamos en que hoy íbamos a empezar.
EL: Empezamos mañana.
ELLA: Abre.
EL: Mañana.
ELLA: ¡Joder!
Se aleja de la puerta del baño. Se dirige a la ventana. Se ve el paisaje de una ciudad. Parece mediterránea. El aire está muy sucio y se ve el humo de las chimeneas.
Gira. Se enfoca a sí misma. Sonríe con naturalidad.
ELLA: De hoy no pasa.
Ella lleva un camisón blanco, de seda. Se transparenta su pecho. Un pecho grande y atractivo. Recorre su cuerpo. También se transparenta el vello de su pubis. Se detiene en él. Se acerca a él.
ELLA: Huélelo.
Sube hasta su cara. Ríe con naturalidad.
ELLA: ¡Qué hombre tan corto!
Florian detiene la cinta. Relee lo escrito. Respira hondo.
La primera cinta, que databa de enero de 2000, estaba colocada y no había más que apretar el play para empezar a verla. Hacía 21 días -lo que parece ser que pesa el alma- que no se atrevía. Hoy se atrevería. Hoy, se decía entre contabilidades en las oficinas del Hotel Nacional, atacaría esas malditas cintas y las vería una tras otra. Luego cumpliría la orden que estaba escrita en la portadilla de cada una de ellas: Borrar. Borrar. Borrar. Borrar. Borrar...
Antes de apretar el play se ha servido un vaso entero de ron blanco y se lo ha bebido de un trago. Luego se ha asomado al balcón de su calle y ha escuchado la bronca entre dos trigueñas que casi han llegado a las manos.
Florian ha decidido borrar las cintas y al mismo tiempo llevar un registro de ellas. Así es que vuelve, medio borracho y envalentonado a sentarse frente al televisor, toma papel y lápiz y sin pensarlo más escribe:
Cinta 1- Enero de 2000
Pulsa el play y empieza a mirar y a escuchar. La transcripción es la que sigue.
Secuencia 1. Habitación de hotel. 08h 11m a.m.
Se acerca a una puerta. Aumenta el sonido de una ducha. Aparece una mano que golpea con los nudillos. Desaparece la mano. Sólo se ve la puerta. El objetivo se dirige hacia el pomo. Una mano intenta girarlo. Parece que está cerrado. Los nudillos vuelven a tocar la puerta.
EL: (Desde detrás de la puerta) ¿Qué quieres?
ELLA: Que me abras.
EL: No.
ELLA: Quedamos en que hoy íbamos a empezar.
EL: Empezamos mañana.
ELLA: Abre.
EL: Mañana.
ELLA: ¡Joder!
Se aleja de la puerta del baño. Se dirige a la ventana. Se ve el paisaje de una ciudad. Parece mediterránea. El aire está muy sucio y se ve el humo de las chimeneas.
Gira. Se enfoca a sí misma. Sonríe con naturalidad.
ELLA: De hoy no pasa.
Ella lleva un camisón blanco, de seda. Se transparenta su pecho. Un pecho grande y atractivo. Recorre su cuerpo. También se transparenta el vello de su pubis. Se detiene en él. Se acerca a él.
ELLA: Huélelo.
Sube hasta su cara. Ríe con naturalidad.
ELLA: ¡Qué hombre tan corto!
Florian detiene la cinta. Relee lo escrito. Respira hondo.
Filippo Brunelleschi 1377-1446 arquitecto, ingeniero, escultor, pintor
Antonio Filarete 1400-1465 escultor, arquitecto, escritor
Leon Battista Alberti 1404-1472 pintor, escritor, arquitecto
Lorenzo Vecchietta 1405/1412-1480 arquitecto, pintor, escultor, ingeniero
Bernard Zenale 1436-1526 escritor, arquitecto, pintor
Francesco di Giorgio Martini 1439-1506 ingeniero, arquitecto, pintor, escultor
Donato Bramante 1444-1514 poeta, ingeniero, arquitecto, pintor
Leonardo da Vinci 1452-1519 científico, arquitecto, escultor, pintor
Giovanni Giocondo 1457-1525 humanista, ingeniero, arquitecto
Silvestro Aquilano antes de 1471-1504 escultor, arquitecto, pintor
Sebastiano Serlio 1475-1554 escritor, pintor, arquitecto
Michelangelo Buonarroti 1475-1564 arquitecto, escultor, pintor, escritor
Guido Mazzoni antes de 1477-1518 productor teatral, pintor, escultor
Piero Ligorio 1500-1583 arquitecto, ingeniero, escultor, pintor
Giorgio Vasari 1511-1574 escultor, arquitecto, pintor, escritor
Poema escrito por Wislawa Szymborska
Prefiero el cine.
Prefiero los gatos.
Prefiero los robles a orillas del río.
Prefiero Dickens a Dostoievski.
Prefiero que me guste la gente a amar
a la humanidad.
Prefiero tener en la mano hilo y aguja.
Prefiero el color verde.
Prefiero no afirmar que la razón es la
culpable de todo.
Prefiero la excepciones.
Prefiero salir antes.
Con los médicos prefiero hablar de otra cosa.
Prefiero las viejas ilustraciones.
Prefiero lo ridículo de escribir poemas a lo
ridículo de no escribirlos.
En el amor prefiero los aniversarios que se
celebran todos los días.
Prefiero a los moralistas que no me
prometen nada.
Prefiero la bondad del sabio a la del
demasiado crédulo.
Prefiero la tierra vestida de civil.
Prefiero los países conquistados a los
conquistadores.
Prefiero tener reservas.
Prefiero el infierno del caos al infierno del
orden.
Prefiero los cuentos de Grimm a las primeras
planas de los periódicos.
Prefiero las hojas sin flores a la flor sin hojas.
Prefiero los perros con la cola sin cortar.
Prefiero los ojos claros porque los tengo
oscuros.
Prefiero los cajones.
Prefiero muchas cosas que aquí no he
mencionado
a muchas otras que tampoco he dicho.
Prefiero el cero solo al que hace cola
en una cifra.
Prefiero el tiempo de los insectos al tiempo
de las estrellas.
Prefiero tocar madera.
Prefiero no preguntar cuánto me queda y
cuándo.
Prefiero tomar en cuenta incluso la
posibilidad
de que todo tiene una razón de ser.
Prefiero los gatos.
Prefiero los robles a orillas del río.
Prefiero Dickens a Dostoievski.
Prefiero que me guste la gente a amar
a la humanidad.
Prefiero tener en la mano hilo y aguja.
Prefiero el color verde.
Prefiero no afirmar que la razón es la
culpable de todo.
Prefiero la excepciones.
Prefiero salir antes.
Con los médicos prefiero hablar de otra cosa.
Prefiero las viejas ilustraciones.
Prefiero lo ridículo de escribir poemas a lo
ridículo de no escribirlos.
En el amor prefiero los aniversarios que se
celebran todos los días.
Prefiero a los moralistas que no me
prometen nada.
Prefiero la bondad del sabio a la del
demasiado crédulo.
Prefiero la tierra vestida de civil.
Prefiero los países conquistados a los
conquistadores.
Prefiero tener reservas.
Prefiero el infierno del caos al infierno del
orden.
Prefiero los cuentos de Grimm a las primeras
planas de los periódicos.
Prefiero las hojas sin flores a la flor sin hojas.
Prefiero los perros con la cola sin cortar.
Prefiero los ojos claros porque los tengo
oscuros.
Prefiero los cajones.
Prefiero muchas cosas que aquí no he
mencionado
a muchas otras que tampoco he dicho.
Prefiero el cero solo al que hace cola
en una cifra.
Prefiero el tiempo de los insectos al tiempo
de las estrellas.
Prefiero tocar madera.
Prefiero no preguntar cuánto me queda y
cuándo.
Prefiero tomar en cuenta incluso la
posibilidad
de que todo tiene una razón de ser.
A Florián le despiertan las carreras de unos niños en el piso de arriba. Está vestido. Tiene frío. Se levanta sin rémora de pereza, se mete en la ducha y entra en calor. Cierra las ventanas. Se hace un café. Se queda en la cocina ensimismado con un calendario con fechas marcadas del mes siguiente. Entre ellas el cumpleaños suyo. Piensa Florián, Quizá ya tenían mal la memoria. Sale de la cocina. Mira el día a través del ventanal del salón. Está nublado. Cuando ya se ha despertado coge el teléfono y responde una a una a todas las llamadas del día anterior. Luego llama él a una agencia inmobiliaria para iniciar los trámites de la venta de la casa. Una agente queda en pasarse esa misma tarde para tasarla.
Florián está en medio del salón. Mira los objetos, los cuadros, los libros, las alfombras, las lámparas. Se dirige a algunos. Los toca. Empieza a hacer lo mismo por toda la casa. En la habitación de sus padres abre el armario. Mira las ropas de ambos. No mira en los cajones de la ropa interior. Al apartar un abrigo de su padre, en el suelo del armario, al fondo, ve una caja de zapatos de Pepe Albadalejo. Recuerda aquel par de zapatos que tanto le gustaban a él y a su padre. Se inclina para cogerla. La coge y le extraña el peso. La abre y encuentra que toda la caja de zapatos está llena de cintas de video.
Florián está en medio del salón. Mira los objetos, los cuadros, los libros, las alfombras, las lámparas. Se dirige a algunos. Los toca. Empieza a hacer lo mismo por toda la casa. En la habitación de sus padres abre el armario. Mira las ropas de ambos. No mira en los cajones de la ropa interior. Al apartar un abrigo de su padre, en el suelo del armario, al fondo, ve una caja de zapatos de Pepe Albadalejo. Recuerda aquel par de zapatos que tanto le gustaban a él y a su padre. Se inclina para cogerla. La coge y le extraña el peso. La abre y encuentra que toda la caja de zapatos está llena de cintas de video.
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Narrativa
Tags : Listas Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 27/04/2010 a las 20:28 | {0}