A mí Montaigne me enseñó a disfrutar del pensamiento y de la libertad de pensar. Me enseñó el término exacto de la palabra librepensador siendo él un hombre anterior a ese término; a mí Montaigne me ha hecho llorar de risa y llorar de llanto; ha provocado un abismarme en mí y un contemplar los otros y lo otro con mi propia libertad; a mí Montaigne me ha obligado a desdecirme y a maldecir y me ha llevado a elevarme y detenerme largo tiempo en una reflexión. Para mí Montaigne como Krishnamurti o Juan de Mairena son maestros de la filosofía moral porque los tres parten de un principio devastador: Piense usted por sí mismo y déjese de maestros. Gracias, anti-maestros.
Extracto del Capítulo XXV Del Magisterio de Ensayos
Guardamos las ideas y el saber de otros y nada más. Es menester hacerlos nuestros. Harto nos parecemos a aquél que, teniendo necesidad de fuego se fue a buscarlo a casa del vecino y hallando allí uno grande y hermoso, quedóse allí calentándose sin acordarse ya de llevar un poco para su casa ¿De qué nos sirve tener la panza llena de carne si no la digerimos? ¿Si no se transforma en nosotros? ¿Si no nos aumenta ni fortalece? ¿Pensamos acaso que Lúculo a quien las letras formaron e hicieron capitán tan grande sin la ayuda de la experiencia, usase de ellas como nosotros?
Tanto nos apoyamos en los brazos de los demás que anulamos nuestras fuerzas ¿Que quiero armarme contra el miedo a la muerte? Hágolo a expensas de Séneca ¿Que quiero tener consuelo para mí u otro? Tómolo de Cicerón. Tomaríalo de mí mismo si me hubieran enseñado a ello. Nada me gusta esta inteligencia relativa y mendigada.
Aun cuando pudiéramos ser sabios con el saber de los demás, al menos prudentes, sólo podemos serlo con nuestra prudencia.
Traducción de Almudena Montojo
El fin de semana con la ayuda inestimable de Raúl, creamos el rincón de la escritura en mi casa nueva. Una casa que espero poder mantener durante muchos años. Hace un mes con Tere y César creamos el ambiente general. Junto a la mesa he colocado una estantería donde he puesto mis libros más amados. Se encuentra a mi lado izquierdo y no evito girar la silla y quedarme contemplando tanta belleza, tanto conocimiento, tanta ironía contenidas en ese invento extraño y peculiar -tan extraño y peculiar como lo fue la invención del castigo- como es el libro. Entre ellos, claro, se encuentra Ensayos de Montaigne al que siempre imagino en su castillo, rodeado de velas y antiguos libros, hurgando citas, relacionando temas y mirando de hito en hito, a través de una ventana estrecha, el fuego de las estrellas.
Extracto del Capítulo XXV Del Magisterio de Ensayos
Guardamos las ideas y el saber de otros y nada más. Es menester hacerlos nuestros. Harto nos parecemos a aquél que, teniendo necesidad de fuego se fue a buscarlo a casa del vecino y hallando allí uno grande y hermoso, quedóse allí calentándose sin acordarse ya de llevar un poco para su casa ¿De qué nos sirve tener la panza llena de carne si no la digerimos? ¿Si no se transforma en nosotros? ¿Si no nos aumenta ni fortalece? ¿Pensamos acaso que Lúculo a quien las letras formaron e hicieron capitán tan grande sin la ayuda de la experiencia, usase de ellas como nosotros?
Tanto nos apoyamos en los brazos de los demás que anulamos nuestras fuerzas ¿Que quiero armarme contra el miedo a la muerte? Hágolo a expensas de Séneca ¿Que quiero tener consuelo para mí u otro? Tómolo de Cicerón. Tomaríalo de mí mismo si me hubieran enseñado a ello. Nada me gusta esta inteligencia relativa y mendigada.
Aun cuando pudiéramos ser sabios con el saber de los demás, al menos prudentes, sólo podemos serlo con nuestra prudencia.
Traducción de Almudena Montojo
El fin de semana con la ayuda inestimable de Raúl, creamos el rincón de la escritura en mi casa nueva. Una casa que espero poder mantener durante muchos años. Hace un mes con Tere y César creamos el ambiente general. Junto a la mesa he colocado una estantería donde he puesto mis libros más amados. Se encuentra a mi lado izquierdo y no evito girar la silla y quedarme contemplando tanta belleza, tanto conocimiento, tanta ironía contenidas en ese invento extraño y peculiar -tan extraño y peculiar como lo fue la invención del castigo- como es el libro. Entre ellos, claro, se encuentra Ensayos de Montaigne al que siempre imagino en su castillo, rodeado de velas y antiguos libros, hurgando citas, relacionando temas y mirando de hito en hito, a través de una ventana estrecha, el fuego de las estrellas.
Viento
En
Los
Alamos
Durante
Una
Ráfaga
Amatoria
Temo
Intentar
Rebatir
A
Mis
Infiernos
Sus
Usos
Brillante
Infula
Brama
Loores
Inflama
Oriundas
Tonalidades
Estados
Como
Ofreces
Niñas
O
Muestras
Inquietantes
Alelíes
Padre
Un
Búho
Escucha
Ranas
Tantas
Ardorosas
Desalmadas
Mañana
Aliviaremos
Nervios
Uteros
Terminales
En
Naves
Cerradas
Incluso
Osos
Nacerán
Más
Interno
Sobre
Cielos
En
Lugares
Antiguos
No
Empieces
Ahora
En
Los
Alamos
Durante
Una
Ráfaga
Amatoria
Temo
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A
Mis
Infiernos
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Muestras
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Alelíes
Padre
Un
Búho
Escucha
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Nervios
Uteros
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Naves
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No
Empieces
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No, no es una pregunta retórica, ni mucho menos. La respuesta científica es conocida: hasta los 60 días el embrión humano sigue unos parámetros de desarrollo hembra y sólo a partir de ese momento aquellos embriones que tienen el cromosoma Y dejan de desarrollarse como hembra y se deciden a desarrollarse como machos.
Bien, de acuerdo. Voy a aceptarlo (aunque no sé cuánto tendría que decir sobre este tema el ADN mitocondrial, ¡ay, si el ADN mitocondrial hablase! Y comento sobre él porque este tipo de ADN sólo es transmitido por las hembras. En nuestro código genético mamífero el ADN mitocondrial masculino no tiene el más mínimo interés aunque bien pensado el ADN mitocondrial nunca puede ser macho al ser transmitido sólo por hembras, a lo mejor se podría considerar macho si se produjera una mutación en la transmisión o durante la vida de esas mitocondrias en el órgano masculino. En fin, juegos de la imaginación microscópica remedando al bueno de Julio Cortázar).
La división sexual y el desarrollo del sistema nervioso se producen en el mismo mes (entre el segundo y el tercer mes). Bien, si esto ocurre así y los pezones en los machos humanos no son más que el recuerdo, indeleble, eso sí, de que el proyecto primigenio era ser hembra, ¿por qué además llegan hasta ellos terminaciones nerviosas y capilares sanguíneos? Entiendo que ante la duda, se implante lo imprescindible, pero una vez tomada la decisión ¿por qué se siguen implantando elementos del todo inútiles para su no-función? Evidentemente ésta sería una de las muchas pruebas que desdecirían la hipótesis de Darwin, sólo que no me voy a meter más con este buen hombre al que los creacionistas ponen de vuelta y media un día sí y otro también y que además bastante tuvo con lo que vio porque se quedó para siempre aterrado con el espectáculo que Naturaleza le había mostrado (aterrado literalmente, es decir invadido por el miedo y el pavor).
Con lo cual tendría que reformular la pregunta. Sería ésta. ¿Por qué tienen pezones con terminaciones nerviosas y capilares sanguíneos los hombres? Interesante cuestión que seguro que sesudos fisiólogos y antropólogos han estudiado como se ha estudiado por ejemplo la creación de la vida desde la no vida. Una de esas teorías esboza que quizá illo tempore los hombres también dieron de mamar a las crías. La que nunca he oído y quizá también tenga sentido, es que los pezones de los hombres sean suplentes de los de las mujeres, es decir, cuando todas las mujeres tengan pechos siliquinosos y sólo sirvan para atraer con sus volúmenes a los hombres, entonces dejarán de tener su sentido primero, es decir, producir leche y esa función, gracias a la preservación de los pezones masculinos, pasarán a los hombres, de donde se sigue que en ese momento -que supondrá, obvio es decirlo, un gran salto en la humanidad y una verdadera división del trabajo- las mujeres seguirán pariendo los hijos pero serán los hombres quienes los alimenten y así, poco a poco desaparecerá el pecho en las mujeres que, de forma inversamente proporcional, irá aumentando en los hombres y por fin seremos una especie, en cuanto al cuidado de las crías se refiere, igualitaria. No sé si pellizcarme el pezón para saber si estoy despierto porque creo que esta idea que acabo de esbozar que llamaré: Hipótesis sobre el pezón suplente masculino puede abrir paso a una nueva era de concordia entre mujeres y hombres, entre pezones titulares y pezones suplentes, entre pollas y vaginas, entre labios y morritos, entre dimes y diretes, e incluso, como la ciencia avanza que es una barbaridad, podrían los científicos adelantar los lentos cambios que la naturalaleza impone e implantar esta nueva modalidad de hombres con tetas y leche y mujeres sin tetas y sin leche en dos o tres generaciones.
Bien, de acuerdo. Voy a aceptarlo (aunque no sé cuánto tendría que decir sobre este tema el ADN mitocondrial, ¡ay, si el ADN mitocondrial hablase! Y comento sobre él porque este tipo de ADN sólo es transmitido por las hembras. En nuestro código genético mamífero el ADN mitocondrial masculino no tiene el más mínimo interés aunque bien pensado el ADN mitocondrial nunca puede ser macho al ser transmitido sólo por hembras, a lo mejor se podría considerar macho si se produjera una mutación en la transmisión o durante la vida de esas mitocondrias en el órgano masculino. En fin, juegos de la imaginación microscópica remedando al bueno de Julio Cortázar).
La división sexual y el desarrollo del sistema nervioso se producen en el mismo mes (entre el segundo y el tercer mes). Bien, si esto ocurre así y los pezones en los machos humanos no son más que el recuerdo, indeleble, eso sí, de que el proyecto primigenio era ser hembra, ¿por qué además llegan hasta ellos terminaciones nerviosas y capilares sanguíneos? Entiendo que ante la duda, se implante lo imprescindible, pero una vez tomada la decisión ¿por qué se siguen implantando elementos del todo inútiles para su no-función? Evidentemente ésta sería una de las muchas pruebas que desdecirían la hipótesis de Darwin, sólo que no me voy a meter más con este buen hombre al que los creacionistas ponen de vuelta y media un día sí y otro también y que además bastante tuvo con lo que vio porque se quedó para siempre aterrado con el espectáculo que Naturaleza le había mostrado (aterrado literalmente, es decir invadido por el miedo y el pavor).
Con lo cual tendría que reformular la pregunta. Sería ésta. ¿Por qué tienen pezones con terminaciones nerviosas y capilares sanguíneos los hombres? Interesante cuestión que seguro que sesudos fisiólogos y antropólogos han estudiado como se ha estudiado por ejemplo la creación de la vida desde la no vida. Una de esas teorías esboza que quizá illo tempore los hombres también dieron de mamar a las crías. La que nunca he oído y quizá también tenga sentido, es que los pezones de los hombres sean suplentes de los de las mujeres, es decir, cuando todas las mujeres tengan pechos siliquinosos y sólo sirvan para atraer con sus volúmenes a los hombres, entonces dejarán de tener su sentido primero, es decir, producir leche y esa función, gracias a la preservación de los pezones masculinos, pasarán a los hombres, de donde se sigue que en ese momento -que supondrá, obvio es decirlo, un gran salto en la humanidad y una verdadera división del trabajo- las mujeres seguirán pariendo los hijos pero serán los hombres quienes los alimenten y así, poco a poco desaparecerá el pecho en las mujeres que, de forma inversamente proporcional, irá aumentando en los hombres y por fin seremos una especie, en cuanto al cuidado de las crías se refiere, igualitaria. No sé si pellizcarme el pezón para saber si estoy despierto porque creo que esta idea que acabo de esbozar que llamaré: Hipótesis sobre el pezón suplente masculino puede abrir paso a una nueva era de concordia entre mujeres y hombres, entre pezones titulares y pezones suplentes, entre pollas y vaginas, entre labios y morritos, entre dimes y diretes, e incluso, como la ciencia avanza que es una barbaridad, podrían los científicos adelantar los lentos cambios que la naturalaleza impone e implantar esta nueva modalidad de hombres con tetas y leche y mujeres sin tetas y sin leche en dos o tres generaciones.
¡Qué extraña es la materia del dinero para mí! Nada más pensar este artículo me he querido ir por los Cerros de Úbeda y hacer referencia a un libro -interesante como todos- de Rafael Sánchez Ferlosio titulado Non Olet y acudir a anécdotas y alejarme un poco de la propia desazón que a mí me provoca. Hay personas con facilidad para tenerlo, conseguirlo y gastarlo. En mi caso tengo dificultades. Y ya aquí se me viene a las mientes la educación recibida y los tres tabúes que la buena educación impide tratar en una conversación: la enfermedad, el dinero y la sexualidad.
Me está costando y pienso si poner en el título un 1 como si eso implicara que seguiré, porque ahora lo voy a dejar, no quiero encontrar las palabras; no me atrevo a encontrarlas y pienso si de alguna manera encajaría un poema que me envío ayer Raúl por medio del correo electrónico y que me pareció de una ternura mezclada con reconvención muy de agradecer.
Busco también una analogía ¡oh, qué socorridas son las analogías! que me permita deslizarme por el tema sin mancharme, sin inmiscuirme pero también sé que si este cuaderno tiene vocación de algo, ésa ha sido la de mostrar todas mis caras, no sólo una o dos, sino las caras que yo soy capaz de mostrar, que anidan en mí, que forman ese multiverso al que otorgamos el pronombre Yo. Criticaba el otro día el que en muchas ocasiones me encuentro con que siempre que acudo, llego o derivo a lugares donde se expresan los seres humanos, en muchas me encuentro siempre con la misma cara de ese ser y desde ese momento siento cierto rechazo porque somos más que soy, porque deberíamos aplicarnos más el nosotros al yo, incluso deberíamos anular las tres personas del singular para hablar de seres humanos. Veis, ya me voy, esta digresión me permite no hablar del tema que titulo. Se me escapa. Hay uno de mi yos al que le da vergüenza hablar de ese tema. Y por eso quizá (y también porque estoy cansado. Me levanto muy temprano últimamente, a las seis de la mañana, para ir hasta Madrid donde hago un curso de formación para conseguir un trabajo que me dé algo de dinero para mantenerme) coloque el 1 detrás del título y lo intente otro día.
Me está costando y pienso si poner en el título un 1 como si eso implicara que seguiré, porque ahora lo voy a dejar, no quiero encontrar las palabras; no me atrevo a encontrarlas y pienso si de alguna manera encajaría un poema que me envío ayer Raúl por medio del correo electrónico y que me pareció de una ternura mezclada con reconvención muy de agradecer.
Busco también una analogía ¡oh, qué socorridas son las analogías! que me permita deslizarme por el tema sin mancharme, sin inmiscuirme pero también sé que si este cuaderno tiene vocación de algo, ésa ha sido la de mostrar todas mis caras, no sólo una o dos, sino las caras que yo soy capaz de mostrar, que anidan en mí, que forman ese multiverso al que otorgamos el pronombre Yo. Criticaba el otro día el que en muchas ocasiones me encuentro con que siempre que acudo, llego o derivo a lugares donde se expresan los seres humanos, en muchas me encuentro siempre con la misma cara de ese ser y desde ese momento siento cierto rechazo porque somos más que soy, porque deberíamos aplicarnos más el nosotros al yo, incluso deberíamos anular las tres personas del singular para hablar de seres humanos. Veis, ya me voy, esta digresión me permite no hablar del tema que titulo. Se me escapa. Hay uno de mi yos al que le da vergüenza hablar de ese tema. Y por eso quizá (y también porque estoy cansado. Me levanto muy temprano últimamente, a las seis de la mañana, para ir hasta Madrid donde hago un curso de formación para conseguir un trabajo que me dé algo de dinero para mantenerme) coloque el 1 detrás del título y lo intente otro día.
Suite Fernando 03. César Delgado. Técnica mixta/papel 70x50 cms. 1987
Voy a creer en Mayo. Lo juro. Creeré en Mayo aunque me cueste tanto creer y jurar. Voy a creer en Mayo como se cree en la gravidez de la Tierra o como se espera la recompensa tras un gran esfuerzo. Voy a creer en Mayo por la amistad, por la grandeza y la miseria de estar vivo, porque la espera quizá se convierta en esperanza y por si los ciclos de los astros me esconden el regalo.
Voy a creer en Mayo porque tú lo deseas y me alientas cada tarde y cada tarde te quedas preocupado, como José Agustín Goytisolo se preocupaba de Jaime Gil de Biedma y le escribía boleros para devolverle al mundo.
Lo voy a hacer porque al hacerlo me acompañas en ese deseo y, aunque no estoy convencido de nada, voy a creer que una energía como la tuya lanzando ráfagas de aliento a una energía como la mía, le insufla la fuerza suficiente para llegar hasta Mayo y no arrastrándose, no pidiendo la hora, sino con ese último esfuerzo que en ocasiones propicia la victoria. Y así puedo decirte que llegaremos hasta Mayo y que será un mes de renuevos y luces claras y que nos sentaremos en la terraza de tu casa, junto a tu mujer y con tus hijos danzando sus vidas y brindaremos por el trago pasado y sonreiremos por el futuro y someteremos nuestras vidas a la más dura crítica de que seamos capaces para no caer, en lo posible, en los mismos errores y me acompañarás hasta el coche y me sonreirás una vez más y te agradeceré de nuevo tus desvelos y tu confianza y tu entrega y tu paciencia y los hermosos años de amistad que nos llevamos.
Ya ves, amigo, ya creo en Mayo.
Voy a creer en Mayo porque tú lo deseas y me alientas cada tarde y cada tarde te quedas preocupado, como José Agustín Goytisolo se preocupaba de Jaime Gil de Biedma y le escribía boleros para devolverle al mundo.
Lo voy a hacer porque al hacerlo me acompañas en ese deseo y, aunque no estoy convencido de nada, voy a creer que una energía como la tuya lanzando ráfagas de aliento a una energía como la mía, le insufla la fuerza suficiente para llegar hasta Mayo y no arrastrándose, no pidiendo la hora, sino con ese último esfuerzo que en ocasiones propicia la victoria. Y así puedo decirte que llegaremos hasta Mayo y que será un mes de renuevos y luces claras y que nos sentaremos en la terraza de tu casa, junto a tu mujer y con tus hijos danzando sus vidas y brindaremos por el trago pasado y sonreiremos por el futuro y someteremos nuestras vidas a la más dura crítica de que seamos capaces para no caer, en lo posible, en los mismos errores y me acompañarás hasta el coche y me sonreirás una vez más y te agradeceré de nuevo tus desvelos y tu confianza y tu entrega y tu paciencia y los hermosos años de amistad que nos llevamos.
Ya ves, amigo, ya creo en Mayo.
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Ensayo
Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 26/10/2010 a las 20:29 | {1}