Del poemario Casa del poeta Raúl Morales editado por Vitruvio. 1ª edición 2010.
Fue duro el invierno. abrir los ojos y ver. la cicatriz en el pecho, el esternón de madera, los clavos del decir: tu pala apoyada contra la verja, la lámpara encendida, un puñado de diamantes, dinamita -era roja. olvidaste. tus cristales en mis ventrículos. donda nace la sangre. tus cristales, la ósmosis de tu cuerpo- me recuerdan lo que eres. el ruido de la pala -los huesos astillados.
Fue duro el invierno.
Se ha movido la flor -ya vuela el pájaro.
En base a la película A.I. Artificial Intelligence de Steven Spielberg
1.- Amar es una invención, una intuición (mirar etimología de intuir).
1.1.- El amor es artificial. Por medio de una serie de palabras se introduce en la mente del niño la esencia del amor. Desde entonces el niño ama.
1.1.1 El amor del niño es incondicional.
1.2 El amor que otorga el adulto (realmente sería el amor que otorga la madre pero existe un prurito modernista en estas elucubraciones, un querer ser moderno, un aceptar que El Estado ha vencido en su batalla a La Familia que me hace inclinar la cerviz ante la posibilidad de que no sea únicamente el amor de la madre, el amor. Consiste esta claudicación en desatender el instinto que nos avisa de que el macho no es ser amante. Lo acepto a priori) no es incondicional. La primera condición del amor adulto es la del cumplimiento de las expectativas puestas en el objeto del amor -en este caso el niño-.
2.- El primer acto del amor incondicional es el abrazo. El cuerpo que se abraza a otro cuerpo. El calor de la sangre en la piel. La satisfacción de estar junto, en, dentro de, el otro (este efecto está muy bien conseguido en una anuncio de preservativos Durex en el que los cuerpos de los amantes parece fundirse).
2.1.- En el abrazo de amor incondicional, del niño al seno de la madre, el gozo marca para siempre la memoria de placer. El placer tendrá como culmen, siempre, el abrazo de amor incondicional.
3.- El amor -nacido de una salmodia, un conjuro, una fórmula, una oración, un rezo- es en todo semejante a la fe abramánica mediante la cual el sacrificio ciego por el amado es el más alto grado de amar posible. Amar es dar por completo (no sólo darse).
4.- Dijimos en 1.2 que el amor que otorga el adulto no es incondicional. Por lo tanto se pueden dar determinadas circunstancias en que este amor varíe, disminuya e incluso desaparezca.
4.1.- El amor incondicional lo es eternamente pero no es infinito.
4.1.1 Despojado el niño del amor que su madre le concedió con condiciones (las de que cumpliera la expectativas puestas en él), éste, en cambio, no podrá dejar de amarla. La amará eternamente pero no necesariamente sin medida.
4.2 La madre puede despojar al niño de su amor por amor. Esta razón, esencia máxima de la humana contradicción, puede ser entendida por cualquier humano excepto por el niño.
5.- El amor incondicional correspondido es atmósfera de planeta. Protección contra cualquier avatar. Valor en el frío. Calma en el dolor. Consuelo en la pérdida.
5.1.- El amor incondicional no correspondido es agujero de la atmósfera por donde pueden entrar -y de hecho entran- rayos invisibles que queman la piel -la antes abrazada-.
5.1.1.- Desamado, el amante incondicional comenzará su búsqueda en un mundo que -por comparación- siempre le será hostil. Porque nada -ni nadie- podrá siquiera acercarse al grado de amar que sintió en aquel primer abrazo con su amada. En el abrazo a otras buscará el abrazo primero y de esa frustración -al descubrir que el abrazo primero es incomparable- se generará el amor adulto (el basado en la expectativa).
6.- El viaje de la vida sería aceptar el amor incondicional sin condiciones, ni tan siquiera la de volver a sentir el abrazo primero en el aliento último.
1.1.- El amor es artificial. Por medio de una serie de palabras se introduce en la mente del niño la esencia del amor. Desde entonces el niño ama.
1.1.1 El amor del niño es incondicional.
1.2 El amor que otorga el adulto (realmente sería el amor que otorga la madre pero existe un prurito modernista en estas elucubraciones, un querer ser moderno, un aceptar que El Estado ha vencido en su batalla a La Familia que me hace inclinar la cerviz ante la posibilidad de que no sea únicamente el amor de la madre, el amor. Consiste esta claudicación en desatender el instinto que nos avisa de que el macho no es ser amante. Lo acepto a priori) no es incondicional. La primera condición del amor adulto es la del cumplimiento de las expectativas puestas en el objeto del amor -en este caso el niño-.
2.- El primer acto del amor incondicional es el abrazo. El cuerpo que se abraza a otro cuerpo. El calor de la sangre en la piel. La satisfacción de estar junto, en, dentro de, el otro (este efecto está muy bien conseguido en una anuncio de preservativos Durex en el que los cuerpos de los amantes parece fundirse).
2.1.- En el abrazo de amor incondicional, del niño al seno de la madre, el gozo marca para siempre la memoria de placer. El placer tendrá como culmen, siempre, el abrazo de amor incondicional.
3.- El amor -nacido de una salmodia, un conjuro, una fórmula, una oración, un rezo- es en todo semejante a la fe abramánica mediante la cual el sacrificio ciego por el amado es el más alto grado de amar posible. Amar es dar por completo (no sólo darse).
4.- Dijimos en 1.2 que el amor que otorga el adulto no es incondicional. Por lo tanto se pueden dar determinadas circunstancias en que este amor varíe, disminuya e incluso desaparezca.
4.1.- El amor incondicional lo es eternamente pero no es infinito.
4.1.1 Despojado el niño del amor que su madre le concedió con condiciones (las de que cumpliera la expectativas puestas en él), éste, en cambio, no podrá dejar de amarla. La amará eternamente pero no necesariamente sin medida.
4.2 La madre puede despojar al niño de su amor por amor. Esta razón, esencia máxima de la humana contradicción, puede ser entendida por cualquier humano excepto por el niño.
5.- El amor incondicional correspondido es atmósfera de planeta. Protección contra cualquier avatar. Valor en el frío. Calma en el dolor. Consuelo en la pérdida.
5.1.- El amor incondicional no correspondido es agujero de la atmósfera por donde pueden entrar -y de hecho entran- rayos invisibles que queman la piel -la antes abrazada-.
5.1.1.- Desamado, el amante incondicional comenzará su búsqueda en un mundo que -por comparación- siempre le será hostil. Porque nada -ni nadie- podrá siquiera acercarse al grado de amar que sintió en aquel primer abrazo con su amada. En el abrazo a otras buscará el abrazo primero y de esa frustración -al descubrir que el abrazo primero es incomparable- se generará el amor adulto (el basado en la expectativa).
6.- El viaje de la vida sería aceptar el amor incondicional sin condiciones, ni tan siquiera la de volver a sentir el abrazo primero en el aliento último.
Ensayo
Tags : Meditación sobre las formas de interpretar Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 15/07/2012 a las 16:25 | {0}
Paula Kuczynskiego
Hegel se pasó la vida retorciendo el lenguaje y la sintaxis para llegar a que el lector trabajara para entender sus pensamientos.
El trabajo. Hegel. Marx.
Dívar, un miserable presidente del tribunal supremo de España, que dimitió por indignidad, ha pedido la pensión indemnizatoria por su condición de alto cargo. Si la consigue cobrará, además de su pensión, más de 8.000 € mensuales.
Guy de Maupassant escribía dos relatos semanales.
Beckett leyó a Hegel y su estudio entre el Amo y el Criado y escribió Esperando a Godot.
Mañana desahucian a una familia con dos hijos. Les quitarán la casa. Se quedarán, literalmente, en la calle.
Justo quince días después de que el ministro De Guindos y el presidente Rajoy se felicitaran por haber conseguido un rescate para la banca española sin cargo al estado (es decir a los ciudadanos), se anuncia un recorte y un aumento de impuestos por valor de 65.000.000.000 de €, más o menos la cantidad que se va a inyectar en la banca española.
Mafalda está cenando con sus padres mientras lee: Democracia es el gobierno del pueblo. En las tres viñetas siguientes se la ve muriéndose de risa ante la mirada atónita de sus padres y de Guille.
¿Qué es lo útil?
¿Qué es lo inútil?
El día en que la democracia empiece a funcionar, muchos morirán de terror: terror a perder sus prebendas; terror a convertirse en pueblo; terror a vivir con lo justo; terror a tener que escuchar; terror a ser responsable de los propios actos.
Descartes pasaba frío y miedo mientras escribía.
Platón inventó un personaje llamado Sócrates (él que estaba en contra del drama y la poesía).
¿Quién era Sócrates?
No es porque me toque de cerca. Desde siempre he visto este sistema... obviedades.
Soraya Sáez de Santamaría, vicepresidente del gobierno, sonríe mientras anuncia la barbarie. ¿De dónde se puede sacar esa sonrisa en momentos como éstos?
Seguiremos.
El ser humano es manso. Hasta que un día cuando las dentelladas del lobo son demasiadas, se alza, se agrupa y ataca.
Quizás en este caso la resistencia pasiva, que volviéramos al trueque. Habilidades por habilidades. Yo ofrezco mi capacidad para expresar.
Que abandonáramos las ciudades, los coches, los móviles, las neveras, los MP3, la electricidad al completo.
Que rompiéramos las tarjetas de crédito y quemáramos el dinero en la plaza pública, frente a los parlamentos y Bolsas del todo el mundo.
Que tomáramos el campo y la azada y cosecháramos y viviéramos según las estaciones.
Y viajáramos a pie o carro.
Y tuviéramos hijos, muchos, que cuidaran de los padres y los abuelos y los abuelos trasmitieran sus conocimientos a los nietos, de viva voz.
Si volviéramos a empezar con todo lo ya vivido.
¿A quién sonreiría la vicepresidente?
¿A quién engañaría el ministro y el presidente?
¿A quien pediría la indemnización el miserable presidente del tribunal supremo?
Porque ya lo dijo Wittgenstein Es posible todo lo que se puede decir
El trabajo. Hegel. Marx.
Dívar, un miserable presidente del tribunal supremo de España, que dimitió por indignidad, ha pedido la pensión indemnizatoria por su condición de alto cargo. Si la consigue cobrará, además de su pensión, más de 8.000 € mensuales.
Guy de Maupassant escribía dos relatos semanales.
Beckett leyó a Hegel y su estudio entre el Amo y el Criado y escribió Esperando a Godot.
Mañana desahucian a una familia con dos hijos. Les quitarán la casa. Se quedarán, literalmente, en la calle.
Justo quince días después de que el ministro De Guindos y el presidente Rajoy se felicitaran por haber conseguido un rescate para la banca española sin cargo al estado (es decir a los ciudadanos), se anuncia un recorte y un aumento de impuestos por valor de 65.000.000.000 de €, más o menos la cantidad que se va a inyectar en la banca española.
Mafalda está cenando con sus padres mientras lee: Democracia es el gobierno del pueblo. En las tres viñetas siguientes se la ve muriéndose de risa ante la mirada atónita de sus padres y de Guille.
¿Qué es lo útil?
¿Qué es lo inútil?
El día en que la democracia empiece a funcionar, muchos morirán de terror: terror a perder sus prebendas; terror a convertirse en pueblo; terror a vivir con lo justo; terror a tener que escuchar; terror a ser responsable de los propios actos.
Descartes pasaba frío y miedo mientras escribía.
Platón inventó un personaje llamado Sócrates (él que estaba en contra del drama y la poesía).
¿Quién era Sócrates?
No es porque me toque de cerca. Desde siempre he visto este sistema... obviedades.
Soraya Sáez de Santamaría, vicepresidente del gobierno, sonríe mientras anuncia la barbarie. ¿De dónde se puede sacar esa sonrisa en momentos como éstos?
Seguiremos.
El ser humano es manso. Hasta que un día cuando las dentelladas del lobo son demasiadas, se alza, se agrupa y ataca.
Quizás en este caso la resistencia pasiva, que volviéramos al trueque. Habilidades por habilidades. Yo ofrezco mi capacidad para expresar.
Que abandonáramos las ciudades, los coches, los móviles, las neveras, los MP3, la electricidad al completo.
Que rompiéramos las tarjetas de crédito y quemáramos el dinero en la plaza pública, frente a los parlamentos y Bolsas del todo el mundo.
Que tomáramos el campo y la azada y cosecháramos y viviéramos según las estaciones.
Y viajáramos a pie o carro.
Y tuviéramos hijos, muchos, que cuidaran de los padres y los abuelos y los abuelos trasmitieran sus conocimientos a los nietos, de viva voz.
Si volviéramos a empezar con todo lo ya vivido.
¿A quién sonreiría la vicepresidente?
¿A quién engañaría el ministro y el presidente?
¿A quien pediría la indemnización el miserable presidente del tribunal supremo?
Porque ya lo dijo Wittgenstein Es posible todo lo que se puede decir
Deshecha, a punto del combate. Brillante de fiestas. En las tardes feas del otoño. También en esas tardes. La ciudad que no es ciudad. La ciudad fea. La ciudad pequeña. La ciudad que se desgajó de La Mancha por un afán de notoriedad. Esa ciudad que es nada tiene un don que la encumbra y la sostiene: su capacidad para acoger, su capacidad para entender los agravios de los demás habitantes de este país que nunca quiso serlo.
Madrid que no es nada frente a Roma
Madrid que no es nada frente a Paris.
Madrid que no es nada frente a Londres.
Madrid las iguala -cuando menos- en fraternidad con los heridos, los desheredados, los indignados, los hambrientos, los que buscan, los que se guardan, los que protestan.
Hoy ha sido la llegada de La Marcha Negra de los Mineros y a su paso por el Paseo de la Castellana, se les han ido uniendo gentes de esta capital pequeña como de provincias y un minero, emocionado, ha dicho, "No me esperaba esto. Juro que no me esperaba este recibimiento". Así responde esta ciudad sucia, deshilvanada, fea.
O como recibe a los fastos del Orgullo Gay (días en los que yo celebro los fastos de la Humildad Hetero).
O como se yergue, blancas las manos, para pedir la vida de un condenado.
O como se lanza a las calles para defender la libertad.
O como defendió la República hasta el último aliento.
Esta ciudad antipoética que por no tener no tiene un río lo suficientemente ancho como para hacerle un puente con nombre atrevido y que, de repente, por un azar de una reina medio ciega construye en su pulmón un Palacio de Cristal.
Un Madrid con olor a meado en su casco viejo. Un Madrid de los Austrias, austero y frío como la dinastía que le da nombre.
Un Madrid quemado.
Un Madrid arrebatado.
Un Madrid de mierda que permite florecer esperanzas como lo fue La Movida.
... y que aún hoy en este 2012 sigue dando ejemplos de grandeza cuando recibe con los brazos abiertos a aquellos que en otro tiempo fueron los respetados del clan, los mineros, aquellos que se atrevían a entrar en el vientre de la Tierra para arrebatarle sus frutos: los mineros, antiguos herreros, revestidos de alquimistas.
¡Salve, Madrid, Reina de las feas, Simpática por demás!
Madrid que no es nada frente a Roma
Madrid que no es nada frente a Paris.
Madrid que no es nada frente a Londres.
Madrid las iguala -cuando menos- en fraternidad con los heridos, los desheredados, los indignados, los hambrientos, los que buscan, los que se guardan, los que protestan.
Hoy ha sido la llegada de La Marcha Negra de los Mineros y a su paso por el Paseo de la Castellana, se les han ido uniendo gentes de esta capital pequeña como de provincias y un minero, emocionado, ha dicho, "No me esperaba esto. Juro que no me esperaba este recibimiento". Así responde esta ciudad sucia, deshilvanada, fea.
O como recibe a los fastos del Orgullo Gay (días en los que yo celebro los fastos de la Humildad Hetero).
O como se yergue, blancas las manos, para pedir la vida de un condenado.
O como se lanza a las calles para defender la libertad.
O como defendió la República hasta el último aliento.
Esta ciudad antipoética que por no tener no tiene un río lo suficientemente ancho como para hacerle un puente con nombre atrevido y que, de repente, por un azar de una reina medio ciega construye en su pulmón un Palacio de Cristal.
Un Madrid con olor a meado en su casco viejo. Un Madrid de los Austrias, austero y frío como la dinastía que le da nombre.
Un Madrid quemado.
Un Madrid arrebatado.
Un Madrid de mierda que permite florecer esperanzas como lo fue La Movida.
... y que aún hoy en este 2012 sigue dando ejemplos de grandeza cuando recibe con los brazos abiertos a aquellos que en otro tiempo fueron los respetados del clan, los mineros, aquellos que se atrevían a entrar en el vientre de la Tierra para arrebatarle sus frutos: los mineros, antiguos herreros, revestidos de alquimistas.
¡Salve, Madrid, Reina de las feas, Simpática por demás!
Palacio de Cristal
Yo no sueño la bondad, ni espero la llegada de la aurora; yo no quiero un coche deportivo aparcado en mi garaje, ni quiero un garaje; yo no pido una segadora ni un césped ni un perrillo con el pecho blanco que se llame Nilo; yo no busco la concordia, ni la virtud, ni la escuela; tampoco imagino el futuro como una bota aplastando un rostro humano -porque esa imagen es el presente-; yo no aspiro a la poesía ni que el Hombre ame la lectura y el arte; ni tan siquiera quiero creer que la literatura no ha muerto cuando le están cantando el miserere sus máximos oficiantes (¿quién soy yo para desdecirlos?); no me apena que Gabriel García Márquez tenga demencia senil ni me agobia el final de toda la esperanza acumulada en religiones, filosofías, trascendencias, materialidades, suspiros, tráficos y alardes; no buceo en busca del saber; no me hundo en la ignorancia; no sucumbo ante la fatal ineficacia de las horas ni me yergo como un espectro ante la atroz evidencia de la tortura; no quiero mensajes ni elegías ni alegorías; me bastan un par de oximorones y una cadencia de la nota pedal; y me gusta Bob Dylan; y me gusta Olivier Messiaen; y me gusta Florence + The Machine; y me gusta el gazpacho; y me gusta la soberbia de las flores; y no destaco por nada; y no tengo talentos; y no acumulo defectos; soy cojo como podría ser analfabeto; soy cojo como podría ser (y lo soy) equilibrista; soy la inexistencia de todo lo antedicho; soy una flatulencia de Dios inventado por la mujer en los lejanos días de la Tormenta; soy la pulpa del melocotón; soy la aridez del desierto y la juguetona majestuosidad de la herida; vengo y vuelo y sobrevivo y me escondo y desafío y caigo y confío y me quedo mirando la multitud y me suspendo de un pensamiento y desatiendo la carretera y las luces del domingo; nada me importa; todo se escurre; la mirada fija; la forma de hablar; el escándalo de la miseria; la voracidad de los ogros; la maledicencia que vuela de una región a otra como just like a woman; no sueño nada; no tengo pesadillas; el agua fluye y se arrincona el guijarro harto de mostrarse brillante y no quiero dejar que mi nariz se aleje de la esquina donde huele a meado y a beso.
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Redactado por Fernando García-Loygorri Gazapo el 18/07/2012 a las 13:11 | {1}